Principal | Exposiciones | > Colecciones | Galería Pintura | Autores | Compra | Preguntas | Enlaces |
El descubrimiento de las impresionantes ruinas de la civilización maya provoca una fuerte sacudida en nuestra visión eurocentrista de la Historia, que revela como rancios nuestros tradicionales conceptos de 'Viejo' y 'Nuevo Mundo' y pone en cuestión la presunta superioridad de las ciencias y las artes de nuestra herencia clásica greco-latina. Por caminos paralelos e independientes, los pueblos indígenas del continente americano conformaron desde la antigüedad culturas muy complejas, avanzadas y distintas entre sí. Entre estos pueblos, fueron los mayas de Mesoamérica los que llegaron más lejos en el desarrollo de formas organizativas que permitieron el florecimiento de una sofisticada civilización, llevando a puntos culminantes aspectos como el urbanismo, la arquitectura, las artes plásticas, las matemáticas, la astronomía, la escritura y la ingeniería agrícola, para luego desvanecerse en poco tiempo por causas aún no bien explicadas. |
||
Indices de fotos Indice 1 Los Olmecas. Tikal Indice 2 Palenque. Cobá. Edzná Indice 3 Copán. Quiriguá Indice 4 Uxmal. Kabah. Sayil. Labná. Loltún Indice 5 Chichen Itzá. Tulum. Xelhá |
Indice de textos Introducción Emplazamiento Olmecas, los antepasados Tikal: el mundo perdido Palenque: palacios en la selva Cobá: pirámides sobre un mar de árboles Copán: la Alejandría del mundo maya |
Quiriguá: una escuela de escultura Edzná: un ejemplo de planificación urbana Uxmal: el esplendor de la arquitectura maya El barroco estilo de la Región Puuc Kabah Sayil Labná Cuevas de Loltún |
Chichen Itzá: la fusión de mayas y toltecas Tulum: última fase de la civilización maya Xelhá Bibliografía Otras exposiciones de fotografías de América precolombina en fotoAleph LOS INCAS. El eclipse de una civilización LOS GEOGLIFOS DE NAZCA EL MISTERIO DE TIAHUANACO Otra colección de fotografías de Guatemala en fotoAleph ENTRE VOLCANES. Antigua Guatemala |
Vi una
pequeña esfera tornasolada, de casi
intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego
comprendí que ese movimiento era una ilusión producida
por los vertiginosos espectáculos que encerraba. El
diámetro del Aleph
sería de dos o tres centímetros, pero el espacio
cósmico estaba ahí, sin disminución de
tamaño. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto... (Jorge Luis Borges, extractos de El Aleph) Vi las ruinas de una avanzada civilización cuyo momento de esplendor coincidió con los siglos oscuros del Alto Medievo europeo, para luego desaparecer de la Historia. Eran ruinas de grandes ciudades invadidas por la selva, con hermosos edificios luchando por emerger de la enmarañada vegetación que los devoraba hasta hacerlos irreconocibles. Vi lujosos palacios, vi templos en lo alto de colinas que eran en realidad pirámides. Y las pirámides ocultaban en sus entrañas otras pirámides más antiguas. Vi signos jeroglíficos que hablaban de dioses y de reyes, de hechos gloriosos y nefastos fechados con un calendario más preciso que el nuestro. Vi los maravillosos restos prehispánicos de los Mayas, en Mesoamérica, una civilización que no llegaron a conocer los conquistadores, pues cuando arribaron con Colón hacía siglos que se había extinguido por causas aún sumidas en el misterio. |
La complejidad y riqueza de la civilización maya, con una larga historia de muchos siglos en una vasta y a menudo inhóspita geografía, se va haciendo evidente al recorrer las numerosas ruinas de ciudades entre las hasta hoy descubiertas por los arqueólogos. Y al intuir las que quedan por descubrir en las impenetrables selvas del interior del Yucatán, pues no transcurren muchos meses sin que salte a los periódicos un nuevo hallazgo del pasado maya, sea una pirámide, unas pinturas o una gran ciudad olvidada y perdida en la jungla. La admiración inicial ante el derroche de energía desplegado por los mayas en su eterna pugna entre la civilización y la selva va dando paso al asombro al contemplar la increíble belleza, la gran diversidad de estilos, la originalidad de las soluciones arquitectónicas y decorativas de los milenarios monumentos mayas. En un lapso que se correspondería grosso modo con nuestra Alta Edad Media, y a pesar de carencias como el desconocimiento de la rueda, el arado, la tracción animal, el arco de medio punto o la bóveda de cañón, a pesar del uso de herramientas de piedra en lugar de metálicas, los antiguos mayas lograron crear una pujante cultura en muchas facetas más adelantada que la europea de aquel tiempo. Como todas las culturas, tuvo su período formativo, su apogeo (el denominado Período Clásico), su decadencia en el Postclásico y su desaparición por motivos que, pese a la profusión de teorías formuladas por diversos estudiosos, siguen sumidos en el misterio. Los pueblos que habitan hoy en Yucatán, en Chiapas, en Guatemala, son en un gran porcentaje descendientes de aquella civilización que se tragó la Historia. Sus rasgos morfológicos coinciden con los perfiles excelentemente retratados en estatuas, relieves y terracotas de los antiguos personajes mayas. Sus idiomas, sus costumbres, sus ritos y creencias derivan de aquella cultura, transformados por el tiempo y camuflados bajo sincretismos. La civilización maya está en pleno proceso de redescubrimiento para el mundo. Tras muchos siglos de sometimiento y explotación, los pueblos indígenas de las tierras mayas están reaccionando para defender los derechos históricos de sus etnias, su reconocimiento como sujetos activos de la Historia. La revolución zapatista en Chiapas, iniciada el 1 de enero de 1994, ha supuesto un aldabonazo al mundo en este sentido. Además de proponer una profunda transformación social y cultural en el campesinado, una revisión de sus formas organizativas, un cambio en sus relaciones con los terratenientes y la administración del Estado, los nativos chiapanecos se han animado también a reclamar como propio el rico legado de sus antepasados mayas, reivindicando las ruinas como patrimonio cultural indígena. Esta colección de fotografías ha sido realizada en 15 de los sitios más representativos del arte y la arquitectura mayas, repartidos por México, Guatemala y Honduras. El texto que viene a continuación, y que acompaña a las fotos, se ciñe a proporcionar una breve descripción y cronología de las ciudades donde se ubican los diferentes motivos, y a resaltar los aspectos artísticos y visuales de los edificios, esculturas, relieves y paisajes que aparecen en las imágenes seleccionadas, sin entrar en otras consideraciones. Dejamos para otro lugar temas fundamentales, que sin duda ayudarían a comprender mejor el transfondo histórico-cultural y las bases socioeconómicas que propiciaron la explosión creativa maya, como son los avanzados conocimientos en agricultura, el desarrollo del comercio y sistemas de trueque, el empleo de la escritura (todavía a medio descifrar), los adelantos matemáticos, científicos y astronómicos, el establecimiento de distintos métodos de cómputo del tiempo, entre ellos un calendario solar más preciso que nuestro calendario gregoriano, el cuerpo de creencias del que se nutren la religión, la cosmovisión y la mitología mayas. Indice de textos
Los
vestigios mayas
encontrados
en Mesoamérica se extienden por un área geográfica
centrada en la Península de Yucatán, a orillas del Golfo
de México, y abarcan un territorio desigualmente repartido en
cinco
países de la actualidad:
En el terreno artístico los olmecas
demostraron
ser espléndidos escultores. Las piezas escultóricas
olmecas
conservadas revelan una maestría y calidad estética, una
destreza en el tallado y pulido, un sentido de la observación y
captación de rostros, posturas y movimientos, que no fueron
superados
por las culturas posteriores. Hay cuatro tipos de realizaciones
escultóricas
olmecas:
Tikal
es la ciudad
más
grande y una de las de origen más antiguo de la
civilización
maya. Sus ruinas a duras penas emergen de la intrincada maraña
vegetal
de la selva del Petén, en el corazón de un océano
de árboles, lianas y flora selvática pluvial que se
extiende
en todas las direcciones hasta más allá del horizonte,
invadiendo
un vasto territorio de la península del Yucatán (fotos 03
y 04).
Palenque es el nombre moderno de las ruinas de una antigua ciudad maya del Período Clásico (300 - 900 d C) que yacen semiocultas en medio de una selva tropical en el actual Estado mexicano de Chiapas, cerca del pueblo de Santo Domingo de Palenque. Las ruinas que han podido ser despejadas del espeso manto arbóreo que las cubre no constituyen sino el núcleo central de una amplia ciudad cuyo territorio alcanzaba casi los 8 km2. Estaba urbanizada mediante una sucesión de terrazas artificiales que modifican la topografía natural y contraponen a las formaciones montañosas de Chiapas la regularidad de un conjunto planificado de plazas aterrazadas, plataformas, edificios y templos, con una jerarquía de volúmenes y espacios construidos que se armoniza perfectamente con el agreste entorno natural. Atraviesa la ciudad un afluente canalizado del río Usumacinta. Cronología: - Siglos III - V d C: empieza a construirse la ciudad de Palenque. - Años 500 al 700 d C: época de apogeo, con la construcción de los principales monumentos. - Siglo X d C (finales): una invasión de pueblos ribereños del Golfo de México provoca su ruina y abandono. Palenque es una realización incomparable del arte y la arquitectura mayas, caracterizada por la delicadeza y ligereza de sus estructuras, que recurren a nuevas técnicas de construcción y de drenaje para reducir el espesor de los muros. La dilatación de volúmenes interiores, la multiplicación de aberturas, la distribución en galerías, el uso de la bóveda angular y el arco lobulado, los techados en forma de mansardas rematadas con cresterías, componen una arquitectura de una rara elegancia. Los constructores de Palenque usaron yeso para obtener un recubrimiento y acabado lisos en los muros de sus edificios, a diferencia de las construcciones mayas habituales, realizadas en piedra caliza labrada. Utilizaron, sin embargo, la labor de talla en los muros interiores, con buenos ejemplos de paneles de yeso cincelado en las paredes. Los relieves esculpidos en palacios y templos constituyen un testimonio único sobre la mitología y la historia de las dinastías mayas. Se han hallado también imágenes en estuco y terracota. La ciudad prehispánica de Palenque y el parque natural que la rodea fueron incluidos como bien natural-cultural en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, en el año 1987. Indice de textos El Templo de las Inscripciones, una de las más grandes y mejor conservadas estructuras de Palenque, se sustenta sobre un basamento de pirámide escalonada de nueve pisos y 21 m de alto, adosado en parte a una colina natural (fotos 13 y 14). En 1952 se descubrió una cripta en el interior de este basamento a nivel del suelo, en la que yacían los restos ornamentados con jade del soberano-sacerdote Pacal, que gobernó Palenque a principios del siglo VII d C. Antes del descubrimiento de la tumba real, que se esconde al pie de este monumento funerario al final de una larga escalera de dos tramos, bajo una enorme losa tallada con un célebre bajorrelieve, se creía que las pirámides mayas no eran más que basamentos macizos de templos. La construcción conserva tres paneles esculpidos con 617 bloques de glifos, la más larga de las inscripciones conocidas de escritura maya (de ahí el nombre del monumento). El santuario superior está compuesto de dos galerías paralelas, la del norte abriéndose a la plaza por un pórtico elevado sobre un podio con nueve escalones de acceso. Los pilares del pórtico están decorados con relieves modelados en estuco que representan hombres y mujeres llevando niños, con el rostro cubierto por una máscara, probablemente del dios de la lluvia, con una pierna serpentiforme. El llamado Palacio es un complejo arquitectónico erigido en la zona central de Palenque sobre una gran colina artificial de forma troncopiramidal de unos 10 m de altura, 100 m de largo y 80 m de ancho, que confiere al conjunto una posición privilegiada (foto 15). Construido en diversas etapas entre los siglos VII y VIII d C, cubriendo edificios más antiguos, consta de cuatro patios porticados en torno a los cuales se organizan las distintas dependencias, a los que se accede por una gran escalinata en tres tramos de nueve escalones de 63 m de ancho, que recubre otra anterior. El interior es un laberinto de galerías, cámaras, pasillos y túneles subterráneos, siendo los que dan al sur los más antiguos. El conjunto está dominado en el ángulo sudoeste por una torre de cuatro pisos, estructura única en el mundo maya, que pudo ser una torre de vigilancia u observatorio astronómico. El palacio posee muros paralelos albergando corredores cubiertos con bóvedas apuntadas del estilo de Palenque. El Patio Este está rodeado de galerías porticadas accesibles por escalinatas, cuyos escalones están decorados con glifos de escritura maya en cartuchos, y suben entre pares de rampas realizadas a base de planchas con esculturas en bajorrelieve representando figuras humanas de tamaño mayor que el natural (foto 16). Varias estelas inclinadas de piedra caliza corren por la base de la galería. Muestran los jefes tribales rindiendo pleitesía, en un estilo rudo que contrasta vivamente con la delicadeza de los estucos de los paneles interiores. Los pilares cuadrados de patios y galerías y los techos del Palacio de Palenque estaban cubiertos con decoración tallada de bajorrelieves en estuco pintados de vivos colores, de los que quedan restos. Estos bajorrelieves son verdaderas obras maestras de la escultura palencana. Despliegan una delicadeza y un sentido de la composición admirables. En la galería oriental (Edificio A) cada panel muestra un personaje de pie, entre otros dos personajes sentados con las piernas cruzadas (foto 17). Cada uno de los personajes principales porta los atributos de su poder: un rico tocado de plumas de quetzal en la cabeza, y en la mano un cetro ceremonial o bastón de mando. Indice de textos Más al sur destacan otros templos de gran belleza, todos ellos levantados sobre pirámides escalonadas que, bajo su manto de hierba, semejan colinas naturales (foto 18): - El Templo del Sol. Este templo, al igual que el de la Cruz y el de la Cruz Foliada, con los que forma los tres lados de una plaza aterrazada, se levanta sobre un basamento de pirámide escalonada, de cuatro cuerpos en este caso (foto 19). Se compone de dos galerías paralelas, la anterior abriéndose en pórtico de pilares (decorados con estucos, muy deteriorados) y accesible por una escalinata entre rampas. La techumbre, en forma de mansarda de cuatro vertientes, conserva trozos de su revestimiento decorativo. La crestería está formada por una pantalla de piedra perforada, casi intacta. En el muro del fondo de la galería interna hay empotrada una gran estela tallada en bajorrelieve. Entre dos columnas de glifos (de donde se ha fijado la fecha de 642 d C), se ven dos sacerdotes presentando ofrendas y un motivo central, símbolo del Sol, en forma de escudo mantenido por dos largos bastones ceremoniales reposando sobre un altar sostenido por dos personajes sentados. - El Templo de la Cruz. Se eleva sobre una pirámide escalonada al norte de la terraza que forma una plaza junto con el Templo del Sol. Tras su reciente restauración, donde se ha despejado la vegetación que enmascara el basamento, se puede acceder al templo por una escalinata central de siete tramos. Su fachada derrumbada nos permite ver la primera cámara interior, con su falsa bóveda y sus vanos. Se remata también por una crestería de claraboyas que antaño presentaría una decoración escultórica. El Templo de la Cruz debe su nombre a la gran estela esculpida encontrada en su cámara trasera, que tiene representada en el centro una cruz. Los dos paneles que flanquean la entrada fueron temporalmente reaprovechados en la construcción de la iglesia de Santo Domingo de Palenque, y representan sacerdotes ricamente vestidos y con un tocado muy elaborado. El de la derecha, un viejo vestido con una piel de jaguar, está fumando una especie de pipa. - El Templo de la Cruz Foliada. Situado en una aparente colina que es en realidad una pirámide escalonada de basamento sin despejar, posee la misma planta que los templos de la Cruz y del Sol. Al haberse hundido su fachada, permite ver el sistema de falsas bóvedas y ventanas lobuladas de su interior. Dentro se custodia una gran estela esculpida en bajorrelieve, muy parecida a la del Templo del Sol, con la diferencia de que aquí el emblema solar central está reemplazado por una cruz enramada o foliada (con hojas de maíz), decorada con cabezas humanas. Además de dos sacerdotes trayendo ofrendas, la estela presenta glifos de los que se ha podido calcular la fecha de 692 d C. - El Edificio XIV. Este pequeño templo se compone de un basamento de dos macizos escalonados sosteniendo una cella de tres cuerpos abierta en pórtico. Su interior guarda una estela esculpida en bajorrelieve, en estilo palencano clásico. Entre dos columnas de glifos, de donde se ha extraído la fecha de 636 d C, se ven dos figuras humanas. Es una escena de ofrenda, en la que una mujer arrodillada presenta una estatuilla del dios de gran nariz colocado sobre un cojín, a un personaje ricamente vestido y coronado con un tocado de plumas. - Al norte se localiza el Templo del Conde, así llamado por haber refugiado en el siglo XIX al arqueólogo barón J. F. Waldeck, que residió en las ruinas, las estudió y dibujó. Otros numerosos templos y construcciones salpican también la zona. Indice de textos
Los
50 km2
de ruinas escasamente exploradas de Cobá surgen de la selva del
Yucatán a 50 km al sur de Tulum. Sus gigantescas
pirámides
asoman por encima del piélago de árboles que se extiende
hacia todos los puntos cardinales, dispensando desde su cima vistas
panorámicas
de muchos kilómetros sobre la masa de verdor que sobrepasa el
horizonte.
Las
ruinas de la
ciudad maya
de Copán se encuentran en Honduras occidental, muy cerca de la
frontera
con Guatemala. Copán fue una importante urbe que destacó
en las artes y la astronomía, y que ha dejado un legado
arquitectónico
y escultórico sin parangón en el mundo maya en lo que
respecta
al nivel de maestría alcanzado por sus artífices. En el
arte
de Copán se conjuga el canon del clasicismo maya con el
más
desaforado abarrocamiento de formas visuales, junto a un claro sentido
del urbanismo y la monumentalidad, por lo que no es casual que la
ciudad
haya recibido el sobrenombre de la Alejandría del mundo
maya.
Quiriguá fue una antigua capital maya de los últimos siglos del Período Clásico. No muy lejos de Copán a vuelo de pájaro, pero separadas de esta ciudad por la actual frontera Guatemala-Honduras, las ruinas de Quiriguá duermen su sueño de siglos en el valle del río Motagua, en una región de cultivo bananero y exuberante flora tropical a base de palmeras, ceibas y caobas. Los vestigios arqueológicos de Quiriguá aportan al arte maya dos de sus elementos más originales: las estelas esculpidas (las más altas del mundo maya) y los altares llamados zoomorfos. La calidad de la escultura en estas piezas es excepcional y alcanza una de las cúspides del arte antiguo de América Central, constituyendo una de las más bellas expresiones, junto con las de Copán, de la plástica maya monumental. La llamada escuela de Motagua de escultura ejerció una influencia artística considerable en toda la región de Copán y Belice. Los monumentos esculpidos en Quiriguá contienen inscripciones jeroglíficas datadas que se refieren a acontecimientos sociales, políticos o históricos, y que han permitido reconstruir, en la escasa medida en que han sido descifrados, una buena parte de la Historia maya. Existen en Quiriguá: - 13 estelas - 12 esculturas zoomórficas La mayor de las estelas mide más de diez metros de alto. Son esculturas monumentales ejecutadas en monolitos de arenisca sin ayuda de herramientas de metal. Constituyen muestras indudables del extraordinario sentido estético y consumada destreza artística desarrollados por los escultores mayas del Clásico. Todas las estelas mayas de Quiriguá muestran un relieve con una figura de cuerpo entero y de pie en su cara principal, o a veces en sus dos caras. Se trata siempre de un soberano ricamente ataviado con suntuosas vestimentas y un tocado a base de máscaras superpuestas, que porta un cetro ceremonial o bastón de mando. La cabeza está por lo general realizada en altorrelieve, mientras que el resto del cuerpo y ornamentos están en bajorrelieve. Indice de textos En la Estela A es notable el estilo de los glifos de las caras laterales, que figuran entre los más bellos del arte maya; son llamados de cuerpo entero, por contraposición a los glifos comunes, que presentan solamente la cabeza de los personajes. La Estela D es una de las más altas y está fechada en el 766 d C. La Estela E, con sus 10,66 m, es la más alta de todas las halladas en las ciudades mayas y está fechada en el 9.17.0.0.0 13 Ahau 18 Cumkú, o sea, el 771 d C (Clásico Tardío). El motivo escultórico de cada una de las caras muestra a un soberano de frente y de pie sobre una máscara de monstruo terrestre o jaguar. Está ataviado con lujosas vestiduras. Porta en una mano un cetro-rayo ceremonial y en la otra una adarga circular. Su tocado está compuesto de varios yelmos rematados por una máscara y un penacho de plumas. Los costados de la estela están cubiertos con columnas de glifos de magnífica caligrafía. El Zoomorfo B está fechado en el 9.17.10.0.0, es decir, hacia el 780 d C. Es un bloque de arenisca esculpido con jeroglíficos en su superficie y que adopta, como el resto de los zoomorfos de Quiriguá, la forma general de un monstruo replegado de cuyas fauces abiertas surge una cabeza humana, que sería en realidad un soberano en el momento de acceder al trono. Este tipo de bloques zoomorfos en Quiriguá no está asociado a ninguna estela (como ocurre en Copán y otros centros mayas), sino que aparecen exentos, y no se trataría, por tanto, de altares, como a menudo se les denomina. Por el análisis de las dataciones se ha deducido que cada uno de los monumentos –estelas o zoomorfos– de Quiriguá señalaba un hotun o período de cinco años, pero que tales períodos se indicaban exclusivamente con uno u otro de los monumentos. Al pie de la escalera que asciende a la Acrópolis de Quiriguá por su lado sur, se han hallado los altares O y P, grandes bloques irregulares de piedra esculpidos en la época clásica tardía (hacia el siglo VIII d C), cada uno de ellos totalmente cubierto de complicados bajorrelieves en su superficie. Estas esculturas son a veces llamadas altares de sacrificios y otras zoomorfos, e integran en su decoración tanto figuras como glifos de escritura maya. El Altar P presenta al monstruo de la Tierra, de cuya garganta surge un personaje sentado con las piernas cruzadas y tocado con una tiara muy elaborada (foto 34). En la parte posterior de este monolito hay representada una enorme máscara dibujada con paneles de glifos de escritura maya. El resto de la superficie muestra unos bajorrelieves de intrincado diseño y difícil interpretación (foto 35). La Acrópolis de Quiriguá o Plaza de los Templos se extiende más allá de la terraza que se eleva al sur de la Plaza Ceremonial, y está a su vez rodeada de cuatro plataformas (salvo por un punto, al nordeste), accesibles por escalinatas repartidas por tres de sus lados. Sobre estas terrazas se levantan edificios, entre los cuales se reconocen palacios, o sea construcciones compuestas de varias cámaras que fueron tal vez residenciales, administrativas o que cumplieron ambas funciones a la vez. Indice de textos
Las
ruinas de
Edzná
son una destacada muestra de la grandiosidad y perfección que
alcanzó
el urbanismo en las ciudades mayas. Edzná fue un centro
ceremonial
a medio camino entre la región de Chenes (de chen, pozo natural
en lengua maya), y la región Puuc. La estela más antigua
encontrada en el lugar data del 672 d C.
Las ruinas de Uxmal, a 80 km al sur de Mérida, capital del estado mexicano de Yucatán, son las de una antigua ciudad maya, considerada como la más representativa del estilo arquitectónico Puuc, que tuvo su auge en el Período Clásico Tardío (600 - 900 d C). Tras el declive y abandono de las ciudades mayas de las Tierras Bajas del Sur, como Tikal, Uaxactún o Palenque, los conocimientos urbanísticos de la sociedad maya continuaron desarrollándose más al norte y alcanzaron su apogeo en la región Puuc, sobre todo en Uxmal. La construcción monumental en la urbe se paralizó tras la invasión de los toltecas hacia el año 1000 y el establecimiento como capital de Chichen Itzá. Sin embargo, Uxmal continuó habitada y participó políticamente en la Liga de Mayapán, según la historia legendaria maya. Cuando la Liga se extinguió, Uxmal, al igual que otras grandes ciudades del norte, fue abandonada (hacia 1450). Uxmal se halla en una zona de sabana rodeada de una región selvática. El suministro de agua dependía de cenotes (pozos subterráneos naturales) en el interior de la ciudad, o bien de aguadas (embalses de agua de lluvia). Las ruinas principales ocupan unas 60 hectáreas, pero las áreas residenciales se extendían por una zona mucho más amplia, actualmente oculta bajo un espeso manto arbóreo. Los edificios están construídos con bien labrados sillares de piedra caliza, enlucidos con yeso. Los sillares están encajados entre sí con tal habilidad que apenas se aprecia el mortero de unión. Los principales edificios de Uxmal son: - La Pirámide del Adivino. Este enorme santuario se compone de un alto basamento semielíptico que mide 85 m de largo, 50 m de ancho y aproximadamente 35 m de alto (foto 37). Su singularidad se basa en su forma, en las diferentes técnicas y, por tanto, en las diferentes épocas de su construcción, entre los siglos VI y X d C (Períodos Clásico Tardío y Postclásico). Conjuga influencias de los estilos Puuc, Chenes y, en menor medida, tolteca (templo que corona el edificio), así como venidas de Teotihuacán, a juzgar por las tres máscaras del dios de la lluvia del México central, Tláloc, que se descubrieron al excavar la base del edificio, donde aparecieron los símbolos del año a la manera de los de la gran ciudad del altiplano mexicano. La fachada principal oeste posee una empinada escalera que conduce al estrecho rellano que remata la base del segundo macizo de la pirámide. A la derecha de la escalera se halla la entrada a una construcción que se prolongaba bajo los escalones. De un lado y otro de esta puerta se ven columnillas de piedra ornamentales, coronadas por una moldura de grecas, crótalos y ligaduras finamente talladas. Justo enfrente del primer tramo de escalones se abre una construcción, llamado edificio Chenes, que está adosada al segundo piso del zócalo piramidal. Compuesto de dos cámaras cubiertas de falsas bóvedas, es accesible por un vano inscrito en las fauces abiertas de una máscara del dios Chac, cuyos dientes recubren el dintel. El resto de la decoración de la fachada de este templo está compuesto por máscaras más pequeñas, superpuestas en los ángulos, y por paneles de celosías. Dos escaleras laterales, a un lado y otro del edificio Chenes, permiten ascender a la terraza superior y al templo que corona la pirámide, formado por tres cámaras y decorado en estilo Puuc con influencia tolteca, a base de paneles de platabandas entrelazadas y estatuas hoy en día desaparecidas. - El Cuadrilátero de las Monjas. Apodada así por los españoles al evocarles las formas de un convento, esta gran construcción restaurada se compone de un patio central en forma de cuadrilátero irregular de unos 65 m por 45 m, rodeado de cuatro edificios, uno por cada lado, de los cuales el del norte es accesible por una amplia escalinata entre dos pórticos. El edificio oriental está formado por dos galerías paralelas compartimentadas por muros con una división más compleja que la de los otros edificios. Su decoración también es diferente y está constituida, además de por las máscaras superpuestas encima de la puerta central y en los ángulos, por un largo friso de platabandas entrecruzadas, como si fueran celosías, sobre el cual destacan seis motivos compuestos por ocho barras paralelas, formando trapecios regulares (fotos 38 y 39). Cada barra termina en una cabeza de serpiente, creando series de serpientes de dos cabezas (un motivo recurrente en la mitología y el arte mayas); otras teorías las interpretan como cabezas de jaguares, y las barras serían cetros ceremoniales, símbolo emblemático de poder. En el centro de cada trapecio aparece una cabeza estilizada que posiblemente retrata a un soberano. El edificio occidental se eleva sobre una terraza accesible por escalinata. Se compone de una serie de cámaras que se abren al patio y al exterior. Encima de la puerta central que da al patio se ve un trono sobre el que se sentaba un personaje hoy desaparecido. El friso sobre las puertas está decorado de máscaras superpuestas, mientras que las puertas de los extremos están rematadas con representaciones de la cabaña maya, y los ángulos del edificio con máscaras superpuestas. El resto del friso, entre dos molduras salientes, está ocupado con bellos paneles de celosías, serpientes entrelazadas y motivos geométricos (foto 40). - El Palacio del Gobernador. Sobre una vasta explanada de 181 m por 153 m, mantenida por muros de sostén de 12 m de alto, se eleva el largo edificio llamado Palacio del Gobernador sobre un basamento de dos pisos con muros en talud (foto 41). Mide 122 m de largo y 27 m de ancho en la base, con una altura de 7,80 m. Este edificio, considerado como el más destacado ejemplo de arquitectura Puuc, está dividido en tres partes por dos pasos abovedados que conectan las terrazas delantera y trasera del monumento, que era probablemente el centro administrativo de la ciudad. Todas las puertas dan acceso a salas del palacio que dan a la fachada principal. A lo largo de la parte superior de la fachada y sólo interrumpido por las dos falsas bóvedas de los pasos transversales (foto 42), corre un amplio friso en mosaico de piedra, entre dos molduras. La puerta central del ala media del palacio está coronada por un motivo que se puede ver también en el Cuadrilátero de las Monjas: un personaje sentado en un trono y ataviado con un enorme tocado de plumas. Otros motivos, cuidadosamente ejecutados, representan la cabaña maya, serpientes, máscaras, adornos geométricos, etc. El motivo central de la cornisa superior está formado por serpientes ondulantes. En la explanada delante del palacio se eleva un altar de planta cruciforme con una escultura que representa dos antecuerpos de jaguar. Indice de textos
Además de Uxmal, existen otras notables ruinas mayas perdidas entre los bosques de la región, conocida como Zona Puuc o de las Colinas, y que son muy características del barroco y refinado estilo artístico que se ha dado en denominar precisamente Puuc: - Kabah - Sayil - Labná - Cuevas de Loltún De cada uno de estos lugares, pródigos en edificios arruinados de gran originalidad artística, hemos seleccionado el monumento más representativo: Kabah El edificio más importante de Kabah es el Palacio de las Máscaras o Codz Poop ('estera enrollada'). Data del siglo IX d C y tiene una fachada de 45 m de longitud, literalmente cubierta por una decoración compuesta de 260 efigies idénticas y yuxtapuestas del dios de la lluvia Chac (fotos 43 y 44), bajo una crestería de motivos geométricos repetidos, asociando así en el programa decorativo los símbolos del sol y los de la lluvia. La construcción se levanta sobre una terraza encima de un chultún o cisterna. Interiormente se compone de dos series paralelas de cinco cámaras cubiertas de falsas bóvedas, dispuestas a dos niveles diferentes. Una de las puertas está precedida de un escalón en forma de nariz de trompa enrollada, de ahí el nombre de Codz Poop dado al edificio. Indice de textos Sayil No lejos de Kabah, el sitio de Sayil es especialmente famoso por su gran Palacio de tres pisos escalonados (foto 45). El edificio se levanta en un área de 85 por 40 m y posee una imponente escalinata central. Sus tres tramos de escaleras conducen a las siete puertas de las cámaras del nivel más alto. En el piso intermedio es donde el Palacio de Sayil contiene los elementos más interesantes. En lugar de una simple puerta cuadrada, hay una amplia arcada en la parte frontal de la construcción, en forma de pórticos, sus vanos subdivididos en tres huecos por medio de pares de columnas. Estas columnas redondas, monolíticas o de dos piezas, están coronadas por ábacos. Soportan un friso poblado de dioses -en particular con efigies del Dios Descendente (con las piernas en alto, como si se lanzara al mar, motivo que volverá a aparecer en Tulum) y de Chac, dios de la lluvia, así como de serpientes celestes representadas de perfil con las fauces abiertas. Al nivel de las ventanas, entre los pórticos, filas de balaustradas con anillos, apretadamente yuxtapuestas en secciones decorativas, puntúan la fachada, y reflejan en piedra un tipo de arquitectura anterior realizada con materiales más perecederos. Los cilindros de piedra contribuyen también a realzar los frisos alternando su verticalidad con las formas horizontales de las deidades. Por fin, pequeños elementos cilíndricos, situados entre dos bandas salientes, forman cornisas y molduras que rodean la totalidad de la fachada. Además de su decoración altamente estilizada, el perfil y las proporciones del edificio derivan claramente de un prototipo anterior de madera. Indice de textos Labná Labná es un sitio de la región Puuc renombrado sobre todo por su singular Arco, cuya apariencia recuerda a primera vista a la de un arco de triunfo romano (foto 47). La falsa bóveda de intradós cóncavo y gran altura forma un paso entre los dos cuerpos laterales, decorados con un ancho friso entre dos cornisas con motivos geométricos a base de líneas quebradas y de grecas dobles simétricas. Mientras la cara oriental es más sobria, la occidental está cubierta con un esquema decorativo simbólico. A cada lado del arco se abren sendas puertas que dan a dos pequeñas cámaras abovedadas. Sobre ellas, el friso muestra representaciones de cabañas mayas con un alto techado de paja, junto a un motivo de platabandas cruzadas que imita la construcción en celosía de las chozas. En realidad este arco no estaba exento en su tiempo, sino que formaba parte de un edificio que separaba dos patios cuadrangulares rodeados de construcciones. El arco sería más bien un portal abovedado de conexión entre los dos patios. Con sus 3 x 6 m de pasillo, este arco de genuino estilo Puuc figura entre los más grandes y ornamentados de la arquitectura maya. Indice de textos Cuevas de Loltún Enclavadas entre Labná y Oxkutzcab, en la zona Puuc, estas cuevas, las más grandes de Yucatán, son además un importante sitio arqueológico. Loltún significa en maya Flor de Roca. Aparte de las formaciones estalactíticas naturales (foto 48), estas cuevas encierran vestigios de su uso como centro ceremonial por los antiguos mayas. Se pueden ver relieves (un guerrero, tal vez del Preclásico Tardío, a la entrada), pinturas a menudo muy borradas (improntas de manos, animales, personajes de perfil maya, motivos geométricos), inscripciones rupestres y artefactos manufacturados y usados por los indígenas como metates de piedra (para moler maíz). Hay chaltunes situados estratégicamente bajo las goteras del techo para recoger el agua. A este agua se le llamaba 'agua virgen' y era importante en las ceremonias que los mayas dedicaban al dios de la lluvia. Las excavaciones efectuadas en las capas más profundas acumuladas en la gruta han desenterrado osamentas de animales del pleistoceno, de hace aproximadamente 28.000 años, e instrumentos líticos, dejados por los hombres que vivieron en este lugar hace 8.000 años. Indice de textos
Chichen Itzá es una de las más importantes ciudades mayas del Postclásico. Dispersas por una superficie de 300 hectáreas al norte de la península del Yucatán, con su núcleo principal al sur del gran Cenote de Sacrificios, las construcciones de Chichen Itzá amalgaman las tipologías arquitectónicas maya y tolteca, éstas últimas de gran parecido estilístico con las de Tula. Las frecuentes representaciones de Quetzalcoatl o dios de la serpiente emplumada, y las estatuas de Chac Mool, son algunos de los signos evidentes de las influencias toltecas procedentes del centro de México. Los monumentos de Chichen Itzá se encuentran entre las obras maestras de la arquitectura mesoamericana por la belleza de sus proporciones y la calidad de su decoración esculpida. Cronología: 415 - 455 d C: Aparece al sur, cerca del cenote de Xtoloc, la primera aglomeración, durante la época Clásica. Siglos VI a X d C: Se elevan monumentos como la Pirámide de las Monjas, la Iglesia o el Chichanchob, en el estilo Puuc, característico de las colinas al sur (Uxmal, Labná...). 967 - 987 d C: Migración de los guerreros toltecas de la meseta mexicana en dirección sur. Kukulkan, rey de Tula, toma la ciudad. Segunda fundación, y construcción de los edificios más importantes en un estilo nuevo con aportaciones toltecas (Pirámide del Castillo, Templo de los Guerreros, Juego de Pelota...). Después del siglo XIII no se construyen más monumentos. La ciudad se extingue rápidamente tras la caída de Mayapán. El obispo Diego de Landa visita las ruinas en 1556. En 1841 se comienzan los trabajos arqueológicos de excavación y reconstrucción. La ciudad prehispánica de Chichen Itzá figura en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1988. Indice de textos Los lugares y monumentos más destacados de Chichen Itzá son: - El Cenote de los Sacrificios. Al norte de la ciudad se abre un gran pozo natural de 60 m de diámetro, cuyas paredes, de 20 m de altura, debieron ser alisadas por la mano del hombre. Es uno de los dos grandes cenotes que proveían de agua a la ciudad y que le dieron su nombre actual: en maya, 'chi' es bocas, 'chen' es pozos e Itzá da nombre a la tribu asentada en la urbe; luego Chichen Itzá significaría 'las bocas de los pozos de los Itzá'. A 20 m de profundidad bajo el agua, Edward Thompson descubrió, con ayuda de dragas y buceos, gran cantidad de ricas ofrendas rituales depositadas en el fondo: discos de oro repujado, cascabeles de oro, plata y cobre, joyas de jade, cristal de roca y ámbar, objetos esculpidos en hueso y en nácar, cráneos deformados, dientes mutilados, así como los esqueletos de trece hombres, ocho mujeres y veintiún niños de entre uno y doce años, que debieron ser sacrificados a Chac, dios de la lluvia, en tiempos difíciles (hambrunas, sequías, epidemias, derrotas bélicas). Durante las épocas de sequía acudían peregrinos de todo el orbe maya a rogar al dios de la lluvia el cese de la calamidad. En base a los objetos encontrados en el fondo del cenote, se ha deducido que los sacrificios tuvieron lugar desde el siglo VII d C hasta la llegada de los españoles. Se sabe que el príncipe Napot Xiú fue asesinado en 1536 al dirigirse desde su capital, Maní, a Chichen Itzá, donde deseaba practicar sacrificios con el fin de conjurar el peligro de los conquistadores. La exploración del cenote fue retomada en 1960-61 con inyectores y aspiradores a presión, y dio como resultado el descubrimiento de otras numerosas ofrendas y fragmentos de tejidos. - Pirámide de Kukulkán, llamada El Castillo. Construcción de planta cuadrada, en el centro de la ciudad, los lados de la base miden 55,50 m. De ángulos ligeramente redondeados, se compone de nueve pisos escalonados, decorados con paneles de piedra entrantes y salientes que aumentan los efectos de claroscuro (foto 49), y realizan juegos de sombras con la luz rasante del sol. En la cima se eleva, sobre una plataforma accesible por cuatro escaleras radiales, el templo propiamente dicho. Cabezas de serpiente rematan las rampas laterales en las bases de las cuatro escalinatas de acceso (foto 50). Los días de equinoccio, en marzo y septiembre, se ha verificado que los rayos del sol poniente proyectan un juego de luces y sombras sobre el lateral del barandado, creando una especie de cuerpo ondulante de serpiente que desciende hacia las cabezas en la base de la rampa. La orientación de la pirámide hace que los rayos del sol sean interceptados por los ángulos de los macizos escalonados de la pirámide y proyecten triángulos isósceles luminosos que van apareciendo uno tras otro hasta siete, dirigiéndose de la cima a la base, como si una serpiente descendiera del cielo a la tierra. Luego el fenómeno se invierte y las luces ascienden hasta que el sol se pone. En el siglo XVI, en Maní, se celebraba aún una fiesta en honor de Kukulkán, según Diego de Landa. Se llevaba a cabo el 16 del mes maya de Xul (noviembre), y conmemoraba el descenso a la tierra de Kukulkán con su posterior regreso al cielo, lo que recuerda el fenómeno luminoso que se produce en la pirámide. Indice de textos - El Templo de los Guerreros es un insigne ejemplo del sentido estético y monumental de la arquitectura maya-tolteca del siglo XII. Está formado por una pirámide cuadrada de 40 m de lado en la base, con cuatro macizos superpuestos escalonadamente, cubiertos de paneles decorados con personajes y animales devorando corazones humanos, sobre los cuales se eleva el templo propiamente dicho. Se penetra en él por un portal de tres vanos entre dos pilares en forma de serpientes, con la cabeza en la base y las colas sujetando el dintel (foto 51). Delante del pórtico se halla la figura recostada del llamado Chac-Mool, que es una divinidad de origen muy discutido (¿es el dios de la fertilidad, del fuego o del pulque, es decir, Texcatzontecatl?). Sobre el vientre sostiene una bandeja donde se depositaban las ofrendas de pulque o de sangre humana, o bien se colocaban los corazones de las víctimas de los sacrificios. El templo estaba compuesto por dos salas hipóstilas, cuyos pilares, ornados de relieves, soportaban bóvedas de tipo maya. La fachada y las paredes externas, apoyadas sobre una cornisa que corona un muro en talud, están decoradas con series superpuestas de máscaras de estilo Puuc, con narices protuberantes en forma de trompas, y de altorrelieves mostrando cabezas de serpientes con seres humanos entre sus mandíbulas sobre fondos de bajorrelieves de aves en visión frontal, este último motivo repetido en todos los muros exteriores del templo. - El Tzompantli o Muro de Cráneos es una larga plataforma con un saliente central que sostenía un tinglado donde se exponían, en perchas dispuestas horizontalmente, los cráneos de los prisioneros sacrificados. Los muros de la base están decorados con relieves de calaveras en varios registros (foto 52), y en el cuerpo central saliente, con águilas y guerreros sujetando cabezas cortadas. - El Gran Juego de Pelota. De los al menos seis juegos de pelota que había en Chichen Itzá, el principal mide 166 m de largo y 68 m de ancho, y es a su vez el más grande de todo Mesoamérica (foto 53). La cancha de juego está delimitada por dos largas terrazas, salvo en los extremos que se ensanchan para formar una doble T, planta característica de los juegos de pelota del México central. La terraza oriental está coronada por el Templo de los Tigres, con un pórtico cuyo dintel está sostenido por dos columnas serpentiformes (foto 54). Las jambas llevan bajorrelieves, antaño pintados. En las bancadas de la parte baja de las terrazas se representa en bajorrelieve a los dos equipos del juego asistiendo a la decapitación del capitán del equipo perdedor. Los jugadores de pelota, suntuosamente vestidos, se dirigen en dos filas convergentes hacia un motivo central que simboliza la muerte; el jugador de la fila de la derecha es decapitado y de su cuello cortado surgen chorros de sangre en forma de serpientes y guirnaldas de flores y hojas; frente a él, el primer jugador de la fila de la izquierda sujeta la cabeza cortada del capitán del equipo contrario, y el cuchillo de obsidiana que se utilizó para el sacrificio. Indice de textos - El Observatorio de Chichen Itzá o Caracol es un singular monumento que parece haber sido un observatorio astronómico (foto 55). Está formado por una torre cilíndrica elevándose sobre una doble plataforma, con escalinatas de acceso. La torre, de muros muy espesos, de 11 m de diámetro, es accesible por cuatro estrechas puertas. El perfil exterior, que recuerda la cúpula de un observatorio astronómico moderno, es en realidad el resultado casual del derrumbamiento de los muros superiores del cilindro. El interior se compone de dos corredores anulares en torno a un macizo central, donde fue construida una escalera de caracol (de ahí el nombre del edificio) que conduce a una cámara rectangular muy arruinada, con una puerta y siete orificios rectangulares muy estrechos, que debieron servir, a juzgar por su posición, para determinar los equinoccios y los solsticios. - La Pirámide de las Monjas, llamada así por los conquistadores españoles, es un enorme edificio piramidal compuesto por una alta plataforma de 10 m, planta rectangular y ángulos redondeados, accesible por una amplia escalinata, coronada por un templo. Este templo contiene varias cámaras unidas por un tejado en forma de mansarda y el exterior decorado con motivos geométricos y de celosía. La pirámide, como tantas otras en el mundo maya, es el resultado de la superposición del edificio sobre una estructura anterior, que queda preservada debajo de la nueva construcción externa. Le Plongeon exploró este edificio con dinamita y provocó una amplia brecha en el basamento más reciente, exponiendo así a la luz del día el más antiguo. - El edificio llamado Anexo Este está adosado contra el paramento oriental de la plataforma base de la Pirámide de las Monjas. Posee varias cámaras. La fachada principal está adornada de una profusión de motivos (máscaras superpuestas de estilo Puuc, serpientes estilizadas, molduras geométricas, cornisas complicadas, etc.), mientras la puerta está rematada en su dintel con colmillos animales, evocando las fauces del monstruo cósmico a la manera del estilo Chenes. Sobre la puerta se ve la figura sentada en postura de piernas cruzadas de un soberano, llevando un tocado de plumas y ocupando el centro de un curioso motivo radiante que recuerda a una mandorla medieval (foto 56). La deificación del príncipe maya se afirma vigorosamente en esta escultura. - La llamada Iglesia es un edificio exento, y se cuenta entre los monumentos más ricamente decorados de la zona arqueológica más antigua de Chichen Itzá (foto 56). Se caracteriza por un trabajo ornamental muy denso que mezcla elementos de los estilos Chenes y Puuc. Los motivos decorativos se entrelazan intrincadamente en cornisas, frisos y paneles esculpidos. Pueden verse grecas, máscaras del dios Chac y, en el mismo friso, dos paneles con los cuatro bacabs o hermanos portadores del cielo disfrazados de cangrejo y armadillo por un lado, y de caracol y tortuga por el otro. Por encima de una ancha cornisa, el friso superior está constituido de máscaras. Indice de textos
La ciudad de Tulum, a orillas del mar Caribe (foto 57), en la reserva de la biosfera de Sian Ka'an, estaba fortificada por una muralla de planta cuadrangular. Se ha identificado con la ciudad de Zamá, que Juan de Grijalva descubrió en 1518 en su expedición a lo largo de la costa Este de Yucatán, y a la que comparó con Sevilla. Supuestamente fundada en época Clásica, en el siglo VI d C, todos los edificios que restan en Tulum son posteriores al siglo XII d C, y revelan en la pequeñez de sus dimensiones (foto 58) e irregularidad de sus formas la decadencia del arte y la civilización maya durante este período. La ciudad permaneció habitada hasta 1544 cuando los conquistadores españoles sometieron el nordeste de Yucatán. - La muralla, con una media de 3 a 5 m de alto y 6 m de espesor, y realizada en piedras sillares de tamaños y formas irregulares, estaba perforada por cinco puertas. En sus ángulos se elevaban pequeños templos unicelulares a modo de torres de vigía. La muralla, que da su actual nombre a la ciudad ('tulum' significa muralla o fortificación) es un elemento constructivo muy poco habitual entre los mayas, y sólo aparece en las ciudades tardías, como Tulum y Mayapán. - El Complejo de El Castillo es un conglomerado urbano que se asoma sobre los acantilados que dan a la playa, creado a partir del engrandecimiento y remodelado sucesivos de estructuras anteriores más pequeñas. Una amplia escalera conduce a la plataforma superior de este santuario, el mismo que Juan de Grijalva tomó por una torre al divisarlo desde el mar. - El Templo del Dios Descendente tiene un nicho sobre la puerta que enmarca un relieve en estuco del Dios Descendente, tema frecuente en Tulum y mencionado en el Popol Vuh. Esta composición simboliza la muerte del grano de maíz en tierra, que renacerá por la germinación. Otras interpretaciones afirman que se trata del planeta Venus o del dios de las Abejas. - El Templo de la Serie Inicial es un oratorio abovedado y adornado con relieves en estuco, cerca del cual se ha descubierto una estela maya fechada en el año 564 d C. - El Templo de los Frescos. Resultado de la ampliación de una pequeña estructura inicial, se abría al oeste hacia la calle principal. Comprende cuatro columnas irregulares coronadas por un ábaco. El interior de la cámara baja posee frescos murales postclásicos representando deidades estilizadas, siguiendo el modelo de los manuscritos mexicanos tardíos. Encima del arquitrabe se distingue un friso de dos registros, dividido en cuatro secciones por tres nichos que albergan esculturas en estuco. La del centro es el 'Sol que cae'. Las laterales representan personajes sentados con penachos muy elaborados. En las esquinas del friso se aprecian mascarones angulares (foto 59) modelados en estuco, antaño pintados, del viejo dios Itzamná o de la divinidad de la lluvia, Chac. La cámara superior presenta una fachada sobria con un nicho sobre la puerta de entrada que enmarca un relieve en estuco, probablemente del Dios Descendente. - La llamada Estructura 35, en la zona norte de Tulum, es un santuario con una pequeña construcción adosada en el ángulo suroeste, construido sobre una gruta natural utilizada como cenote o estanque sagrado. Indice de textos Xelhá A una decena de kilómetros de Tulum, cerca de los lagos coralinos de Xelhá, pueden entreverse en medio de la vegetación selvática las modestas ruinas escasamente estudiadas de ciertas construcciones mayas tardías, como una pirámide, el templo del Jaguar, el Mercado y el templo de los Pájaros. - El Templo de los Pájaros conserva algunos frescos polícromos. A duras penas se distinguen los perfiles y las colas emplumadas de los pájaros (foto 60), además de al dios de la lluvia Chac. Indice de textos LOS MAYAS Una civilización desaparecida Bibliografía: - Baudez, Claude / Picasso, Sydney. Las ciudades perdidas de los mayas. (Aguilar Universal. Arqueología. Aguilar, S.A. de Ediciones. Madrid, 1990)- Catherwood, Frederick. Ilustraciones. Les cités mayas. Un monde perdu et retrouvé. Texto: Pascal Mongne, Philippe Babo. (Bibliothèque de l'Image, 1993) - Prem, Hanns J. / Dyckerhoff, Ursula. El antiguo México. Historia y cultura de los pueblos mesoamericanos. (Plaza & Janés Editores, S.A., Esplugues de Llobregat, Barcelona, 1986) - Rocchi, Carla. Capítulos Mesoamérica, en Arqueología de las ciudades perdidas. Vol. 8. América precolombina. Medievo (Salvat, S.A. de Ediciones. Pamplona, 1989) - Stephens, John Lloyd. Ilustraciones: Frederick Catherwood. Incidentes de viaje en Chiapas. Traducción Juan C. Lemus, a partir de los capítulos XIV a XXI del texto de John L. Stephens 'Incidents of travel in Central America, Chiapas and Yucatan' (Gobierno del Estado de Chiapas, México, 1989) - Stephens, John Lloyd. Ilustraciones: Frederick Catherwood. En busca de los mayas. Viajes a Yucatán. Tomo I (Producción Editorial Dante, S.A. México, 1990) - Stierlin, Henri. Mayan. (Architecture of the World. Benedikt Taschen) - Stierlin, Henri. The Maya. Palaces and pyramids in the rainforest. (Colección Taschen's World Architecture. Taschen. Köln, 1997) - UNESCO, El Patrimonio Mundial. (Ediciones San Marcos, S.L. Editorial Incafo, S.L. Madrid, 1994) - V.V.A.A. Los mayas del período clásico. (Corpus Precolombino. Sección Las civilizaciones mesoamericanas. Lunwerg Editores, S.A. Barcelona, 1998) - V.V.A.A. Mundo maya. (Acento Editorial, Madrid, 1995) Indice de textos |
LOS MAYAS
Una
civilización desaparecida
92 fotografías on line
Indices de fotos Indice 1 Los Olmecas. Tikal Indice 2 Palenque. Cobá. Edzná Indice 3 Copán. Quiriguá Indice 4 Uxmal. Kabah. Sayil. Labná. Loltún Indice 5 Chichen Itzá. Tulum. Xelhá |
Otras exposiciones de fotografías de América precolombina en fotoAleph | |
LOS INCAS El eclipse de una civilización El encuentro del 'Viejo Mundo' con el 'Nuevo Mundo' supuso el principio del fin de algunas de las más avanzadas civilizaciones indígenas que habían florecido en la América precolombina. Una de ellas fue la de los incas del Perú, que los conquistadores españoles conocieron en el momento de su máximo esplendor, y que en pocos años sometieron a una total destrucción. Su memoria perduró a pesar de todo, y no hay más que contemplar los grandiosos restos que los incas dejaron en tierras peruanas –no solo en Machu Picchu– para percatarse del inmenso poderío y asombroso nivel de progreso que llegó a alcanzar esta cultura andina, sobre todo en aspectos como la arquitectura, el urbanismo y la ingeniería agrícola. Más información |
|
LOS GEOGLIFOS DE
NAZCA Nuestro planeta está lleno de misterios que la ciencia no ha sabido todavía desentrañar. Uno de los enigmas arqueológicos más intrigantes y que más controversias suscita es el de los geoglifos de Nazca. Más de mil años antes de la llegada de los españoles a América floreció en el Perú una civilización autóctona, conocida como 'los nazcas', cuyos miembros se dedicaron durante siglos a trazar en las desérticas planicies de su territorio un sinfín de líneas rectas de kilométrica longitud, así como enormes dibujos representando hombres, animales y plantas, que solo podían ser apreciados en su integridad vistos desde el cielo. ¿Para qué fueron creadas estas líneas y figuras? ¿Qué significan? Más información |
|
EL MISTERIO DE
TIAHUANACO Muchos siglos antes de la llegada de los españoles a América, floreció en las inhóspitas altiplanicies de lo que hoy es Bolivia una avanzada civilización urbana que llegó a convertirse en un poderoso imperio, anterior al de los incas del Perú, para luego desvanecerse por causas que se desconocen. Su capital era Tiahuanaco, un centro político y ceremonial del que podemos intuir su importancia por las extraordinarias ruinas que nos han llegado, que, aunque meros rescoldos de su pasado fulgor, dan fe del elevado nivel que alcanzaron el arte y la arquitectura en este lugar. Quiénes construyeron estos templos, y cómo lo hicieron, son preguntas que están todavía por responder. Más información |
|
Otra colección de
fotografías de Guatemala en fotoAleph |
|
ENTRE
VOLCANES Antigua Guatemala Antigua Guatemala es una de las poblaciones latinoamericanas que mejor han sabido conservar la atmósfera encantada de las viejas ciudades coloniales del Nuevo Mundo. Y lo ha hecho –doble mérito– teniendo que librar una lucha titánica contra las furias de la Naturaleza, en una de las regiones de mayor actividad volcánica y sísmica del continente. Una y otra vez Antigua ha renacido de sus escombros, de la pavorosa destrucción acarreada por los cataclismos naturales que tornan con fatal periodicidad a sumirla en ruinas. Una y otra vez sus habitantes relevantaron con tesón iglesias, palacios y viviendas para devolver a la vida esta joya del urbanismo y de la arquitectura barroca, en la que se respira, mezclada con aromas y colores indígenas, la añoranza de tiempos que volaron para siempre. Más información |
|
Otras exposiciones de fotografías de América en fotoAleph | |
BOLIVIA.
Entre la tierra y el cielo LATIN AMERICAN GRAFFITI LOS COLORES DE CUBA EL JARDIN DE LA PATAGONIA ISLAS GALAPAGOS. Donde el fuego se funde con el mar MIRADAS HACIA EL RIO NUEVA YORK. La jungla de los rascacielos |
|
LOS MAYAS
Una civilización desaparecida
fotoAleph
Principal
| Exposiciones
| > Colecciones
| Galeria
Pintura
| Autores
| Compra
| Preguntas
| Enlaces