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  EL HOLOCAUSTO CAMBOYANO

El holocauso camboyano
   Entre el 17 de abril de 1975 y el 7 de enero de 1979, los habitantes de Camboya sufrieron la más despiadada dictadura que haya nunca registrado la historia.
   Un pequeño grupo de revolucionarios trató de imponer a toda una sociedad su visión utópica del paraíso en la Tierra. Con un resultado: convirtieron el país en un infierno.
   Más de dos millones de camboyanos murieron de hambre, enfermedades, torturados o ejecutados en las interminables purgas que perpetró sobre su propio pueblo el régimen de terror de los jemeres rojos, bajo el mando de Pol Pot.
   Hoy los camboyanos han despertado de la pesadilla, pero insisten en recordar al mundo el genocidio que padecieron sus padres, madres, hermanos y hermanas en aquellos aciagos días, con la esperanza de que no pueda repetirse tamaño error y tanto horror, ni en su país ni en ningún otro país.
   fotoAleph quiere contribuir con esta exposición de fotografías al conocimiento y difusión de ese terrible episodio de la historia de Camboya, aún insuficientemente conocido en el resto del mundo. Se advierte que estas imágenes, por la crudeza de sus contenidos, pueden herir la sensibilidad de algunas personas.
   La muestra se complementa con una exposición de retratos de los habitantes de Camboya en la actualidad, titulada El pueblo camboyano.

Indice de textos
Un viaje al corazón de las tinieblas
Algunos hitos en la historia de Camboya
La intervención de Estados Unidos
La evacuación de las ciudades
La conexión con China
El conflicto con Vietnam
¿Quién era Pol Pot?
El socialismo según los jemeres rojos
La Constitución de Kampuchea Democrática
El himno nacional
  
La propaganda como arma
Prisión secreta S-21 (Tuol Sleng)
The Killing Fields
La sima de la muerte
Las minas antipersona
La precaria economía de Camboya
La autosuficiencia y el ahorro
El sistema sanitario
La educación y la reeducación
La utilización de jóvenes y niños
  
La destrucción de la familia
La abolición de la propiedad y del dinero
La anulación de la individualidad
La depuración de los enemigos
El opio del pueblo
El rey Sihanuk
La dictadura después de la dictadura
1984 llegó en 1975
Diccionario de neolengua de los jemeres rojos
Bibliografía
  

Indices de fotos
EL HOLOCAUSTO CAMBOYANO

Indice general
Indice 01     Prisión secreta S-21
Indice 02     Prisión secreta S-21
Indice 03     Prisión secreta S-21. Un testimonio pictórico
Indice 04     Un testimonio pictórico. Los campos de exterminio
Indice 05     Los campos de exterminio
Indice 06     Las minas antipersona
  
EL PUEBLO CAMBOYANO
Una extensa galería de retratos de los habitantes de Camboya en la actualidad.
  
Un viaje al corazón de las tinieblas
  
  
   No había yo visto nunca nada parecido al cambio que sobrevino en sus facciones, y espero no volverlo a ver. Oh, no me conmovió. Me fascinó. Fue como si se hubiera desgarrado un velo. En aquella cara de marfil vi la expresión del orgullo sombrío, del poder despiadado, del terror pavoroso; (Kurtz) gritó dos veces, un grito no más fuerte que una exhalación: "¡El horror! ¡El horror!"
  
   (Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas)

  
  
   El siglo XX tiene el triste mérito de haber sido el más mortífero de la Historia. (Ojalá que el siglo XXI no lo supere).
   Dos guerras mundiales ocasionaron más muertes entre la población civil que cualquiera de las guerras conocidas hasta entonces, con la eficaz ayuda añadida de un arma nueva: la bomba atómica estadounidense. Y los sucesivos genocidios que tuvieron lugar a lo largo del siglo en distintas naciones, por simples cuestiones de raza o de ideología, aumentaron el cómputo de inocentes asesinados hasta tenerlo que calcular por decenas de millones.
   De estos genocidios, los más devastadores, si nos atenemos al número de muertos que provocaron, fueron los cometidos por Lenin y Stalin en la Unión Soviética, Hitler en Europa, Mao en China y Pol Pot en Camboya.
   Mucho se sabe hoy día de los horrores del holocausto nazi, bastante menos de los genocidios soviéticos y maoístas, y poco o muy poco del genocidio camboyano.
   Y, sin embargo, el genocidio de Camboya supera a todos, si no en la cifra absoluta de muertes (que se estima entre dos y tres millones de personas), sí en cifras relativas, pues sobre una población de siete u ocho millones de camboyanos que había entonces, el porcentaje de muertos ronda el 25 por ciento de los habitantes del país. La cuarta parte de la población fue exterminada.
   Hay que tomar estos datos como provisionales, pues todavía hoy en Camboya se están descubriendo fosas comunes de aquel periodo y exhumando más y más cadáveres de víctimas de los jemeres rojos.
   También en un segundo aspecto el holocausto camboyano superó, o al menos igualó, a los otros: en la increíble crueldad con que los verdugos hostigaron a sus indefensas víctimas. No lo decimos nosotros, son los mismos camboyanos quienes comparan a los jemeres rojos con los nazis:
  
   Fragmento del texto de un cartel en el campo de exterminio de Choeung Ek:
   "Masacraron a la población con atrocidad y a gran escala. Fue más cruel que el genocidio cometido por los fascistas de Hitler".
  
   ¿Qué ocurrió en Camboya entre el 17 de abril de 1975, fecha de la toma de poder de la guerrilla Khmer Rouge (jemeres rojos) a las órdenes de Pol Pot, y el 7 de enero de 1979, fecha en que fueron derrocados por el ejército de Vietnam?
   Nos es difícil responder a esta pregunta, no sólo por la amplitud y complejidad del tema, sino porque se nos quedan cortas las palabras para describir tanto horror.
   Confiamos en que las fotografías que exponemos ayuden visualmente al espectador a hacerse una idea aproximada del infierno que vivieron los camboyanos bajo uno de los regímenes más totalitarios que se han dado en el planeta. Mostraremos imágenes de las cárceles, campos de exterminio, fosas comunes, instrumentos de tortura, armas, minas antipersona... con que los jemeres rojos masacraron a su propio pueblo, pero también y sobre todo imágenes de los rostros de las víctimas, los hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos que fueron torturados y salvajemente ejecutados en la Camboya de Pol Pot.
   Al mismo tiempo, acompañamos las fotografías de una selección de textos sobre el tema, entresacados de las más diversas fuentes: citas, párrafos, entrevistas, discursos, declaraciones, rótulos, canciones, consignas... que, aunque de forma fragmentaria, pueden ayudar a rastrear los hechos y a intuir el marco ideológico que propició semejante locura. En esta selección, presentada a modo de collage, daremos también la palabra a los mismos jemeres rojos, lo que permitirá constatar el gigantesco abismo que separaba sus teorías de sus prácticas.
   Para una mayor facilidad de lectura, los textos pertenecientes a Pol Pot y los jemeres rojos irán en rojo.
   Los textos procedentes de otras fuentes y autores (ver bibliografía) irán en azul.
   Para todos los demás textos, utilizaremos el negro.
     
   Debe de haber pocos gobiernos en la Tierra que más adecuadamente se ajusten al dicho 'el fin justifica los medios'. Los dirigentes jemeres rojos estaban movidos por la creencia de que habían sido dotados con una gran y escatológica misión que les autorizaba a usar todos los medios posibles, al margen de todas las leyes y costumbres humanas, para cumplirla. Su utopía desencadenó así violencia y muerte. Obnubilados por visiones del cielo en la tierra, estos líderes eran ciegos e insensibles al sufrimiento humano. Negando radicalmente el mundo que les rodeaba, fueron incapaces de distinguir la realidad de lo quimérico, como todos los psicópatas.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   El 17 abril 1975, Camboya emergió de cinco años de invasión, bombardeos y guerra civil, cuando su capital, Phnom Penh, sucumbió a los ejércitos guerrilleros conocidos como Khmer Rouge o jemeres rojos, que la habían estado asediando desde principios de año. La población de la ciudad incluía más de un millón de refugiados, venidos de sus hogares en áreas rurales. En el transcurso de la guerra civil, habían muerto tal vez medio millón de camboyanos. Las gentes de las ciudades, que no sabían mucho sobre los jemeres rojos, supusieron que la paz sería mejor que la guerra y que los camboyanos, trabajando juntos, podían reconstruir su país.
   Lo que sucedió a continuación tomó por sorpresa a todo el mundo excepto a los mandos jemeres rojos. (...)
   Tras vaciar las ciudades, la organización revolucionaria se embarcó en un programa de transformación social que afectó a todos los aspectos de la vida camboyana. El dinero, los mercados y la propiedad privada fueron abolidos. Las escuelas, las universidades y los monasterios budistas fueron cerrados. Ninguna publicación fue permitida; el servicio de correos fue clausurado; la libertad de movimiento, el intercambio de información, los adornos personales, y las actividades de ocio fueron recortados. Los castigos por las infracciones eran severos, y los reincidentes eran hechos prisioneros en duras condiciones, o matados. Se ordenó a todo el mundo realizar tareas asignadas para ellos por la organización revolucionaria. Para los habitantes de las ciudades evacuadas, estas tareas apenas tenían alguna relación con su formación o capacidades. En cambio, casi todos ellos se convirtieron en campesinos y se les hizo llevar idénticas ropas negras de algodón.
   (David Chandler, Brother Number One. A political biography of Pol Pot)
  
   Los jemeres rojos de Pol Pot pusieron (al príncipe) Sihanuk bajo arresto domiciliario y a continuación convirtieron Camboya en un 'campo de concentración' agrario sin la más mínima tolerancia hacia cualquier disidencia de la línea del Partido. Una arbitraria y despiadada matanza de sectores 'indeseables' de la población comenzó inmediatamente. No disponemos de estadísticas fiables, pero una estimación razonable es que entre uno y dos millones de personas (de una población de unos siete millones) murieron de hambre, enfermedad, exceso de trabajo, o en ejecuciones durante el genocidio jemer rojo. Los más duros ataques fueron contra los profesionales: maestros, doctores, trabajadores cualificados, monjes, y artistas –esencialmente todas las personas que la Camboya contemporánea necesita desesperadamente con el fin de reconstruir sus destrozadas economía, sociedad y cultura.
   (Amit Gilboa, Off the rails in Phnom Penh)
  
   En los primeros días después de la transformación de Camboya en Kampuchea Democrática, todas las ciudades fueron evacuadas, los hospitales desalojados, las escuelas cerradas, las fábricas vaciadas, el dinero abolido, los monasterios clausurados, las bibliotecas desmanteladas. Durante casi cuatro años las libertades de prensa, de movimiento, de culto, de organización, de asociación y de discusión desaparecieron completamente. Lo mismo ocurrió con la vida familiar cotidiana. Una nación entera fue secuestrada para ser asediada desde dentro. (...) La comunicación humana casi desapareció. Kampuchea Democrática era un campo de prisioneros a nivel estatal, y los ocho millones de prisioneros tuvieron que prestar servicios la mayor parte de su tiempo en confinamientos solitarios. Y un millón y medio de presidiarios fueron obligados a trabajar, a pasar hambre, y fueron apaleados hasta la muerte. ¿Por qué?
   El perverso silencio de Kampuchea Democrática tañía a muerto a finales del siglo XX, entrados ya en la era de la comunicación de masas. Pues Camboya estaba herméticamente sellada. Las fronteras estaban cerradas, las embajadas extranjeras y las agencias de prensa expulsadas, los periódicos y canales de televisión suprimidos, las emisoras de radio confiscadas, el empleo de lenguas extranjeras castigado. Aún peor, los camboyanos podían decirse muy poco los unos a los otros. Aprendieron enseguida que cualquier exhibición de conocimientos o habilidades, si estaban 'contaminados' por influencias extranjeras (como es lo normal en las sociedades del siglo XX), era una insensatez en la Kampuchea Democrática. De modo que el pueblo fue reducido a obedecer las instrucciones diarias. La memoria era tan peligrosa como beber leche.
   ¿Qué tipo de régimen era el que impuso tal revolución? ¿Y cuáles fueron las condiciones que propiciaron su emergencia?
   (Ben Kiernan, The Pol Pot regime)
  
   Las interpretaciones del régimen de Pol Pot varían. Kampuchea Democrática declaraba ser 'el Estado Comunista Número 1'. A principios de los años setenta, el CPK (Partido Comunista de Kampuchea) había clasificado a Albania en primer lugar, seguida de China y luego de ellos mismos, mientras Vietnam era descrito como el 'Camarada Número 7'. En 1976, Kampuchea Democrática proclamaba estar 'de cuatro a diez años por delante' de otros Estados comunistas de Asia, habiendo 'saltado' del feudalismo 'a una sociedad socialista directamente'.
   (Ben Kiernan, The Pol Pot regime)
  
   ¿Qué es lo que tenían en mente Pol Pot y sus colegas?
   Este puñado de hombres y mujeres presidieron el movimiento marxista-leninista más puro y completo en una era de revoluciones. Ningún otro régimen trató de ir tan rápido y tan lejos. Ningún otro provocó tantas víctimas en la población del país.
   A un nivel, la revolución era un intento valiente y predestinado de un grupo de pensadores utópicos para liberarse del sistema del mundo capitalista, abandonar el pasado, y arreglar el futuro. Muchos radicales en otros países interpretaron así los acontecimientos de Camboya. A otro nivel, la revolución surgió de una malintepretación colosal de las capacidades políticas de Camboya, su libertad de maniobra frente a sus vecinos, y los intereses de los campesinos pobres en cuyo nombre se estaba haciendo aparentemente la revolución. A un tercer nivel, Pol Pot y sus colegas exhibieron sed de poder y una capacidad ilimitada de desconfianza. Creyéndose rodeado de enemigos, Pol Pot aprobó la tortura y ejecución de casi catorce mil enemigos (khmang) en el centro de interrogatorios de Phnom Penh, conocido por el nombre codificado de S-21. Y miles más murieron en las purgas regionales que puso en marcha en 1977. Muchos de los asesinados en S-21 eran miembros leales del partido. Las víctimas en otros lugares, en su mayor parte, parecen haber sido inocentes acusados de traición.
   ¿Cuáles fueron las fuentes de la revolución y de su extraordinaria violencia? Entre 1975 y 1979, quienes estaban en el poder en Phnom Penh declaraban con frecuencia que no seguían modelos extranjeros y que la revolución de Camboya era incomparable. De hecho, muchos de los slogans de Kampuchea Democrática –como 'tormenta de ataques', 'salto adelante', 'maestría de independencia', y 'tres toneladas (de arroz) por hectárea'– venían sin ser reconocidos de la China comunista, donde el régimen, en vísperas de la muerte de Mao Zedong en septiembre de 1976, estaba pasando por una fase peculiarmente radical. (...)
   En menos de cuatro años, más de un millón de camboyanos, o uno de cada siete, murió probablemente de malnutrición, exceso de trabajo y enfermedades mal diagnosticadas o mal tratadas. Al menos cien mil, y probablemente más, fueron ejecutados por crímenes contra el Estado. Decenas de miles perecieron en el conflicto con Vietnam, iniciado casi seguro por los jemeres rojos. (...) Claros paralelismos, y probable inspiración, pueden encontrarse en el Gran Salto Adelante de China en los años 50, en la colectivización soviética de Ucrania veinte años antes, y en las purgas en ambos países de 'elementos' considerados peligrosos para los líderes revolucionarios. En cierto sentido, lo que ocurrió en Camboya, aunque más intensamente, eran los procedimientos operativos habituales en países cuya política Pol Pot –o el 'Hermano Número Uno', como era informalmente conocido por sus subordinados– admiraba.
   (David Chandler, Brother Number One. A political biography of Pol Pot)
  
   En contraste, otro historiador, Michael Vickery, caracteriza a Kampuchea Democrática como una 'revolución campesina' anti-marxista, mientras que los propagandistas de Hanoi y sus protegidos camboyanos la veían como una desviación maoísta del marxismo ortodoxo.
   (Ben Kiernan, The Pol Pot regime)
  
   El objetivo último de polpotismo, al destruir la propiedad, las instituciones y las costumbres contemporáneas, era coaccionar a los modernos jemeres –de las ciudades en particular– para convertirse en tribus errantes bajo su dominio totalitario y devolverlos así a la Edad de Bronce.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
 
   Indice de textos
  
  
 
 
Algunos hitos en la historia de Camboya
 
  
- Prehistoria.
  El territorio de Camboya es, en términos geológicos, relativamente reciente. Hace 5.000 años yacía bajo el mar, en una bahía del Golfo de Siam. Los depósitos sedimentarios del río Mekong rellenaron la bahía, y Camboya emergió de las aguas.
- Neolítico.  Se ha detectado la existencia de poblados lacustres.
- Siglos I-IV d C.  Florecimiento del reino de Funan, situado al sur de la península indochina. La economía se basaba en el dominio del agua (saneamiento de los pantanos). Indianización en los siglos I y IV. Religión brahmánica.
- Siglos V-VII.  Florecimiento del reino Chenla, situado al nordeste de los lagos. Economía basada en el dominio del agua (irrigación por presas y canales).
- Siglos VII-VIII.  Dominación de Java.
  
  
Imperio jemer (siglos IX-XIV)
  
- Siglos IX-XIV. 
Periodo de Angkor, el más glorioso de la historia de Camboya. Construcción de Angkor Thom (la 'Gran Ciudad', ss. X-XI) y Angkor Vat (el 'Templo-Ciudad', s. XII). Finales del s. XII: máxima expansión geográfica, bajo el reinado de Jayavarman VII (1183-1201), incluyendo vastos territorios de los actuales Vietnam, Laos y Tailandia. Introducción del budismo hinayana (o 'del pequeño vehículo').
- Siglos XIV-XIX.  Periodo de decadencia. Camboya es desgarrada entre los thais y los vietnamitas. 1394: toma de Angkor, seguida de una guerra de cien años. 1431: la capital del reino se traslada a Longvek. 1593: nuevo traslado de la capital, a Udong. Aparecen los primeros colonizadores occidentales: portugueses, españoles y holandeses. 1841-1845: Camboya se convierte en provincia de Vietnam.
  
  
Protectorado francés (1863-1953)
  
- 1863.  El rey Norodom acepta el protectorado.
- 1884-1887.  Insurrección campesina contra las leyes de Charles Thomson, bajo el gobierno de Jules Ferry.
- 1907.  El rey Sisowath recupera las provincias de Battambang, Siem Reap y Stung Treng, anexionadas por Siam (actual Tailandia).
- 1941.  El príncipe Norodom Sihanuk llega al trono.
- 1953-54.  Independencia de Camboya. Derrota de los franceses en Dien Bien Phu (Vietnam). Partición del país en Vietnam del Norte y Vietnam del Sur, siguiendo los acuerdos de Ginebra. Fin de la Indochina francesa.
  
  
El reino de Camboya (1953-1970)
  
- 1963.  Leyes de nacionalización y rechazo a la ayuda norteamericana.
- 1965-66.  Retirada de Estados Unidos de Camboya, al tiempo que envían tropas a Vietnam del Sur para preservarlo de la invasión comunista. El movimiento comunista jemer, fundado en 1951, manda una delegación a Pekín, y toma el nombre de Partido Comunista de Kampuchea (CPK).
- 1968-69.  Recrudecimiento de la guerra de Vietnam. Las tropas estadounidenses en Vietnam del Sur superan los 550.000 hombres, y lanzan ataques aéreos sobre los santuarios vietnamitas en Camboya.
- 1970.  Golpe de estado en Phnom Penh (18 marzo). El general Lon Nol, favorable a la intervención norteamericana, toma el poder. Destitución del rey Sihanuk.
  
  
La República jemer (1970-1975)
  
- 1970.  Proclamación de la República jemer (9 octubre). Sihanuk, desde Pekín, llama a la resistencia y anuncia la creación del 'Gobierno Real de Unión Nacional de Kampuchea' (GRUNK). Incursiones de las tropas estadounidenses y sudvietnamitas en Camboya. El Vietcong invade el territorio camboyano y ocupa el sitio de Angkor.
- 1972.  El general Lon Nol es elegido presidente de la República.
- 1973.  Firma de los Acuerdos de París y retirada de las tropas norteamericanas. El CPK enrola a la fuerza a los campesinos jóvenes en el 'Ejército Revolucionario de Liberación'.
- 1974.  Diciembre: comienzo de la ofensiva de los jemeres rojos contra Phnom Penh.
- 1975.  12 abril: Francia reconoce el GRUNK.
  
  
Kampuchea Democrática (1975-1979)
  
- 17 abril 1975.  Toma de Phnom Penh y llegada al poder del ejército revolucionario conocido como Khmer Rouge (jemeres rojos), bajo el mando de Pol Pot.
- 30 abril 1975.  Caída de Saigón, capital del vecino Vietnam del Sur, bajo las tropas del Vietcong, la guerrilla comunista de Vietnam del Norte. Derrota y retirada del ejército estadounidense del Vietnam. Saigón es rebautizada como Ho Chi Minh City.
- 1975.  Evacuación masiva de la capital Phnom Penh y de todas las ciudades de Camboya, forzada por los jemeres rojos. Implantación de una dictadura de inspiración maoísta, con el nombre de 'Kampuchea Democrática'. Abolición de la propiedad privada y colectivización de la agricultura. Comienzo de una 'purificación' ideológica que se extiende a todas las capas de la población.
- 1976.  Desmantelamiento de las 'redes provietnamitas'.
- 5 enero 1976.  Promulgación de la 'Constitución de Kampuchea Democrática' (leer texto). Khieu Samphan (el mentor de Pol Pot) es designado presidente, y Pol Pot primer ministro.
- 20 marzo 1976.  Primeras 'elecciones'.
- 2 abril 1976.  Dimisión del rey Sihanuk de sus funciones de Jefe de Estado.
- Junio 1976. Instalación en Phnom Penh de la prisión secreta y centro de torturas conocido como S-21 (Tuol Sleng).
- 9 septiembre 1976. Muerte de Mao Zedong.
- 1977.  China sostiene totalmente la economía de Kampuchea. Kampuchea Democrática entra en hostilidades con Vietnam. Ruptura diplomática entre los dos países.
- 27 septiembre 1977.  Discurso de cinco horas de Pol Pot, donde desvela ante el pueblo camboyano y ante el mundo entero que el Angkar revolucionario era, por supuesto, el Partido Comunista de Kampuchea, dirigido por él.
- 1978.  Como respuesta a una serie de incursiones jemeres en territorio vietnamita, divisiones del ejército de Vietnam invaden Camboya, ocupando las provincias al este del Mekong. 25 diciembre: ofensiva vietnamita a gran escala.
- 7 enero 1979.  Toma de Phnom Penh y derrocamiento del régimen de los jemeres rojos por el ejército de Vietnam.
  
  
Camboya, de 1979 a nuestros días
  
- 1979-1989.  Implantación en Camboya de otra dictadura comunista, esta vez de inspiración soviética, con un gobierno satélite de Vietnam, denominada 'República Popular de Kampuchea', con Heng Samrin como líder máximo. La agricultura continúa colectivizada. Alta inestabilidad económica, con hambrunas y miles de personas muertas en enfrentamientos. Medio millón de camboyanos piden asilo en Tailandia. Repliegue de la guerrilla jemer roja a las junglas de la montaña.
- 1983.  Nombramiento de Hun Sen (ex-jemer rojo y ex-ministro de asuntos exteriores) como primer ministro.
- 1989.  Retirada oficial del cuerpo expedicionario vietnamita. Los Estados Unidos promueven un gobierno de coalición entre las antiguas organizaciones enfrentadas. Sihanuk pasa a ser rey y jefe de Estado. Su hijo, el príncipe Ranariddh, rivaliza con Hun Sen por el control del poder.
-1991.  Acuerdo de paz en París, a instancias de la ONU, entre las partes enfrentadas, para la creación temporal de un Consejo Nacional Supremo que gobierne el país, formado por autoridades de la ONU y delegados de las distintas facciones. Sihanuk, rey y primer ministro de Camboya, será el presidente.
- 1993.  Celebración de elecciones pluripartidistas, bajo la tutela de la ONU. El partido monárquico FUNCINPEC (acrónimo de 'Frente Unido Nacional para una Camboya Independiente, Neutral, Pacífica y Cooperante') gana las elecciones, alcanzando el segundo lugar el partido de Hun Sen. Formación de un gobierno de coalición de tres partidos, con dos primeros ministros. El príncipe Ranariddh como primer ministro y Hun Sen como segundo primer ministro. Nueva Constitución. Se restituye la monarquía: establecimiento del Reino de Camboya, con Sihanuk otra vez de rey. Numerosas deserciones entre los rangos jemeres rojos.
El holocausto camboyano- Julio de 1997.  Hun Sen da un golpe de Estado contra el FUNCINPEC, y reemplaza en el poder al príncipe Ranariddh.
- Julio de 1998.  Nuevas elecciones (denunciadas como fraudulentas). Esta vez vence el Cambodian People's Party (Partido Popular de Camboya) de Hun Sen. Nuevo gobierno de coalición con Hun Sen como primer ministro y el príncipe Ranariddh como presidente de la asamblea Nacional.
- 1998.  28 de abril: Muere Pol Pot en una cabaña escondida en un remoto lugar (Anlong Veng) de las selvas del norte de Camboya, en circunstancias todavía no aclaradas.
- 1999.  Rendición de la mayoría de los jemeres rojos que se habían replegado a las montañas y las selvas para continuar con su acciones guerrilleras. Las tropas rebeldes son integradas al ejército camboyano. Empiezan a ser arrestados algunos líderes de los jemeres rojos.
- Julio de 2008.  En las elecciones parlamentarias (con numerosas irregularidades denunciadas por Human Rights Watch) vuelve a vencer el Partido Popular de Camboya, y Hun Sen renueva su mandato como primer ministro por otros cinco años.
- Febrero de 2009. Comienzo definitivo, tras superar numerosos obstáculos políticos, de los juicios contra antiguos líderes de la dictadura de los jemeres rojos, por las Cámaras Extraordinarias de las Cortes de Camboya, un tribunal internacional auspiciado por la ONU. Se sientan en el banquillo sólo cinco acusados. Kaing Guek Eav aka Kiev (alias Duch), el ex-jefe de la prisión secreta S-21; Nuon Chea, brazo derecho de Pol Pot; Ieng Sary, ministro de Asuntos Exteriores del régimen jemer rojo; Ieng Thirith, esposa del anterior y cuñada de Pol Pot; y Khieu Samphan, mentor de Pol Pot y presidente de 'Kampuchea Democrática'.
- Julio 2010.  El comandante Kaing Guek Eav (Duch) es condenado por el Tribunal Internacional para el Genocidio por 'crímenes de guerra y contra la Humanidad'. Duch, según los jueces, es responsable de la tortura de más de 15.000 camboyanos en la cárcel S-21, lugar donde se les interrogaba antes de ejecutarles en los campos de exterminio de Choeung Ek. La pena es de 35 años de cárcel, que quedará probablemente reducida a 19.
 
 
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La intervención de Estados Unidos
 
   Aunque fue autóctona, la revolución de Pol Pot no hubiera llegado al poder sin la desestabilización económica y militar que provocó Estados Unidos en Camboya, que empezó en 1966 con la escalada bélica norteamericana en el vecino Vietnam y llegó a su culminación en 1969-73 con el bombardeo masivo de las tierras de Camboya por los B-52 americanos. Este fue probablemente el factor más importante en el ascenso de Pol Pot. (...)
   En 1965 la guerra de Vietnam experimentó una escalada. Desde ese año hasta mediados de 1966, el número de soldados de las tropas norteamericanas creció de 20.000 a 300.000. Las fuerzas de Saigón también se incrementaron. (...) Todos estos soldados adicionales tenían que ser alimentados; y lo más importante: estaban perjudicando como nunca la producción de arroz de Vietnam. Grandes cantidades de arroz de Camboya empezaron a entrar de contrabando a través de la frontera de Vietnam con destino a los ejércitos de ambos bandos. (...)
   Unas 130.000 toneladas de arroz, el 40% de las exportaciones arroceras de 1966, fueron llevadas de contrabando a agentes comunistas vietnamitas y a círculos del mercado negro de Saigón.
   Igualmente importante: los comunistas vietnamitas estaban recurriendo crecientemente al uso del territorio camboyano como santuario a salvo del ataque norteamericano. (...)
   (En 1969) fueron arrojadas unas 100.000 toneladas de bombas sobre Camboya; se desconoce la cifra de bajas civiles. El objetivo de los Estados Unidos era destruir las fuerzas comunistas vietnamitas en Camboya o forzarlas a volver a Vietnam. (...)
   En marzo de 1973, los bombardeos se extendieron hacia el oeste para abarcar el país entero. Alrededor de Phnom Penh, tres mil civiles fueron muertos en tres semanas. (...) Días más tarde, se intensificó el bombardeo norteamericano, alcanzando un nivel de 3.600 toneladas al día. (...)
   El bombardeo de las tierras de Camboya continuó hasta finales de 1973, cuando el Congreso impuso un alto el fuego. Casi la mitad de las 540.000 toneladas de bombas había sido arrojada en los últimos seis meses.
   De las cenizas de la Camboya rural surgió el Partido Comunista de Kampuchea (CPK), de Pol Pot. Utilizó la devastación de los bombardeos y la masacre de la población civil como propaganda para el reclutamiento y como una excusa para sus brutales y radicales políticas, así como para sus purgas de comunistas moderados y de seguidores del rey Sihanuk.
   (Ben Kiernan, The Pol Pot regime)
  
   Un campesino camboyano se lamentaba en abril de 1973: "Los bombardeos pueden matar a algunos comunistas, pero matan a todos los demás también".
  
   Mam Lon, un mando del CPK en el Sudoeste, dice que cuando los T-28 y B-52 bombardearon su aldea, más de cien personas fueron muertas o heridas. "El pueblo estaba muy enfadado con los imperialistas", añade.
  
   Un nativo afirma que "a menudo la gente estaba indignada con los bombardeos e iba a unirse a la revolución".
  
   Chhit Do era un líder del CPK en Camboya del norte. En 1979 huyó del país. El periodista Bruce Palling le preguntó si los jemeres rojos habían utilizado los bombardeos para propaganda anti-estadounidense:
   "Oh sí, lo hicieron. Tras cada bombardeo, llevaban a la gente a ver los cráteres, para ver lo grandes y profundos que eran los cráteres... La gente ordinaria... a veces literalmente se cagaba en los pantalones cuando caían las grandes bombas y los proyectiles... Sus mentes se quedaban paralizadas y vagaban por ahí mudos durante tres o cuatro días. Aterrorizados y medio locos, estaban preparados para creer lo que les dijeran... Esto fue lo que hizo tan fácil a los jemeres rojos ganarse a la gente... Fue debido a su descontento con los bombardeos por lo que siguieron cooperando con los jemeres rojos, alistándose a los jemeres rojos, mandando a sus hijos a ir con ellos... (...) A veces las bombas caían y mataban a niños pequeños, y sus padres se ponían a favor de los jemeres rojos."
   (Ben Kiernan, The Pol Pot regime) 

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La evacuación de las ciudades
 
   Los cuadros del Partido Comunista decían a los jóvenes campesinos víctimas de los bombardeos que "los pájaros asesinos" habían venido "de Phnom Penh" (no de Guam), y que Phnom Penh debía pagar por su asalto a la Camboya rural. (...) La indignación popular por los bombardeos estadounidenses, manipulada como era de prever por el CPK, fue fatal para los dos millones de habitantes de Phnom Penh, como también lo fue para los jemeres rojos moderados y para el régimen de Lon Nol. (...)
   Cuando evacuaron por la fuerza Battambang y Phnom Penh, las fuerzas del CPK contaron a la población que el éxodo era necesario porque los 'B-52 americanos' estaban a punto de bombardear la ciudad. La segunda fase de la tragedia camboyana había empezado.
   (Ben Kiernan, The Pol Pot regime)
  
   "¡Hermanos! Abandonad Phnom Penh por un breve periodo (pues tememos que los americanos podrían volver a bombardearnos)".
   (Requerimiento de los jemeres rojos a los habitantes de la capital, tras su toma de poder el 17 abril 1975)
  
   "El Angkar ordena a todo el mundo abandonar la ciudad inmediatamente... Si algún camarada rehúsa marcharse, será bajo su propia responsabilidad" (...)
   "¡No necesitáis llevaros muchas cosas con vosotros!" –decían los altavoces–. "El Angkar sólo os pide marcharos por tres días. ¡Rápido! ¡Rápido! ¡Los americanos van a lanzar bombas muy pronto!"
   Las amenazas iban acompañadas de disparos para forzar a la gente a salir de sus casas y echarla a las calles.
   (Vann Nath, A Cambodian Prison Portrait: One Year in the Khmer Rouge's S-21)
  
   La decisión de evacuar Phnom Penh y todas las ciudades y pueblos, tras la victoria, había sido tomada por el Comité Central en una reunión secreta del Partido en febrero 1975.
  
   No debemos tampoco olvidar que el 17 ó 18 de abril 1975 esta orden se había convertido en el símbolo de todas las evacuaciones, ya que se promulgaron idénticas órdenes en todas las ciudades, grandes o pequeñas, a medida que iban cayendo bajo el control de los revolucionarios. A este respecto, la ciudad de Kratie era el modelo, pues ya había sido vaciada de sus ciudadanos a mediados de los setenta. En todas partes se especificaba que este "breve periodo" era sólo de "tres días", recalcando que esta orden había bajado de los más altos escalafones del Angkar (Angkar = la 'Organización' = Partido Comunista de Kampuchea).
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   Las ejecuciones en la ciudad (Phnom Penh) y durante el éxodo, principalmente de oficiales de Lon Nol, oficiales de policía, y oficiales de alto rango, pero también de civiles que desobedecían las órdenes de sus nuevos amos, llevarían probablemente a una cifra de muertos durante la evacuación de la ciudad de unos veinte mil.
   Todas las demás ciudades de Camboya, incluyendo las del Este, fueron evacuadas. (...) Cuando los jemeres rojos llegaban, anunciaban por altavoces que todo el mundo tenía que marcharse por tres días para evitar posibles bombardeos norteamericanos. (...)
   Algunas personas rehusaban dejar sus hogares; las casas eran demolidas con granadas e incendiadas. (...) los pacientes del Hospital Prey Veng fueron también evacuados, y los que no podían caminar eran asesinados.
   (Ben Kiernan, The Pol Pot regime)
  
   En una semana, los habitantes de Phnom Penh, Battambang, y otras ciudades fueron llevados por los jemeres rojos al campo y obligados a realizar labores agrícolas. Miles de evacuados, especialmente los muy jóvenes y los muy viejos, murieron en las semanas siguientes. Algunos supervivientes, caminando por regiones donde esperaban ser recibidos por sus parientes, estuvieron más de un mes en las carreteras. Cuando hacían preguntas a los jóvenes soldados fuertemente armados que les acompañaban, les respondían que obedecieran a la 'organización revolucionaria' (angkar padevat), que haría las funciones de 'su madre y su padre'. A los evacuados se les llamaba 'gente nueva' o 'gente del 17 de abril', porque se habían unido tan tarde a la revolución. Los residentes del campo eran conocidos como 'gente de base' y eran tratados con menos dureza que los demás.
   (David Chandler, Brother Number One. A political biography of Pol Pot)
  
   La evacuación de Phnom Penh fue caótica, con las diferentes facciones de los jemeres rojos dando órdenes contradictorias.

   Tropas llevando sandalias de caucho negro decían a la gente que tomaran sus cazos de comida y algo de arroz y que se marcharan. Los que se quedaran serían muertos a tiros. Muchos eran evacuados de sus hogares a punta de pistola. En otras partes de la ciudad, se le daba a la gente tiempo para empaquetar sus cosas o buscar a sus parientes; otros eran muertos a disparos por rehusar marcharse inmediatamente. (...) Enormes muchedumbres llenaron las carreteras moviéndose en masa bajo la presión. En cierto punto, los jemeres rojos lanzaron una granada M-79 entre la multitud. (...) La multitud entró en pánico, y la gente corría en todas las direcciones. (...)
   Someth May describe la escena: "Nos trasladábamos muy lentamente en el calor del día. Algunas personas acarreaban sus pertenencias a la espalda o en bicicletas. Otros tenían carros de mano que empujaban y tiraban. Había cyclos (carros movidos por bicicleta) sobrecargados con familias balanceándose sobre ellos, y los padres empujando. Los que teníamos coche éramos afortunados. Los niños gritaban que estaban siendo aplastados por la multitud. Por todas partes la gente perdía a sus familiares." Pacientes expulsados de los hospitales eran trasladados en sus camas de hospital por sus parientes, que "luchaban con las camas, como hormigas con un escarabajo", algunos "con su bolsa de goteo de plasma al lado. (...) Nunca olvidaré a un lisiado que no tenía manos ni pies, retorciéndose en el suelo como si fuera un gusano herido, o a un padre llorando que llevaba a su hija de diez años envuelta en una sábana atada alrededor de su cuello como una honda, o al hombre que tenía su pie colgando del extremo de una pierna a la que no le unía nada más que la piel."
  
   Al sur de la capital, Ouch Sruy vio a soldados jemeres rojos disparando a la gente que trepaba a los cocoteros y matando a otros que entraban en las casas en busca de provisiones para el viaje. "Dijeron que esto iba en contra de la moral, robar las propiedades de otros". Las ejecuciones llevadas a cabo en la ciudad y a lo largo de la carretera en varios puestos de control como Kompong Katuot ascienden a miles probablemente. Más de mil fueron muertos en el mismo Phnom Penh, incluyendo los oficiales que se rendían. Un hombre dice que vio un cadáver cada cien metros a lo largo de la carretera a Pochentong, posiblemente cien en total.
   (Ben Kiernan, The Pol Pot regime)
  
   Palabras de Pol Pot, en una entrevista (octubre 1978) concedida a una delegación del Partido Marxista-Leninista Danés, en visita por Camboya:
   "Durante la guerra civil (1970-75), la CIA y la KGB habían construido una red de agentes y espías, provistos de equipamientos y arsenales secretos... Pero los planes contrarrevolucionarios fueron destruidos de un golpe con la evacuación de los agentes al campo, donde no tenían las mismas oportunidades de organizar un contragolpe".
  
   En otras palabras, fue por este cínico oportunismo político, si no la total desconsideración por los derechos humanos más básicos, la barbarie total, por lo que casi cuatro millones de personas (más o menos el 40 por ciento de la población entera) fueron forzadas a salir a las carreteras en todo el país. Los revolucionarios constituían una minoría demasiado pequeña para controlar las ciudades. Pero esta táctica no sólo hizo que todos obedecieran ciegamente las órdenes del Angkar, sino que la caza de 'enemigos de la revolución' podía ser proseguida más fácilmente, o incluso inexorablemente intensificada, a pesar de que la guerra civil había terminado. (...)
   Todos los habitantes de las ciudades se vieron despojados de sus pertenencias, ya que la propiedad estaba colectivizada, de golpe y porrazo, y sin compensación. Al mismo tiempo, muchas familias fueron rotas, y todo el mundo fue desgajado de su propio entorno familiar. Todas las libertades civiles fueron abolidas. El acceso a centros sanitarios modernos fue brutalmente paralizado y los pacientes de hospitales fueron echados a la calle. Finalmente, todos los jefes de servicios administrativos y todos los oficiales del Ejército Republicano (del anterior régimen) fueron reunidos los días siguientes, siempre bajo falsos pretextos o para misiones imaginarias (como dar la bienvenida a Norodom Sihanuk, cabeza del nuevo Estado revolucionario hasta principios de 1976), y ejecutados en masa.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   Según Heng Samrin, "la gente fue evacuada al principio a los alrededores de la ciudad. No fue todavía evacuada a regiones distantes. Entonces, tras recibir el plan (del 20 mayo 1975), la gente fue evacuada a territorios remotos... Desde ese momento, fueron evacuados para siempre, no permitiéndoles vivir de nuevo en ciudades."
  
   Los desplazamientos forzosos de grandes masas de población de un extremo a otro del país fueron constantes durante toda la dictadura de los jemeres rojos, y esto se hacía sin tener en consideración los lazos familiares de los desplazados, desmembrando familias enteras:
   Los habitantes de ciudades que habían sido evacuados al Sudoeste y Este fueron reunidos de nuevo y enviados a las zonas más débilmente pobladas del Norte y Noroeste. Cien mil personas de la Región 22 en el Este fueron enviadas a través del Mekong al Norte. Cinco mil más viajaron en barco a Kompong Thom y después caminaron a Preah Vihear. Aumentaron la población del Norte hasta cerca de un millón. En el Noroeste, la Región 5, que tenía una población de 170.000, vio a otras 200.000 ó 210.000 personas llegar a principios de 1976. La población de la Zona Noroeste alcanzó 1.790.000, de las 908.000 que tenía en 1968. Unos 800.000 habitantes de ciudades fueron enviados al Noroeste.
   (Ben Kiernan, The Pol Pot regime)
  
   Líneas generales de propaganda distribuidas por el Centro del partido tras la evacuación de Phnom Penh (según Ouch Bun Chhoeun, entonces secretario diputado del CPK en la Región 21):
   1.  La gente de la ciudad había tenido una vida fácil, mientras que la gente del campo había tenido una vida muy dura.
   2.  La gente de la ciudad eran explotadores.
   3.  La moralidad de las ciudades bajo Lon Nol (el anterior régimen) no era pura y limpia como en las zonas liberadas.
   4.  La gente de la ciudad eludía el trabajo productivo.
   (Ben Kiernan, The Pol Pot regime) 

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La conexión con China
 
   Con la deuda adquirida por China como contrapartida por los suministros prometidos de caucho camboyano, el CPK consiguió minas acuáticas chinas. Tendieron cables con minas a lo largo del río Mekong, haciéndolas emerger cuando pasaban las embarcaciones, barrenando docenas de ellas, para hostigar al régimen de Lon Nol. Estas y otras armas habían sido transportadas por los vietnamitas por la Ruta de Ho Chi Minh.
  
   Poco antes de la caída de Phnom Penh, el Regimiento 120 del CPK, que estaba asediando la ciudad de Takeo, recibió una abundante provisión de armas chinas: proyectiles B-40, ametralladoras, rifles AK-47, y munición. Los nuevos suministros elevaron la moral de las tropas, que tomaron Takeo el 18 de abril.
   (Ben Kiernan, The Pol Pot regime)
  
   Mao y Chu En Lai eran aduladores muy sagaces que arrullaron a los jemeres rojos como antes habían arrullado a Sihanuk, haciéndoles creer que ofrecerían protección a sus regímenes sin interferir nunca en sus asuntos internos. Además, tiraron de muchos hilos para manejar a su vasallo Pol Pot, mientras aseguraban que él y su revolución eran amos absolutos de Kampuchea Democrática.
  
   El así llamado internacionalismo revolucionario del régimen era de hecho una mera fachada. Mientras el Angkar mendigaba asesores técnicos, armas, favores comerciales y dinero del extranjero, en particular de la República Popular de China, en realidad se consideraba a sí mismo dueño de los modos de utilización de esos recursos.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   De una entrevista a Chung Tuang-weng, un miembro de la embajada china en Phnom Penh, publicada en el Bangkok Post el 1 mayo 1979:
   "El gobierno chino había enviado a Camboya unos 15.000 expertos en los campos de la agricultura, la irrigación y militar".
  
   Aunque los jemeres rojos afirmaban estar haciendo una revolución sin precedentes, incomparable, con las "manos desnudas", muchos de los métodos que eligieron y los términos que usaban para describirlos (...) fueron importados sin alteraciones de la China maoísta. (...) Frases tomadas del chino en la jerga de los jemeres rojos incluyen 'auto-confianza', 'ataque en tormenta' y 'gran salto adelante'. El patronazgo y la inspiración chinos fueron mantenidos ocultos ante el pueblo, pero era imposible esconder a los 'invitados' chinos del régimen. Más de cinco mil de ellos trabajaron en Camboya en la era de Pol Pot, suministrando sin trabas la experiencia técnica de la que el régimen alardeaba que era innecesaria para el triunfo de la revolución.
   (David Chandler. Prólogo a Pol Pot's Little Red Book, de Henri Locard)
  
   Fue Ieng Sary, el ministro de asuntos exteriores y la cara sonriente del Angkar para el resto del mundo, y el hombre de la República Popular China, quien difundió las mentiras del Partido para consumo externo. Más concretamente, fue su amable retórica sobre la necesidad de servir a la revolución la que sedujo a miles de jemeres en el extranjero para volver a casa; dos tercios de ellos fueron exterminados en los así llamados campos de reeducación.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   Los jemeres rojos, autoproclamados patriotas y verdaderos camboyanos, no inventaron nada y copiaron servilmente políticas que ya habían fracasado dos veces, a escala masiva, en la República Popular China. Reciclaron las doblemente fracasadas fórmulas maoístas (del 'Gran Salto Adelante' a la 'Revolución Cultural'), y, con la perversidad que les caracterizaba, aplicaron una vez más con diligencia estas desastrosas consignas –desastrosas excepto para el Angkar, que tenía un poder absoluto sobre los corazones y mentes de los camboyanos.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   Con el Angkar, daremos un Gran Salto Adelante, un prodigioso Gran Salto Adelante.
   (Slogan de los jemeres rojos)
  
   Este fue sin duda el slogan que más frecuentemente se escuchó durante la era de los jemeres rojos.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   La mayoría de los slogans, consignas, dichos y proverbios que los jemeres rojos trataron de incrustar en el pensamiento de los camboyanos estaban inspirados en la filosofía política del Gran Timonel Mao Zedong. Algunos eran incluso traducciones al pie de la letra de sus escritos.
  
   En la estela de la línea política de la Revolución Cultural de Mao, la lógica interna de la ideología de los jemeres rojos era la búsqueda del poder absoluto, no para un solo individuo, sino para un estricto soviet constituido por el Angkar. Como en el caso de Mao, la pretensión de elaborar nobles principios no era sino una treta para enmascarar los verdaderos objetivos del grupo. En la superficie, sus dichos parecen inocuos e incluso ingenuos, pero en el contexto de la política de Kampuchea Democrática no representaban otra cosa que un frío y despiadado maquiavelismo. No eran más que la tapadera de una teoría falaz y anti-humanista, imaginada por Marx y Engels, y puesta en práctica por Lenin, Stalin y Mao.
   Aunque Pol Pot no reveló oficialmente hasta septiembre 1977 que el Angkar era el Partido Comunista, y que él era su presidente, el Angkar nunca trató de ocultar que estaba usando la retórica comunista. A lo largo de los años, la única desviación que tuvo en su línea política fue cuando la camaradería revolucionaria que Saloth Sar (Pol Pot) y su grupo sentían por los vietnamitas se transformó en odio. Esta ruptura fue sin duda en parte debida a razones personales: los vietnamitas trataban a sus amigos como si fueran sus protegidos, con extrema condescendencia y oportunismo político. Los camboyanos iban sobre todo a servir a los intereses de la revolución vietnamita y su Federación de Indochina. Por contraste, los chinos no sólo adulaban a los revolucionarios camboyanos por su chovinismo (...), sino que también garantizaron a Pol Pot el derecho al poder absoluto a que aspiraba. A cambio de ello, él y su grupo abrazaron los puntos de vista maoístas sobre la revolución mundial, controlados por Pekín. Camboya serviría de trampolín para la revolución en el Sudeste de Asia y China iba a reafirmar su hegemonía milenaria sobre la región. (...) Irónicamente, la aceptación acrítica de Pol Pot del pensamiento de Mao estaba siendo promulgada en el momento preciso en que China estaba iniciando un lento proceso de desmaoización.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   "El fallecimiento del Timonel Mao Zedong constituye la más deplorable de las pérdidas, ya que él dedicó todas sus energías a proveernos de múltiples apoyos bajo todas las circunstancias, en nuestra lucha revolucionaria por la liberación de la nación y el pueblo. (...)
   "El Timonel Mao condujo personalmente la famosa Revolución Cultural y logró exitosamente destruir el cuartel general contrarrevolucionario y antisocialista de Liu Shao-chi, Lin Piao y Deng Tsiao-Ping. (...)
   "Su excelencia, el Timonel Mao Zedong recogió estas experiencias para ser añadidas a la literatura clásica del marxismo-leninismo, en la forma del Pensamiento de Mao Zedong, que es el más valioso para las revoluciones china y mundial en el presente y en el futuro. (...) Ilumina la literatura marxista-leninista y es inmortal."
   (Extractos del panegírico funerario pronunciado por Pol Pot, tras la muerte de Mao Zedong, en un mítin de masas celebrado en Phnom Penh el 18 septiembre 1976)
  
   (Pol Pot) igualmente ensalzó los éxitos del 'Gran Salto Adelante' en la reconstrucción de China, ignorando, o fingiendo no saber, que este sonsonete escondía un gran fracaso. Finalmente, en su conmovedora elegía, situó a este pensador (Mao) en el Panteón de los grandes profetas comunistas: Marx, Engels, Lenin y Stalin.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   Declaraciones del príncipe Sihanuk a Bernard Krisher, recogidas en Prince Sihanuk Reminiscences: World Leaders I Have Known, 1990, donde asegura que, para Mao, la pequeña Camboya se había convertido en el laboratorio perfecto para experimentar su visión utópica de una revolución total:
   Más tarde, (Mao) apoyó de todo corazón al régimen de Pol Pot. Ciego a sus excesos, sólo lo veía como la clásica revolución proletaria que toda su vida había soñado encabezar personalmente. Fiel a sus objetivos, hizo caso omiso del cruel extremismo de los jemeres rojos y mostró una fría indiferencia ante las bajas humanas que perpetraron.
  
   Si los jemeres rojos aplicaron las lecciones de Mao, incluyendo las más radicales, al pie de la letra, su feroz orgullo nacionalista les incitó a ir incluso más allá de los esquemas más salvajes del Gran Timonel. Tras la victoria, no dieron un respiro a la población, movilizándola bajo el concepto maoísta de la revolución continua. Ello implicaba la completa ruralización y la destrucción hasta la raíz de la vieja sociedad. Junto con la evacuación de todas las ciudades, abolieron el dinero, los mercados, los salarios, y lo colectivizaron todo, incluso la comida. Saltando abruptamente al comunismo absoluto, imaginaron que habían sido más listos que Mao, permitiéndose declarar que su revolución era auténticamente nacional y no debía nada, o así lo postulaban, a nadie
  
   Si la literatura tradicional demuestra cómo los camboyanos absorbieron 'ideas filosóficas indias', los jemeres rojos mostraron que podían combinar y usar formas de creencias y prácticas de la China maoísta. ¡Pero con un ligero matiz! En este caso, la cuestión no era fundar una nueva civilización, sino más bien –aparentemente– destruir una vieja. Adoptaban la pose de verdaderos patriotas y dieron muerte a un país y a una cultura; intentaron plantar la planta parásita del maoísmo en suelo de Camboya (...). Para los dirigentes, el verdadero objetivo era la esclavización mental de un pueblo entero o la robotización de una sociedad completa: cada individuo se convirtió en una pieza de una enorme maquinaria –el Angkar–, posiblemente el Estado más totalitario del siglo XX.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)   
  
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El conflicto con Vietnam
 
   Pol Pot y la solidaridad revolucionaria de su grupo con el 'hermano mayor', el Vietnam comunista, habían cambiado su carácter entre 1966 y 1973 hasta convertirse en un un odio feroz.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   El comandante del Regimiento 120, Soeun, yerno de Mok, ordenó a sus tropas "liberar el territorio vietnamita, porque es nuestro territorio". A diez millas de la frontera, otros mandos anunciaron que "debemos luchar contra Vietnam, porque dieciocho de nuestras provincias están allí, incluyendo Prey Nokor (Saigón)" (...) Dos secretarios de distrito del CPK (Partido Comunista de Kampuchea) de la vecina Región 33 (...) también anunciaron que 'Kampuchea Krom' era territorio camboyano. El 30 de abril Saigón cayó bajo los comunistas vietnamitas. Hanoi declara que al día siguiente fuerzas del CPK atacaron cruzando la línea fronteriza entre los dos países, "causando grandes pérdidas humanas y materiales a las poblaciones de la frontera". (...)
   Pol Pot habló del conflicto con Vietnam en el mitin del 20-24 mayo 1975 en Phnom Penh, afirmando que el Delta del Mekong fue una vez camboyano.
  
   Pol Pot y Nuon Chea habían anunciado en el mitin de mayo 1975 sus planes para borrar de Camboya la minoría vietnamita entera. Un escrito posterior de Kampuchea democrática les describe como "residentes vietnamitas venidos de Vietnam que se habían infiltrado secretamente en Kampuchea y que vivían ocultos, mezclados con la población". El CPK ordenó su expulsión antes de julio 1975. A finales de septiembre, más de 150.000 vietnamitas residentes en Camboya fueron detenidos en redadas y enviados a Vietnam.
  
   La purga de los jemeres comunistas entrenados por Hanoi fue renovada por el Centro. (...)
   Heng (Samrin) dice que el CPK especificó que si un marido jemer tenía una esposa vietnamita, ella tenía que irse. "No podían permanecer y vivir juntos en Camboya". Heng Samrin añade que "si la esposa se quedara, la matarían".
   (Ben Kiernan, The Pol Pot regime)
  
   "Vietnam es un dragón negro que escupe su veneno".
   (Pol Pot)
  
   Pol Pot y su grupo estaban persuadidos de que controlaban una maquinaria de guerra invencible, lo mismo que estaban los dirigentes vietnamitas con su vasto ejército. Fue esta convicción la que impulsó más tarde a la pequeña y débil Camboya a atacar Vietnam, por su cuenta y riesgo, masacrando a la población entera de aldeanos cerca de la frontera. La masacre fue llevada más lejos, en la profunda convicción de que Vietnam había invadido brutalmente a su vecino más débil en los últimos meses de 1977 y penetrado más de cincuenta kilómetros dentro del incansable y revolucionario territorio vecino, para darles una lección. Vietnam iba a emerger victorioso en dos semanas, cuando invadió a su vecino la noche de Navidad de 1978, Pol Pot y su ominoso ejército eran, desde luego, un tigre de papel.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book) 
  
   La clave para comprender la política camboyana contemporánea es que los jemeres rojos se volvieron en contra de sus aliados comunistas vietnamitas y empezaron a lanzar ataques fronterizos y a masacrar civiles vietnamitas (muchos de ellos de etnia jemer) en el lado vietnamita de la frontera. Existía una larga animosidad histórica entre los vietnamitas y los jemeres. La mayor parte de Viet Nam del sur fue antaño territorio jemer (la región del delta del río Mekong, denominada por los camboyanos como Kampuchea Krom). Los jemeres consideraban a los vietnamitas como estafadores desviados, y los vietnamitas consideraban a los jemeres como primitivos desorganizados. El problema es que, en cierto sentido, ambos puntos de vista son correctos. Los jemeres rojos estaban tratando de reconquistar tierras que Viet Nam se había anexionado de Camboya en 1623. Estuvieran o no justificados, era absurdo intentarlo por la fuerza. Los dirigentes de Pol Pot empezaron también a purgar a los cuadros que creían eran demasiado pro-vietnamitas, no suficientemente revolucionarios, o a quienes planteaban amenazas al poder de Pol Pot. Debido a las purgas, un buen número de cuadros, temiendo por sus vidas, huyeron a Viet Nam. Allí fueron organizados por los vietnamitas en un gobierno camboyano alternativo.
   En diciembre 1978, tras continuas provocaciones de los jemeres rojos, los vietnamitas lanzaron una invasión a gran escala –supuestamente sólo para 'asistir' a estos ex jemeres rojos que habían huido a Viet Nam. Las tropas vietnamitas fueron bienvenidas al principio, porque cualquier cosa era mejor que la vida bajo los jemeres rojos. Las tropas invasoras expulsaron muy rápidamente a los jemeres rojos a la jungla y pusieron a los desertores en el poder. Uno de los hombres que instalaron era Hun Sen, que es, en el momento de escribir esto (1997), Segundo Primer Ministro.
   (Amit Gilboa, Off the rails in Phnom Penh)
  
   En julio 2008, Hun Sen ha sido elegido para un nuevo mandato como Primer Ministro de Camboya, al haber triunfado su partido –Cambodian People's Party– en las últimas elecciones parlamentarias (denunciadas por múltiples irregularidades), y ha manifestado que tiene intención de presentarse como candidato a su propia sucesión hasta que cumpla 90 años.

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¿Quién era Pol Pot?
  
   Incluso en sus años de poder, ninguna biografía del Hermano Número Uno fue nunca emitida por Radio Phnom Penh o publicada en el Tung Padevat (el órgano interno del Partido, 'Banderas Revolucionarias'). Ninguna fotografía suya apareció en la literatura del Partido. Ninguna anécdota de su juventud, de su carrera docente, o de su tiempo en el maquis entró en el folclore popular por vía de los discursos en los mítines políticos. No había obras de teatro ni canciones sobre él, y no se publicaron 'pensamientos'.
   (David Chandler, Brother Number One. A political biography of Pol Pot)
  
   En 1977, los camboyanos tenían sólo una nebulosa idea de que los rituales de la Organización estaban relacionados con la Trinidad del siglo XX –Marx, Lenin y Mao–. Es más, entre la gente corriente, nadie había oído hablar de Pol Pot.
  
   El régimen del Partido Comunista de Kampuchea (CPK) de Pol Pot se ganó rápidamente una reputación de secretismo obsesivo. No sólo todos los extranjeros, excepto los chinos, fueron expulsados del país, encerrados en media docena de edificios de embajadas, o, en un puñado de casos, pastoreados en viajes guiados en los que tenían prohibido hablar con la gente corriente, sino que también, en sus dos primeros años en el poder, el régimen casi no publicó ninguna información sobre sí mismo. Incluso cuando el CPK se 'autoproclamó' al mundo en septiembre 1977, los miembros de su Comité Central, por ejemplo, seguían siendo casi enteramente desconocidos para los extranjeros.
   (Ben Kiernan, How Pol Pot came to power)
  
   El primer ministro, un 'trabajador de plantaciones de caucho' llamado Pol Pot, era imposible de identificar. En el momento que tomó el poder, justo cuando se podría esperar que saliera a la luz, se ocultó a sí mismo bajo un nombre revolucionario.
   ¿Quién era?
   Durante más de un año, no reveló casi nada sobre sí mismo. Cuando hizo una visita de Estado a China en septiembre 1977, y fue fotografiado allí, los observadores de Camboya identificaron a Pol Pot como un antiguo maestro de escuela de cincuenta y dos años llamado Saloth Sar, que había sido secretario del Comité Central del clandestino Partido Comunista de Kampuchea (CPK) desde 1963. Pol Pot había anunciado la existencia del CPK por primera vez en un discurso triunfal grabado por Radio Phnom Penh justo antes de irse a China. Pero pocos camboyanos sabían que Pol Pot era Saloth Sar. Él admitió su anterior identidad sólo después de ser derrocado en 1979.
   (David Chandler, Brother Number One. A political biography of Pol Pot)
  
   Aunque no había culto a la personalidad fuera de los círculos del Partido, el Angkar era sobre todo Saloth Sar, más conocido como Pol Pot, quien, desde 1962 (y la misteriosa desaparición de Tou Samouth, el secretario del Partido Comunista camboyano), había siempre dirigido entre bastidores a un pequeño grupo de fanáticos y fieles, bajo la protección vigilante de varios guardaespaldas Jemer Loeu. Estos hombres de las montañas, o minorías étnicas del nordeste, mantuvieron una inquebrantable lealtad al líder. En los documentos del Partido, las referencias a Pol Pot son siempre como el 'nº 870', que era el número de código del centro del Partido, o simplemente el Angkar. En la estratégica posición de secretario del Partido, él era el número uno en todos los campos, "responsable de los asuntos militares y de Partido", y encargado por tanto de definir la política de Kampuchea Democrática. Estaba rodeado de un pequeño grupo de los más fieles, que eran miembros del Comité Ejecutivo del Comité Central del Partido Comunista de Kampuchea (CPK).
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)

   Declaración de Ieng Sary, ex-ministro de asuntos exteriores de Kampuchea Democrática, publicada en la prensa cuando rompió con Pol Pot y sus asociados, tras casi medio siglo de íntima colaboración con ellos:
   Todo lo que Pol Pot había hecho fue hecho exclusivamente para reforzar su poder dictatorial, porque siempre se había considerado a sí mismo como un genio incomparable en estrategia militar, en el campo económico, en sanidad, en la composición de canciones, en música, en danza, en el arte culinario, en la moda, en todo, sin olvidar el arte de mentir. Era un dios en la tierra. Todos los editoriales que escribió para la radio de Kampuchea Democrática habían sido firmados: "la nación y el pueblo de Kampuchea".
  
   El autor de este retrato olvida mencionar aquí que fue él mismo quien se encargó de propagar estas mentiras en el mundo exterior. Esto ayuda a explicar por qué la opinión internacional tardó tanto en darse cuenta de lo que estaba sucediendo realmente dentro del país. (...)
   Pol Pot había comprendido que no podía haber poder absoluto, ni control absoluto de las mentes de la gente, a menos que su persona quedara envuelta en el misterio. Por ello no podía presentarse a sí mismo exactamente como el Mao Zedong jemer, aunque desempeñara el papel de autócrata absoluto. No deseando despertar, para su propia persona, todo el afecto, veneración y adoración que Mao supo suscitar en todos los rincones del mundo, fundió en cambio su propia persona en el Angkar, sobre el cual sus propios 'súbditos' no tenían ni la más mínima brizna de información.
  
   Antes de la caída del régimen en 1979, apenas nadie (en Camboya) conocía el nombre de Pol Pot.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   De una entrevista a Nuon Chea, el segundo líder jemer rojo más poderoso tras Pol Pot, concedida a una delegación del Partido Marxista-Leninista danés en julio 1978:
   "Mientras existan la lucha de clases y el imperialismo, nuestro trabajo debe permanecer fundamentalmente en secreto. Es sólo gracias a ello que somos los amos de nuestro destino y que saldremos victoriosos sobre el enemigo, que es incapaz de saber quién es quién".
  
   Aparte de Khieu Samphan (el gurú de Pol Pot), los principales dirigentes de los jemeres rojos apenas tenían altas graduaciones en su educación. Por lo menos éste era el caso de los principales: Pol Pot, Nuon Chea, Ieng Sary, Son Sen, Ta Mok, y Kaè Pauk. No eran ni campesinos ni técnicos, y a lo más que podrían haber llegado en su vida era a puestos menores de sirvientes civiles, o a simples maestros de escuela primaria. (...)
   En cuanto a Saloth Sar (Pol Pot), fue, según sus parientes y amigos, un estudiante serio que se aplicaba en los estudios. Pese a ello, la graduación más alta que consiguió podría no ser más que un certificado de escuela primaria. (...) A pesar de todos sus esfuerzos, nunca llegó a la escuela secundaria, por no decir a la universidad o a obtener diplomas. Su única cualificación profesional era un certificado de carpintería (...) de la Russey Keo Vocational School en Phnom Penh. (...) En toda su vida escolar, Saloth Sar persistió en pasar exámenes que invariablemente suspendía. Pese a este historial lamentable de logros escolares, el que era visto como un brillante intelectual por su familia en Kompong Thom nunca se manchó las manos en trabajos físicos en los campos (...). ¡Y fue él quien puso a su pueblo a trabajar en los arrozales!
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   Para sus cuñados, por ejemplo, Saloth Sar había sido un niño de temperamento dulce y ecuánime. Sus compañeros de escuela le recordaban como un estudiante mediocre pero de agradable compañía, una reputación que persistió entre los que le conocieron en Francia. Como maestro, se le recordaba como un hombre tranquilo, seguro de sí mismo, de modales suaves, honesto, y persuasivo, incluso hipnótico cuando hablaba a pequeños grupos. (...) Un hombre que le conoció a finales de los 50, por ejemplo, dijo "Vi inmediatamente que podría haber sido su amigo de por vida". Testimonios similares salieron en las confesiones de S-21, y en los años 80 y 90 de los desertores jemeres rojos que habían asistido a los seminarios políticos de Pol Pot en Tailandia y Camboya. Ninguno de los desertores, aunque eran libres de hacerlo (así como no lo eran los torturados en S-21), atribuyeron al comportamiento o a la personalidad de Pol Pot las razones para traicionar al partido o, en los años 80, para desertar del movimiento comunista. En vez de ello, la mayoría recordaba a un hombre al que veían casi como a un santo.
   Con testigos como éstos, y con los propios escritos de Pol Pot, me ha sido posible penetrar en lo que podría ser una fachada, una serie de máscaras, o un repertorio escogido de habilidades, para descubrir un Pol Pot más duro, más diabólico, o supuestamente más auténtico. A lo largo de su vida, el hombre parece haber adaptado su actuación a la gente con la que estaba, haciendo difícil encontrar un 'maníaco genocida'. Desde luego, la disyuntiva entre su gentil carisma y el balance mortal de su régimen es uno de los misterios que penden sobre su carrera y plantea serias dificultades al tratar de encontrar un sentido a su vida. (...)
   El hombre conocido en el mundo como Pol Pot comenzó su vida con el nombre de Saloth Sar. Pol Pot era su nombre revolucionario. Cuando anunció su seudónimo en 1976, seguía los precedentes sentados por varios dirigentes comunistas, incluyendo a Lenin, Stalin, Tito y Ho Chi Minh. Sus intenciones, cuando estaban en la clandestinidad, eran ocultar a la policía sus verdaderas identidades y en algunos casos inspirar a sus seguidores ('Stalin', por ejemplo, significa 'acero': 'Ho Chi Minh' significa 'el iluminado'). Pol Pot, sin embargo, tomó su nuevo nombre tras haber llegado al poder, ocultando su anterior identidad a la nación que iba a gobernar. El nombre que eligió, aunque bastante común entre los camboyanos rurales (los jemeres), no tenía un significado concreto.
   (David Chandler, Brother Number One. A political biography of Pol Pot)
  
   Pregunté a Chea Sim si Pol Pot habló de matar gente, o si alguna vez usó la palabra matar. Contestó: "Para nosotros es difícil de entender. Vimos el comportamiento de Pol Pot y oímos sus palabras, no nos parecía que fuera un asesino. Parecía amable. No hablaba mucho. Sólo sonreía y sonreía... Y sus palabras eran ligeras, no fuertes. En general, usted pensaría que Pol Pot era una persona amable, simple, con una visión de masas. Pero sus métodos eran contrastables: sólo era un asesino."
   (Ben Kiernan, The Pol Pot regime) 
 
   Pol Pot murió en 1998 sin haber sido juzgado por sus crímenes. Tras la caída del régimen de los jemeres rojos en enero 1979, los guerrilleros se replegaron a las junglas y montañas de la periferia de Camboya, donde continuaron, aunque de forma cada vez más débil, con su actividad insurgente contra los nuevos gobiernos que se sucedieron en Phnom Penh. Aún así, Pol Pot todavía tuvo ocasión de organizar varias purgas contra otros dirigentes jemeres rojos de su entorno (y sus respectivas esposas y familiares), hasta que finalmente tuvo que probar de su propia medicina. En 1997, Pol Pot, tras un enfrentamiento con los líderes de su propia organización, fue a su vez detenido, juzgado y condenado por traición. Recluido bajo arresto domiciliario en una cabaña de la remota aldea de Anlong Veng, fue hallado muerto en circunstancias todavía no aclaradas en abril 1998, cuando la comunidad internacional negociaba su entrega para someterle a juicio por el holocausto camboyano.
  
   Me alegré de que Pol Pot hubiera muerto porque ahora los camboyanos de todo el mundo, incluyéndome a mí, sabíamos claramente que el criminal más sanguinario había desaparecido de este mundo para siempre. Tiene que existir realmente el karma, pensé. Aquí estaba el hombre que había detentado el poder supremo en Camboya, cuyos seguidores le respetaban como a un dios, y ahora había muerto virtualmente solo en medio de la jungla silenciosa. Su cuerpo fue envuelto en una lona y quemado como un animal. No hubo allí monjes para bendecirlo.
   (Vann Nath. A Cambodian Prison Portrait. One Year in the Khmer Rouge S-21)
  
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El socialismo según los jemeres rojos
  
   La crueldad humana no es nunca tan extrema como cuando se comete en nombre de una causa elevada, sea ésta la religión, la justicia o el bien.
   (Yasutaka Tsutsui)
  
  
   Todos los oficiales militares y civiles del nuevo régimen fueron convocados a un mitin especial el 20 de mayo de 1975. "... eran miles". La asamblea tuvo lugar en el viejo centro de deportes al norte de Phnom Penh. Su propósito era "recibir el plan distribuido por el Centro" y regresar a casa para "aplicar el plan". El mitin duró cinco días.
   Esta fue la primera tentativa importante del Centro para poner en marcha su mandato político en todo Camboya.
  
   Pol Pot estableció ocho puntos:
   1.  Evacuar a la gente de todas las ciudades.
   2.  Abolir todos los mercados.
   3.  Abolir el sistema monetario del régimen de Lon Nol y retener el dinero revolucionario que había sido impreso.
   4.  Obligar a colgar los hábitos a todos los monjes budistas y ponerlos a trabajar cultivando arroz.
   5.  Ejecutar a todos los líderes del régimen de Lon Nol, empezando por los líderes máximos.
   6.  Establecer cooperativas de alto nivel por todo el país, con almuerzos comunitarios.
   7.  Expulsar a toda la población de la minoría vietnamita.
   8.  Enviar tropas a las fronteras, particularmente a la frontera con Vietnam.
  
   Testimonio de Mat Ly, un miembro del comité de distrito del CPK en la Región 21, que asistió a la asamblea: "Nuon Chea dijo que construir el socialismo en Kampuchea consistía en dos partes, agricultura e industria. Dijo que la agricultura sería modernizada en diez o quince años por métodos científicos, construyendo presas de regadío y canales por todo el país. Y las presas y canales debían empezar el próximo año, 1976. La industria sería modernizada en un periodo similar de diez a quince años.
   "Y el segundo tema: con el fin de lograr la construcción del socialismo progresivamente y avanzar todos juntos en el periodo fijado, debemos tomar precauciones para depurar cuidadosamente los agentes infiltrados (samrit samrainh phtey khnong) en el partido, en las fuerzas armadas, en las diversas organizaciones y ministerios, en el gobierno, y entre las masas del pueblo. Debemos depurarlos cuidadosamente, dijo Nuon Chea. Mencionó 'la línea de cuidadosa depuración de agentes infiltrados para mejorar y purificar, con el fin de aplicar la línea de construcción del socialismo para que avance hacia la modernización con la nueva tecnología científica'.
   "Esta era una orden de matar muy importante. La depuración cuidadosa era tomar todas las medidas para que la gente fuera pura (borisot). La línea establecida debía ser seguida a cualquier precio... Si la gente no podía hacerlo, serían separados y matados. (...) La construcción socialista sólo puede tener éxito bajo la línea de criba cuidadosa de los agentes infiltrados. Las palabras 'depuración cuidadosa' eran el principio mortífero... y fueron claramente pronunciadas el 20 de mayo. Tenía que hacerse".
   (Ben Kiernan, The Pol Pot regime)
  
   También se utilizaba con los mismos fines otra palabra: 'dispersar' (ver Diccionario de Neolengua de los jemeres rojos).
  
   Slogan jemer rojo: Arranca las raíces y las ramas de los espías.
     
   Heng Samrin (dictador de Camboya que sustituyó a Pol Pot) afirma en una entrevista de 1991 que en el mitin del 20 de mayo de 1975 se estableció "la división de la población en dos grupos: ciudadanos 'con todos los derechos' (neak penh sith, los que había vivido en las zonas de los jemeres rojos antes del 17 de abril), y 'candidatos' (neak triem) a tal status, especialmente los deportados recién evacuados de las ciudades. (...) Nuon Chea habló de eliminar los mercados, no permitiendo el dinero. Si había mercados y dinero, habría propiedad. La presión más importante y fuerte era contra la propiedad. Donde había dinero habría mercados, y si había mercados habría gente con dinero y esa gente tendría propiedades. Así que querían eliminar la propiedad, no permitir que existiera la propiedad privada. (...)
   "Era Pol Pot quien exponía este plan personalmente" dice Samrin, a quien le cita afirmando: 'No uséis el dinero, no dejéis que la gente viva en las ciudades'". (...) Samrin añade: "Los monjes, decían, debían ser desbandados, puestos aparte como una 'clase especial', la más importante a combatir. Debían ser suprimidos (lup bombat)... Pol Pot me dijo que ningún monje debía ser permitido, que ningún festival debía ser nunca más permitido, queriendo decir 'suprimir la religión.'"
   (Ben Kiernan, The Pol Pot regime)
  
   Además de las varias categorías dentro de la jerarquía del Partido Comunista, los polpotistas habían dividido la sociedad en dos castas distintas: los mulethans y la 'gente del 17 de abril'. Uso el término 'castas' y no 'clases sociales' pues, a la manera de la sociedad india, las fronteras entre los dos universos eran casi infranqueables. Además, para los promotores jemeres rojos de la así llamada revolución campesina jemer pura, los habitantes de las ciudades o 'del 17 de abril' eran a menudo de origen sino-jemer. Mulethan significa 'gente de base', aquellos que componían la base de fondo de los jemeres rojos y se suponía iban a ser los beneficiarios de la revolución, es decir, la población rural progresivamente ganada para la causa por los guerrilleros entre 1970 y 1975, y que no había huido a las ciudades para refugiarse (...).
   Por el otro lado, los '17 de abril' o 'gente nueva' eran, a ojos de los jemeres rojos, estratos sociales privilegiados del anterior gobierno republicano, que estaban viviendo en ciudades en el momento de la 'victoria' de 17 abril 1975. Estos camboyanos llevaban la marca de Caín, y fueron estigmatizados para siempre por sus transgresiones. Habían cometido un crimen: el de la huida, si eran del campo y se habían refugiado en la ciudad. Eran culpables de traición, si, a pesar de las repetidas exhortaciones de los rebeldes y de Sihanuk, no se habían unido a la resistencia entre 1970 y 1975. Y lo que era peor, ¡algunos incluso habían luchado contra la revolución, y se habían así convertido en cómplices de los bombardeos americanos! Esta estratificación simplista era una aberración porque a menudo no se correspondía con ninguna distinción social real. No se ajustaba a la ideología del Partido, que, sobre el papel, parecía próxima a la ortodoxia marxista.
  
   Con Pol Pot, estos pobres ciudadanos, despojados de sus derechos, se convirtieron todos a la vez en víctimas de los métodos totalitarios aprendidos en Occidente, y perfeccionados en Extremo Oriente.
   La población, en conjunto, sólo entendió la distinción binaria –es decir, la gente que se había mantenido a distancia de la revolución en las ciudades (gente nueva) y la gente que, más o menos voluntariamente, había sido tragada por el maelstrom (gente de base).
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   ¡Viva las asambleas del pueblo, las gloriosas masas de obreros y campesinos, espléndidos ciudadanos de la Kampuchea revolucionaria!
   (Slogan de los jemeres rojos)
  
   Debemos anotar que las así llamadas 'asambleas del pueblo' nunca existieron realmente. (...) En la vida real, las 'asambleas del pueblo' consistían meramente en mítines forzados para celebraciones del Partido, o con ocasión de la visita de un mando a un colectivo. La ciudadanía, exhausta y pasiva, tenía que sentarse en tierra para tragarse por la fuerza interminables discursos huecos. El otro tipo de asamblea tenía la forma de mítines convencionales nocturnos de reeducación de masas, organizados varias veces a la semana. Siempre se animaba a la gente a proponer sugerencias o a decir lo que pensaban –¡pero por su cuenta y riesgo! Porque si se atrevían a hacerlo, serían escuchados con simpatía y sonrisas, y más tarde convocados en secreto para ser trasladados e interrogados, luego torturados en una prisión, para ser posiblemente asesinados como enemigos de la revolución.
  
   Es importante recordar que los asesinatos masivos en todos los regímenes comunistas tienen principalmente causas sociales e ideológicas, no raciales, y deben así ser distinguidos del nazismo. El único grupo étnico o nacionalidad que sufrió la ira y el castigo de los polpotistas fueron los vietnamitas. Podemos quizá decir también que esta importante minoría –ya reducida a la mitad por los pogromos y expulsiones en tiempos de Lon Nol– soportó muchas menos pérdidas y daños que otras categorías de camboyanos, porque simplemente tuvieron la buena suerte de ser casi todos expulsados al principio del régimen de Pol Pot.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   De esta última opinión discrepa Ben Kiernan, historiador australiano, autor de The Pol Pot Regime y de How Pol Pot Came to Power, una de las mayores autoridades en la historia de la dictadura de los jemeres rojos. Para Kiernan, en la Camboya de Pol Pot además de limpieza ideológica, hubo limpieza étnica. Por ejemplo la minoría musulmana –los Cham– fue ferozmente reprimida y diezmada. Lo mismo ocurrió con otras minorías étnicas en todo el país.
  
   Entre las engañosas tácticas usadas por el Angkar estaban el secretismo y la mentira descarada. Veamos ahora la más pérfida de sus manipulaciones: la amplia utilización de la gente más indefensa entre los estratos más pobres y menos educados de la sociedad camboyana. Estos venían de la clase 'proletaria', según los criterios marxistas. Eran los campesinos humildes de la periferia y también de las minorías étnicas no indianizadas, aún más maleables si eran jóvenes. Esos fueron los amados grupos a los que sumariamente se les lavó el cerebro para convertirse en los cuadros ideales de la revolución.
  
   Debemos subrayar aquí el lugar especial que tenía el Ejército Revolucionario en el régimen jemer rojo. Contrariamente a la tradición de los países democráticos donde el ejército y sus oficiales no pueden ejercer ninguna autoridad política directa, e incluso más que en otros países comunistas, el Ejército Revolucionario fue instrumento personal de poder del estricto soviet que estaba atenazando al país. Controlando de cerca la Comisión Militar Central, como Mao había hecho en China, este pequeño grupo fue capaz de imponer su utópica visión de la sociedad por medio de la violencia y el terror. Este ejército era, pues, el corazón y alma del régimen, y se puede indicar que la verdadera naturaleza de la sociedad de los jemeres rojos era un orden social totalmente militarizado. Los discursos oficiales, además, nunca perdían la oportunidad de ensalzar "el arma más fiel de la dictadura de nuestra Organización Revolucionaria y de nuestras pobres masas", o "el instrumento más puro de ejecución de la dictadura del proletariado". Sin ese brazo armado, el Angkar hubiera sido incapaz de ejercer su autoridad.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   ¡Larga vida al valiente e invencible Ejército Revolucionario de Kampuchea!
   (Slogan de los jemeres rojos)
  
   El 22 de julio de 1975 se celebró otro importante mitin en la capital.
   Pol Pot pronunció un largo discurso ante 3.000 unidades del Ejército Revolucionario, representantes del Comité Central del CPK. Afirmó: "Hemos obtenido una victoria total, definitiva y limpia, quiero decir que la hemos ganado sin conexión o injerencia extranjeras. Nos atrevimos a llevar a cabo una lucha sobre una base completamente diferente a la revolución mundial... En el mundo entero, desde el advenimiento de la guerra revolucionaria y desde el nacimiento del imperialismo de los Estados Unidos, ningún país, ningún pueblo y ningún ejército había sido capaz de expulsar a los imperialistas hasta el último hombre y apuntarse una victoria total sobre ellos (como hemos hecho nosotros). Nadie pudo". El júbilo revolucionario era grande: "La retirada en medio del pánico de los imperialistas de Estados Unidos ha sido filmada y mostrada al mundo entero". Esta victoria era "un precioso modelo para los pueblos del mundo".
   Sin embargo, no todo estaba en orden. Pol Pot anunció que "las misiones inmediatas que vosotros, camaradas, estáis cumpliendo actualmente, como la defensa de Phnom Penh... han de reorientarse a... suprimir las redes de espionaje y eliminar a los saboteadores que intentan destruir nuestra revolución".
  
   Poco después, un miembro del equipo de Non Suon, tras visitar la Región 25, volvía con estas noticias: "Los mandos están desanimados porque uno por uno son llamados por la Organización, y desaparecen".
  
   Un ejemplar de agosto de 1975 del Tung Padevat (Banderas Revolucionarias), una publicación mensual secreta del CPK, aseguraba que la evacuación de las ciudades había propinado un golpe a la 'propiedad privada'. "La burguesía ya no tiene donde ir. Se han convertido en satélites del poder obrero-campesino. Han sido obligados a hacer labores manuales, como los campesinos... Sus clases ya se han derrumbado, pero SUS PUNTOS DE VISTA TODAVIA PERMANECEN, SUS ASPIRACIONES TODAVIA PERMANECEN. Por lo tanto, continúan en conflicto con la revolución. Que puedan realizar actividades contra la revolución es el motivo concreto que nos impulsa a continuar la revolución."
  
   Kampuchea Democrática recibió inagotables expresiones de ánimo de numerosos gobiernos revolucionarios y dictatoriales, desde Idi Amin y el Emperador Bokassa hasta Ceauçescu y Ne Win (de Birmania); estos dos últimos fueron, de hecho, oficialmente recibidos en visitas de Estado durante la última fase del régimen. (...)
   El camarada Jacques Juquet, secretario general del diminuto partido maoísta llamado Parti Comuniste Marxiste-Léniniste Français (PCMLF), el primer francés que fue oficialmente recibido por el régimen, del 9 al 16 septiembre 1978, entonó al final de su discurso durante un banquete en su honor:
   "¡Viva la gloriosa revolución camboyana! (...) ¡Viva el heroico Ejército Revolucionario de Kampuchea! ¡Viva la gloriosa Kampuchea Democrática, que no tiene la ambición de anexionarse ningún país y que ha proclamado muchas veces este principio! ¡Viva el fraterno Partido Comunista de Kampuchea! ¡Viva el Comité Central del CPK y el Camarada Pol Pot! ¡Viva la unanimidad de puntos de vista en la ideología y la lucha que unen al CPK y el PCMLF!"
   (Recogido el 13 septiembre 1978 por el Foreign Broadcast Information Service, que añadió:)
   "El banquete prosiguió en una atmósfera cálida y fraternal, impregnada de profundos sentimientos de amistad revolucionaria".
   La presencia de Jacques Juquet en Phnom Penh no era casualidad: formaba parte de un gran esquema ideado en 1978 por los dirigentes de Kampuchea Democrática para aumentar el número de amigos extranjeros ante la amenaza, ahora muy bien documentada, de invasión vietnamita. Entre las tramas maoístas de Francia (...), Jacques Juquet (así como la Gauche prolétarienne de Beny Lévy, alias Marc Victor) compartía la misma visión de la teoría de una conspiración mundial que Pol Pot y su grupo. Ambos creían que desempeñaban un papel en la escena mundial. ¡En aquel momento, sin embargo, el PCMLF apenas incluía un centenar de partidarios! Se veían a sí mismos como "los miembros de una nueva resistencia, mientras que las fuerzas de ocupación eran los capitalistas que sangraban al pueblo francés hasta la muerte". (...)
   Sin embargo, el viaje a través de Kampuchea Democrática dejó a Jacques Juquet y a sus dos compañeros franceses muy engañados. Jucquet declaró al diario Provençal (7 octubre 1978) tras su regreso a Francia:
   "No hemos encontrado evidencias claras que hayan tenido lugar asesinatos masivos en Camboya. Pero tampoco tenemos evidencia de lo contrario. De todas formas, la línea política actual del Partido Comunista de Camboya excluye todo recurso a la violencia".
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   Dos extractos de un documento secreto del Centro, titulado 'Examinar el control' (19 septiembre 1975):
   "Comparada con las revoluciones de China, Corea y Vietnam, estamos treinta años por delante de ellos."
   "En algunos lugares reunimos las fuerzas del pueblo para que sean activas en la producción día y noche, sin tener en cuenta lluvia o viento. Así que la gente, nueva y vieja, trabaja duro y sin vacilación."
  
   Asamblea de oficiales del Partido en Phnom Penh (noviembre-diciembre 1975). Relatado por Hun Sen:
   "El punto importante era promover la construcción de cooperativas, de cooperativas de bajo nivel a cooperativas de alto nivel".
   El dinero estaba una vez más fuera de la agenda, y se impondría un sistema nacional de comedores de ranchos comunitarios. El campo estaría pronto libre de contaminación. Cuando el mitin acabó a mediados de diciembre, el proyecto del CPK se implantó a toda velocidad. El 5 de enero de 1976 fue proclamada una constitución, consagrando el nuevo Estado llamado Kampuchea Democrática.
   (Ben Kiernan, The Pol Pot regime) 
 
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La Constitución de Kampuchea Democrática
  
   Durante los tres años, ocho meses y veinte días de reinado del Angkar, en Camboya no se votó ni decretó ninguna ley, excepto la Constitución de enero 1976.
   Existía oficialmente una 'Asamblea Representativa del Pueblo', que se suponía era la institución de la que emanaba el poder legislativo. Sólo se reunió una vez un par de horas bajo la presidencia de Nuon Chea (el segundo de a bordo tras Pol Pot), con el fin de aprobar unánimemente la Constitución.
  
   El documento ensalzaba los valores colectivos, identificaba la organización revolucionaria con los intereses del pueblo, y formalizaba la colectivización de la vida de Camboya. Las palabras socialismo y comunismo aparecían por todas partes en el texto. Poco después, Radio Phnom Penh anunció que se celebrarían elecciones para una asamblea nacional y retransmitió los nombres de los ministros del nuevo régimen. Las elecciones, parece, eran principalmente para consumo extranjero. A la mayoría de la 'gente nueva' no se le permitió votar; la 'gente de base' votó a candidatos presentados por la organización.
   (David Chandler, Brother Number One. A political biography of Pol Pot)
  
   Extractos de la Constitución promulgada por el régimen de Pol Pot para el nuevo Estado revolucionario de Camboya el 5 de enero de 1976:
  
CONSTITUCION DE KAMPUCHEA DEMOCRATICA
  
   LAS ASPIRACIONES FUNDAMENTALES Y SAGRADAS DE LOS OBREROS, CAMPESINOS Y DEMAS TRABAJADORES, COMBATIENTES Y CUADROS DEL EJERCITO REVOLUCIONARIO DE KAMPUCHEA
  
   Considerando el papel preponderante desempeñado por el pueblo, particularmente por los obreros, los campesinos pobres, los campesinos medios de capas inferiores y demás capas de trabajadores del campo y de las ciudades, que constituyen más del 95% de la nación entera de Kampuchea, y que han soportado la carga más pesada de la guerra de liberación nacional y popular, que han aceptado los sacrificios más importantes de su vida, en bienes y en sentimientos, sin tregua, al servicio del frente, y han enviado sin ninguna vacilación a sus hijos y a sus maridos a combatir por decenas y por centenas de millares a los campos de batalla.
   Considerando los inmensos sacrificios soportados por las tres categorías del ejército revolucionario de Kampuchea, que en las llamas ardientes de la guerra de liberación nacional y popular, han combatido valientemente, noche y día, en la estación seca como en la estación de lluvias, sobrellevando toda clase de dificultades y de privaciones, faltándoles de todo: víveres, medicinas, ropa, municiones.
   Considerando las aspiraciones del pueblo de Kampuchea entero y del ejército revolucionario de Kampuchea entero, que desean una Kampuchea independiente, unida, pacífica, neutral, no alineada, soberana en su integridad territorial, en una sociedad donde reinen la felicidad, la igualdad, la justicia y la verdadera democracia, sin ricos ni pobres, sin clase explotadora y clase explotada, una sociedad en la cual todo el pueblo viva en armonía y en la gran unión nacional, y se una para participar en el trabajo productivo, edificar y defender juntos el país.
   Considerando la resolución del Congreso nacional especial, llevado a cabo los días 25, 26 y 27 de abril 1975, que ha proclamado solemnemente reconocer y respetar las aspiraciones arriba mencionadas del pueblo entero y del ejército revolucionario de Kampuchea entero.
   La Constitución de Kampuchea estipula lo siguiente:
  
CAPITULO PRIMERO
DEL REGIMEN DE ESTADO
Artículo primero
   El Estado de Kampuchea es un Estado independiente, unido, pacífico, neutral, no alineado, soberano, democrático en su integridad territorial.
   El Estado de Kampuchea es el Estado de los obreros, de los campesinos y de todas las otras capas de trabajadores de Kampuchea.
   El Estado de Kampuchea ostenta la denominación oficial de "Kampuchea Democrática".
  
CAPITULO II
DEL REGIMEN ECONOMICO
Artículo 2
   Todos los medios de producción importantes son propiedad colectiva del Estado popular y propiedad colectiva del pueblo comunitario.
   En cuanto a los bienes de uso corriente, quedan como propiedad individual de los particulares.

CAPITULO III
DE LA CULTURA
Artículo 3
   La cultura de Kampuchea Democrática reviste un carácter nacional, popular, progresista y sano para servir a las tareas de defensa y de edificación de un país cada día más próspero.
   Esta nueva cultura combate resueltamente la cultura depravada y reaccionaria de las distintas clases explotadoras, del colonialismo y del imperialismo en Kampuchea.
  
CAPITULO IV
DEL PRINCIPIO DE DIRECCION Y DE TRABAJO
Artículo 4
   Kampuchea Democrática aplica el principio colectivo en la dirección y en el trabajo.
  
(...)
CAPITULO VII
DEL PODER JUDICIAL
Artículo 9
   El órgano judicial está constituido por los tribunales populares que representan y defienden la justicia del pueblo, defendiendo las libertades democráticas del pueblo y castigando todo acto llevado a cabo contra el Estado popular o que viole las leyes del Estado popular. (...)
  
Artículo 10
   Los actos que violan las leyes del Estado popular son los siguientes:
   - las actividades hostiles y destructivas caracterizadas que ponen en peligro el Estado popular son castigadas con la pena más severa;
   - los casos distintos a los arriba mencionados son tratados por la reeducación en el marco de los órganos del Estado o de organizaciones populares.
  
(...)
CAPITULO IX
DE LOS DERECHOS Y DEBERES
DE CADA CIUDADANO DE KAMPUCHEA
Artículo 12
   Cada ciudadano de Kampuchea disfruta plenamente del derecho a la vida material, moral y cultural, cuyas condiciones mejoran sin cesar.
   Cada ciudadano de Kampuchea tiene plenamente asegurados todos los medios de existencia.
   Cada obrero es amo de la fábrica.
   Cada campesino es amo de los arrozales y de los campos. Los demás trabajadores tienen todos el derecho al trabajo. El desempleo no existe en absoluto en Kampuchea Democrática.
  
Artículo 13
   Una igualdad completa debe existir entre todos los ciudadanos de Kampuchea en una sociedad donde reinen la igualdad, la justicia, la democracia, la armonía, la felicidad de la gran unión nacional para defender y edificar juntos el país.
   El hombre y la mujer son iguales en todos los dominios.
   La poligamia y la poliandria están prohibidas.
  
Artículo 14
   Cada ciudadano tiene el deber de defender y edificar el país según sus capacidades y posibilidades.
  
(...)
CAPITULO XIII
DEL HIMNO NACIONAL
Artículo 18
   El himno nacional de Kampuchea Democrática es 'Glorioso 17 de abril' (ver letra).
  
CAPITULO XIV
DEL EJERCITO REVOLUCIONARIO DE KAMPUCHEA
Artículo 19
   El ejército revolucionario de Kampuchea, en sus tres categorías –regular, regional y guerrilleros–, es el ejército del pueblo, cuyos luchadores, luchadoras y cuadros son los hijos y las hijas de los obreros, de los campesinos y de los demás trabajadores. Defiende el poder del pueblo de Kampuchea independiente, unido, pacífico, neutral, no alineado, soberano, democrático en su integridad territorial, y, al mismo tiempo, participa en la edificación de un país cada día más glorioso, en la elevación constante del nivel de vida del pueblo cada día más próspero.
  
CAPITULO XV
DE LAS CREENCIAS Y RELIGIONES
Artículo 20
   Cada ciudadano de Kampuchea tiene derecho a tener creencias y religiones, y también el derecho a no tener ni creencia ni religión.
   Está rigurosamente prohibida toda religión reaccionaria que ataque a Kampuchea Democrática y a su pueblo.
  
CAPITULO XVI
DE LA POLITICA EXTERIOR
Artículo 21
   Kampuchea Democrática tiene la firme determinación de mantener estrechas relaciones de amistad con todos los países que tengan fronteras comunes con él y con todos los países del mundo, cercanos o lejanos, sobre la estricta base del respeto mutuo de la soberanía y de la integridad territorial.
   (...) se opone resueltamente a todos los actos subversivos y agresivos que vengan del exterior, sean militares, políticos, culturales, sociales, diplomáticos, o que se presenten bajo la forma sedicente humanitaria.
   Kampuchea Democrática despliega todos sus esfuerzos para desarrollar la solidaridad con los pueblos del tercer mundo, en Asia, en Africa, en América latina y con todos los pueblos deseosos de paz y justicia en el mundo, y para promover la ayuda y el sostén mutuos activos en la lucha contra el imperialismo, el colonialismo, el neo-colonialismo, por la idependencia, la paz, la amistad, la democracia, la justicia y el progreso en el mundo.
 
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El himno nacional
  
   Letra del primer himno nacional de Kampuchea Democrática, anterior a 1976, probablemente compuesto por el mismo Pol Pot:
  
La Bandera Roja de la Revolución
  
   ¡Sangre roja y reluciente cubre la tierra,
sangre sacrificada para liberar al pueblo;
sangre de trabajadores, campesinos e intelectuales;
sangre de hombres jóvenes, monjes budistas y mujeres jóvenes.
Sangre que se arremolina y toma vuelo, girando en lo alto del cielo,
Convirtiéndose en la bandera roja y revolucionaria!
  
   ¡Bandera roja! ¡Bandera roja! ¡Flotando al viento! ¡Flotando al viento!
¡Oh, camaradas, que hierva vuestra ira para destruir al enemigo!
¡Bandera roja! ¡Bandera roja! ¡Flotando al viento! ¡Flotando al viento!
¡Que nuestra furia se desencadene como un tornado!
¡No perdones ni a un solo reaccionario, ni a un solo capitalista!
¡Haz limpieza del suelo kampucheano!
¡Hirviendo de ira, vayamos al ataque!
¡Barramos a todos los enemigos de Kampuchea!
¡Consigamos la Victoria! ¡La Victoria! ¡La Victoria!
  
   Letra del nuevo himno nacional de Kampuchea Democrática a partir del 5 enero 1976, fecha de la promulgación de la nueva Constitución, también compuesto por Pol Pot:
  
La Deslumbrante Victoria del 17 de Abril
  
   ¡Sangre roja y reluciente cubre el campo y las ciudades de la madre patria Kampuchea!
¡Sangre de nuestros espléndidos obreros y campesinos!
¡Sangre de nuestros combatientes revolucionarios, hombres y mujeres!
¡Sangre que fue transmutada en hirviente furia, en fiera lucha,
el 17 de abril, bajo la bandera revolucionaria!
¡Larga vida a la deslumbrante victoria del 17 de abril!
¡Más grandiosa, más significativa que la era de Angkor!
¡Unámonos todos para construir Kampuchea,
y una nueva y radiante sociedad,
democrática, igualitaria y justa,
absolutamente dispuesta a confiar en nuestras propias fuerzas!
¡Dispuesta a defender nuestro país a toda costa!
¡Nuestra maravillosa tierra, nuestra gloriosa Revolución!
¡Viva! ¡Viva! ¡Viva la nueva Kampuchea!
¡Democrática y gloriosamente próspera!
¡Estemos dispuestos a enarbolar cada vez más alto la bandera roja de la Revolución!
¡Construyamos una patria para conseguir el Gran Salto Adelante,
un gigantesco, un glorioso, un prodigioso Salto Adelante!  
 
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La propaganda como arma
  
   ¡Larga vida al correcto y extremadamente clarividente Partido Comunista de Kampuchea!
   (Slogan de los jemeres rojos)
  
   Como en todos los países comunistas, el régimen político de Camboya usó el adoctrinamiento de partido y la propaganda como un elemento fundamental de control, desde la fatídica toma de poder de los jemeres rojos el 17 de abril de 1975 hasta su caída el 7 de enero de 1979.
  
   Los jemeres rojos fueron más que maestros en el arte de manipular la jerga política, aprendida primero de los vietnamitas y luego de los chinos. Como remarcó Sihanuk sarcásticamente en Prisoner of the Khmer Rouge, el régimen nunca cesó de ensalzarse a sí mismo, con una retórica cada vez más grandilocuente a medida que sus políticas se hacían más y más criminales.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   ¡La radiante revolución brilla en todo su esplendor!
   (Slogan de los jemeres rojos)
  
   Durante sus casi cuarenta y cinco meses en el poder, los jemeres rojos se propusieron transformar, controlar y dar un vuelco total a la sociedad de Camboya. También querían minar la memoria colectiva de la gente y separar a los camboyanos de su pasado. El proceso implicaba abandonar la mayoría de las instituciones largo tiempo honradas a través de las cuales los camboyanos habían mirado en el pasado y dirigido el presente. Esto incluía monasterios budistas, escuelas, periódicos y libros.
   (David Chandler. Prólogo a Pol Pot's Little Red Book, de Henri Locard)
  
   Los registros escritos de los jemeres rojos palidecen en comparación con los voluminosos textos de un Lenin y la popularidad del Pequeño Libro Rojo de Mao Zedong. ¿Por qué? Porque, en una sociedad donde la tradición oral es todavía dominante, el pensamiento político de los mandatarios era reducido a una ideología macabra, descarnada, 'químicamente pura', (...) una ideología de poder absoluto por parte de un pequeño grupo, el Angkar. Las publicaciones del Partido Comunista de Kampuchea (CPK), como Banderas Revolucionarias, eran sólo para la elite del Partido. Para la 'gente pequeña' (...) no había material impreso; en su lugar, se martilleaban incesantemente slogans en sus conciencias, así como canciones revolucionarias, con el fin de forjar el Nuevo Hombre Revolucionario.
   Es más, los dirigentes jemeres rojos eran creyentes convencidos del tradicional aprendizaje de memoria: educar a los jóvenes haciéndoles repetir sin cesar las palabras de sus mayores. La más ligera desviación de este método del loro era sospechosa. (...)
   Si la inspiración de la propaganda oral era esencialmente maoísta, las raíces de esta retórica yacen profundamente en la cultura jemer.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
  
   Los slogans y consignas machaconamente repetidos por los cuadros y mandos intermedios del régimen en sus sermones a la población camboyana nos revelan las técnicas de persuasión del think tank ideológico de los jemeres rojos. No sólo remedaban la retórica de los dichos tradicionales, sino que también explotaban las mismas palabras de los viejos proverbios, vaciándolas de los significados establecidos, para hacerlas encajar en la nueva sociedad revolucionaria.
  
   Esta ideología es tan rudimentaria y simplona que, al final, sólo podía convencer a personas totalmente ignorantes y a iletrados salidos de los bosques más profundos. Estos slogans fueron tachados de imposturas por la vasta mayoría de los camboyanos, que no fueron engañados. Pero era mejor para ellos quedarse callados, hacer creer que creían en estas falsas verdades, rechazándolas en su fuero interno.
  
   El lenguaje estereotipado de los slogans fue incorporado a los discursos de los cuadros locales, y, junto a las canciones revolucionarias y obras teatrales educativas, constituyeron el corpus de las enseñanzas ideológicas infligidas día y noche a la población. En general, sus crudos métodos de persuasión tomaron su modelo de la Revolución Cultural china. El adoctrinamiento funcionaba sólo con los muy jóvenes y muy inocentes, a no ser que hubieran tenido alguna educación formal previa. Para los niños de las ciudades, era sólo un montón de sinsentidos.
  
   Durante los mítines nocturnos, pequeños líderes martilleaban los oídos con sus discursos aprendidos de memoria en las sesiones de estudio de los cuadros del Partido. A menudo, solía ocurrir que perdían el hilo de sus pensamientos, repitiendo incesantemente la misma frase, a la espera de que su débil memoria retomara de alguna manera la continuación. En realidad, como las purgas habían diezmado a los rangos y cuadros del Partido, se colocaba a nuevos miembros iletrados, por su habilidad para memorizar fácilmente esos largos discursos. Los modelos de Pol Pot en Corea del Norte, al parecer, eran consumados maestros en el arte de repetir, palabra por palabra, los discursos de Kim Il-sung, tras escucharlos una sola vez.
   (Henri Locard, Pol Pot's Little Red Book)
 
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Prisión secreta S-21 (Tuol Sleng)
  
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EL HOLOCAUSTO CAMBOYANO
  
Bibliografía consultada
  
- Bizot, François.  Le Portail (prefacio de John Le Carré, Editions de La Table Ronde, París, 2000)
- Chandler, David P.  Brother Number One. A political biography of Pol Pot (Silkworm Books, 1999)
- Chandler, David P.  Voices from S-21. Terror and history in Pol Pot's secret prison (Silkworm Books, Tailandia, 2000)
- Gilboa, Amit.  Off the rails in Phnom Penh (Asia Books, Bangkok, 1998)
- Kiernan, Ben.  The Pol Pot regime. Race, power and genocide in Cambodia under the Khmer Rouge, 1975-79 (Silkworm Books, Yale University, 1996)
- Kiernan, Ben.  How Pol Pot came to power. Colonialism, nationalism, and communism in Cambodia (Yale University Press, New Haven y Londres, 2004)
- Locard, Henri.  Pol Pot's Little Red Book. The sayings of Angkar (prólogo de David Chandler, Silkworm Books, 2004)
- Nath, Vann.  A Cambodian Prison Portrait. One Year in the Khmer Rouge's S-21 (White Lotus Press, Bangkok, 1998)
- Orwell, George.  1984 (introducción de Fernando Galván, Editorial Austral, Barcelona, Madrid, 2008)
- Orwell, George.  Rebelión en la granja (título original: Animal Farm. Editorial Guillermo Kraft, Barcelona, 1969)
- Ponchaud, François.  Cambodge, année zéro (Editions Kailash, 2001)
- Ung, Loung.  D'abord, ils ont tué mon père (título original: First they killed my father. Plon, 2002)
- Yathay, Pin.  Tu vivras, mon fils (título original: Stay alive, my son. Prefacio de David Chandler, L'Archipel, París, 2005)

  
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EL HOLOCAUSTO CAMBOYANO

Indice de textos
Un viaje al corazón de las tinieblas
Algunos hitos en la historia de Camboya
La intervención de Estados Unidos
La evacuación de las ciudades
La conexión con China
El conflicto con Vietnam
¿Quién era Pol Pot?
El socialismo según los jemeres rojos
La Constitución de Kampuchea Democrática
El himno nacional
  
La propaganda como arma
Prisión secreta S-21 (Tuol Sleng)
The Killing Fields
La sima de la muerte
Las minas antipersona
La precaria economía de Camboya
La autosuficiencia y el ahorro
El sistema sanitario
La educación y la reeducación
La utilización de jóvenes y niños
  
La destrucción de la familia
La abolición de la propiedad y del dinero
La anulación de la individualidad
La depuración de los enemigos
El opio del pueblo
El rey Sihanuk
La dictadura después de la dictadura
1984 llegó en 1975
Diccionario de neolengua de los jemeres rojos
Bibliografía
     
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EL HOLOCAUSTO CAMBOYANO

Indice general
Indice 01     Prisión secreta S-21
Indice 02     Prisión secreta S-21
Indice 03     Prisión secreta S-21. Un testimonio pictórico
Indice 04     Un testimonio pictórico. Los campos de exterminio
Indice 05     Los campos de exterminio
Indice 06     Las minas antipersona
  
EL PUEBLO CAMBOYANO
Una extensa galería de retratos de los habitantes de Camboya en la actualidad.
  
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EL PUEBLO CAMBOYANO
  
El pueblo camboyano
ANGKOR
Una civilización devorada por la jungla
  
Angkor
ANGKOR
El corazón de Camboya
  
Angkor





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BIRMANIA SE MUEVE
  
Birmania se mueve
MYANMAR
Bienvenidos al país dorado
  
Myanmar
TAILANDIA
La llamada de Oriente
  
Tailandia
ACERCAMIENTO A TAILANDIA
  
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MIRADAS SOBRE LAOS
  
Miradas sobre Laos
RECUERDOS DEL PASADO
La herencia colonial en Asia
  
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Fotografías: Eneko Pastor
Realizadas en Camboya
Nota.  Las fotografías (refs. 40650001 a 40650102) mostradas en nuestro sitio-web bajo el título de 'El holocausto camboyano' no están sujetas a comercialización por parte de fotoAleph.
  
  
  

  
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