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Indices de fotos Indice 1 Egipto Indice 2 Egipto Indice 3 Yemen Indice 4 Marruecos. Turquía |
Indice de textos La carne y el Corán (introducción) 1 El arduo camino de aproximación al Corán 2 Preceptos del Corán, pilares del Islam 3 El Corán corrobora la Biblia 4 Normas coránicas sobre la carne 5 El mercado y la gastronomía de la carne 6 Epílogo por la paz |
Vi una
pequeña esfera tornasolada, de casi
intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego
comprendí que ese movimiento era una ilusión producida
por los vertiginosos espectáculos que encerraba. El
diámetro del Aleph
sería de dos o tres centímetros, pero el espacio
cósmico estaba ahí, sin disminución de
tamaño. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto... (Jorge Luis Borges, extractos de El Aleph) Vi vaqueros y pastores beduinos que guiaban sus ganados hasta los oasis y pueblos del desierto, para vender sus reses en los zocos. Vi los mataderos donde sacrificaban esas reses, que, con las testas orientadas hacia la Meca, eran desangradas hasta no dejar una gota en sus venas. Vi familias degollando el cordero en conmemoración del sacrificio de Abrahán. Las vi ayunando en Ramadán durante el día y celebrando alegres festejos por la noche. Y siempre invocaban el nombre de Alá antes de empezar a comer, y al terminar de comer nunca se olvidaban de dar gracias a Alá. Vi las carnicerías donde se expende la carne que es lícita para los musulmanes por haber sido tratada siguiendo los preceptos del Corán. |
La carne y el Corán |
Bism'illah
arrahman
arrahim. En el nombre de Dios, clemente y misericordioso. Con esta invocación ritual empieza el
Corán,
libro sagrado de los musulmanes y texto fundacional del Islam, y de la
misma manera comienza cada uno de los 114 suras o azoras
(capítulos;
del árabe, surah) del Libro, a excepción del sura
IX, de Attauba o del Arrepentimiento, debido a que este
apartado
sólo contiene conminaciones para los idólatras mientras
que
la sentencia encabezadora mencionada constituye un anuncio de
paz. En el nombre de Dios,
clemente y
misericordioso. Cada vez que los musulmanes se disponen a comer, pronuncian previamente la palabra Bism'illah como un breve rezo de invocación a Allah (Dios), y tampoco olvidan dar gracias a Dios al terminar la comida (Al-hamdul'illah). El bism'illah también encabeza los documentos legales y de transacciones comerciales, y es citado como protocolo previo en todo acto oficial. Aparece también en amuletos contra el mal de ojo, y los magos aseguran que está inscrito en el costado de Adán, en un ala del arcángel Gabriel, en el sello de Salomón y en la lengua de Jesucristo. Indice de textos El mismo Corán exhorta a agradecer a Dios por los alimentos y bienes de que disfrutan los humanos en la Tierra, pues todos provienen de Él como creador del universo, y son proporcionados al hombre merced a su misericordia. Y prohibe comer ningún animal que haya sido sacrificado invocando otro nombre que no sea el de Dios: (Dios) creó para vosotros los ganados, de los que obtenéis abrigo, alimento y otros beneficios; Y os proporcionan encanto cuando los lleváis al corral, y cuando por la mañana los conducís a pastar. (...) Y también creó para vosotros el caballo, el mulo y el asno, para cabalgarlos y para lucimiento, y creará también para vosotros cosas que desconocéis. (...) Él os envía el agua del cielo que bebéis, y gracias a la cual surge la hierba con que apacentáis vuestros ganados. Y con la que brotan las plantas, los olivos, las palmeras, las vides y todo tipo de frutos. Ciertamente que aquí hay una señal para quienes piensen. (Sura XVI, de Annahi o de las Abejas, 5-11) ¡Creyentes! Disfrutad
de todo
lo bueno que os ha sido concedido y agradecédselo a Dios, el
único,
a quien adoráis. Comed de aquello sobre lo
que haya
sido invocado el nombre de Dios, si creéis en sus aleyas.
No comáis de aquello
sobre
lo que no haya sido invocado el nombre de Dios, porque es una
profanación,
y porque los demonios incitan a quienes lo hacen para condenarlos. Mas
si les obedecéis, os contaréis entre los idólatras.
Indice
de textos |
1. El arduo camino de aproximación al Corán |
Alif, Lam, Ra. He
aquí las
aleyas del Libro lúcido. Que ha sido revelado en lengua arábiga para que lo comprendáis. (Sura XII, de Yusuf o de José, 1, 2) La palabra Qur'an (castellanizada como
Corán)
significa 'recitación', y sugiere que su contenido era recitado
o leído ante determinadas audiencias. No se refiere a un libro
en
su conjunto, sino a una revelación, por partes o en su
totalidad,
y también a la revelación divina en general. El
Corán
sería así una recopilación por escrito de una
serie
de revelaciones parciales, ocurridas en el transcurso de unos veinte
años
de la vida de Mahoma (Muhammad), en escenarios como la Meca o Medina,
ciudades
santas enclavadas en la actual Arabia Saudí. Los adeptos del Libro (la
Biblia) no se dividieron hasta
después
de haberles llegado la Evidencia. Mahoma se consideraba a sí mismo como un
simple
Mensajero o vehículo transmisor de la palabra de Dios, un
predicador
que se limitaba a recordar a sus gentes los preceptos divinos, los
mensajes
(tanto albriciadores como amonestadores) que el Señor enviaba a
la Humanidad para guiar a los seres humanos por el recto camino, que
contienen
promesas de recompensa paradisíaca para los fieles y de castigo
infernal para los incrédulos. Sus principales ataques no iban
dirigidos,
pues, a los creyentes en el judaísmo o el cristianismo, sino a
los
no-creyentes, los idólatras o los ateos. Y reveló al siervo
de Dios
lo que Él reveló a Gabriel. (...) 'Con mi castigo azoto
a quien
quiero; mi clemencia lo abarca todo, y la otorgaré a los
temerosos
(...) que sigan al Apóstol, el Profeta iletrado que es
mencionado
en su propia Biblia y en el Evangelio, que les llamará a hacer
el
bien y les vedará lo ilícito, les prescribirá lo
bueno
y les prohibirá lo inmundo, les aliviará de su carga y
romperá
las cadenas que les atenazan.' (...) Ten claro que este
Corán es
revelación del Creador del universo; Es inconcebible que Dios
hable directamente
al hombre, si no es por revelación, o de forma velada o mediante
el envío de un Mensajero, gracias al cual transmita, con su
consentimiento,
lo que Él quiere; porque es altísimo y prudente.
(...) el Corán no es
sino
un mensaje para la Humanidad. Indice
de textos Que este Corán es
la palabra
del honorable Apóstol; Y, sin embargo, todos los conocedores de la lengua árabe clásica coinciden en que se trata de un texto de una belleza insuperable. Es corriente oír a los musulmanes afirmar que a quien lo escucha con verdadera devoción y entendimiento, se le pone la carne de gallina o se le saltan las lágrimas, o que siente emociones semejantes a las que puede suscitar la más alta poesía. Dios reveló el
más
bello Mensaje: un Libro homogéneo, en estilo y elocuencia, cuyas
aleyas son reiterativas. Al escucharlo, se les eriza el vello a quienes
temen al Señor; (...) Y que cuando escuchan lo
que fue
revelado al Apóstol (Mahoma),
comprobarás que las lágrimas brotan de sus ojos; porque
reconocen
la verdad (...) (...) y cuando se les
recita las
aleyas del Graciabilísimo, se postran llorando. Y cuando se les recita (el
Corán), exclaman: 'Creemos en
él,
porque es la verdad de nuestro Señor. En verdad que ya
éramos
musulmanes antes de su revelación.' (...) pero la
mayoría de los
humanos lo desdeña sin escucharlo. Es de lamentar que la mayoría de los
humanos no
conozcamos el idioma árabe clásico, que es la clave para
aprehender la verdadera sustancia del Corán, ya que ésta
se resiente inexorablemente al pasar a cualquier traducción, al
igual que merma la belleza de un poema al ser trasladado a otra lengua,
perdiéndose por el camino su rima, su ritmo y su multiplicidad
de
sentidos y matices. Si toda traducción es traición, tanto
más lo será todo intento de volcar a otro lenguaje una
escritura
que en sí misma es considerada perfecta, inalterable e
infalible,
por ser la palabra de Dios. En verdad que quienes
desprecian
el Mensaje cuando les llega, serán castigados. ¡A pesar de
ser el Libro por excelencia! (...) 'Dado que el
Corán procede
de Dios, y lo rechazáis, ¿habrá alguien más
desencaminado que quien cae en ese error profundo?' No sólo inalterable: también
inalterado.
Así lo ha sido a lo largo de la historia, en que el Corán
ha sido copiado y editado innumerables veces sin variar un ápice
del texto árabe original, según se asegura, por contraste
con lo que ocurre con otros textos sagrados, como pueden ser los del
Nuevo
Testamento cristiano, que históricamente han sufrido cambios,
mutilaciones
y cribas, y que resultan por ello menos fiables como registros
epigráficos
(ahí tenemos, por ejemplo, la existencia de evangelios
canónicos
y apócrifos). Por cierto que lo revelamos
en tu
habla, para que reflexionen. (...) te lo hemos revelado
en lengua
arábiga para que sea un código. Y si hubiéramos
revelado un
Corán en lengua extranjera, habrían dicho: '¿Por
qué
no fueron detalladas sus aleyas? ¿Cómo puede ser un libro
extranjero y un Mensajero árabe?' Respóndeles: 'Es
guía
y bálsamo para los creyentes; pero quienes no creen están
sordos y les resulta incomprensible, como si les llamaran desde un
lugar
lejano.' (Sura XLII, de Axxura o del Concilio, 7) La escritura coránica se convirtió en el canon de la lengua árabe clásica. Reconocida su procedencia divina, admirada por su pureza y belleza estilística, y su riqueza de inflexiones, se tomó como referente para fijar la gramática y la lexicografía del idioma. Numerosos sabios y estudiosos de los primeros siglos del Islam analizaron a fondo sus peculiaridades gramaticales para establecer una normativa que sirviera de guía en el uso del idioma. En ciudades como Basora y Kufa (en el actual Iraq; en aquel entonces bajo la dinastía abbasí) se fundaron escuelas de lengua árabe y se potenciaron los estudios coránicos, que contribuyeron a unificar la morfología y la sintaxis, instaurando así los cánones que aún hoy rigen para el árabe clásico. Cuando existían dudas en la pronunciación de alguna palabra (lo que ocurre con frecuencia en la lengua árabe debido a que las vocales cortas no se escriben), se acudía como fuente de referencia al dialecto de los Quraysh, la tribu del mismo Profeta. Indice de textos En base a la plasmación de los textos coránicos, se comenzó paralelamente a desarrollar la caligrafía, una de las artes mayores del Islam. De la ciudad de Kufa surgió la caligrafía 'cúfica', de rasgos rectilíneos y angulares, que fue utilizada con mano maestra en la decoración de monumentos, como podemos ver en un sinfín de ejemplos en las fachadas y muros de mezquitas, madrasas y mausoleos, siendo la caligrafía desde entonces un elemento decorativo preferente en la arquitectura monumental islámica. A la infalibilidad de sus contenidos y a la armonía de su estilo, había que añadir la belleza visual de las mismas letras, palabras y frases del Corán, cinceladas en finos bajorrelieves, que juegan con los propios rasgos tipográficos del alfabeto árabe (que se escribe, como el hebreo, de derecha a izquierda) entrelazándolos en mil filigranas, y se conjugan e interactúan con otros diseños florales y geométricos hasta alcanzar un nivel de complejidad asombroso. Son las mismas letras las que diseñan, decoran y embellecen los espacios arquitectónicos. Los edificios se convierten así en soportes del Mensaje. El Islam da gran importancia a la palabra escrita, como signo transmisor de la revelación. La escritura es simbolizada metonímicamente por el cálamo (qalam), especie de junquillo que empapado en tinta servía para escribir, término que hoy en día designa al lápiz, la pluma o el bolígrafo. ¡Lee! En el nombre
del Señor
que todo lo creó. (...) Que os enseñó el uso del
cálamo. Aunque todos los
árboles de
la Tierra se transformaran en cálamos, y el océano en
tinta,
y se le añadiesen otros siete océanos, no sería
todo
ello suficiente para escribir las palabras inagotables de Dios; porque
Dios es poderoso y prudente. En verdad que el
Corán es
un mensaje instructivo. ¡Que no lo toquen
sino los
impolutos! Indice
de textos Es inconcebible que el
Corán
sea un libro inventado, ya que es la corroboración de los libros
anteriores a él, la dilucidación de todas las cosas, y
guía
y consuelo para los creyentes. Y cuando se les recita
nuestras lúcidas
aleyas, dicen: 'Este no es más que un hombre que quiere
apartarnos
de lo que adoraban nuestros padres'. Y también dicen: 'Este
Corán
no es más que una mentira inventada'. Y cuando se les anuncia la
verdad, los incrédulos dicen: 'Esto no es más que pura
magia.' En breve serán
evidentes nuestros
milagros en todas las regiones de la Tierra, y en sus propias personas,
hasta que les quede claro que el Corán es la verdad. (...)
(...) Diles: '¡Creo
en todos
los Libros que Dios reveló!' (...) |
2. Preceptos del Corán, pilares del Islam |
En cuanto
a los contenidos del Corán –fuera de
nuestra pretensión exponerlos al completo en este estudio–,
vamos
a extractar unos cuantos conceptos básicos que ayudarán a
hacernos una idea aproximada de sus principales mensajes. Intercaladas
en distintos capítulos del Corán, se van prescribiendo al
creyente una serie de obligaciones, resumidas en los llamados cinco
pilares
del Islam (arkan al-Islam):
- la
declaración de
fe Estos cinco decretos básicos están más claramente sistematizados en los hadith o jadices, antologías de dichos y hechos de la vida de Mahoma, realizadas en los primeros siglos del Islam por compañeros y sucesores del Profeta, y de autenticidad refrendada por distintas series de autoridades. Los hadith son considerados, junto al Corán, una de las fuentes básicas de las leyes islámicas y una guía de moral. Complementarios del Corán, su lectura es tenida por imprescindible para una interpretación más profunda y completa de los contenidos del Libro. El Islam ha sido
construído
sobre cinco pilares: declarar que no hay más dios que Dios y que
Mahoma es el Mensajero de Dios, practicar la oración, pagar el
azaque,
hacer la peregrinación a la Casa, y ayunar en Ramadán.
2.1. La declaración de fe ¡Humanos! (...) No
hay más
dios que Él! ¡Él es quien da la vida y la muerte!
¡Creed
en Dios y en el Profeta (...) En verdad que soy Dios. No
hay más
dios que Yo. Adórame por tanto, y practica la oración en
memoria mía. Todos los musulmanes tienen como obligación rezar a Dios al menos cinco veces al día, en determinadas horas y cumpliendo ciertas condiciones: deben purificarse previamente (lavándose con agua, o si no la hay, con arena, en particular la cabeza, los brazos y los pies), descalzarse, orientarse hacia la alqibla (en dirección a la Meca) y ejecutar una serie de posturas rituales codificadas, incluyendo la genuflexión y la postración hasta tocar el suelo con la frente, en señal de total sumisión a Dios, mientras pronuncian las plegarias. Deben también acudir los viernes a la mezquita. En cualquier lugar al que
vayas,
orienta tu rostro hacia la santa mezquita (la
Caaba), porque ésta es la verdad
del
Señor; y Dios no es indiferente a lo que hacéis.
Tolera, pues, ¡oh
Apóstol!,
lo que dicen los incrédulos, y profesa alabanzas a tu
Señor
antes de la salida del sol, antes del ocaso, y a ciertas horas de la
noche
(...). Creyentes: cuando se os
convoca a
la plegaria del viernes, concurrid al recuerdo de Dios, (...)
El zakat o azaque es una limosna destinada a los pobres y necesitados, que toma la forma de tributo obligatorio anual. El azaque es recaudado en base a cinco tipos de propiedad: grano, fruta, ganado (incluyendo el camélido, ovino y caprino), oro-plata, y bienes muebles, a los que se aplican diferentes porcentajes. En este concepto se basa el sistema tributario de algunos estados islámicos (Arabia Saudí, Yemen), como un modo de redistribución de las riquezas, aunque la tendencia actual, en la mayoría de países que han desarrollado paralelamente un sistema fiscal laico, es dejarlo al criterio individual de los ciudadanos. Él es quien
creó para
vosotros jardines con plantas emparradas y rastreras, y también
las palmeras, las sementeras con frutos de todos los sabores, los
olivos
y los granados, similares y diversos. Comed de sus frutos cuando
estén
en sazón, y el día de su recolección pagad el
azaque;
pero no os excedáis, porque Dios no aprecia a los
pródigos. El Ramadán es el noveno mes del año musulmán, y se considera sagrado. El calendario religioso musulmán es lunar y no solar, por lo que cada uno de sus doce meses dura de novilunio a novilunio: 28 días aproximadamente. Lo cual provoca que el calendario islámico no se sincronice con el gregoriano, de uso universal, y que el Ramadán se desplace cada año unos días con respecto a este último, y vayan rotando las fechas en que cae. La vigesimoséptima noche del Ramadán, llamada lailat al-qadr, la 'Noche del Decreto', pasa por ser la noche sagrada en que el mensaje fue enviado al Profeta ("Por el Libro lúcido; / Que revelamos en una noche bendita", XLIV, 2, 3). Las normas del Islam obligan a los fieles a ayunar todos los días del mes, durante el lapso que va del amanecer al anochecer; más en concreto, a abstenerse de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales durante las horas diurnas. Tampoco se pueden ingerir bebidas alcohólicas en todo el mes, ni de día ni de noche (en los países en que están permitidas, las tabernas suelen dar vacaciones a sus empleados y cerrar por esas fechas). El ayuno condiciona en gran medida las rutinas cotidianas de los países mayoritariamente musulmanes y las actividades laborales diurnas se reducen a niveles mínimos. El Ramadán no es visto, sin embargo, como una carga. Al contrario, es un mes de espíritu festivo, acogido con alborozo por los musulmanes, que tienen ocasión de compensar las privaciones del ayuno del día con la celebración de festejos durante las horas nocturnas. Las noches son alegres y animadas, y mucha gente permanece despierta hasta el amanecer, reservando las horas de la tarde para dormir. Se cree que la normativa del Ramadán puede derivar de costumbres anteriores, como la celebración del Yom-Kippur (o Día de la Expiación) por los judíos, que implica un periodo de reparación, o del modelo de la Cuaresma cristiana, con sus 40 días prescritos de ayuno y abstinencia. El Corán no especifica, sin embargo, fechas ni plazos, y se muestra flexible con quienes tengan dificultades para practicar el ayuno: los enfermos y los viajeros, a los que hay que añadir las mujeres embarazadas, los niños, los ancianos, los discapacitados, etc. ¡Creyentes! Os ha
sido ordenado
el ayuno, al igual que a vuestros antepasados, para que sintáis
temor por Él. Acabado el Ramadán, los musulmanes
celebran la fiesta
de Id al-Fitr, o de 'Ruptura del ayuno' (Küçük
Bayram, o 'Fiesta Menor', en Turquía), que cae en los tres
primeros
días del décimo mes del calendario islámico, Shawwal.
Se acostumbra en estos días festivos a visitar a las familias y
las tumbas de los difuntos, intercambiar regalos y renovar el
vestuario.
Ésta es una de los dos festividades mayores (Id = Fiesta)
del Islam, siendo la otra el Id al-Adha, o 'Fiesta del
Sacrificio'
(Kurban Bayram, o 'Fiesta Mayor', en Turquía) que cae
hacia
la mitad del último mes, Dhu al-Hidja. El principal acto
de esta fiesta consiste en que cada familia, entre las que pueden
permitírselo,
sacrifica un cordero (o cualquier otro animal lícito, cabeza de
ganado o camello), para repartir sus piezas entre los suyos, sus amigos
y sus vecinos, y también entre los pobres, en
conmemoración
del sacrificio de Abrahán. 2.5. La peregrinación a la Meca Acuérdate de cuando
informamos
a Abrahán del emplazamiento de la Caaba (...) 2.6. Otros preceptos Además de las obligaciones principales sintetizadas en los cinco pilares del Islam, el Corán insta a sus seguidores a obedecer un buen número de normas y directrices de comportamiento, que abarcan toda clase de ámbitos, y regulan desde la moral a los usos sociales, en materias como el matrimonio, el divorcio, las herencias, el atuendo, los modales, la dieta alimenticia, el trato con los infieles, la no-violencia, la yihad o 'guerra santa', etc. Ofrecemos a modo de ejemplos un ramillete de extractos, que darán una idea de la multiplicidad de materias en las que el Libro tiene algo que decir: Y cuando dos bandos de
creyentes
combatan entre sí, reconciliadles. Y si uno provocase al otro,
combatid
al provocador, (...) Creyentes: que
ningún pueblo
se burle de otro; (...) Y no pongas mala cara a la
gente
ni andes con insolencia por la Tierra, porque Dios no aprecia a los
arrogantes
y jactanciosos. Creyentes: evitad la
sospecha siempre
que os sea posible; porque algunas sospechas conllevan el pecado. No os
espiéis ni os descalifiquéis los unos a los otros.
¿Quién
de vosotros sería capaz de comer el cadáver de su
hermano?
¡Sentiríais repugnancia! Temed a Dios, porque Dios es
indulgente
y misericordioso. Castigad con cien azotes a
la adúltera
y al adúltero. Que no os frene la compasión a la hora de
aplicar la ley de Dios, si creéis en Él y en el
día
del Juicio final. No digas nunca:
'Mañana haré
tal cosa'. Y no disputéis con
los seguidores
del Libro (la Biblia),
sino del modo más pacífico. |
3. El Corán corrobora la Biblia |
La
doctrina monoteísta de Mahoma no era
algo que
surgía de la nada del desierto, sino que aspiraba a ser una
prolongación
y una reforma de las doctrinas contenidas en otros libros sagrados
anteriores
al Corán, como el Antiguo y el Nuevo Testamento, cuyos textos
eran
ya familiares a los oídos de los habitantes de la zona.
Así
lo aseveran varias de sus aleyas:
Decidles: 'Creemos en
Dios, en cuanto
nos ha sido revelado (el Corán),
y en lo que fue revelado a Abrahán, a Ismael, a Isaac, a Jacob y
a las doce tribus de Israel; y en lo que fue concedido a Moisés
y a Jesús, y en lo que fue otorgado por su Señor a los
profetas;
no hacemos distinciones entre ninguno de ellos y seguiremos consagrados
a Él.' En verdad que te lo
revelamos (el
mensaje del Corán) al igual que se
lo habíamos revelado a Noé y a los profetas que le
sucedieron;
así como se lo revelamos a Abrahán, a Ismael, a Isaac, a
Jacob, a las doce tribus, a Jesús, a Job, a Jonás, a
Aarón,
a Salomón, y otorgamos los Salmos a David. Pero antes que él ya
existía
el Libro de Moisés, que sirve de guía y consuelo: y este
Corán es un Libro que lo confirma, en lengua arábiga;
(...) Después de los
demás
profetas os enviamos a Jesús, hijo de María, corroborando
la Biblia que le precedió, y le otorgamos el Evangelio, que es
camino
y luz, y que confirma la Biblia que le precedió, que es
guía
y consejo para los temerosos de Dios. (Acuérdate)
de cuando Jesús, hijo de María, dijo: 'Israelitas, en
verdad
que soy el apóstol de Dios enviado a vosotros, para corroborar
la
Biblia que me precedió y anticipar la llegada de un
apóstol
posterior a mí, cuyo nombre será Ahmad' (Muhammad). Di: '¡Adeptos del
Libro! No
tendréis base sólida mientras no observéis la
Biblia,
el Evangelio y lo que el Señor os reveló' (...)
Recuerda cuando Dios diga:
'Jesús,
hijo de María: acuérdate de mis mercedes para contigo y
para
con tu madre; cuando te conforté con el espíritu de la
santidad;
cuando hablabas con la gente, en la infancia y en la madurez; cuando te
enseñé la escritura y la sabiduría, la Biblia y el
Evangelio, y de cuando, con mi aprobación, modelaste en barro
algo
semejante a un pájaro, y con tu aliento y mi aprobación
se
convirtió en un pájaro vivo; cuando, con mi
aprobación,
curaste al ciego de nacimiento y al leproso; cuando, con mi
aprobación,
resucitaste a los muertos (...)' Habíamos concedido a
los israelitas
el Libro, la cordura y la profecía, y les agraciamos con todo lo
bueno, y les preferimos a sus contemporáneos. Dijeron: '¡Oh, pueblo
nuestro!
En verdad que hemos escuchado la lectura de un Libro, que fue revelado
después de Moisés, y que confirma los anteriores; y
guía
a los humanos por la verdad y el buen camino.' El ejemplo de quienes son
seguidores
de la Biblia y no observan sus preceptos se parece al del asno que
acarrea
libros. 3.1. Dios creador y omnipotente A Dios pertenece el
misterio de los
Cielos y de la Tierra. Y la llegada de la Hora del juicio
tardará
lo que un parpadeo, o menos tiempo aún; porque Dios es
omnipotente. Suyo es cuanto hay en los
Cielos,
cuanto existe en la Tierra, y entre ambos, y cuanto existe bajo la
Tierra. (Dios)
creó los Cielos, sin columnas visibles; instaló
sólidas
montañas en la Tierra, para que no oscilara con vosotros; y
diseminó
por ella animales de toda especie. Y envió agua del Cielo para
hacer
brotar toda noble planta. Y Él es Quien hace
caer agua
del cielo. Con ella germinan todo tipo de plantas, de las que surgen
verdes
tallos y granos espigados, y las palmeras de cuyas ramas cuelgan
racimos
al alcance de la mano; los viñedos, los olivares y los granados,
de los que hay similares y diversos. Observad sus frutos en el momento
que fructifican y cuando maduran. Verdaderamente, en ello hay
maravillas
para los creyentes. Y Dios creó a partir
del agua
a todos los animales, y hay entre ellos reptiles, bípedos y
cuadrúpedos.
Y es que Dios crea lo que le place, porque es omnipotente.
No existe ser alguno que
camine sobre
la tierra, ni ave que vuele con sus alas, que no creen familias
semejantes
a las vuestras. Nada hemos omitido en el Libro original; al final
comparecerán
ante su Señor. Dios es quien os crea de
débil
esperma, y tras la debilidad os fortalece; tras el vigor os reduce a la
debilidad y la canicie. Él crea lo que desea, porque es
sapientísimo
y poderoso. Os creó a partir de
una sola
persona, luego modeló una esposa de su misma naturaleza; y os
creó
ocho especies de reses. Poco a poco os da forma en las entrañas
de vuestras madres entre tres tinieblas (...) Es el originador de los
Cielos y
de la Tierra, el que creó para vosotros esposas de vuestra
especie,
así como parejas de todas las especies animales. Con ello os
multiplica.
(...) Dios os proporcionó
viviendas
y os otorgó las pieles de los animales, y tiendas, que
manejáis
diestramente tanto cuando estáis de viaje como cuando
acampáis;
y de su lana, pelo y crines fabricáis todo tipo de enseres y
objetos
efímeros. Y es Quien creó
todas las
especies, y os proporcionó naves y animales para vuestro
transporte. Él es Quien os hizo
dominar
el mar, para que de él comiérais carne freca y
extrajérais
objetos para adornaros. Veréis en el mar naves surcando sus
aguas,
para que supliquéis su bondad; y tal vez se lo
agradeceréis. ¿Acaso no es
evidente que
todo lo que hay en los Cielos y en la Tierra se inclina ante Dios: el
sol,
la luna, las estrellas, las montañas, los árboles, los
animales
y gran parte de los humanos? Pero otros muchos merecen el castigo, pues
quien ofenda a Dios no recibirá honra, pues Dios hace lo que le
place. Dios es la luz de los
Cielos y de
la Tierra. (...) ¡Es luz sobre luz! (...) Esta última aleya nos evoca el "Ego
sum lux mundi"
de los textos cristianos, aunque a decir verdad son numerosos los
versículos
que nos traen reminiscencias de diversos pasajes bíblicos.
¿A
quién no le suena haber oído o leído
párrafos
muy semejantes, procedentes del relato de la Creación con que
arranca
el Génesis? Pero esto no ha de extrañar, pues como ya se
ha comentado, el Corán acepta los textos previos de
judíos
y cristianos, y los confirma, adecuándolos a la nueva fe. 3.2. Adán y Eva ¡Hijos de
Adán! Vestíos
con vuestras mejores indumentarias cada vez que practiquéis la
oración;
y comed y bebed, pero no os excedáis, porque Él no
aprecia
a los que abusan. Entonces abrimos las
puertas del
Cielo con agua torrencial. (Sura XI, de Hud, 44) Indice de textos 3.4. Abrahán Y he aquí que nuestros mensajeros angelicales trajeron albricias a Abrahán, a quien dijeron: 'Que la paz sea contigo'. Y él les contestó: 'Y que con vosotros sea la paz'. Y no tardó en ofrecerles un ternero asado; Pero cuando se percató de que sus manos no llegaban a tocar el ternero, desconfió y sintió temor de ellos. Le dijeron: 'No temáis, pues hemos sido enviados al pueblo de Lot.' Su mujer, que estaba presente, se echó a reír; pues le auguramos descendencia con Isaac y, tras él, con Jacob. Dijo: '¡Ay de mí! ¿Yo concebir, que soy una anciana, y mi marido un anciano? ¡En verdad que sería asombroso!' Le dijeron: '¿Acaso te asombras de los designios de Dios?' (...) (Sura XI, de Hud, 69-73) Cuando se presentaron ante
él,
dijeron: 'Paz', y les contestó: 'Paz. Pero me sois
desconocidos'. '¡Señor! Concédeme un hijo virtuoso!' Y le agraciamos con un gentil muchacho. Y cuando se hizo adolescente, su padre le dijo: 'Hijo mío: he soñado que te ofrecía en sacrificio. ¿Qué opinas?' Le contestó: 'Padre, haz lo que te haya sido encomendado. Me hallarás, si Dios quiere, entre los perseverantes'. Y cuando ambos obedecieron, y Abrahán puso a Isaac boca abajo para sacrificarlo, Le llamamos: '¡Oh, Abrahán! Ya has cumplido la visión'. En verdad que así premiamos a los bienhechores. (Sura XXXVII, de Aççaffat o de los Alineados, 99-105) Indice de textos 3.5. Lot y Sodoma Y su pueblo, que había cometido obscenidades, se precipitó hacia Lot, que les dijo: '¡Oh, pueblo mío! ¡He aquí a mis hijas, que os son más lícitas! Temed a Dios y no me avergoncéis ante mis huéspedes. ¿Es que no hay entre vosotros un hombre sensato?' Respondieron: 'Sabes muy bien que no necesitamos a tus hijas, y lo que realmente queremos.' (Sura XI, de Hud, 78, 79) También enviamos a
Lot, que
dijo a su pueblo: '¡Cometéis obscenidades como nadie en el
mundo las cometió antes que vosotros!' 3.6. José (...) y se acordó de José (...) '¡Oh, José, veracísimo! Explícanos qué significan siete vacas gordas que son devoradas por siete vacas flacas, y siete espigas verdes y otras tantas secas (...)' (Sura XII, de Yusuf o de José, 43-46) Indice de textos 3.7. Moisés Cuando hubo llegado al fuego, fue interpelado: 'Moisés: en verdad que soy tu Señor; descálzate, porque estás en el valle sagrado de Túa. Tú eres mi elegido. Escucha, por tanto, lo que he de revelarte. En verdad que soy Dios. No hay más dios que Yo. Adórame por tanto, y practica la oración en memoria mía. (...) ¿Qué portas en tu mano derecha, Moisés?' Dijo: 'Es mi cayado, que uso para apoyarme, para despejar el follaje para mi rebaño, y para otros menesteres'. Él dijo: '¡Tíralo al suelo, Moisés!' Y lo arrojó al suelo, y he aquí que se transformó en una serpiente que empezó a reptar. Le dijo: 'Agárrala sin temor, porque la devolveré a su estado previo. Recoge tu mano en tu costado y la tendrás sana e impoluta, como por milagro. Para evidenciarte algunos de nuestros mayores milagros. Ve hacia Faraón, porque se ha extralimitado.' (Sura XX, de Ta-Ha, 11-24) Y Faraón
arengó a su
pueblo, diciendo: '(...) ¿Acaso no soy preferible a este
desgraciado
que apenas sabe expresarse?' Y ordenamos a
Moisés: '¡Golpea
el mar con tu cayado!', y el mar se dividió en doce partes, y
cada
parte era como una alta y poderosa montaña. Hicimos a los israelitas
atravesar
el mar. Pero Faraón y sus huestes les persiguieron de forma
malvada
y hostil, hasta que estando a punto de ahogarse, dijo: '¡Ahora
sí,
creo que no hay más dios que el Dios en que creen los
israelitas.
Y soy de los musulmanes!' El pueblo de Moisés,
en su
ausencia, fabricó con las joyas un ídolo en forma de
becerro
que berreaba. (...) En verdad que quienes
adoraren al
becerro, serán objeto de la cólera del Señor y del
oprobio en la vida mundana. Así castigaremos a los falaces.
Israelitas: Os hemos
salvado de vuestro
enemigo y os hemos reunido en la falda derecha del monte Sinaí;
y os hemos enviado el maná y las codornices. Después de haber
aniquilado
las primeras generaciones, otorgamos a Moisés el Libro, como
orientación,
guía y compasión para los humanos, a fin de que
mediten. Concedimos el Libro a
Moisés,
con el fin de orientar a los israelitas. 3.8. David 3.9. Salomón Y sometimos los vientos a
Salomón,
que viajan por la mañana durante un mes y por la tarde durante
un
mes. E hicimos surgir para él un manantial de cobre fundido.
Había
genios (yinn)
que trabajaban a sus órdenes, con el consentimiento del
Señor;
(...) Le dijeron: 'Entra en
palacio'. Y
cuando (la reina de Saba)
lo vio, creyó que era un estanque de agua, y recogiéndose
las faldas, enseñó sus piernas; pero Salomón le
dijo:
'Es un palacio revestido de cristal.' 3.10. Job Y acuérdate de
nuestro siervo
Job, cuando imploró al Señor, diciendo: '¡En verdad
que Satán me inflige penas y tormentos!' 3.11. Jonás 3.12. Jesús y María 3.13. Diferencias con la Biblia Profieren blasfemia
quienes afirman:
'En verdad que Dios es el Mesías, hijo de María'.
Contéstales:
'¿Quién tendría poder para impedir que Dios, si lo
quisiera, fulminase al Mesías, hijo de María, o a su
madre,
o a todos los habitantes de la Tierra? El reino de los Cielos y de la
Tierra,
y lo que entrambos existe, sólo pertenecen a Dios. Él
crea
lo que quiere, porque es omnipotente'. Profieren blasfemia quienes
afirman:
'En verdad que Dios es el Mesías, hijo de María'. Ello a
pesar de que el mismo Mesías había dicho:
'¡Israelitas:
adorad a Dios, que es Señor mío y vuestro!'; a
aquél
que atribuya copartícipes a Dios le será vedado el
Paraíso,
y su morada será el fuego del infierno, pues jamás los
inicuos
tendrán quien les auxilie. De hecho Muhammad (el
profeta Mahoma) no es padre de ninguno de
vosotros, sino el mensajero de Dios y el último de los profetas;
porque Dios es ominisciente. Si los adeptos del Libro
hubiesen
creído en Dios y le temieran, les habría absuelto de sus
pecados y llevado a los jardines del placer. (...) los peores enemigos
de los
creyentes son los judíos y los idólatras; en cambio,
verás
que los más cercanos a los creyentes son los que dicen: 'Somos
cristianos',
ya que tienen sacerdotes y monjes que no se enorgullecen.
Los judíos afirman:
'Uzáir (Ezra)
es hijo
de Dios'; y los cristianos afirman: 'El Mesías es hijo de Dios'.
Tales son las palabras que pronuncian sus bocas: imitan con ello las
palabras
de sus antepasados incrédulos. ¡Que Dios les confunda!
¡Cómo
se desvían! Y di: '¡Loado sea
Dios, que
jamás tuvo hijo alguno!' Dicen: 'El
Graciabilísimo
tiene un hijo'. Alabada sea la majestad del
Señor,
que jamás tuvo cónyuge ni hijos. Si de algo te asombras,
Apóstol,
más asombroso es cuando dicen: '¿Cuando seamos devueltos
al polvo, nos reencarnaremos tal vez en una nueva criatura?' Son
quienes
niegan al Señor, y ellos portarán argollas en sus cuellos
y serán condenados al fuego del infierno, donde
permanecerán
eternamente. 3.14. El alma Te consultarán
acerca del
alma. Respóndeles: 'El alma sólo pertenece a mi
Señor;
y sólo se os ha concedido una mínima parte del
saber.' Hemos creado al hombre y
sabemos
lo que su alma le susurra; porque estamos más cerca de él
que su arteria yugular. (Y a cada alma) se le
dirá:
'Estabas confundido respecto a esto; pero hoy te descorreremos el velo
y tu visión será penetrante.' 3.15. El día del Juicio (...) ¿qué
es la vida
mundana comparada con la otra, sino un placer transitorio?
Y qué es la vida
mundana sino
diversión y juego? Y es que la morada en el otro mundo es la
verdadera
vida. ¡Ojalá lo supieran! Sabed que la vida mundana
es tan
solo juego y distracción, ilusión y mutua vanagloria,
(...) Humanos: temed a vuestro
Señor,
porque la conmoción de la Hora del juicio será
terrible. (...) El día que
vean aquello
que se les había advertido, pensarán que no han
permanecido
en el mundo más que una hora de un solo día. ¡Este
es el Mensaje! (...) Disfrutará de una vida placentera. Por el contrario, aquél cuyas acciones sean livianas en la balanza, Tendrá por morada el abismo. (Sura CI, de Alqari'a o del Día Espantoso, 6-9) Indice de textos 3.16. El Paraíso El destino de los justos y de los creyentes sinceros será el acceso al Paraíso, donde morarán eternamente disfrutando de todo tipo de placeres. El Corán retoma con insistencia este tema. Casi todos sus capítulos hablan en un momento dado del premio y del castigo, de la recompensa que espera a los fieles, los devotos y los contritos, y paralelamente de la punición que sufrirán los inicuos. Cielo e infierno: dos destinos, dos caminos. Un camino de perfección y un camino de perdición. Este es el dilema que se nos plantea a los humanos, bajo la vigilancia de un Dios que, si es benefactor y justo, e indulgente con los que se arrepienten, es a la vez severo e implacable con quienes le desobedecen, descreen o se empecinan en hacer el mal. Para ilustrar al devoto sobre el tipo de recompensas de que podrá gozar en la otra vida, el Libro aporta reiteradas descripciones de cómo será el Paraíso celeste, la morada última de los bienaventurados. Habría que ponerse en la piel de los beduinos que en tiempos de Mahoma habitaban los inclementes desiertos arábigos para calibrar el impacto emocional que les produciría oír hablar de vergeles verdes y umbríos, henchidos de frutas, bajo cuyas praderas corren manantiales de agua pura: el esplendoroso jardín de Alá. Examinemos unos cuantos extractos al respecto, que no son exhaustivos: He aquí la
descripción
del Paraíso prometido a quienes temen a Dios; es un
jardín
bajo el cual corren los ríos; sus frutos son inagotables,
así
como sus sombras. Tal será el destino de los temerosos; en
cambio,
el destino de los incrédulos será el fuego del
infierno. (Los
creyentes) lograrán los jardines
del
Edén, bajo los cuales corren los ríos; donde
lucirán
brazaletes de oro; vestirán ropajes verdes de tafetán y
brocado;
donde reposarán sobre divanes. ¡Qué
magnífica
recompensa y qué feliz morada! (...) quienes se someten a
Dios, ¡Entrad dichosos en
el Paraíso,
junto a vuestras mujeres! En verdad que los que temen
a Dios
estarán en un lugar seguro, He aquí la
descripción
del Paraíso prometido a quienes temen a Dios, donde corren
ríos
de aguas puras, ríos de leche de sabor inalterable, ríos
de vino, deliciosos para los bebedores, y ríos de miel
purificada,
donde tendrán a su alcance todo tipo de frutos, y la clemencia
del
Señor; ¿podrá ello compararse con el castigo de
quienes
arderán eternamente en el fuego y a quienes se les dará
de
beber agua hirviente que desgarrará sus entrañas?
(En
cuanto a los creyentes) les colmaremos de
frutas y de toda la carne que apetezcan. Estarán recostados
sobre tapices
de ricos brocados; y tendrán a su disposición los frutos
de ambos jardines. (...) Habrá (en los
jardines) beldades
candorosas; (...) Estarán sobre lechos
de oro
y pedrerías. Agua que mana,
Y les recompensará
por su
perseverancia con un jardín y vestidos de seda,
Por el contrario, los que
teman a
Dios serán bienaventurados: 3.17. El infierno Hay dos antagonistas que
disputan
sobre el Señor (creyentes y no
creyentes).
En cuanto a los incrédulos, serán recubiertos con
vestidos
de fuego, y será vertida agua hirviendo sobre sus cabezas.
3.18. Satán (...) Mas quien tenga a
Satán
por colega: ¡qué pésimo colega! (...) cuando llamáis
a la
oración, la toman como objeto de escarnio e irrisión,
porque
son insensatos. Creyentes: no sigáis
los pasos
de Satán; porque quienes siguen los pasos de Satán, han
de
saber que él instiga a la obscenidad y a las cosas prohibidas
(...) Recuerda cuando el
Señor dijo
a los ángeles: 'Crearé un hombre a partir del barro;
|
4. Normas coránicas sobre la carne |
4.1 Las pautas de alimentación de las sociedades musulmanas (...) Oh, siervos
míos, todos
tenéis hambre excepto los que Yo he alimentado, así que
buscad
el alimento en Mí y Yo os alimentaré. (...) Fue Dios quien os creó los ganados, unos para cabalgar y otros para alimento vuestro. (Sura XL, de Gafir o del Remisorio, 79) ¡Comed y apacentad
vuestros
ganados! En verdad que aquí hay maravilla para los sensatos.
En los animales
tenéis un
ejemplo significativo: os damos de beber lo que contienen sus
entrañas,
obtenéis múltiples ventajas de ellos, y de ellos os
alimentáis. Dios envía agua del
cielo
para hacer revivir la tierra tras épocas de aridez. En verdad
que
hay aquí maravilla para los que estén atentos.
(...) enviamos agua en
abundancia, Jamás se
equipararán
los dos mares. Uno es de agua dulce y de agradable bebida; el otro es
sumamente
salobre. Pero tanto del uno como de otro coméis carne fresca; y
del salado, extraéis abalorios con los que os adornáis. Y
puedes ver las naves cortando las olas a la búsqueda de Su
bondad;
para que mostréis vuestro agradecimiento. ¿Acaso no son
conscientes
de que, entre lo que nuestras manos hicieron, les creamos los ganados
que
poseen, Sin embargo, esta prodigalidad general en el disfrute de los dones de la creación no está exenta de restricciones. El Corán hace reiteradas advertencias sobre los animales que no pueden ser consumidos por los fieles, debido a que son impuros. Estos tabúes alimentarios incluyen principalmente lo mortecino (la carne hallada muerta o en dudoso estado), la sangre, la carne de cerdo, y lo que ha sido sacrificado al conjuro de otro nombre distinto al de Dios. La caza está vedada durante la peregrinación. ¡Creyentes! En
verdad que Dios
os pondrá a prueba con la prohibición de ciertas especies
de caza que cobráis con manos y lanzas, a fin de comprobar
quién
le teme verdaderamente. Quien tras ello desobedezca, será objeto
de un severo castigo. ¡Creyentes! Disfrutad
de todo
lo bueno que os ha sido concedido y agradecédselo a Dios, el
único,
a quien adoráis. ¡Creyentes! Cumplid
con vuestras
obligaciones. Se os ha permitido alimentaros de las reses de ganado,
con
excepción de las que se os especifica; también os
está
prohibida la caza cuando estéis consagrados a la
peregrinación;
porque Dios ordena lo que le place. Él os proporcionó ocho especies de reses: una cabaña de ovinos y otra de caprinos. (...) Una cabaña de camélidos y otra de bovinos. (...) Diles: 'En lo que me ha sido revelado, no hallo nada prohibido para quien necesite alimentarse, a excepción de lo mortecino, la sangre derramada o la carne de cerdo, porque son inmundos; y también es una profanación comer animales que hayan sido sacrificados invocando otro nombre que no sea el de Dios. Pero quien sin intención ni abuso se vea obligado a ello, no será recriminado; porque tu Señor es indulgente y misericordioso.' (Sura VI, de Al-Anaam o del Ganado, 142-145. Esta última aleya se repite con apenas variantes en II, 172, 173, y XVI, 115) Es de destacar que estas restricciones en el consumo de la carne no impiden cierto grado de flexibilidad en su aplicación. Si las circunstancias fuerzan al creyente a consumir de lo prohibido (ej: por hambre o por vivir en otro país), y lo hace sin conocimiento, sin intención de pecar, sin abusar, "no será recriminado", porque Dios es indulgente y perdona. Los creyentes que ejercen
el bien
no serán recriminados porque antes hayan disfrutado de las cosas
ilícitas; siempre que se abstengan de ello, crean y practiquen
el
bien; perseveren y crean, se abstengan y hagan caridad; porque Dios
estima
a los caritativos. Las leyes de alimentación musulmanas
basadas en
el Corán también parecen estar relacionadas, a juicio de
algunos etnólogos, con el establecimiento de un sentido de
identidad
social entre los miembros del propio grupo, y al mismo tiempo de
separación
y diferenciación con respecto a otros grupos sociales ajenos.
Cuando
alguien pertenece a un grupo, tribu o pueblo, invoca los signos comunes
de identidad grupal, para reafirmar su pertenencia a la
comunidad. (Los idólatras) dicen
con
presunción: 'Tal ganado o tal cultivo está prohibido, y
nadie,
excepto quienes nosotros digamos, puede comerlos'. Y hay animales que
está
prohibido cabalgar, y ganados sobre los cuales no invocan el nombre de
Dios al ser sacrificados; (...) En cuanto a los
judíos, les
prohibimos los animales de pezuñas partidas; y de los bovinos y
los ovinos, les prohibimos las grasas, salvo las que tienen en el lomo,
en las entrañas o las adheridas a los huesos. Ello, en castigo
de
su iniquidad; porque somos justicieros. Comparación con las normas alimentarias en el Antiguo Testamento Ya hemos ido viendo cómo numerosos párrafos del Corán coinciden con contenidos de la Biblia, que además es reivindicada por aquél, y cómo muchos de los dogmas del Islam derivan del judaísmo y del cristianismo primitivo. Mahoma sabía mucho más de judaísmo que de cristianismo, y algunas de las restricciones del Corán marcan diferencias entre árabes y judíos. Varias de las regulaciones dietéticas mahometanas (lo mortecino, la sangre, el cerdo...) se basan, sin embargo, en la Ley de Moisés, recopilada en el Pentateuco, que es mucho más prolija y restrictiva. A los israelitas les era
permitido
todo alimento, excepto los que Israel había prohibido para
sí
antes de que la Biblia les fuese revelada. Diles: '¡Tomad la
Biblia
y leedla, si sois sinceros!' Leamos pues la Biblia, ya que el Corán nos invita a ello. En el Levítico (7:22), que trata de los ritos de sacrificio de los israelitas, nos encontramos con la prohibición de comer sebo y sangre. En Levítico (11), sobre las leyes de purificación, se hace la distinción entre animales puros e impuros y se habla del contacto con sus cadáveres. Habló Yahvé
a Moisés,
diciendo: 'Habla a los hijos de Israel y diles: No comeréis sebo
de buey, ni de oveja, ni de cabra. El sebo de animal muerto o
destrozado
(por fieras) podrá servir para cualquier uso, pero en modo
alguno
lo comeréis. (...) Tampoco comeréis sangre, ni de ave, ni
de cuadrúpedo, en ninguno de los lugares en que
habitaréis.
Todo el que comiere cualquier clase de sangre, será extirpado de
entre su pueblo.' Habló Yahvé a
Moisés
y a Aarón y les dijo: 'Hablad a los hijos de Israel y decidles:
Éstos son los animales que podréis comer, de entre todos
los animales que hay en la tierra. Todo animal biungulado de
pezuña
hendida que rumia, ése podréis comer. Pero no
comeréis,
a pesar de que rumian y tienen pezuña hendida: el camello, pues
aunque rumia, no tiene partida la pezuña; será impuro
para
vosotros; ni el conejo, porque rumia, pero no tiene la pezuña
partida;
será impuro para vosotros; ni la liebre, porque rumia, pero no
tiene
la pezuña partida; será impura para vosotros; ni el
cerdo,
pues aunque tiene la pezuña hendida y biungulada, no rumia;
será
inmundo para vosotros. De la carne de éstos no comeréis,
ni tocaréis sus cadáveres; serán impuros para
vosotros. El Deuteronomio (14) aclara un poco la complicada clasificación taxonómica anterior, al enumerar los cuadrúpedos cuya carne se puede comer. Amplía también, por otro lado, el número de las especies volátiles vedadas para el consumo: No comeréis cosa
abominable
alguna. Éstos son los animales que podréis comer: el
buey,
la oveja, la cabra, el ciervo, la gacela, el corzo, la cabra
montés,
el antílope, el búfalo, la gamuza. Todo animal biungulado
de pezuña hendida y que rumia, eso podréis comer. Pero no
comeréis a pesar de que rumian y tienen la pezuña
hendida:
el camello, la liebre y el tejón; (...) tampoco el cerdo, pues
aunque
tiene la pezuña hendida, no rumia; sea inmundo para vosotros; no
comeréis su carne ni tocaréis su cadáver. (...)
Lo mismo podría decirse de la carne de puerco. El Corán la considera impura y prohíbe comer de ella, pero en esto sólo sigue al pie de la letra una normativa mucho más antigua: la de las leyes mosaicas, que también tenía por abominable la carne de cerdo, sin dar más explicaciones. ¿Por qué abominable? ¿Por qué impura? ¿No sería porque era peligrosa? Sabido es que las especies porcinas se crían mal en países calurosos o desérticos, y son propensas a contraer y a transmitir enfermedades como la triquinosis. Es probable que las prohibiciones del Levítico y Deuteronomio no hagan sino registrar por escrito un tabú alimentario ya asentado entre los habitantes de estas áridas zonas desde tiempos remotos, incluso que sean de origen prehistórico. Otras fuentes clásicas no hacen sino confirmar el ancestral tabú. Así Herodoto, tras su viaje a Egipto, escribió lo siguiente, mil años antes de la fundación del Islam: "Los egipcios miran al puerco como animal impuro; por eso, si al pasar alguien roza un puerco, va a bañarse al río con sus vestidos, y por eso los porquerizos, aunque sean naturales del país, son los únicos entre todos en no entrar en ningún templo, y nadie quiere darles en matrimonio sus hijas ni tomar las de ellos, viéndose obligados a casarse entre sí." (Herodoto, Historia, II, 47). Parecidas costumbres anotó de los libios ("No crían cerdos", íbid, IV, 186) y de los escitas: "No usan cerdos para nada, y ni aun quieren de ningún modo criarlos en su tierra" (Ibid, IV, 63). A raíz del exilio de los judíos de Palestina, tras la conquista romana, se exacerbaron los rasgos distintivos del pueblo judío respecto a otras comunidades. Y así, todo alimento permitido que no hubiera sido sacrificado ritualmente era considerado tan sucio como el cerdo, o en la fiesta de Pascua se evitaba ingerir cualquier alimento con levadura. No son sino costumbres post-bíblicas que tomaron fuerza de ley: la Biblia sólo prescribe comer pan ácimo (sin levadura) en la Pascua. Indice de textos 4.3 ¡Creyentes! Sabed
que la bebida,
el juego, los ídolos y la superstición son abonimables
maniobras
de Satanás. Abstenéos de ellas para que prosperéis.
¡Creyentes! No
observéis
la oración cuando os encontréis ebrios, para que
sepáis
lo que estáis diciendo, ni cuando os halléis sucios
–salvo
que estéis de viaje–, hasta que os hayáis aseado (...)
Te preguntarán
acerca de la
bebida y el juego; respóndeles: 'en ambos radica un grave
pecado,
aunque también algún provecho para el hombre; pero su
perjuicio
es mayor que su provecho.' Como vemos, parece que la prohibición
coránica
del alcohol tiene sus matices, y aunque arma de doble filo, se le
reconoce
algún beneficio. Llaman también la atención, por
otro
lado, las menciones a las vides y al vino, como parte de los bienes
destinados
al placer de los bienaventurados en el Paraíso, "donde
corren ríos de aguas puras, ríos de leche de sabor
inalterable,
ríos de vino, deliciosos para los bebedores, y ríos de
miel
purificada" (XLVII, 15). En resumidas cuentas, que los tabúes
dietéticos
de los musulmanes relacionados con la carne y las bebidas
alcohólicas,
que tanto chocan a muchos occidentales, no tienen por lo general un
origen
islámico, sino pre-islámico. El mahometanismo, fundado en
el 622 d C, año de la hégira o retirada de Mahoma y sus
seguidores
de la Meca a Medina, es una religión relativamente reciente. Las
restricciones alimenticias que impone a sus súbditos son las que
ya estaban arraigadas por la costumbre o por anteriores credos
todavía
vivos en la zona donde el Profeta predicó. Cambiando de ámbito, señalaremos otra costumbre musulmana que asimismo resulta extraña a la cultura occidental: la de la circuncisión. Al igual que la interdicción del cerdo, también esta norma es compartida con los pueblos de religión hebrea, y de hecho la Biblia especifica con detalle su instauración y procedimientos, en la historia de Abrahán, patriarca común de judíos, árabes y cristianos: Dijo Dios a
Abrahán: '(...)
Éste es mi pacto que habréis de guardar entre Mí y
vosotros y tu posteridad después de ti: Todo varón entre
vosotros ha de ser circuncidado. Os circuncidaréis la carne de
vuestro
prepucio; y esto será en señal del pacto entre Mí
y vosotros. A los ocho días será circuncidado entre
vosotros
todo varón en el transcurso de vuestras generaciones, (...) El
varón
incircunciso, que no se circuncidare la carne de su prepucio,
será
exterminado de entre su pueblo por haber quebrantado mi pacto.' (...)
He aquí otra tradición musulmana,
de profundo
significado religioso, que no es de origen coránico sino
anterior.
Como mínimo sus antecedentes parecen bíblicos, si bien se
sabe que esta práctica tenía una implantación
aún
mucho más remota, y la ejercían ritualmente como medida
de
higiene muchos pueblos de la antigüedad. Entre ellos, los egipcios
de época faraónica, que retrasaban su ejecución
hasta
la adolescencia: en las ruinas de Saqqara, y en concreto en la mastaba
de Anjmahor, o Sesi, apodada 'tumba de los médicos', de tiempos
de la VI Dinastía (siglos XXIV - XXIII a C), existe un bien
conservado
bajorrelieve mostrando una escena de circuncisión practicada a
un
muchacho. No hemos hallado, no obstante, ninguna referencia a este
precepto
en el Corán, ni mucho menos nada relativo a la ablación
de
clítoris, atávica costumbre que en los países que
todavía se practica en la clandestinidad, aunque sean
mayoritariamente
musulmanes, proviene de épocas más arcaicas y es de
origen
tan remoto como desconocido. Di a los creyentes que
sean recatados
con sus miradas y preserven su pudor; (...) Y las solteronas en edad
crítica,
que ya no esperan el matrimonio, no serán amonestadas por
despojarse
de sus vestimentas externas sin mostrar sus encantos. Aunque mejor
será
para ellas si evitan hacerlo; porque Dios todo lo ve y todo lo sabe.
Profeta: di a tus esposas,
a tus
hijas y a las mujeres de los creyentes que, cuando salgan de casa, se
cubran
con sus túnicas; les conviene, para que se las distinga de las
demás
y no sean molestadas; porque Dios es indulgente y misericordioso.
Parece que nos encontrarnos ante otro hábito islámico cuya procedencia es pre-islámica. Como en el caso de la prohibición del alcohol, las normas al respecto y al día de hoy varían enormemente de un país a otro, dependiendo de su régimen político. Sin embargo, en general las mujeres musulmanas suelen considerar este asunto como perteneciente al ámbito de su exclusiva esfera privada y familiar, y rechazan que el Estado se inmiscuya en un tema que atañe a la libertad individual de cada mujer. Y así ocurre que en países de regímenes oficialmente laicos, como Turquía (desde las reformas de Atatürk) o Siria, que han intentado desde sus gobiernos desterrar la costumbre del velo femenino, se detecta una tendencia a la contra por parte de algunos sectores femeninos, en el sentido de volver a adoptar el uso de la prenda. Y exactamente lo contrario sucede en un país como Irán tras la revolución de Jomeini, regido por líderes espirituales que hacen una interpretación muy estricta de la sharia, y donde el uso del hijab (en forma de pañuelo de cabeza) es absolutamente obligatorio, hasta para las mujeres extranjeras. La mayoría de la población femenina iraní critica en privado las machaconas campañas gubernamentales orientadas a tal fin, y se rebela, dentro de los estrechos márgenes que le son permitidos, contra el velo como imposición. Indice de textos Leamos lo que escribe a este respecto la periodista iraní Nazanin Amirian, cuya opinión, como mujer y como musulmana, es muy pertinente y desde luego más cualificada que la de la mayoría de los occidentales que, desde su ignorancia de las costumbres islámicas, se oponen al velo como síntoma de una supuesta discriminación del Islam hacia la mujer: "Burka, chador, niqab y otras formas de cubrirse la cabeza de algunas mujeres en el mundo musulmán no son el llamado velo islámico. De hecho tal concepto, sinmplemente, no existe en el Corán. En ninguna parte del libro sagrado de los musulmanes se les exige, ni siquiera se les recomienda, cubrirse la cabeza, ni mucho menos llevar un velo integral que les cubra todo el cuerpo incluso el rostro. De las ocho veces que aparece el término hijab –velo– en el Corán, ninguna hace referencia a la prenda que cubre el pelo. En dichos versículos el sentido de hijab es cortina, que separa espacios físicos, el privado del público." Conviene apuntar estas cuestiones cuando en algunos colegios de países europeos empiezan a darse conflictos con las niñas inmigrantes escolarizadas por el simple hecho de portar un pañuelo cubriéndoles el cabello, y sus gobiernos intervienen dictando leyes 'contra el uso de símbolos religiosos en la escuela'. El uso del velo es un asunto privado, de opción individual, y su raíz no es religiosa sino secular, de origen más antiguo que el Islam. Se trata de uno de tantos malentendidos basados en el desconocimiento, o en tópicos que se atribuyen sin ningún fundamento a las enseñanzas coránicas, o en simples interpretaciones desvirtuadas del Corán. Es algo parecido a lo que ocurre con la creencia generalizada de que el arte musulmán no es figurativo, no muestra imágenes de hombres o animales, porque supuestamente el Libro lo prohibe aduciendo que sólo Alá puede crear. No hemos hallado en el Corán ningún texto que sustente tal aseveración, y de hecho las propias obras de arte islámico la desmienten. La prohibición del arte figurativo es, una vez más, un precepto preislámico. Proviene del judaísmo y lo dicta la Biblia: "No te harás escultura ni imagen alguna de lo que hay arriba en los cielos, abajo en la tierra o en las aguas debajo de la tierra" (Éxodo, 20: 4). Si es cierto que esa regla, trasladada al Islam, se aplica estrictamente en la arquitectura religiosa (mezquitas, mausoleos...), no es menos cierto que no se cumple en el arte civil, como se verifica en los palacios omeyas del desierto sirio, o en la Alhambra de Granada (ver foto), o en las madrasas de Samarcanda (ver foto), o en el hammam omeya de Qusayr Amra, en Jordania, donde pueden admirarse pinturas murales que representan sensuales ninfas de pechos desnudos saliendo de las aguas. |
5. El mercado y la gastronomía de la carne |
Por lo
general, la carne en los países
musulmanes
es un artículo de lujo, que está fuera del alcance de la
mayoría de las familias, por razones de índole meramente
económica. Si bien la economía y finanzas de estos estados se basan hoy en modelos de tipo capitalista, no hay que olvidar que el telón de fondo sobre el que se aplican es un sistema de producción asentado en los recursos primarios de sus respectivos territorios: agricultura, ganadería, pastoreo, pesca, minería (incluyendo el petróleo), y cuya explotación, sobre todo a pequeña escala, responde a estructuras más bien de tipo feudal o procedentes de la antigüedad. El mercado y las actividades comerciales están muy desarrolladas, como lo estaban antaño, pero la industrialización sigue siendo escasa. Y el reparto de los recursos naturales es tremendamente desigual, concentrándose su propiedad y derechos de usufructo en muy pocas manos, y bajo un fuerte control de los gobiernos. El fenómeno de la emigración a los países industrializados contribuye a paliar en parte estos déficits, mediante el envío de divisas a las familias que esperan en los países de origen, creándose desequilibrios por la dependencia de recursos ajenos en detrimento de la productividad real in situ. Aunque este estado de cosas tiende a cambiar, y pese a que es imposible generalizar (el arco de países comprendidos por el heteróclito mundo musulmán abarca desde Mauritania a Indonesia) lo cierto es que apenas crecen las clases medias y persiste una fuerte polarización entre pudientes y desheredados, aumentando año tras año el número de miembros de los estratos desfavorecidos de los distintos países, paralelo al galopante incremento demográfico de sus poblaciones. Aparecen grandes bolsas de desempleo, sobre todo entre los jóvenes, que pasan directa y masivamente de los estudios (aunque sean universitarios) al paro. Y la media de edad de cada país es muy joven: la inmensa mayoría de sus habitantes tiene menos de treinta años, mientras que la tasa de crecimiento poblacional no tiene visos de frenarse. Indice de textos Las desigualdades sociales que la comunidad islámica ha tenido a lo largo de su historia, ya en tiempos de Mahoma, pero también en sus periodos de expansión y esplendor, y luego bajo las colonizaciones europeas, se van acentuando en el siglo XXI en un mundo cada vez más globalizado y neocolonizado; por no hablar de los países árabes a los que les ha tocado la (¿buena o mala?) suerte de poseer yacimientos de petróleo, pues es de dominio público que lo tienen cada día más negro y más crudo. Pero dejemos de divagar por terrenos pantanosos, que nos llevarían muy fuera de los límites de nuestro asunto, y volvamos a las creencias básicas que subyacen en la cultura y en la historia de las sociedades mahometanas, y que condicionan sus normas de alimentación. Cambian las dinastías, cambian los gobiernos, cambian los sistemas políticos, pero ese sustrato ideológico no cambia: se transforma y adapta a cada época y sociedad. Y pervive como grabado muy dentro del corazón de sus gentes, y es obedecido con una fe inconmovible. El Corán, como la Biblia, dan por sentadas las desigualdades sociales de la época en que fueron escritos (hablan por ejemplo de esclavos y sirvientes), y no pretenden revolucionarlas. Su mensaje es más bien de tipo ideológico, filosófico y sobre todo religioso. Así el Evangelio –de todos es sabido– exalta la pobreza y desdeña los bienes materiales. El Corán había propuesto, sin embargo, una renovación significativa con respecto a las religiones mayores anteriores: el principio de la hermandad de todos los fieles; lo que es contaminador y prohibido, o lo que es obligatorio para una persona de la Ummah, la comunidad musulmana, afecta por igual a todas las personas, de todas las razas y capas sociales ("En verdad que los creyentes son hermanos", XLIX, 10). Tan obligatorio es para el humilde como para el poderoso ayunar por Ramadán, y esto propicia cierta pizca de concienciación social, pues los ricos experimentarán por unos días en sus propias carnes el hambre que los pobres sienten todo el año. Unos con otros rezarán en la misma fila y hombro con hombro en la mezquita, como hermanos. Y el pudiente tendrá como deber pagar el azaque para socorro de los menesterosos. Aunque muera rico, ello no le eximirá de ser juzgado junto a los demás seres humanos en la Hora del Juicio, y será premiado o castigado por sus actos en esta efímera e ilusoria vida terrena. Indice de textos Pero a lo que íbamos: que la superpoblación acelerada y la miseria suelen ir unidas, y que a consecuencia de ello gruesos segmentos de población de muchos países musulmanes actuales subsisten por debajo del umbral mínimo de pobreza. Para millones de personas, la supervivencia es una lucha diaria, y el poder consumir carne, algo que está muy lejos de sus posibilidades, a no ser en ocasiones excepcionales. Para celebrar la fiesta anual del Sacrificio, muchas familias tiran la casa por la ventana para comprar un cordero, y poder darse un festín a base de carne constituirá un acontecimiento. El resto del año lo pasarán con legumbres y verduras, que será todo lo que su maltrecha economía se lo pueda permitir. En Egipto, el menú básico diario será un cuenco de ful (potaje de habas); en Tunicia, Argelia y Marruecos será un cuscús; en los países orientales, un plato de arroz con verduras, etc. El precio de la carne les será prohibitivo a la mayoría de sus habitantes, y sólo asumible por las clases más acomodadas. Ello no impide que la demanda sea elevada. Y la elaboración y comercialización de productos cárnicos, un mercado boyante. Los pequeños pueblos agrarios tienden al autoabastecimiento en este sentido. Las familias campesinas crían y sacrifican sus propias cabezas de ganado para consumo propio (foto29), destinando los escasos excedentes al comercio en pequeños zocos rurales (fotos 15, 33 y 37). En los pueblos grandes y en las ciudades, por el contrario, el proceso está más desarrollado, y encomendado en sus distintos sectores a mano de obra especializada. Se establece el ciclo de compra de ganado al por mayor - matadero - distribución - venta al por menor, ésta última en carnicerías y pollerías de cara al público, por lo general concentradas por gremios en zonas concretas de los mercados urbanos (fotos 12, 25 y 36). A los mercados rurales, que a menudo reciben el nombre del día de la semana en que se celebran (ej: Suq el-Tleta = 'Zoco del Martes', Suq el-Jemis = 'Zoco del Jueves', etc.), acuden esos días pastores y ganaderos de toda la comarca para exhibir y vender sus rebaños. La compra-venta de reses vivas, de ganado bovino, ovino o caballar, se efectúa en recintos separados, especialmente destinados a ese fin en los zocos (fotos 38, 39 y 40). Las transacciones se hacen muchas veces por el sistema de subasta. Con frecuencia hay adyacente al mercado otro reducto que sirve de matadero, consistente en un simple edificio cuadrangular con patio porticado, donde se instalan unos ganchos para colgar las reses (foto30). En el matadero, las reses vacunas, ovinas y caprinas son sacrificadas conforme a los preceptos del Corán, garantizando que su carne será halal; o sea, lícita para el consumo de los fieles. Os está permitida
la carne
de las reses, con excepción de la que os ha sido indicada (...).
Las reses son colocadas con la testa orientada en dirección a la Meca, y una vez abatidas, son completamente desangradas, si es necesario aplastándolas contra el pavimento con los pies (foto31), hasta que toda la sangre derramada tiñe el suelo del pavimento y no queda una gota en los tejidos del cuerpo. Recordemos la prohibición estricta de ingerir sangre, que el Corán reitera en varios suras. Hay, por otra parte, registrado un hadith que recomienda ahorrar dolor y agonía al animal en el momento de su sacrificio: En verdad que Dios ha
ordenado destreza
en todas las cosas. Así, si matáis, matad bien; si
sacrificáis,
sacrificad bien. Que cada uno de vosotros afile su cuchillo y evite
sufrimiento
al animal que sacrifica. Colmad la medida y no os
contéis
entre los defraudadores. Y elevó el
firmamento, e instauró
la balanza de la justicia. En muchos países, sobre todo en los del Magreb, es corriente que en las cercanías o en la misma entrada de algunos restaurantes haya instaladas dos o tres carnicerías con sus mostradores cara al público. Los comensales, antes de sentarse a la mesa, eligen y compran a peso la carne que van a consumir en el interior del local. Una vez abonada la compra al carnicero, los kilos de viandas adquiridos son entregados al encargado del comedor, que asará la carne a gusto del cliente, y sólo le cobrará una cantidad por este menester, y por las ensaladas y platos de acompañamiento. El comensal sabe así exactamente qué pide y cuánta cantidad pide cuando encarga un plato de carne. La gastronomía en las sociedades musulmanas es de una variedad apabullante, tan variopinta como lo son sus distintos países, y la carne es una de sus materias primas principales y más apreciadas, que es cocinada (sobre todo en el seno de las familias) con imaginación y refinamiento, creando un sinnúmero de platos excelentes. Mencionaremos unos cuantos ejemplos, sin el menor ánimo de ser exhaustivos: En Marruecos no todo son brochetas o 'pinchos morunos' (de carne entera, picada o de hígados), sino que destacan con sabor propio los distintos tipos de tayín (guiso de carne, pollo o pescado con abundantes verduras, cocinado en una característica cazuela de barro con tapa cónica). Cada vez se ve menos la pastila, especie de empanada rellena de verdura y carne de paloma. El kofta o albóndigas de carne picada asadas a la brasa, común a muchos otros países, es preparado con maestría por las amas de casa magrebíes. Y es que la verdadera gastronomía arábiga no está en los restaurantes, sino en el interior de los hogares particulares: cualquier oriundo de estos países afirmará con orgullo que en ningún establecimiento hostelero se pueden comer platos tan exquisitos como los que cocina su madre en casa. En Egipto son muy aficionados al pichón asado relleno de arroz, además de los consabidos asados a la parrilla de carne de cordero y pollo, que suelen ser acompañados de hummus, tahina o baba ganuj, distintos tipos de cremas a base de garbanzos, sésamo y berenjenas. Indice de textos En Turquía, cuya gastronomía nacional tiene justa fama, aparte del omnipresente doner kebab (bloque de filetes superpuestos de cordero que se asan girando ensartados en un espetón vertical –foto48–, también muy popular en Oriente Próximo bajo el nombre de shawarma), se pueden degustar otros muchos manjares a base de carne, bien sea asada a la brasa (kebab), o guisada junto con otros ingredientes. El shish kebab (brochetas) es también muy apreciado, así como el kofta, sobre todo los preparados a la manera de las regiones orientales de Adana y Urfa (Adana kebab, Urfa kebab). Otro plato de merecido prestigio es el iskender kebab, a base de lonchas de cordero asado bañadas en yogur, que hace honor a su nombre: el del recordado rey macedonio que conquistó Asia Menor (Iskender = Alejandro). En Siria, además del archipopular pollo asado (faruj), las brochetas de kebab se preparan ensartando en el pincho los trozos de carne alternados con berenjenas o tomates, y asado el conjunto a fuego de leña. En Jordania hay una especialidad de los beduinos llamada mensaf: se sirve sólo en ocasiones especiales y se compone de un asado de cordero (incluyendo la cabeza), acompañado de arroz con piñones. En Yemen, además de la carne asada o kebab, cabe resaltar el salta, guisado de cordero o pollo con lentejas, guisantes, alubias, coriandro y otras especias, servido sobre una cama de arroz. Se consume también shorba wasabi, un caldo de cordero, que se acompaña con pan. En Irán es ubicuo el chelo kebab, pincho de cordero a la brasa sobre una base de arroz, y la endémica crisis económica que aflige al país apenas da lugar a sus habitantes para permitirse más lujos culinarios. Más raro será por ello poder probar el jujeh kebab (pincho de trozos de pollo marinado) o el fesunjun (pollo o pato en zumo de granadas con nueces molidas). En Pakistán, la comida en general acusa una fuerte influencia de la cocina india, sobre todo la que proviene de la época de los mogoles, con el sobrenombre de tanduri (pollo o carne cocidos en hornos tandur), que aquí son especialidad. En Peshawar y toda la zona occidental, en cambio, la comida recuerda más a la de Afganistán o Iraq (a base de kebab y demás platos típicos de Oriente Medio). Podríamos proseguir así indefinidamente, pero basten estos ejemplos para ilustrar la variedad de tratamientos culinarios que recibe un alimento tan valorado como la carne en la cultura gastronómica de los distintos pueblos del universo musulmán. Cada día se editan más libros de recetas de cocina árabe y oriental, que va siendo progresivamente descubierta y apreciada por el resto del mundo, y a ellos nos remitimos. |
6. Epílogo por la paz |
No
podemos terminar este texto sin exponer una
serie de
consideraciones generales, referentes a la necesidad perentoria de un
mayor
acercamiento a las culturas islámicas por parte de las culturas
encuadradas en ese difuso bloque que llamamos 'occidental'. A lo largo
de este escrito hemos podido ver cómo muchas de las normas que
rigen
el islamismo no son muy diferentes de las creencias y usos sociales de
la civilización judeocristiana, y que incluso tienen en ella su
origen. ¿Qué creyente cristiano no aceptaría como
válidas, concordantes con sus propios dogmas de fe, las
siguientes
aleyas?:
(Los idólatras) son
mis enemigos;
y no el Creador del universo; Sería necesario para empezar sacudirnos de
la cabeza
un buen número de tópicos y prejuicios que de habitual
manejamos
sobre los pueblos de fe islámica, y que se originan en el mutuo
desconocimiento. Ojalá este estudio, centrado en un tema tan
específico
como La carne y el Corán, o los preceptos
coránicos
sobre la alimentación, haya contribuido a desmontar algunos de
esos
malentendidos, aunque nuestros tiros hayan ido, más que a
ofrecer
certezas donde antes había dudas, a plantear dudas donde antes
había
certezas infundadas. Y cuando son agredidos,
saben defenderse. Cuando nos rasgamos las vestiduras por los
atentados terroristas
denominados 'islámicos' que padecemos en Europa o América
(incurriendo en otra contradictio in terminis, pues la palabra
Islam
deriva de 'salam', paz), atentados que son igualmente
condenados
por los verdaderos musulmanes, que los consideran contrarios al
auténtico
pensamiento y práctica del Islam, habríamos de recordar
que
estos actos son la respuesta (todo lo equivocada que se quiera, pero
respuesta)
a agresiones anteriores (guerras ilícitas, ocupaciones,
colonización)
que han sufrido previamente países como Palestina, Chechenia,
Afganistán
o Iraq, causadas principalmente por conflictos de intereses,
geoestratégicos
y económicos (como el control de los pozos de petróleo),
por mucho que intenten disfrazarse intencionadamente de cara a la
opinión
pública como enfrentamientos de principios. Y que por cada
víctima
mortal que provocan estos atentados, ha habido previamente decenas o
centenares
de muertos inocentes en aquellos países a causa de dichas
guerras
neocoloniales: la diferencia estriba en que tales víctimas no
son
publicitadas en los medios de comunicación. ¿Desde
cuándo
se puede imponer la democracia a un país con una guerra?
¿Desde
cuándo los bombardeos son 'humanitarios'? Añadiremos, como conclusión, un último hadith: Por cierto que en el cuerpo hay un pedazo de carne que, si está sano, todo el cuerpo está sano y que, si está enfermo, todo él está enfermo. Por cierto que es el corazón.(Hadith 6, relatado por al-Bukhari y Muslim, recopilado por An-Nawawi, en 'Cuarenta Hadith'). Indice de textos |
LA CARNE Y EL CORÁN
Carnicerías de los países
islámicos
Indice de textos La carne y el Corán (introducción) 1 El arduo camino de aproximación al Corán 2 Preceptos del Corán, pilares del Islam 3 El Corán corrobora la Biblia 4 Normas coránicas sobre la carne 5 El mercado y la gastronomía de la carne 6 Epílogo por la paz |
Indices de fotos Indice 1 Egipto Indice 2 Egipto Indice 3 Yemen Indice 4 Marruecos. Turquía |
LA CARNE Y EL CORÁN
Carnicerías de los países
islámicos
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Fotografías: Eneko Pastor
Realizadas en Egipto, Yemen, Turquía y Marruecos (1998-2003)