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  ANGKOR
  Una civilización devorada por la jungla
  
ANGKOR. Una civilizacion devorada por la jungla   
   Cuando oímos la palabra Angkor, algo vibra en lo profundo de nuestro ser que nos despierta reminiscencias de países muy lejanos.
   Y nos vienen a la mente siluetas de esbeltas torres en forma de tiara que elevan sus pináculos hacia el cielo emergiendo por encima de un mar de vegetación. Y rostros de Buda altos como edificios contemplándonos desde la espesura. Y árboles gigantes que estrangulan con sus raíces las ruinas de palacios y templos perdidos hace siglos en el corazón de Camboya.
   Angkor es ese lugar donde se dan cita todas las leyendas de Oriente. El esqueleto de un imperio que creó una de las más gloriosas civilizaciones de Asia, para luego perecer fagocitado por la invasión de la jungla. Y todavía hoy sus ruinas, rescatadas con titánico esfuerzo de la maraña vegetal que las atenaza, sobreviven como una de las cumbres indiscutibles de la arquitectura mundial de todos los tiempos.
   La colección de fotografías que aquí presentamos intenta ofrecer una idea aproximada de la grandiosidad que aún se desprende de los despojos de la civilización de Angkor, y transmitir en lo posible su rara belleza y su magia.
   512 fotografías on line

Indice general de fotos
Indice 01   La naturaleza contra Angkor
Indice 02   Angkor Vat
Indice 03   Angkor Vat
Indice 04   Apsaras
Indice 05   Apsaras
Indice 06   Las puertas de Angkor Thom
  
Indice 07   Las puertas de Angkor Thom
Indice 08   Angkor Thom
Indice 09   Bayon
Indice 10   Palacio Real de Jayavarman VII
Indice 11   Angkor Thom
Indice 12   Banteay Srei
  
Indice 13   Edad de Oro de Angkor
Indice 14   Edad de Oro de Angkor
Indice 15   Banteay Samré
Indice 16   Templos de Jayavarman VII
Indice 17   Templos de Jayavarman VII
Indice 18   Preah Khan
  
Indice 19   Templos de Jayavarman VII
Indice 20   Templos primitivos. Grupo Roluos
Indice 21   Templos primitivos
Indice 22   Templos primitivos
Indice 23   Relieves de Angkor Vat
Indice 24   Relieves de Bayon


Todos los templos de Angkor
  

    En el fondo de las selvas de Siam, he visto alzarse la estrella vespertina sobre las grandes ruinas del pasado, sobre los templos de Angkor, la ciudad del misterio...
  
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)

  
  
Templos primitivos
Ak Yum
Grupo Roluos
   Preah Ko
   Bakong
   Lolei
Phnom Bakheng
Phnom Krom
Phnom Bok
Baksei Chamkrong
Bei Prasat
Prasat Kravan
Mebon Oriental
Bat Chum
Prasat Leak Neang
Pre Rup
Banteay Srei. La joya de Angkor
  
La Edad de Oro de Angkor
Ta Keo, el santuario inacabado
Kbal Spean, el río de los mil lingas
Phimeanakas, el templo de oro
Kleang norte y Kleang sur
Chau Srei Vibol
Baphuon
Mebon Occidental
  
Angkor Vat. El cénit del arte jemer
Relieves, una literatura en piedra
Apsaras, ninfas celestiales
  
Thommanon y Chau Say Tevoda
Beng Mealea, ruinas en la jungla
Banteay Samré, el pequeño Angkor Vat
Angkor Thom. La gran ciudad muerta
Puertas de la muralla
Prasat Chrung
Bayon. Los mil rostros de Buda
Palacio Real
Terraza de los Elefantes
Terraza del 'Rey Leproso'
Preah Paliley
Prasat Suor Prat
Preah Pithu
  
El ímpetu constructivo de Jayavarman VII
Banteay Kdei
Srah Srang
Ta Prohm
Ta Nei
Ta Som
Preah Khan
Neak Pean
Angkor. Una civilización devorada por la jungla
La naturaleza contra Angkor
El papel crucial del agua en la economía de Camboya
Algunos hitos en la historia de Camboya
Relación de los reyes jemer
Arquitectura y escultura de Angkor
Bibliografía
  

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Templos primitivos

   La selva está llena de ruinas desconocidas; y, además de estos grandes templos a los que acude todo el mundo, se halla por doquier, al borde de los riachuelos y en los pantanos, enormidad de monumentos de barro cocido, de un arte más singular, que se remontan al cuarto siglo, a los primeros tiempos del vasto Imperio Khemer.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor, 1901)
ANGKOR  
   Aclaremos que esta datación ha quedado desfasada a raíz de investigaciones más recientes. Los templos primitivos de Angkor no se remontan a más allá del siglo IX.
   La calificación de 'primitivos' que se da a los primeros templos que se construyeron en la región de Angkor no debe llevar a confusión. Porque estos santuarios denotan ya un dominio consumado del arte de la arquitectura, heredado de las antiguas civilizaciones de cultura indianizada conocidas como Funan y Chenla que se desarrollaron en distintas zonas de Camboya entre los siglos I y VII.
   Estos templos se caracterizan por el uso predominante del barro cocido o ladrillo, pero también emplean otros materiales:
   - la laterita (una roca muy dura de aspecto poroso y color rojizo producido por su alto contenido de óxidos de hierro y aluminio, muy común en zonas tropicales), que se usaba sobre todo en las infraestructuras: suelos, plataformas, muros y murallas;
   - la piedra arenisca, utilizada sobre todo en las superestructuras de puertas, ventanas, jambas, dinteles, columnas y ornamentos, y que permitía un fino cincelado de esculturas, relieves y decoración floral;
   - la piedra caliza aparece en algunos monumentos, como las grandes cabezas construidas/esculpidas con el rostro de Lokeshvara sobre los portalones de entrada a la ciudad de Angkor Thom;
   - el estuco, o mortero de cal, usado en los revestimientos, que permitía ser modelado como ornamentación decorativa recubriendo los ladrillos.
   En los monumentos del periodo clásico el ladrillo va siendo sustituido por la piedra (laterita, arenisca y caliza), de forma casi exclusiva. Fueron utilizados también otros materiales perecederos como la madera y el bambú, que con el tiempo han desaparecido totalmente.
   Indice de textos
  

 
Ak Yum. Cuando Angkor no existía aún
  
Foto 229
   Ak Yum = 'Ave Lastimera'.
   Construido entre los siglos VII y IX, con partes pertenecientes a un templo anterior.
   En el borde sur del Baray Occidental.
   Pocos restos quedan de Ak Yum, templo pre-angkoriano anterior al siglo IX, uno de los más antiguos que subsisten en la región de Angkor.
   Sus exiguas ruinas se esconden en una hondonada, en la orilla sur del inmenso Baray Occidental, un embalse gigantesco de posterior construcción, cuyo dique meridional cubrió parte de su recinto.
   Aunque de dimensiones muy modestas por comparación a los que le iban a suceder, este templo revela ya algunas de las características que iban a ser recurrentes en la arquitectura religiosa de Angkor: su composición en forma de 'templo-montaña', con una pirámide escalonada de ladrillo circundada por un recinto cuadrangular con torres en las esquinas, elevado sobre una plataforma que contenía otras seis torretas.
   La cella del prasat central situado en la cúspide albergaría un linga, símbolo de Siva, y había además otra cella subterránea (una supuesta sala de ofrendas), comunicada con la primera por un pozo vertical de 13 m.
   Hoy esta solitaria ruina sigue siendo lugar de culto, como puede apreciarse por los templetes budistas modernos, en pie cada uno sobre una columnilla, donde los devotos depositan barritas de incienso encendidas, en honor a Buda.
   Indice de textos
  
 
  
Grupo Roluos, los restos de la primera capital
  
Fotos 230-240
   Se denomina 'Grupo Roluos' a un conjunto de templos primitivos, acompañados de estanques y canales, que constituirían la primera capital de un rey jemer (Indravarman I) asentada en el territorio de Angkor, en lo que hoy es el poblado de Roluos, 12 km al este de Siem Reap.
   Entre sus construcciones destacan tres templos: Preah Ko, Bakong y Lolei.
   Aunque sean los templos más antiguos de Angkor, sorprende en estas primeras construcciones el grado de refinamiento que habían ya alcanzado sus artífices, tanto en la estructura arquitectónica como en su decoración escultórica, realizada sobre piedra o mortero. El principal material constructivo de estos santuarios era el ladrillo, si bien el Bakong fue reforzado posteriormente con un recubrimiento de arenisca. Las hermosas estatuas de devatas y dvarapalas que adornan sus nichos están talladas en este tipo de piedra, y adosadas al ladrillo, así como los leones guardianes y los magníficos dinteles y columnas que enmarcan las puertas. El virtuosismo plástico que despliegan estos dinteles será imitado y desarrollado en posteriores edificios, pero no superado.

 
- Preah Ko
  
Fotos 230-232
   Preah Ko = 'Toro Sagrado'.
   Construido en 879 d C, bajo Indravarman I.
   Situado en el 'Grupo Roluos', entre el Lolei (al norte) y el Bakong (al sur).
   El nombre de este templo proviene de las tres estatuas exentas de toros Nandi que hay colocadas frente a cada una de las entradas de los tres prasats principales. Un toro Nandi mirando hacia un edificio es señal inequívoca de que estamos ante un templo de Siva, uno de los tres dioses de la triada suprema hindú. Nandi es la montura o vehículo de Siva, tal como Garuda es la de Vishnú, y siempre se ve al animal esperando recostado delante de la puerta de la residencia de su dios y señor.
   El templo de Preah Ko está además dedicado a los ancestros del rey que lo mandó construir, Indravarman I. Este soberano promovió también la construcción (en 877) de un gran estanque para garantizar el suministro de agua a la zona, llamado Indratataka (o 'Estanque de Indra'), inaugurando de este modo la era de las grandes obras de ingeniería hidráulica que constituyeron, al decir de los estudiosos, la clave de la extraordinaria prosperidad que alcanzaría Angkor.
   La distribución general de las dependencias del templo marca ya unas pautas que, con distintas variantes, iban a perpetuarse a lo largo de los siglos en las sucesivas construcciones religiosas de la arquitectura angkoriana: un santuario central rodeado por una sucesión de dos, tres o cuatro murallas cuadrangulares cuyos respectivos perímetros están inscritos unos dentro de otros, y sus muros orientados a los cuatro puntos cardinales.
   En este caso, se trata de dos murallas. La interior delimita el primer recinto, donde se halla el santuario propiamente dicho, y la exterior enmarca un segundo recinto, que engloba al primero, y contiene a su vez otras dependencias, como ocho 'edificios largos', así llamados por su planta rectangular muy oblonga, y una 'biblioteca'. Se desconoce aún las funciones de estas estancias.
   Cada una de las dos murallas está perforada por dos gopuras o pabellones de entrada, de planta cruciforme, situados uno (el principal) al este y el otro al oeste. Una calzada da acceso al santuario central, compuesto por seis prasats (o torres que albergan las estatuas de los dioses), dispuestos en dos filas de tres, y todos ellos elevados sobre una misma plataforma rectangular.
   Los tres prasats orientales son los dedicados a los antepasados masculinos del rey, y cobijaban en su interior sus respectivas estatuas divinizadas: el del centro, que es el más grande, la de su predecesor en el trono Jayavarman II, bajo el aspecto de Parameshvara (o 'Señor Supremo', una de las denominaciones de Siva); el del norte la de Rudravarman, abuelo materno del rey; y el del sur la de Prithivindravarman, padre del rey. Estas tres torres son ligeramente más grandes que los tres prasats occidentales, que estarían asignados a las tres consortes femeninas de los anteriores personajes, también divinizadas: Narendradevi, Dharanindradevi y Prithvindradevi (devi = diosa).
   Los seis prasats estaban realizados en ladrillo, con excepción de algunos elementos como la puerta principal, las falsas puertas, los nichos con devatas y dvarapalas, y las parejas de leones guardianes, que son de arenisca. El ladrillo del exterior estaba a su vez revestido de una profusa decoración en mortero de cal, de la que quedan restos dispersos.
   El templo de Preah Ko se erigía en el centro de un área residencial de más de 300 hectáreas, encuadrada por un foso de perímetro rectangular de 500 x 400 m.
   Indice de textos

 
Bakong
  
Fotos 233-237
   Templo de Estado de la ciudad de Hariharalaya, fundada en el lugar donde hoy se halla el pequeño poblado de Roluos, 12 km al este de Siem Reap. Situado a 500 m al sur de Preah Ko.
   Consagrado en 881 d C, por Indravarman I, aunque había sido comenzado unos cuarenta años antes por su inmediato antecesor Jayavarman I. El prasat central data del siglo XII.
ANGKOR   Prototipo del 'templo-montaña', tiene forma de pirámide escalonada de cinco gradas en cuya cúspide se eleva la torre del santuario central, simbolizando el monte Meru, ombligo del mundo, y está cercado por una muralla rectangular a su vez circundada por un foso cuadrangular de unos 800 m de lado, que simbolizaba el océano que rodea el mundo. Fue la primera vez que se excavaron fosos alrededor de un santuario.
   Este modelo básico se aplicó, con variantes, a todos los 'templos de Estado' posteriores, que siempre estaban emplazados más o menos en el centro geográfico de la ciudad correspondiente. El palacio del rey, por su parte, estaba situado por lo general al norte del Templo de Estado, si bien apenas quedan vestigios de estos palacios reales, al haber sido la mayoría de ellos construidos en materiales perecederos, como la madera.
   Bakong fue el templo más grande y más complejo de todos los erigidos hasta aquella fecha por los reyes jemer. Aunque su infraestructura es de ladrillo, fue totalmente recubierto por sillares de arenisca.
   En las esquinas de las tres primeras gradas de la pirámide escalonada central se levantan hermosas estatuas de elefantes: un elefante en cada esquina, mirando a la jungla que se extiende a sus pies.
   Sobre la plataforma de la cuarta grada se elevan doce torres de piedra, que antaño albergaban otros tantos lingas, con las puertas verdaderas orientadas al este, y una puerta falsa en cada una de las restantes caras. Las jambas y dinteles de estas puertas despliegan el habitual virtuosismo decorativo de que ya hacían gala los escultores de esta temprana época, de una exuberancia que llegaba al grado de filigrana.
   Las paredes de la quinta y última grada de la pirámide estaban ornadas con bajorrelieves tallados en piedra de una calidad excepcional. Sin embargo sólo quedan pequeñas muestras de estos relieves (como el fragmento de una batalla entre los devas, o dioses, y los asuras, o demonios), que han sido prácticamente borrados por los embates de la intemperie durante siglos.
   El prasat central es una esbelta torre con un techado a cuatro niveles de perfil muy recortado, que exhibe el habitual juego de frontones en disminución, remates de acróteras y antefijas, y una flor de loto en el vértice. Recuerda poderosamente a las célebres torres centrales de Angkor Vat, y de hecho la torre se levantó en esa misma época (siglo XII) sobre otro prasat primitivo. Custodiaba en su interior un linga real denominado Sri Indrehvara, consagrado en 881.
   Indice de textos

 
Lolei
  
Fotos 238-240
   Perteneciente al 'Grupo Roluos', y situado a unos 600 m al norte de Preah Ko.
   Construido por encargo de Yashovarman I, hijo y sucesor de Indravarman I, en 889, en memoria de sus antepasados.
   El templo de Lolei iba a ser lo que en Angkor se conoce como un mebon, es decir, un templo construido sobre un islote artificial en medio de las aguas de un baray o estanque monumental. Este baray (el Indratataka) había sido planificado y su construcción comenzada en tiempos de los monarcas precedentes, pero nunca se llegó a completar, por lo que el mebon de Lolei estuvo siempre asentado en tierra firme.
   Sobre una terraza de 80 x 90 m, se levantan cuatro prasats o torres, realizadas en ladrillo, con ensamblajes de piedra arenisca para lo que son las puertas y los habituales nichos de devatas y dvarapalas (guardianes femeninos y masculinos del santuario). Parece que en origen el santuario central iba a constar de seis prasats, como en el caso de Preah Ko.
   Es de destacar la refinadísima decoración de bajorrelieves y esculturas que ostenta este templo primitivo, sobre todo en las puertas (auténticas y falsas), dinteles, columnas adosadas y nichos. En el intradós de las jambas pueden leerse inscripciones en la antigua caligrafía jemer.
   Indice de textos
  
 
  
Phnom Bakheng, los comienzos de Angkor
  
Fotos 241-244
  
   Phnom Bakheng = 'La Colina Poderosa'.
   Templo de Estado de la primera capital fundada en el territorio de Angkor: Yashodharapura ('La ciudad que concede la gloria').
   Con estructura de 'templo-montaña', está situado en la cumbre del monte Phnom Bakheng, una colina natural de 70 m de altura que se eleva entre Angkor Vat y Angkor Thom.
ANGKOR   Construido en tiempos de Yashovarman I (hijo de Indravarman I), que ascendió al trono en 889.
   Alrededor de este monte coronado por el templo, se proyectó una vasta ciudad, cercada por una muralla cuadrada de 4 km de lado con fosos de 200 m de ancho corriendo paralelos a los muros, cuyas ingentes obras nunca llegaron a término. De haber sido concluida, ésta hubiera sido la mayor ciudad no sólo de Angkor, sino del mundo medieval. Como término de comparación, las murallas de Angkor Thom tienen 3,5 km de lado.
   Para suministrar agua a esta capital, el mismo rey ordenó la construcción al nordeste de un gigantesco estanque de 7 km de largo x 1,8 km de ancho, el Yashodharatataka, hoy conocido como Baray Oriental, que permanece seco desde hace siglos.
   Se podía ascender a lo alto del monte por tres grandes escaleras que enfilan rectas desde la llanura hasta el templo cimero, desde el este, el norte y el oeste, con fieros leones guardianes flanqueando el pie de cada escalinata.
   La cumbre de la colina fue vaciada y aplanada para asentar los cimientos del templo. Consiste éste en una pirámide escalonada de seis gradas que se eleva sobre una plataforma amurallada de 185 x 120 m. La base de la pirámide está rodeada por una apretada sucesión de 44 prasats de ladrillo. La pirámide en sí está tallada en la misma roca y revestida con sillares de piedra arenisca, y cada una de sus primeras cinco gradas sostiene 12 santuarios de arenisca (4 en las esquinas y 2 a cada lado de las cuatro escaleras axiales): en total 60 santuarios. La sexta y última grada es una plataforma cuadrada de 47 m de lado sobre la que se elevaban las cinco torres que coronaban el conjunto. La disposición de estas cinco torres (una en cada una de las cuatro esquinas y la mayor en el centro) simboliza los cinco picos del monte Meru, y será uno de los rasgos distintivos de la arquitectura monumental jemer, repitiéndose con posterioridad en muchos otros templos, entre ellos el de Angkor Vat.
   Existen otros dos montes en la región de Angkor: el Phnom Krom y el Phnom Bok. Y en la cumbre de cada uno de ellos se construyó también en la misma época un templo.
   Indice de textos
  
 
  
Phnom Krom
  
   Elevado en la cima de la colina homónima de 130 m de altura que, a 11 km al sudoeste de Siem Reap (y, por tanto, algo alejado de la zona de Angkor), domina el lago Tonlé Sap y el pueblo de pescadores de Chong Khneas.
   Contemporáneo de los templos de Phnom Bakheng y de Phnom Bok (hacia 890), fue consagrado por Yashovarman I, y dedicado al Trimurti: la trinidad suprema de la teogonía hindú, compuesta por Brahma, Vishnú y Siva.
   Una muralla de laterita de planta cuadrada, atravesada en el centro de sus caras por cuatro gopuras cruciformes, encierra el templo con sus dependencias anexas: diez edificios alargados y cuatro 'bibliotecas'. El santuario principal se compone de tres prasats o torres de piedra arenisca elevadas sobre una plataforma común, y con las escaleras de entrada flanqueadas por parejas de leones guardianes. Cada prasat era la morada de una de las tres divinidades del Trimurti.
   El templo de Phnom Krom tiene su hermano gemelo en la cumbre de otro monte bastante alejado de allí: el Phnom Bok.
   Indice de textos
  
 
  
Phnom Bok, el templo de la montaña
  
Fotos 245-250
   Phnom Bok es el monte más elevado (230 m) de los tres que despuntan sobre la vasta planicie de la región de Angkor, y otorga su nombre al templo cuyas ruinas yacen en su cumbre, contemporáneo (hacia 890) de los templos de Phnom Bakheng y Phnom Krom, y muy parecido a este último en su distribución general.
   También fue dedicado por Yashovarman I al Trimurti, o triada Brahma-Vishnú-Siva, cada una de las divinidades con su correspondiente prasat. Estos tres prasats principales, realizados en piedra arenisca y de muy bella decoración escultórica, se levantan sobre una plataforma común. El complejo incluye también, dentro del recinto demarcado por un muro de laterita, cuatro edificios más de incierto cometido: dos de ladrillo y dos de piedra. Estos dos últimos sirven hoy de pedestal a sendos árboles 'Champei' que han echado sus raíces en su techumbre. El conjunto del templo está en un precario estado de conservación, con las torres medio derruidas, y plantas trepadoras avanzando e invadiendo todos los intersicios de los sillares.
   Desparramados por el suelo se puede ver multitud de fragmentos arquitectónicos y escultóricos de los edificios arruinados: relieves, pináculos en forma de loto, leones guardianes, acróteras en forma de naga o serpiente sagrada de múltiples cabezas y toda clase de elementos ornamentales, como las antefijas (remates decorativos de una cornisa o un frontón) en forma de templete, que reproduce en miniatura la misma fachada del edificio donde van colocadas. Un templo dentro del templo dentro del templo... en una regresión ad infinitum.
   Fuera del recinto, a un centenar de metros, se hallan los restos destrozados de un gran linga (especie de cilindro, símbolo fálico de Siva) de 4 m de alto y 1,20 m de diámetro.
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Baksei Chamkrong
ANGKOR  
Foto 251
   Baksei Chamkrong = 'Ave de Alas Protectoras'.
   Comenzado bajo Harshavarman I y terminado por su sucesor el rey Rajendravarman, en 947.
   Templo dedicado a Siva.
   Situado al pie de la falda norte del monte Phnom Bakheng, y a orillas del foso meridional de la ciudad de Angkor Thom, no lejos de la Puerta Sur de su muralla.
   Este bello templo primitivo construido en laterita y arenisca es admirable por su esbeltez y por la armonía de sus proporciones.
   Es una pirámide escalonada relativamente pequeña (13 m de altura), de cuatro gradas, con 27 m de lado en la base, coronada por un prasat con un tejado de tres niveles. Las tres primeras gradas son de laterita, una roca de aspecto poroso pero muy resistente y de un intenso color rojizo, mientras la cuarta y última grada es una plataforma moldurada en arenisca que sostiene el prasat central, una torre de ladrillo con las puertas de piedra, una real y tres falsas, enmarcadas por dinteles exuberantemente labrados y jambas con inscripciones antiguas, que hablan de genealogías de reyes.
   Se puede ascender al prasat central por cuatro empinadas escaleras axiales reforzadas con sólidos machones, que rasgan las cuatro gradas de la pirámide por la mitad de sus cuatro caras orientadas a los cuatro puntos cardinales.
   El perfil general de este templo piramidal nos evoca vagamente el de otros templos, no lejanos en el tiempo, pero sí muy lejanos en la geografía: nos referimos a las pirámides que los mayas construían por aquellos siglos en lugares como Tikal, en la actual Guatemala, o, más tarde, en Chichen Itzá, actual Yucatán, México. Sabemos que nada tienen que ver unas con otras, pero es sorprendente la gran cantidad de paralelismos que parecen mostrar en sus respectivas estructuras y en muchos de sus elementos arquitectónicos.
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Bei Prasat
  
Foto 252
   Bei Prasat = 'Tres Torres'.
   Construido en el siglo X.
   Situado a un centenar de metros al oeste del Baksei Chamkrong, en la ribera al sur del foso de Angkor Thom.
   Se compone de tres prasats de ladrillo sobre una plataforma común de laterita, de los que sólo el central conserva la superestructura, de tres niveles decrecientes. Las puertas abiertas en las fachadas este, así como las puertas ciegas de las demás fachadas, son de arenisca y ostentan la habitual decoración floral afiligranada en sus dinteles y jambas.
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Prasat Kravan
ANGKOR  
Fotos 253-254
   Prasat Kravan = 'Templo del Cardamomo'.
   Dedicado a Vishnú.
   De tiempos de Harshavarman I (900-928), encargado probablemente por un funcionario de la corte.
   Situado 800 m al sur de Banteay Kdei.
   El área de este templo está rodeada, como de habitual, por un foso rectangular, que se atraviesa por el lado este.
   El santuario principal consiste en cinco torres de ladrillo alineadas sobre una plataforma común, cuyas escaleras de acceso están guardadas por parejas de leones de piedra. Sólo el prasat central se conserva entero, con su esbelta torre de cuatro cuerpos escalonados. Las otras cuatro torres están desmochadas a distintos niveles, pero todas conservan sus puertas (abiertas al este, ciegas en las demás caras) con el usual derroche decorativo en sus dinteles monolíticos, jambas y columnillas.
   Lo que hace excepcional a este templo primitivo son los extraordinarios bajorrelieves que esconde en el interior de dos de sus torres, labrados en el mismo ladrillo de las paredes, de muy alta calidad plástica, y que en su tiempo estaban recubiertos con barnices polícromos.
   En el prasat central se ven distintas representaciones de Vishnú, dios de la Conservación, segundo en la trinidad hindú, en figuras de gran tamaño que casi cubren las paredes de la cella. En el muro norte, Vishnú montado sobre su vehículo Garuda (ser mitad humano mitad ave de presa).
   En el prasat norte las figuras representan deidades femeninas. La del muro oeste posee cuatro brazos, y está acompañada a sus pies por personajes orantes arrodillados. Se podría deducir que se trata de Lakshmi, cónyuge de Vishnú, pero los atributos que porta (como el tridente) parecen vincularla con Siva, por lo que podría ser Devi, la Gran Diosa.
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Mebon Oriental
ANGKOR  
Fotos 255-257
   Mebon: templo sobre una isla en medio de un estanque.
   El Mebon Oriental se erigió bajo Rajendravarman y fue consagrado en 952.
   Dedicado a Siva.
   Fue planeado por Kavindrarimathana, arquitecto de gran reputación en la corte de su época, autor también del templo de Pre Rup.
   Situado a 1,6 km al norte de Pre Rup sobre lo que fue un islote artificial casi en medio del Baray Oriental, un inmenso embalse rectangular de 7 x 1,8 km de lado, hoy desecado, que abastecía de agua a la capital.
   En su tiempo sólo se podía llegar en barco a este templo de planta cuadrada, que contaba con cuatro embarcaderos en lugar de los cuatro gopuras habituales de acceso a los templos. Consta de tres recintos amurallados cuadrados inscritos unos dentro de otros y escalonados en terrazas de laterita a tres niveles. El recinto central contiene además de ocho templetes de ladrillo, que albergaban otros tantos lingas de Siva, una gran plataforma cuadrada sobre la que se yerguen el prasat principal (en el punto más alto), acompañado de cuatro prasats ligeramente menores situados en las cuatro esquinas de la plataforma: la simbolización de los cinco picos del monte Meru.
   Potentes elefantes de piedra, muy bien conservados, se asoman mirando a la selva en cada una de las esquinas de los dos primeras terrazas.
   Este templo, como todos los del periodo primitivo, ofrece a la contemplación del visitante espectaculares dinteles tallados con motivos florales y míticos. Además de los omnipresentes kalas y makaras, seres monstruosos que frecuentan la arquitectura hindú, podemos distinguir, en medio de  las composiciones de guirnaldas, flores y volutas, a algunos dioses, como Indra montado sobre Airavata, elefante de tres cabezas, o Skanda, dios de la guerra, hijo de Siva, montado sobre un pavo real.
   El Mebon Oriental tiene su contrapunto en el Mebon Occidental, situado en otro islote en medio de las aguas del Baray Occidental.
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Bat Chum
  
Fotos 258-259
   Encargado por Rajendravarman y consagrado en 960.
   Construido por Kavindrarimathana, célebre arquitecto de credo budista que trabajó a las órdenes del rey, autor también del Mebon Oriental y de Pre Rup.
   Situado 400 m al nordeste de Prasat Kravan, no lejos de la orilla sur del estanque Srah Srang.
   Como el Prasat Kravan, está rodeado en sus cuatro lados por un ancho foso, que sólo se puede atravesar por el este.
   El cuerpo central del templo se compone de tres prasats de ladrillo, elevados sobre una sola base compartida. Una vez más es de admirar la factura de las columnas y los dinteles de las puertas, tanto reales como falsas, de una refinada delicadeza. Destaca un dintel labrado con la imagen del dios védico Indra montado sobre el elefante Airavata entre dos leones, guirnaldas y volutas florales.
   En el intradós de las jambas de las puertas orientales se pueden ver incisas inscripciones en antigua caligrafía jemer, que han sido traducidas por los estudiosos, y consisten en textos en verso de distintos autores elogiando al arquitecto que diseñó este edificio.
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Prasat Leak Neang
  
Foto 260
   Datado en 960, según se desprende de una inscripción.
   Este prasat de ladrillo, cuya estructura se ha inclinado por los movimientos del terreno, se esconde en un claro de la selva muy cerca del gran templo de Pre Rup, con el que estaría relacionado. Exhibe un hermoso dintel en su puerta oriental, con la figura de Indra sobre su elefante.
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Pre Rup
ANGKOR  
Fotos 261-264
   Pre Rup = 'Girar el Cadáver'
   Consagrado en 962, bajo el reinado de Rajendravarman. Dedicado a Siva.
   Situado a 2 km al este del estanque Srah Srang, y a 1,6 km al sur del Mebon Oriental, con el que está alineado. Se cree que ocupa el mismo emplazamiento de un antiguo ashram o albergue de peregrinos.
   Está considerado como la obra cumbre del arquitecto Kavindrarimathana, que construyó también el Mebon Oriental, con el que guarda un gran parecido en su estructura general, si bien el Pre Rup lo superó en tamaño y altura. Su concepción arquitectónica se impuso y dio nombre al que se conoce como 'estilo Pre Rup'. Este templo marca el punto de transición entre el periodo pre-clásico (los que hemos llamado templos 'primitivos', descritos hasta aquí) y el periodo clásico de la arquitectura de Angkor.
   Se trata de un gran 'templo-montaña', compuesto de un escalonamiento piramidal de terrazas de laterita, en la cumbre del cual se elevan como una cordillera de afilados picos las cinco esbeltas torres de ladrillo que simbolizan el monte Meru. Al pie de la pirámide, pero encerradas en el recinto exterior por una gruesa muralla cuadrangular, se levantan en fila otros cinco altos prasats de ladrillo.
   La asignación al templo del nombre de Pre Rup ('Girar el cadáver') es moderna, y se debe a una interpretación equivocada de una pieza que aparece en el pavimento de la zona oriental del segundo recinto: una pequeña plataforma de piedra, que se tomó por un sarcófago, y de la que se dedujo estaba relacionada con un ritual de enterramiento –que aún se practica–, consistente en dibujar varias veces la silueta de un cadáver con las cenizas del difunto, orientándolo hacia distintas direcciones. Se ha demostrado, no obstante, que el supuesto sarcófago es en realidad (estamos en un templo de Siva) un pedestal para una estatua del toro Nandi, desaparecida.
   Como en el Mebon Oriental, robustas estatuas de elefantes vigilan desde las esquinas de las terrazas.
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Banteay Srei. La joya de Angkor
  
Fotos 133-144
   Banteay Srei = 'Ciudadela de las Mujeres'.
   Consagrado en 967. Fue erigido no por un rey sino por dos sacerdotes brahmanes (los hermanos Yajnavaraha y Vishnukumara), prósperos hacendados de la región de Ishanapura.
   Templo algo apartado del núcleo de Angkor. Situado a 20 km al nordeste del Baray Oriental, en las riberas del río Siem Reap.
    El nombre actual de 'Banteay Srei' alude a las bellas imágenes de devatas (divinidades protectoras femeninas) que nos miran desde sus nichos abiertos en todas las fachadas de los edificios del complejo. Se diría una auténtica 'Ciudad de las mujeres', pero es que además el conjunto de este santuario transmite una sensación de delicadeza femenina, tanto por sus reducidas aunque armoniosas proporciones, como por la sensualidad de los relieves y la exquisitez obtenida en la afiligranada decoración vegetal, labrada en la piedra pero que semeja un revestimiento hecho con tapices o encaje de bolillos.
ANGKOR   Al templo de Banteay Srei se le califica con justicia como la 'joya de Angkor'. Y es cierto: por comparación a la gradiosidad de otros templos de su siglo, este santuario es diminuto y rojo como un rubí. La puerta del gopura oriental de entrada al recinto central mide poco más de un metro de altura, y hay que reclinar el cuerpo para atravesarla. Cada una de las dependencias del santuario es un prodigio en sí, un trabajo no se sabe si de arquitectos o de orfebres. Y el conjunto está encerrado en un estuche formado por una doble muralla circundada por un ancho foso cercado a su vez por otra muralla.
   Sorprende tal grado de refinamiento en una fecha tan temprana de ejecución: mediados del siglo X. En esa época Europa estaba en el prerrománico, el mozárabe, el asturiano, el carolingio..., cuyas mejores realizaciones parecen balbuceos bárbaros al lado de la sofisticación que exhibe el Banteay Srei.
   Vemos aquí soluciones arquitectónicas totalmente nuevas, como los gopuras con frontones triangulares rematados por espirales, o el añadido al triple prasat del santuario central de un vestíbulo y un corredor cubierto de entrada, a la manera de los templos de la India.
   La simbiosis entre arquitectura y escultura es total; no se puede discernir dónde acaba una y empieza la otra. La laterita y la arenisca roja confieren un color tan cálido e intenso a los edificios del santuario, que, con sus juegos de frontones sinuosos y polilobulados, parecen plasmar en piedra las llamaradas de un gran incendio.
   La racionalidad diríase cartesiana con que está planificada la distribución de las dependencias, tanto individualmente como en conjunto, contrasta poderosamente con la prodigalidad y el aparente caos de las escenas escultóricas de los frontones, con sus abigarradas y voluptuosas figurillas de cuerpos redondeados, que cuentan leyendas y epopeyas de dioses, semidioses y hombres, extraídas del Ramayana y de otros textos de la mitología hindú.
   Los relieves de los frontones de esos enigmáticos edificios llamados 'bibliotecas' cuentan entre las obras maestras absolutas de la escultura jemer. El tímpano central del triple frontón oriental de la biblioteca sur escenifica al demonio Ravana sacudiendo el monte Kailasa, en el que están sentados Siva y Uma. En el equivalente de la biblioteca norte, simétrica y casi gemela a la anterior, se pueden distinguir a Indra sobre el elefante Airavata, a Krishna con su hermano Balarama, y a Vishnú en su carro, mientras que el de la fachada occidental muestra a Krishna dando muerte a su tío el demonio Kamsa.
   Otros grupos escultóricos dignos de atención que seleccionamos de Banteay Srei:
   - Frontón de un pabellón perpendicular a la calzada de acceso, con imagen de Narasimha, avatar de Vishnú, destripando al demonio Hiranyakashipu.
   - Frontón y dintel en la cara oriental del gopura occidental del segundo recinto, con una escena del Ramayana: el combate entre los simios Valin (o Bali) y Sugriva, ayudado éste último por Rama.
   Cuenta el Ramayana que Valin había usurpado el trono del rey de los monos a su hermano Sugriva, y que éste pidió ayuda a Rama para recuperar el poder, prometiéndole a cambio ser su aliado en la guerra contra el demonio Ravana, rey de Lanka, que había raptado a Sita, la mujer de Rama.
  
   Cuando el vigoroso Valin oyó los espantosos rugidos de su hermano, se enardeció de cólera y salió de su caverna, furioso, entablándose entre los dos rivales un combate ensordecedor. ¡En horrible duelo se acometían con los puños, duros como diamantes, con los árboles y hasta con las colinas de las montañas!
   En aquel momento, Rama tomó su arco y miró a los combatientes; pero los vio parecidos de cuerpo, exactamente semejantes el uno al otro, e iguales en la bravura y la fuerza; y como era imposible distinguirlos, no quiso lanzar todavía una flecha en lo mejor del combate. (...)
   Sugriva arrancó sin temor un gran árbol y se lo arrojó al pecho a Valin, lo mismo que el rayo cae sobre una alta montaña. Abrumado por la violencia del golpe, Valin vaciló.
   Sin embargo Rama empuñó de repente una flecha, parecida a una ígnea serpiente, y envióla al corazón de Valin, el de enorme fuerza, que cayó con el seno atravesado y sin conocimiento, y la ruta de su vida interrumpida.
   (Valmiki, Ramayana)
  
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La Edad de Oro de Angkor
  
  
Ta Keo, el santuario inacabado
ANGKOR  
Fotos 145-146
   Templo-montaña inacabado, probable santuario de Estado de la ciudad de Jayendranagari.
   Iniciado en 985 por Jayavarman, y continuado por su sucesor Jayaviravarman.
   Emplazado en un claro de la selva a 500 m al este de los templos gemelos Thommanon y Chau Say Tevoda, y a 1 km de la Puerta de la Victoria, en la muralla oriental de Angkor Thom.
   Su estructura comporta dos terrazas superpuestas (la segunda rodeada por una galería abovedada de circunvalación iluminada por ventanas de balaustres, ciegas las de las fachadas exteriores y verdaderas las interiores), cuya infraestructura es de laterita pero cuyo exterior está completamente revestido de piedra arenisca. Sobre esta terraza se levanta una pirámide escalonada de tres niveles, rematada por el habitual grupo de cinco torres, representación simbólica del sagrado monte Meru.
   Lo más fascinante de este templo no es tanto su distribución general –una variación de la de otros templos-montaña precedentes, aunque con innovaciones como la introducción de corredores abovedados–, como el hecho de que, por motivos que se desconocen, jamás fue terminado. Lo que nos permite observar una imagen congelada del proceso intermedio de construcción de un templo, cuando aún no había sido ornado con un programa iconográfico de esculturas, tallas y elementos arquitectónicos embellecedores como las acróteras y pináculos. Estamos ante un boceto de templo, sin terminar de pulir, despojado y austero, y ello nos permite apreciar cómo los bloques de piedra que iban a ser labrados a niveles de orfebrería, están ya allí colocados, sin desbastar, cada uno en su sitio a la espera del cincel del tallista. Ya sólo nuestra imaginación puede completar el trabajo.
  
   Tenemos otro ejemplo de templo inacabado en Wat Athwea (foto 147), en los arrabales al sudoeste de Siem Reap, un complejo religioso poco conocido que, aunque ya ostenta las características arquitectónicas de la época clásica de Angkor (santuario central precedido de vestíbulo, prasat principal de piedra en forma de 'tiara', pares de 'bibliotecas' gemelas, etc.), está casi desnudo de decoración escultórica, si no contamos unas pocas apsaras talladas en relieve en el interior.
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Kbal Spean, el río de los mil lingas
   
Fotos 148-150
   Relieves rupestres del siglo XI.
   Enclave situado en un arroyo de montaña, afluente del río Siem Reap, que baja abriéndose paso por las selvas de las estribaciones del monte Kulen. A 18 km al norte de Banteay Srei.
ANGKOR  
    No todo son templos en Angkor. Un poco alejado, escondido en las junglas de una zona montañosa al norte, cerca del lugar donde un rey fundó una ciudad que alternó con Angkor como capital del reino jemer, se puede llegar por una accidentada pista de tierra a este extraño y sugestivo paraje, que no se había podido visitar de nuevo hasta hace pocos años (1998), al hallarse en una zona donde persistía la guerrilla de los jemeres rojos.
   Durante un tramo de un par de kilómetros, si se recorre la orilla de un arroyo que va cayendo en pequeñas cascadas y torrenteras por la ladera de un monte, entre caos de rocas, troncos retorcidos de árboles y un espeso entramado de lianas, el excursionista atento puede ir descubriendo un verdadero museo de esculturas al aire libre. Esculturas y relieves rupestres, cincelados en el lecho rocoso del río y en los peñascos aledaños, con motivos figurativos fácilmente identificables como pertenecientes a la teogonía hindú, así como motivos animales, como cocodrilos, ranas, toros... aparecen aquí y allá, en los rincones más inesperados, escondidos en la fronda, salpicados por el agua, lamidos por la corriente.
   El mismo fondo de roca del río está en algunos enclaves tallado con el motivo repetido del linga y del yoni (símbolos de Siva y de su consorte). El número de lingas se multiplica hasta el punto de que cubren grandes porciones del lecho rocoso. En ocasiones se simplifica su trazado integrando un centenar de lingas compactados en un solo bloque, su forma cilíndrica simplemente insinuada. Se creía que al correr las aguas sobre estos mil lingas, quedaban impregnadas del poder fecundador de Siva y garantizarían con su irrigación una fértil cosecha.
   Este lugar fue en su tiempo (durante el reinado de Udayadityavarman II, 1050-1066) un asentamiento de ermitaños y ascetas, a quienes se atribuye la realización de estas obras escultóricas. Podemos destacar entre ellas dos rocas con relieves, que en temporada de lluvias quedan sumergidos bajo el caudal, donde se puede distinguir a Vishnú recostado sobre la serpiente Ananta, a Brahma, sentado sobre una flor de loto que surge del ombligo de Vishnú, y, completando el grupo, a Siva y su cónyuge sobre el toro Nandi.
   Río arriba destaca otra gran roca tumbada junto a la orilla, con un relieve muy erosionado por el agua, donde se identifica la figura de Brahma, creador del mundo, con cuatro brazos y con sus cuatro cabezas apuntando a los cuatro puntos cardinales, sentado en una gran flor de loto. Es de señalar que las representaciones de Brahma, pese a tratarse de una de las tres divinidades principales de la teogonía hindú, son muy infrecuentes en la iconografía religiosa de la India y de Indochina, que se concentra sobre todo en las personalidades de Vishnú y Siva (con sus respectivos seguidores polarizados en torno a las sectas vishnuita y sivaita).
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Phimeanakas, el templo de oro
  
Foto 092
ANGKOR   Phimeanakas = 'Palacio Celestial' (del sánscrito vimana = 'palacio' y akasha = 'cielo').
   Los investigadores no se ponen de acuerdo sobre su datación, pues es atribuido tanto a Rajendravarman (944-968) como a Suryavarman I (1002-1049). En cualquier caso, se trata de un edificio cronológicamente anterior a la fundación de la ciudad de Angkor Thom, aunque quedó posteriormente englobado dentro de sus murallas.
   Está situado en el cuadrante noroccidental de Angkor Thom, accesible desde las escalinatas centrales de la Terraza de los Elefantes, dentro del recinto del palacio real de Jayavarman VII.
   Es un templo en forma de pirámide escalonada de tres niveles, la base edificada en laterita roja y con las superestructuras en arenisca gris, cuyas dimensiones (28 x 36 m de perímetro base, y 12 m de altura) son relativamente pequeñas, pero bien proporcionadas. Está rematado por un prasat de arenisca, con bloques reaprovechados de otras edificaciones.
   Las cuatro escalinatas axiales son muy pendientes (60º), y están flanqueadas por parejas de leones guardianes. En las esquinas de las terrazas quedan vestigios de estatuas de elefantes. La galería del nivel superior, perforada de ventanas verdaderas al exterior y ciegas al interior, es de tan reducidas dimensiones (1,60 m de alto y 1 m de ancho) que no tenía en realidad utilidad práctica, sino más bien estética. Esta galería enmarca a su vez una plataforma escalonada cruciforme de cinco gradas, con una escalera en cada cara cuya anchura disminuye conforme se asciende al prasat central, y que es de construcción posterior.
   Según Zhou Daguan, un embajador chino que visitó el lugar en el siglo XIII, este templo era de oro. Cabe deducir de su testimonio que el Phimeanakas estaba coronado en su tiempo por alguna suerte de cúpula dorada.
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Kleang norte y Kleang sur
  
Foto 093
   Kleang = 'Almacén'.
   El Kleang norte está datado entre fines del siglo X y principios del XI, en tiempos de Udayadityavarman I o Jayaviravarman. El Kleang sur es de fechas inmediatamente posteriores.
   Situados en la Plaza Real de Angkor Thom, detrás de las torres conocidas como Prasat Suor Prat. La ciudad de Angkor Thom es de fundación posterior, pero absorbió dentro de sus murallas estas dos edificaciones más antiguas.
   Se trata de dos grandes edificios casi idénticos, de planta rectangular muy oblonga (60 m de largo x 4,7 m de ancho), construidos en piedra arenisca con muros muy gruesos. Están precedidos de sendas terrazas. Las fachadas, que dan a occidente, están horadadas de grandes ventanas cuadradas con celosía de balaustres, y su interior está en ambos casos dividido en dos alas simétricas.
   Pese al nombre que reciben de 'almacenes' todavía se desconoce el verdadero cometido de estas construcciones, de las que no hay otras similares en Angkor. El único edificio conocido que presenta analogías, en su planta y decoración, se halla fuera de Camboya, aunque dentro del radio de dominio del antiguo imperio jemer: el 'palacio' de Vat Phu (en la actual Laos).
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ANGKOR 
Chau Srei Vibol
   
Fotos 152-156
   Llamado también Prasat Vat Trach, es de la época de Suryavarman I (1002-1049), uno de los grandes reyes constructores jemer, a quien se deben también los templos de Phnom Chisor y el espléndido Preah Vihear, que se asoma al borde de un acantilado en la misma frontera entre Camboya y Tailandia, y cuya propiedad es objeto de disputa entre ambos países.
   A Suryavarman I (y a su inmediato sucesor Udayadityavarman II) se atribuye también la construcción del colosal estanque conocido como Baray Occidental, todavía en funcionamiento, cuyas dimensiones (8 km de largo x 2,2 km de ancho) superan en tamaño a las del Baray Oriental.
   Las ruinas de Chau Srei Vibol se hallan situadas lejos de la zona central de Angkor, a una veintena de kilómetros al este de Banteay Samré. Hasta el momento poco estudiadas, este amasijo de edificios arruinados e invadidos por la vegetación selvática se halla en un fascinante estado de abandono, con fragmentos de piezas arquitectónicas y escultóricas desparramados por los suelos entre los árboles, las naves obstruidas por montones de cascotes que impiden la circulación, y algunos muros apuntalados con andamios para impedir su colapso.
   Pese a todo ello se puede distinguir la típica estructura a base de recintos rectangulares concéntricos, con un templo-montaña en el centro erizado de prasats, al que se asciende por empinadas escalinatas abiertas en los cuatro lados del complejo.
   Los aledaños del templo están aún sembrados de minas antipersona, enterradas en las selvas circundantes en el nefasto periodo de los jemeres rojos, y que aún se hallan en proceso de detección y desactivación.
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Baphuon
  
Fotos 094-096
   Finalizado en 1060, bajo Udayadityavarman II.
ANGKOR   Situado a 200 m al noroeste del Bayon, dentro del recinto de Angkor Thom, aunque es anterior a la fundación de esta ciudad.
   Se trata de un templo-montaña emplazado en el centro de la ciudad de Udayadityavarman II, que haría las funciones de templo de Estado. Sus descomunales dimensiones acarrearon que el santuario terminara por colapsarse por el propio peso de la ingente masa de piedras que lo componían. Hoy este edificio es objeto de un ambicioso proyecto de reconstrucción, que todavía durará varios años.
   El Baphuon se encuentra en medio de un gran recinto rectangular de 425 x 125 m, y consiste en una pirámide escalonada de cinco gradas, de 130 x 103 m de lado-base y 24 m de altura, aunque es probable que en su tiempo alcanzara los 50 m de alto. Se accedía a la pirámide por una larga calzada de 200 m, elevada sobre una triple fila de columnillas cilíndricas y flanqueada por cuatro estanques con sus orillas enmarcadas por ghats (o escalinatas) de arenisca. La calzada está cortada en cierto punto por un gopura o pabellón de entrada, de planta cruciforme.
   El primer nivel de la pirámide consta de un enorme plinto moldurado, sobre el que se alzan las ruinas de cuatro 'bibliotecas'. El segundo nivel, articulado en una doble plataforma, exhibe una extraordinaria colección de paneles con relieves de exquisita factura, que están en proceso de restauración. Los restantes niveles, conectados entre sí por escaleras, están hoy impracticables. Las escaleras conducirían a distintos prasats intermedios. En la cumbre se levantaba un solo prasat central, tan arruinado que no se puede concretar su estructura. En la actualidad está prohibido su acceso a los visitantes, a causa de las obras de restauración.
   En la cara oeste del templo se han identificado los vestigios de un enorme Buda tumbado, en la postura llamada de paranirvana (previa a la muerte y extinción total del Iluminado), construido con sillares reaprovechados de otras partes del santuario, que está datado en el siglo XVI. Desde el ángulo noroeste se conecta a través de un gopura con el recinto del Palacio Real de Jayavarman VII.
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Mebon Occidental
  
Foto 151
   Mebon: templo sobre una isla en medio de un estanque.
   Atribuido a Udayadityavarman II (1050-1066).
   Del mismo modo que en medio del inmenso embalse desecado que llaman Baray Oriental se halla emplazado un islote con un templo primitivo (el Mebon Oriental), en mitad de las aguas del todavía más grande Baray Occidental emerge otro islote artificial con otro templo, el Mebon Occidental, al que sólo se puede llegar en barco.
   Parte del islote ha desaparecido arrastrado por el movimiento de las aguas, que crecen y decrecen de nivel según estemos en la estación de lluvias o la estación seca. En sus menguados terrenos todavía pueden verse los escasos restos de un edificio de piedra que no era propiamente un templo, sino una construcción consistente en una muralla de planta cuadrada, perforada en cada lado por tres entradas en forma de torres con una profusa decoración escultórica y coronadas por un remate en forma de flor de loto. Actualmente, sólo se conserva el muro de la parte oriental.
   En el centro del recinto se elevaba un pabellón de madera, hoy desaparecido, que se conectaba con el muro este por una calzada, y estaba rodeado por tres de sus lados por un estanque en forma de U. En medio del pabellón se abría un pozo de 2 m de profundidad en forma de linga invertido, alimentado por un tubo de bronce subterráneo. Se supone que este pozo servía para medir el nivel de las aguas del embalse, pero tenía también un propósito simbólico. El linga (símbolo fálico de Siva) fecundaba las aguas del baray, y estas aguas, bendecidas por el dios, irrigaban los territorios cercanos por medio de canales, garantizando de esta manera la fertilidad de los campos y propiciando abundantes cosechas.
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Angkor Vat. El cénit del arte jemer
  
   Este templo es, sin duda, con el de Bayon, hundido en la selva próxima, la más abrumadora montaña de piedra que los hombres han osado construir, después de las pirámides de Menfis.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
  
Fotos 013-036
   Angkor Vat = 'La ciudad-monasterio' (en el idioma thai, vat = 'monasterio')
   A 1,5 km al sur de las murallas de Angkor Thom, al sudeste de la ciudad de Yashodharapura. Su entrada estaba excepcionalmente situada al oeste y alineada con la Puerta Sur de la ciudad de Jayavarman VII.
   Mandado construir por Suryavarman II entre 1113 y 1150. Consagrado a Vishnú, 'dios de la conservación' en la trinidad suprema hindú, con el que el monarca se identificaba. El templo fue habilitado como el mausoleo de Suryavarman II, que recibió el nombre póstumo de Paramavishnuloka, 'el que entra en la morada sagrada de Vishnú'. Más tarde se convirtió en un monasterio budista.
ANGKOR 
   Angkor Vat es, con toda propiedad, el monumento más famoso de Angkor, emblema y símbolo señero del esplendor de la cultura jemer. ¿Quién no ha visto imágenes de sus estilizadas torres, flanqueadas de palmeras, que coronan con su perfil en forma de tiaras el nutrido complejo de edificaciones que conforman su vasto reducto? Este icono es omnipresente en Camboya, simboliza al país como si fuera su 'logotipo', y aparece oficialmente en su bandera.
   Su superficie rectangular de 1.500 x 1.300 m semeja, tal y como se puede observar en las fotografías aéreas (foto 013), una isla rodeada por las aguas de un foso (de 200 m de ancho) que lo aisla del resto del país. Albergaba toda una ciudad, de la que han desaparecido las casas, cabañas y construcciones de madera y otros materiales perecederos, quedando sólo las edificaciones de carácter religioso, las realizadas en piedra. Allí se alojaba el rey, la corte, los funcionarios y una población de campesinos que pudo alcanzar la cifra de 20.000 personas.
   El gran templo de Angkor Vat se compone de cuatro recintos rectangulares concéntricos, atravesados por cuatro calzadas axiales, orientadas a los cuatro puntos cardinales. La muralla del cuarto recinto –el externo– mide 1.025 x 815 m. Las calzadas del eje este-oeste se prolongan salvando el foso a modo de puentes, y están parapetadas por larguísimas balaustradas que tienen la forma de nagas o cobras sagradas, sostenidas por columnillas. En los extremos, las serpientes yerguen amenazadoras sus caperuzas de múltiples cabezas abiertas en abanico.
   Cedemos aquí la palabra a Pierre Loti, escritor y viajero francés, miembro de la Academia Francesa, que visitó Angkor en 1901, cuando todavía no había sido desbrozado de la tupida maraña de la jungla, y que nos dejó sus impresiones en la crónica de viajes titulada 'Peregrino de Angkor':
  
   Para llegar a esta basílica-fantasma, un puente de los antiguos tiempos, construído con bloques ciclópeos, se cruza el estanque atestado de cañas y de nenúfares; dos monstruos, roídos por los años y cubiertos de líquenes, guardan su entrada. Al otro extremo se abre una puerta coronada por torreones como tiaras y flanqueada por dos gigantescas serpientes que abren en abanico sus siete cabezas de piedra.
   Una gran calle pavimentada de losas grises alarga ante nosotros su línea fugitiva que avanza recta hasta el santuario cuya masa gigantesca domina ahora todas las cosas.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
   
   Atravesado el muro exterior por un gran gopura turriforme, la larga calzada de piedra conduce en línea recta durante 350 m hacia los recintos principales en el centro del complejo. La calzada está elevada medio metro sobre el terreno, y sus nagas-balaustradas están cortadas a intervalos regulares por escaleras a cada lado que descienden a ras del terreno, cubierto de césped, donde antaño se elevarían las viviendas de la ciudad.
   A medio camino se pueden ver, restauradas, dos 'bibliotecas', enigmáticos edificios en forma de templetes levantados sobre altas plataformas, con pórticos columnados y cubiertos con falsas bóvedas, de los que aún se desconoce la función. Aparecen más adelante, a uno y otro lado, dos estanques, con las orillas escalonadas y flores de loto flotando sobre las aguas, que fueron añadidos en épocas más tardías.
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Relieves, una literatura en piedra
  
Fotos 265-276
   Tras recorrer una terraza de planta cruciforme, se penetra por fin en el tercer recinto, enmarcado por una galería abovedada de circunvalación. Los muros exteriores de la galería están perforados de ventanas de balaustres, y los muros ciegos del interior, iluminados por las ventanas, exhiben una kilométrica sucesión de bajorrelieves que constituyen una de las joyas del arte de la escultura jemer.
     
   Para alumbrar el despliegue del bajorrelieve que cubre toda la pared interior de la galería, se abren de trecho en trecho, sobre el boscaje del contorno, ventanas que dan paso a una luz atenuada, teñida de verde por el follaje y por las palmas. Suntuosísimas ventanas, en verdad, encuadradas en tan delicadas cinceladuras, que parecen puntillas pegadas a la piedra, con barrotes anillados que parecen columnitas de madera, preciosamente trabajadas a torno; pero que son de arenisca, como el resto de las murallas.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
ANGKOR  
   Estos relieves son una ilustración en piedra de diversos textos sagrados de la mitología hindú que tienen a Vishnú, o a sus diversos avatares, como protagonistas. Recordemos que con este dios se identificaba el rey Suryavarman II, constructor de Angkor Vat.
   Entre los motivos esculpidos destacan, en la galería meridional, una representación del 'Juicio de los muertos', con escenas de las torturas infligidas a las almas de los difuntos condenados; y, sobre todo, la batalla de Kurukshetra, episodio central del Bhagavad Gita, el texto más sublime de la literatura hindú, que forma parte del Mahabharata.
  
   No hay mayor honor para un guerrero que participar en una lucha por el restablecimiento de la virtud.
   ¡Oh, Arjuna! Hay una batalla que ganar antes de que nos sean abiertas las puertas del cielo. ¡Felices son aquellos guerreros cuya actitud es participar en esa guerra!
   (Bhagavad Gita, II, 31-32)
  
   Lo que impresiona ya de entrada es el bajorrelieve sin fin que decora la pared interna de la galería, un bajorrelieve de un kilómetro de longitud por unos cinco metros de alto, que representa una batalla, una prodigiosa refriega de personajes, de torsos, de brazos y piernas, en actitudes de furor; un millón de combatientes, con lanzas, flechas, carros de guerra, elefantes de guerra, caballos y monstruos.
    Un movimiento furioso parece llenar todavía a estos innumerables personajes, que gesticulan desde hace más de mil años.
   (Pierre Loti, Diario íntimo, 1901)
  
   Lo que resulta incomprensible es que la muralla de personajes parece toda ella de una sola pieza, de centenares de metros de longitud; es preciso examinarla muy de cerca para descubrir las junturas de las piedras enormes, colocadas una tras otra sin el auxilio de ningún cemento y acopladas con una precisión rigurosa, como en los monumentos de la antigüedad egipcia.
   Todos los lienzos de muralla, que antaño estaban pintados y dorados, han adquirido con las filtraciones de la humedad eterna un triste color negruzco que, en algunos sitios, tiene brillo de cosa mojada. Además, hasta la altura de un hombre, el bajorrelieve, que tiene cinco metros de altura, está rozado por el frote secular de los dedos, pues en las épocas de peregrinación, es, para toda la muchedumbre, un deber tocarlos. Acá y allá, en las partes iluminadas por las bellas ventanas de columnas torneadas, quedan aún rastros de colorido en los vestidos y en las caras; y, a veces, en las tiaras de las Apsaras continúa brillando un poco de oro, respetado por el tiempo.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
  
   Actualmente los investigadores creen que ese lustre negruzco con el que brillan las innumerables figuras de los paneles se debe, más que al frotado de las manos de los peregrinos, a que en una época más tardía se aplicó a los relieves una capa de algún tipo de barniz protector.
   En la galería oriental se puede ver una deslumbrante recreación del mito del Batido del Mar de Leche, con dos interminables filas de devas y asuras (dioses y demonios) tirando de la serpiente Vasuki enroscada a la montaña Mandara, sobre la que danza Vishnú. En el registro inferior de la pared se ven las criaturas reales e imaginarias que pueblan el océano, y en la parte superior las apsaras surgidas a raíz del 'batido', que danzan flotando por los aires. Aparecen también en escena el demonio Ravana, rey de Lanka, ayudando a los asuras, y su adversario el semidiós mono Hanuman, echando una mano a los devas, pese a que ambos personajes pertenecen a otra epopeya, el Ramayana, lo que evidencia el sincretismo que se dio en tierras camboyanas a partir de los distintos mitos del hinduismo. 
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Prasat central
  
   En el patio enmarcado entre las galerías de circunvalación del tercer y segundo recinto se levantan dos altas 'bibliotecas' simétricas, con pórticos hipóstilos coronados por bellos frontones poblados de figuras en altorrelieve. En medio de estos dos edificios el patio queda interrumpido por un claustro elevado, que a su vez está subdividido en cuatro claustros, cada uno de los cuales estaría inundado por estanques sagrados de purificación, un elemento muy común en la arquitectura religiosa hinduista. La estructura del templo va ganando en elevación a medida que penetramos más y más en su interior, ascendiendo escaleras bajo galerías abovedadas. Atravesando la galería de circunvalación del segundo recinto se entra en un penúltimo patio, que contiene otras dos 'bibliotecas' conectadas entre sí por una calzada elevada y, sobre todo, la inmensa mole del santuario central, con sus cinco torreones representando el monte Meru.
ANGKOR  
   Esta galería exterior, por varias puertas, da al patio central, donde se alza el templo propiamente dicho, cúmulo indestructible de grandes piedras, conjunto casi tan eterno como un accidente orográfico, como un elemento geológico.
   En medio se alza el cúmulo de piedras, las grandes torres en forma de tiara que se ven desde tan lejos. Se sube a ellas por escaleras de peldaños muy altos, muy estrechos, muy difíciles de ascender, pero que, precisamente por su altura, son de un efecto arquitectónico sorprendente. Las proporciones, la disposición de los bloques y las columnas, todo es de un arte exquisito en su enormidad, de una armonía perfecta que da la sensación de solidez, de duración, de inmutabilidad sosegada.
   (Pierre Loti, Diario íntimo, 1901)
  
   Este templo es uno de los lugares del mundo en que los hombres han amontonado más piedras y acumulado más esculturas, más ornamentos, más relieves de follajes, flores y caras. No es sencillo como las bellas líneas de Tebas o de Baalbeck; es desconcertante de complicación al mismo tiempo que de enormidad. Todas las escalinatas, todas las entradas, están guardadas por monstruos; las divinas Apsaras, en grupos repetidos indefinidamente, aparecen por doquier entre las lianas colgantes.
   Pero cuando se contempla con un poco de atención, una simetría perfecta se afirma, por el contrario, de arriba abajo. La colina de esculturas forma una pirámide cuadrada de tres gradas, cuya base tiene más de un kilómetro de perímetro; y en el tercero de los tres cuerpos, en lo más alto de todo, es donde, sin duda, se halla el lugar sagrado por excelencia.
   Cada una de las torres colosales de perfil de tiara que desde tan lejos se divisan en la planicie se eleva en cada extremo de la cruz formada por las cuatro naves; y, encima del Sancta-Sanctorum, en el que estas naves se juntan, se alza aún una quinta torre, la más asombrosa y la más complicada de todas, sobrepasando a las demás, dominando desde una altura de setenta metros el inmenso lienzo verde de la selva.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
  
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Apsaras, ninfas celestiales
  
Fotos 037-060
   Nos queda por mencionar uno de los elementos decorativos que más contribuyen al hechizo que indefectiblemente atrapa a todo aquél que se sumerge en este universo llamado Angkor Vat: los relieves de las apsaras, o ninfas celestiales, relieves que hacen acto de presencia por todas las paredes y rincones del santuario, sumando aún más belleza a su fascinante belleza.
ANGKOR 
    Las apsaras se muestran en solitario, o en parejas, o en grupos de tres, cuatro, cinco, agarrándose de las manos, abrazándose de las caderas. Son jóvenes doncellas de encantadora hermosura, que alegran con sus sonrisas y con sus gráciles cuerpos de senos desnudos los distintos edificios del complejo, dando la sensación de que esta ciudad muerta está en realidad superpoblada de seres femeninos, que reparten su gracia y su benéfica influencia entre todos los fieles que la visitan.
   Sólo en Angkor Vat existen casi dos mil apsaras, y no hay dos iguales. Observemos sus agraciados rostros: podemos identificar los mismos ojos ligeramente rasgados, la misma piel tersa y suave, las mismas sonrisas que iluminan las miradas de las mujeres de la población actual de Camboya. Transmiten simpatía, feminidad y un indefinible toque de ironía. Sus vestidos, peinados, joyas y tocados son de una fantasía abrumadora. Se las ve enmarcadas en nichos recubiertos de un follaje delicadamente esculpido como un minucioso bordado. Son auténticos retratos de divinidades, de deidades femeninas que se han encarnado en este mundo sensorial para colmar de dones y hacer más placentera la vida a sus habitantes.
     
   ¡Cuán bellas y graciosas las Apsaras, sonrientes bajo sus tocados de diosas, siempre, no obstante, con su expresión de enigma y de misterio, que no acaba de ser tranquilizadora!... Muy alhajadas, con brazaletes, collares y randas de pedrería, con altas tiaras puntiagudas o con penachos de plumas, muestran entre sus delicados dedos ya una flor de loto, ya emblemas enigmáticos. Todas las que pueden ser alcanzadas al pasar, han sido con tanta frecuencia acariciadas en el transcurso de los siglos, que sus bellos pechos desnudos relucen como bajo un barniz –son las mujeres las que, durante sus peregrinaciones, las tocan apasionadamente, para obtener la gracia de ser madres–. En sus nichos bordados y cincelados, permanecen adorables.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
ANGKOR
   Las apsaras no son sólo seres mitológicos. Existen en la realidad. Viven en Camboya y se las puede ver danzar, hoy como antaño, en distintas ceremonias religiosas o fiestas civiles, con los mismos tocados de fantasía, las mismas joyas de oro y piedras preciosas, las mismas elegantes vestimentas que lucían en los tiempos dorados de Angkor Vat.
   Así lo pudo comprobar Pierre Loti, cuando en su viaje por Camboya en 1901 fue invitado a una fiesta oficial en honor del rey Norodom, que tuvo lugar en su palacio de Phnom Penh. He aquí cómo lo describió:
  
   De pronto, la música se hace más sorda y misteriosa, como para anunciar algo sobrenatural. Ábrese una de las puertas del fondo y una criatura adorable y casi quimérica se precipita en medio de la sala. ¡Una Apsara del templo de Angkor! Imposible dar una ilusión más perfecta de ello. Tiene los mismos rasgos, porque pertenece a la misma raza pura; tiene la misma sonrisa de enigma; inclinados y casi cerrados los párpados, el mismo pecho de virgencita joven, velado apenas por una tenue redecilla de seda. Su traje está minuciosamente copiado de los viejos bajorrelieves, pero copiado con joyas verdaderas, con telas magníficas. Una especie de vainas de oro aprisionan sus piernas y sus caderas. El rostro blanco por maquillajes y los ojos artificiosamente alargados. Ostenta una alta tiara de oro salpicada de rubíes, cuya punta se afila como la de los techos de las pagodas. Igualmente de pedrerías y de oro, su ancho cinturón, las ajorcas que adornan sus tobillos y sus desnudos brazos de color de ámbar un poco rosa.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
  
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ANGKOR 
Thommanon y Chau Say Tevoda, dos templos gemelos
   
Fotos 157-161
   Los templos de Thommanon y de Chau Say Tevoda, aunque con ciertas diferencias, son casi idénticos en sus elementos constructivos, y se levantan en disposición simétrica a uno y otro lado de la ruta que conduce a la Puerta de la Victoria, abierta en la muralla oriental de Angkor Thom, y situada a medio kilómetro de los mismos.
   Ambos fueron erigidos en el siglo XII, durante el reinado de Dharanindravarman I o de Suryavarman II, el artífice de Angkor Vat, en el apogeo del periodo clásico de Angkor.
   Los dos templos, aunque relativamente pequeños de tamaño, destacan por la elegancia y belleza de sus proporciones, y por la delicadeza de su decoración escultórica, cuyas apsaras y devatas rivalizan en preciosismo con las que pueblan los edificios de Angkor Vat.
   Thommanon ha sido relevantado a partir de sus materiales originales, y Chau Sey Tevoda se halla actualmente en proceso de reconstrucción.
   Constan cada uno de un solo recinto rectangular, enmarcado por una muralla de laterita que se puede traspasar por gopuras cruciformes muy elaborados, con juegos de dos y tres frontones superpuestos de contorno lobulado y decoración de aspecto flamígero, rematados por nagas. Los tímpanos exhiben profusos grupos escultóricos; señalemos en el gopura occidental de Thommanon la imagen de Siva Mahayogin, o 'Gran Asceta', meditando en la postura de loto.
   Dentro del recinto se alinean de este a oeste, conectados sin solución de continuidad, los tres componentes clásicos de la arquitectura hindú: un mandapa o sala de reunión de fieles, un antarala o vestíbulo-corredor de transición, y el prasat central sobre la cella o garbagriha, con su torre de niveles de tamaño menguante. En ambos casos el prasat está rodeado de tres porches que dan acceso a falsas puertas ciegas. Mencionemos también la terraza elevada que precede a la entrada oriental, y las 'bibliotecas' (una en Thommanon, dos en Chau Say Tevoda), con las puertas orientadas al oeste.
   Cerca de estos dos templos se pueden descubrir las ruinas de Spean Thma, un puente de piedra construido por los jemer en el siglo XVI, medio comido y reventado por los árboles (foto 162). Los ojos del puente se componían de túneles cubiertos con falsas bóvedas de aproximación de hiladas.
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Beng Mealea, ruinas en la jungla
  
Fotos 163-168
   Las ruinas de este templo se hallan alejadas del parque arqueológico de Angkor, unos 50 km al este, a medio camino entre la ciudad muerta de Angkor Thom y el gran templo de Preah Khan, en el centro de Camboya.
   Construido por mandato de Suryavarman II, presenta características muy similares a la arquitectura de Angkor Vat, aunque, a diferencia de este santuario, se hallan distribuidas en un solo nivel horizontal.
   Se trata de uno de los templos de Camboya que más ha sufrido la acción invasora de la jungla. Sus ruinas están prácticamente sin tocar, en un caótico estado donde a los amontonamientos de sillares y cascotes, que hacen casi imposible la circulación por su interior, hay que añadir la espesa maraña de vegetación que todo lo cubre, y que hace muy difícil la identificación e interpretación de los distintos componentes del edificio. El visitante se pierde por un laberinto de patios y de oscuros corredores semiobstruidos por escombros y atenazados por las raíces de los ficus, que estrangulan con sus tentáculos los muros, bóvedas, dinteles de las puertas y celosías de las ventanas.
   El templo estaba resguardado por un foso, hoy casi seco, de 1.200 x 900 m de longitud.
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ANGKOR  
Banteay Samré, el pequeño Angkor Vat
  
Fotos 169-180
   Banteay Samré = 'Ciudadela de los Samré' (de los samré, un grupo étnico que habitaba en torno a Phnom Kulen).
   Este templo, que está muy bien conservado, se halla en el extremo este del Baray Oriental.
   Fue construido en tiempos de Suryavarman II, aunque también es atribuido por algunos investigadores a su sucesor Yashovarman II (1160-1165). Por la belleza y perfección de su arquitectura, y por su excelente estado de conservación, ha sido comparado con Angkor Vat, aunque su trazado general tiende más a la horizontalidad.
   Una calzada procesional elevada de 140 m de largo, defendida en su arranque por parejas de leones guardianes y parapetada a ambos lados por balaustradas de nagas, da acceso a su entrada principal, abierta como casi siempre al este.
   Su planta consta de dos recintos rectangulares concéntricos, formados por galerías de circunvalación. La galería externa es doble, cortada por cuatro elaborados gopuras cruciformes, y sus muros de roja laterita estaban cubiertos originalmente por un techo de madera y tejas. El muro de la galería interior está perforado por una sucesión de bellas ventanas de balaustres.
   La galería que enmarca el recinto interior ostenta en sus esquinas pabellones con falsas puertas coronadas por frontones lobulados, y también puede ser atravesada por cuatro gopuras. Los edificios del interior de este recinto tienen una distribución tan compacta que casi se tocan entre sí. Distinguimos dos 'bibliotecas', un mandapa, un vestíbulo y un prasat central. Estas tres últimas estancias forman un continuum con los gopuras oriental y occidental del recinto interior, y todos estos edificios están bordeados de una terraza continua, también parapetada con balaustradas de nagas.
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Angkor Thom, la gran ciudad muerta
  
Fotos 061-132
   Angkor Thom = 'Gran Capital'.
   Situada a 1,5 km al norte de Angkor Vat. Fundada por Jayavarman VII a finales del siglo XII, sobre el asentamiento de una ciudad anterior (de Udayadityavarman II) cuyo centro y templo de Estado era el Baphuon, y que había sido arrasada en 1177 por la invasión de los cham. Fue la última ciudad fundada por el imperio jemer en la zona de Angkor.
   Se ha estimado que la población de Angkor Thom pudo haber alcanzado en su tiempo la cifra de un millón de habitantes.
   El trazado urbano de esta ciudad es de planta cuadrada, con un área de 10 km2 cercada por una muralla de más de 12 km de perímetro, a su vez resguardada por un foso de 100 m de ancho que la rodea por su exterior. En el centro mismo del cuadrado se levanta el Bayon, templo de Estado de Jayavarman VII, y al norte de este templo se extiende el recinto del palacio real: una distribución habitual en el urbanismo jemer.
   Angkor Thom es, junto a Angkor Vat, una de las zonas monumentales más grandiosas entre las que se conservan en Angkor. En el interior de sus murallas subsisten las ruinas de un gran número de edificios religiosos y civiles, como los templos de Baphuon y Phimeanakas (ambos anteriores a la fundación de la urbe), el célebre templo de Bayon (con sus más de 50 'torres de caras'), el Palacio del rey (con su Terraza de los Elefantes y su Terraza del 'Rey Leproso'), y una multitud de santuarios más pequeños, como los cuatro Prasat Chrung, los cinco templos de Preah Pithu, los dos Kleang, el Tep Pranam, el Preah Paliley, y las doce torres del Prasat Suor Prat. Mencionemos también las cinco puertas monumentales de la muralla y las avenidas que conectaban estas puertas con los edificios principales.
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- Puertas de la muralla
  
Fotos 061-084
  
   Caminábamos desde hacía una hora a través de la ininterrumpida fronda, por entre flores gigantescas, cuando, por fin, se alzan ante nosotros las fortificaciones de la ciudad, siempre en plena noche verde, bajo el entrelazado del ramaje. Antiguamente estaban protegidas por fosos de cien metros de anchura, que la tierra y las hojas secas acaban de rellenar, y tenían cuatro leguas de perímetro. Hoy se las tomaría por peñascos, por lo altos y toscos, deformados por el trabajo paciente de las raíces, invadidas por la maleza y por los helechos. Y la 'Puerta de la Victoria' por la que vamos a pasar, parece al primer golpe de vista la entrada a una caverna franjeada de lianas...
   Pasando esta puerta, coronada por sombrías figuras, penetramos en lo que fue la inmensa ciudad.
   Preciso es saberlo; pues, en lo interior de las murallas, la selva se prolonga tan sombría, tan apretada, y desplegando hacia lo alto su ramaje secular.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
ANGKOR   
   Las larguísimas murallas de laterita de Angkor Thom, de más de 3 km de lado, y 8 m de altura, pueden ser atravesadas por cinco puertas monumentales. Cuatro de ellas están situadas en el justo centro de cada cara del cuadrado, orientadas hacia los cuatro puntos cardinales. Dos avenidas conectan respectivamente la puerta norte con la puerta sur, y la puerta este con la oeste, cruzándose en el centro del cuadrado de la ciudad, punto donde se levanta el Bayon. Un quinto portalón, llamado 'Puerta de la Victoria', se abre en la cara oriental de la muralla, unos quinientos metros al norte de la Puerta Este, y de allí parte otra calzada (la 'Avenida de la Victoria') que discurre paralela a la avenida este-oeste y va a parar a la parte central de la Terraza de los Elefantes, donde se halla la entrada principal al Palacio Real de Jayavarman VII.
   Estas cinco puertas monumentales son casi idénticas en su factura. El alto umbral de sus entradas está coronado por cuatro gigantescas cabezas que miran a los cuatro puntos cardinales. Se trata de la efigie del bodhisattva Lokeshvara, con los rasgos del rey Jayavarman VII (que se identificaba con aquél), tocado con una alta tiara y adornado de joyas, con los párpados semicerrados en actitud de meditación, y una suave sonrisa esbozada en el rostro. Las descomunales cabezas están realizadas con sillares de piedra caliza moldeados a propósito para obtener con su superposición los rasgos faciales del bodhisattva-rey. De forma que componen una edificación que es a la vez una colosal estatua. Arquitectura y escultura fusionadas en una unidad inseparable. Por dentro las cabezas están huecas, encerrando una alta bóveda. A uno y otro lado del umbral, sendas esculturas de Indra sobre el elefante de tres cabezas Airavata flanquean la puerta. Las seis trompas de los elefantes aferran racimos de flores de loto. La composición se completa con hileras de figuras orantes sentadas por encima de las estatuas de Indra, y dos apsaras o ninfas celestiales danzantes.
   Para acceder a estas puertas hay que atravesar el foso acuático de 100 m de ancho que confina la ciudad, pasando sobre diques a modo de puentes. Estas pasarelas están parapetadas por balaustradas compuestas por estatuas gigantes tomadas del motivo mítico del 'Batido del Mar Lácteo'. La balaustrada de la izquierda (mirando a la puerta) está compuesta por una fila de 54 devas o dioses sosteniendo con sus manos una naga o cobra sagrada. La fila de la derecha se compone de 54 asuras o demonios enfrascados en el mismo cometido.
   Esta disposición se repite en las cinco puertas, pero sólo en el puente de la Puerta Sur (que ha sido restaurada) se puede apreciar con claridad, al estar las balaustradas de los restantes puentes muy destruidas.
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- Prasat Chrung
  
Fotos 085-091
   Prasat Chrung = 'Templo de Esquina'.
   Además de las cinco grandes puertas que jalonan las murallas de Angkor Thom, hay que señalar los cuatro templos llamados Prasat Chrung que se levantan en las esquinas del inmenso cuadrado que dibuja la muralla.
   Sólo se puede llegar a ellos tras caminar un kilómetro y medio desde cualquiera de las puertas, por el camino de ronda que recorre la muralla por su borde superior. Con una caída de 8 m por su exterior y una impenetrable vegetación selvática por su interior, no hay otra manera de acceder a estos solitarios templos.
   Son de tamaño relativamente pequeño. Están encuadrados dentro de un muro con entrada al oeste. Y constan de un solo cuerpo de planta cruciforme, precedido por una terraza, con cuatro porches (dos con entradas verdaderas y dos con puertas ciegas) y con la cella coronada por una torre. Están embellecidos con las habituales devatas en nichos, frontones historiados y techumbres imitando tejas.
   Cerca del Prasat Chrung de la esquina sudoccidental de la muralla, se puede descubrir, escondida en la densa vegetación, una sexta puerta, la puerta 'secreta' de Angkor Thom. Se trata en realidad de cinco largos y oscuros túneles abovedados que en paralelo traspasan la muralla de lado a lado, y que al parecer servían para evacuar las aguas almacenadas en un gran estanque vecino: el Beng Thom. Hoy día los campesinos utilizan estos túneles para penetrar en Angkor Thom, cortar leña en sus bosques, y salir del recinto con su carga, teniendo que vadear por añadidura el foso de 100 m de ancho que circunda la ciudad muerta, cosa que hacen, el cuerpo sumergido hasta la cintura y los haces de leña sobre la cabeza, por una zona donde las aguas son menos profundas.
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- Bayon, los mil rostros de Buda
  
Fotos 097-108
  
   Cerca de media hora de marcha por esta selva sembrada de restos que es la mortaja de una ciudad en la que, cada piedra, lleva el rastro de una antigua escultura; en la que los guijarros recogidos entre la hierba representa una máscara humana. Y luego henos aquí ante un informe amasijo de rocas, una especie de montaña sobre la cual las 'higueras de las ruinas' despliegan soberbias sus grandes sombrillas verdes: aquí es. Estas rocas fueron, antaño, erigidas por la mano del hombre; son artificiales; son los restos de uno de los más prodigiosos templos del mundo.
   Su destrucción es aterradora. ¿Cómo han podido estas masas separarse así, inclinarse, rodar y confundirse en un caos? Hay torres que parecen haberse deslizado en un solo bloque; han descendido de sus basamentos, en una sola pieza. Y las pesadas terrazas se han inclinado. El suelo ha crecido en torno a ellas; el humus, al correr de los siglos, ha comenzado por escalar las altas escaleras, tratando de tragárselo todo.
   A través del follaje semiobscuro, se divisa desde aquí como un caos de rocas. La selva lo estrecha fuertemente por todas partes, lo ahoga y lo estruja. Inmensas 'higueras de las ruinas' acaban de destruirlo, asentadas por doquier, hasta en los vértices de las torres que les sirven de pedestal.
   Levanto la cabeza hacia esas torres que me dominan, ahogadas de verdor, y me estremezco de pronto por un miedo desconocido, al ver una gran sonrisa, clavada en mí, que sobre mí cae de lo alto... Y después otra sonrisa más, a lo lejos, sobre un lienzo de muralla; y luego tres, y luego cinco y luego diez... Las hay por todas partes y estoy desde todas partes vigilado... ¡Las torres de las cuatro caras!
   Son de proporciones de tal modo sobrehumanas estas máscaras esculpidas en el aire, que es preciso meditar para comprenderlas. Sonríen bajo su gran nariz chata y miran, con los párpados medio cerrados, con no sé qué feminidad caduca. Parecen viejas damas discretamente burlonas. Imágenes a las cuales, durante tantos siglos, ni el lento trabajo del bosque, ni las densas lluvias disolventes han podido arrebatar su expresión; la irónica bonachonería, más inquietante aún que el rictus de los monstruos chinos...
   Cincuenta torres de distinto tamaño que se escalonaban; cincuenta piñas fantásticas, agrupadas en haces sobre un zócalo, grande como una ciudad, casi pegadas las unas a las otras, cortejo de una torre central gigantesca, de sesenta o setenta metros, que las dominaba a todas con su cúspide florecida por un loto de oro. Y, desde lo alto de los aires, las cuatro caras que ostentaba cada una de ellas, mirando a los cuatro puntos cardinales, mirando por doquier a través de los inclinados párpados, con la misma expresión de irónica piedad y la misma sonrisa, afirmando, repitiendo de un modo obsesionante, la omnipotencia del dios de Angkor.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
ANGKOR  
   Hoy el templo de Bayon, que se alza en el mismo centro geométrico del inmenso cuadrado de Angkor Thom, ya no se halla en el estado en el que lo encontraron los viajeros del siglo XIX y principios del XX, pues ha sido desbrozado de su manto de vegetación, y sus torres reconstruidas en la medida en que fue posible. Hasta 1925 no se confirmó que pertenecía al culto budista.
   Fue construido bajo el mandato de Jayavarman VII (1181-1219), y remodelado en varias ocasiones.
   Se compone de tres recintos concéntricos y de niveles ascendentes, los dos exteriores rectangulares, el interior cruciforme, bordeando a la gran torre central, que excepcionalmente es de planta redonda. Una terraza vigilada por leones y nagas conduce, pasando entre dos estanques, al gopura oriental de entrada, que atraviesa una galería de circunvalación porticada con una doble fila de columnas. Otros tres gopuras cortan la galería por los otros tres lados, y también hay pabellones coronados por torres en las cuatro esquinas del rectángulo.
   Las columnas prismáticas de estos gopuras, que sustentaban bóvedas que se desplomaron, exhiben en sus cuatro caras graciosos bajorrelieves de apsaras danzando con acrobáticos movimientos de piernas.
   En el lado oriental del patio enmarcado entre el tercer y segundo recinto se levantan dos altas 'bibliotecas' simétricas. Hay que ascender por estrechas escaleras para llegar a la galería de circunvalación del segundo recinto, que tiene una triple nave hipóstila cubierta con falsas bóvedas y semibóvedas. Los gopuras triples que atraviesan por sus cuatro lados la galería, así como los pabellones esquineros, sostienen en total 16 'torres de caras', con cuádruples rostros de Lokeshvara mirando a los cuatro puntos cardinales. Los motivos escultóricos de esta galería son predominantemente de inspiración hindú, lo que puede deberse a la reimplantación del culto hinduista como religión de Estado, dictada por Jayavarman VIII a fines del siglo XIII.
   La plataforma con planta en forma de cruz griega del primer recinto, o central, en el nivel superior, ocupa casi todo el espacio del segundo recinto, y la cruz toca con sus brazos los cuatro lados del rectángulo que la circunscribe, quedando en las cuatro esquinas espacios abiertos muy profundos, que más parecen pozos que patios. Sus galerías se ensamblan armoniosamente con la galería del segundo recinto, formando una unidad de conjunto, de trazado un tanto laberíntico. Se sube al nivel superior, situado 3 m por encima del segundo nivel, por escaleras muy angostas.
   La terraza del nivel superior está ocupada por una auténtica cordillera de torres de caras, rodeando el gran prasat circular central, con perfil de stupa o relicario budista, de 25 m de diámetro y cuya altura alcanza 43 m sobre el nivel del suelo. Cada torre exhibe cuatro caras de Lokeshvara, que en este caso simboliza también a Buddharaja, el Buda-rey, que vigila los cuatro puntos cardinales del reino, y custodia a sus habitantes, concediéndoles sus bendiciones y garantizando su prosperidad. Originalmente había 54 torres-cara en Bayon, lo que suma un total de 216 rostros de Buda, sonriendo desde todos los ángulos del templo. Se diría que estamos en un palacio habitado por un ejército de gigantes.
   Las ocho capillas triangulares que se abren bajo el prasat central tienen una distribución radial que evoca el dharmachakra o Rueda de la Ley que puso en marcha el Buda, cuyos ocho radios representan las ocho sendas del budismo para alcanzar la liberación. La cella circular en el centro de esta rueda albergó en su día una estatua de Buda sentado sobre los anillos de la serpiente Mucilinda, que fue destruida y desalojada de allí tras la reinstauración del brahmanismo, aunque sus restos han podido ser rescatados y restaurados. La estatua está hoy instalada cerca del Kleang sur.
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Relieves de Bayon
  
Fotos 277-288
  
   Para adornar los muros de Bayon, se concibieron con exuberante prodigalidad desarrollos de bajorrelieves sin fin. Y son también batallas, confusiones de furor, carros de guerra, procesiones interminables de elefantes y grupos de Apsaras y de Devatas con pomposas coronas. Todo ello se borra y muere bajo los musgos. La factura es aquí más infantil, más salvaje que en Angkor Vat: pero la inspiración se revela más violenta, más tumultuosa. Y una profusión tal desconcierta.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
ANGKOR  
   Los relieves de Bayon son de gran interés por el hecho de que, a diferencia de los de Angkor Vat, no se refieren sólo a temas míticos de la literatura hindú, sino que describen acontecimientos reales ocurridos en la historia reciente del reino jemer, y asimismo reproducen escenas de la vida cotidiana de los habitantes de Angkor. Por primera vez aparecen en los paneles no sólo dioses, reyes y héroes, sino personas de extracción humilde como campesinos y artesanos. Puede que la filosofía budista tenga que ver con ello, pues el budismo hace hincapié en el ser humano y no en los dioses, como sujeto de iluminación y liberación.
   Su estilo es un poco más rígido y esquemático que el de los relieves de Angkor Vat, pero comparte con éstos su horror vacui, que no deja un respiro entre figura y figura, y la minuciosa atención a los detalles.
   En los muros interiores de la galería del tercer recinto, de 4,5 m de alto y recorriendo todo el perímetro del corredor, se puede ver una secuencia continua de escenificaciones de la batalla naval de Tonlé Sap, donde Jayavarman VII derrotó a los cham (pueblo proveniente de Champa, en la actual Vietnam) que habían invadido y arrasado el reino jemer unos años antes. Cada figura se distingue individualmente, y podemos identificar a los cham por sus curiosos cascos en forma de flores invertidas. Se puede reconocer a los ejércitos avanzando en formación, los suministros de vituallas, desfiles triunfales, escenas de sacrificio, y también, intercaladas, escenas de la vida corriente, mercado, peleas de perros y gallos, actividades culinarias y artesanales, etc., con telones de fondo fielmente reproducidos del natural: árboles y plantas, animales, peces y otras criaturas del mundo acuático; y también viviendas populares construidas sobre pilotes, que permiten hacernos una idea sobre la arquitectura civil de la época, de la que no quedan vestigios, pues fue realizada en materiales degradables. Tanto las formas de estas casas, como las de los muebles y utensilios, son las mismas que se pueden ver en los entornos rurales de la actual población jemer de Camboya.
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- Palacio Real
   
Fotos 109-120
  
   Estos fueron palacios; aquí vivieron reyes prodigiosamente fastuosos –de los que no se sabe nada. Son construcciones humanas estos peñascos que ahora forman un todo con la selva y que miles de raíces envuelven y estrechan como pulpos.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)

   El Palacio Real de Jayavarman VII fue erigido al norte de Bayon sobre los solares de un palacio anterior iniciado por Rajendravarman (944-968) y ampliado por Suryavarman I, cuyo templo Phimeanakas aún subsiste absorbido dentro de las murallas del recinto palaciego definitivo.
   Actualmente el palacio es más bien un bosque de altísimos árboles, algunos de cuyos claros están salpicados de estanques rectangulares bordeados de terrazas escalonadas de piedra que se sumergen en el agua. Los paramentos verticales que contienen las aguas del estanque llamado 'Baño de la Reina' (de 125 x 45 m) despliegan una ininterrumpida sucesión de relieves tallados con hileras de figuras orantes sentadas en postura de loto, y divinidades masculinas y femeninas de delicada factura. Los musgos, el moho y los líquenes no consiguen marchitar su belleza. El escalón inferior, que toca el agua, muestra todo un zoo de animales acuáticos como peces, cocodrilos, tortugas, ranas...
   Los amplios terrenos del palacio (14 hectáreas) estaban encuadrados dentro de una muralla de laterita de 585 x 246 m de lado, y 5 m de alto, reforzada a su vez, como era habitual, por un foso. Cinco bellos gopuras de planta cruciforme y coronados de torres ornadas de frontones superpuestos permitían atravesar la muralla. El gopura más importante era el oriental, que estaba alineado por el exterior con la escalinata central de la Terraza de los Elefantes.
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- Terraza de los Elefantes
  
Fotos 112-115
ANGKOR   Esta terraza forma parte también del complejo palaciego de Jayavarman VII.
   Se trata en realidad de una larga balconada del mismo Palacio Real, que dominaba desde oriente la explanada de la llamada Plaza Real: un amplio terreno deforestado en medio del boscaje que cubre Angkor Thom, y que servía como campo de celebraciones de distintas ceremonias, desfiles, espectáculos circenses, carreras de carros y competiciones deportivas (como el juego de polo, importado de la India), tal como ilustran los relieves de una de sus paredes. La familia real y la corte se asomarían sobre esta balconada con el fin de presenciar, desde un punto de vista privilegiado, las actividades que tenían lugar en la plaza.
   La terraza mide 300 m de longitud y 4 m de altura. Tres escalinatas en la parte central y dos en los extremos laterales permiten ascender a la plataforma superior, que está parapetada con balaustradas de nagas. No faltan tampoco las habituales parejas de leones guardianes. Cada una de las escaleras está flanqueada por seis elefantes, divididos en dos grupos de tres, con las testas tocadas con tiaras, y las trompas hurgando en macizos de flores de loto. Altorrelieves con elefantes de perfil, montados por conductores, cubren la pared continua de la terraza, excepto en algunos tramos, que son sustituidos por relieves de Garudas atlantes.
   Detrás de la escalera más septentrional, los arqueólogos han sacado a la luz otra estructura que había quedado oculta, sepultada en el interior de la terraza. Los altorrelieves que la cubren están muy bien conservados, y muestran guerreros, danzarinas, y un caballo de cinco cabezas cuyo significado aún no se ha sabido interpretar.
   Más atrás, erigida sobre el nivel superior de la terraza, una plataforma coronada por un gran loto de piedra muestra en su frontis un abigarrado grupo de figuras divinas en torno a Rahu, el demonio que provoca los eclipses, también escoltado por dos tríos de elefantes.
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- Terraza del 'Rey Leproso'
  
Fotos 116-120
ANGKOR  
   Atribuida a Jayavarman VIII (1243-1295).
   Situada en el extremo norte de la Terraza de los Elefantes, y ensamblada con ésta.
   Probable terraza de cremaciones de los difuntos de la familia real.
   Este curioso monumento funerario, que no se asemeja a ningún otro de Angkor, debe su nombre a la estatua de un personaje sedente que estaba instalada en lo alto de la plataforma, y que para su mejor conservación ha sido sustituida por una réplica, custodiándose el original en el Museo de Phnom Penh. Es un desnudo masculino al que el tiempo ha mutilado una mano y un pie y que parece carecer de genitales, por lo que la imaginación popular lo ha apodado como el 'Rey Leproso'. En la tradición jemer, Jayavarman VII había contraído la lepra, y ese sería el motivo por el que mandó construir numerosos hospitales por todo su reino.
   La estructura de esta terraza consiste en un bastión de planta más o menos cuadrada, que sobresale hacia la Plaza Real de Angkor Thom, con tres de sus caras quebradas en sucesivos retranqueos y la cuarta adosada a la pared frontal que prolonga hacia el norte la Terraza de los Elefantes.
   Los muros del exterior están totalmente cubiertos por siete registros superpuestos ocupados por hileras ininterrumpidas de centenares de figuras sedentes en altorrelieve, que representan a divinidades en su mayoría femeninas. Nagas de siete cabezas rematan las esquinas del registro a nivel de suelo.
   Detrás de estos muros se esconde un estrecho y oscuro corredor que perfora las interioridades del macizo de la terraza, realizando en su recorrido los mismos quiebros que se ven en el juego de esquinas y rincones del perímetro exterior. Las paredes del lado más interno del pasadizo despliegan una repetición de los grupos escultóricos de las fachadas exteriores del monumento, distribuidos también en una superposición de registros. Hileras de figuras femeninas con lujosos tocados y alhajas, y de una expresión inquietante, y de tanto en tanto un asura o demonio, blandiendo una espada. Son las divinidades del inframundo.
   Este sinuoso pasadizo, preñado de temibles personajes, y donde se puede uno topar también con otro ejemplar de caballo de cinco cabezas, fue descubierto accidentalmente a raíz de unas excavaciones arqueológicas, y algunos expertos creen que estaba destinado a permanecer oculto, fuera de la mirada de cualquier ser humano, al simbolizar las entrañas del monte Meru, ámbito de los seres infernales.
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- Tep Pranam
  
Foto 121
   Templo casi totalmente desaparecido. Los escasos restos que sobreviven están datados a fines del siglo XII, y en el XVI.
   Situado cerca de la muralla norte de Angkor Thom, entre la Terraza del Rey Leproso y el Prasat Chrung noroccidental, fue erigido sobre el enclave de un monasterio anterior (s. IX).
   Una calzada conduce a una bella plataforma moldurada, protegida por soberbios leones rugientes y nagas de múltiples cabezas.
   Poco más queda en este paraje del bosque, como no sea una gran estatua reconstruida de Buda, sentado bajo un pabellón moderno de madera. Esta modesta capilla es aún hoy un lugar de culto, que aquí se mantiene vivo y contrasta entre tantas ruinas muertas.
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- Preah Paliley
ANGKOR  
Fotos 122-125
   Situado cerca de la muralla norte de Angkor Thom, unos cien metros al este del Tep Pranam, y al norte del Palacio Real.
   Santuario de culto budista, fechado a fines del siglo XIII o principios del XIV.
   Tras la reacción antibudista de Jayavarman VIII a mediados del siglo XIII, las aguas volvieron a su cauce de tolerancia, y el budismo pudo en adelante convivir con el hinduismo. Lo prueba el hecho de que templos como el Preah Paliley y otros posteriores conserven intacta la iconografía búdica de sus estatuas y relieves, que no fueron martilleados como sucedió con otros.
   Una doble terraza cruciforme con balaustradas de nagas de múltiples cabezas desemboca en el gopura de acceso al recinto, delimitado por una muralla de planta cuadrada de 50 m de lado. Este gopura es en sí un pequeño templo, de planta en forma de cruz y techos ornados con los habituales juegos de frontones lobulados superpuestos en recesión. Sus dinteles y frontones historiados narran en piedra un buen número de episodios de la vida del Buda Sakyamuni.
   El templo propiamente dicho se levanta sobre una alta plataforma de arenisca, y lo que queda tras sucesivos derrumbes es una afilada torre central de aspecto troncopiramidal y 19 m de altura, en la cima de lo que semeja una colina natural de tierra, cascotes y hojas secas, en la que crecen inmensos árboles que hincan sus raíces como garras en el suelo y sobrepasan con creces la altura del prasat central. Quien consiga trepar a este empinado y accidentado montículo (un rótulo al pie advierte: 'Warning! Climbing at your risk'), podrá ver en el interior del templo un dintel con un buen relieve de Indra sobre su elefante. Los budistas no rechazaron, sino que asimilaron, la iconografía hindú.
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- Prasat Suor Prat
ANGKOR  
Fotos 126-128
   Prasat Suor Prat = 'Torres de los Danzantes sobre Cuerdas'.
   Doce estilizadas torres de laterita, engalanadas con frontones y antefijas de arenisca en forma de nagas, hacen de telón de fondo del escenario de la Plaza Real de Angkor Thom. Se alinean en el lado oeste de la plaza, en dos filas de cinco torres, separadas por la Avenida de la Victoria, que conduce a la Puerta de la Victoria, más otras dos torres retiradas en segunda línea. Detrás, y muy cerca, se levantan los dos edificios gemelos llamados Kleang Norte y Kleang Sur, que datan de antes de la fundación de Angkor Thom. Las entradas de todas estas edificaciones dan a la plaza.
   Las torres de Prasat Suor Prat fueron erigidas en tiempos de Indravarman II, el inmediato sucesor del gran Jayavarman VII, en la primera mitad del siglo XIII.
   El nombre de este conjunto proviene de la tradición popular, que dice que en la plaza se exhibían espectáculos de funambulistas que caminaban sobre cuerdas tendidas entre torre y torre. Su verdadera función es aún objeto de controversia. ¿Se trataría de atalayas desde las que los funcionarios o personajes importantes del reino podrían presenciar los juegos y ceremonias celebrados en la plaza?
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- Preah Pithu
   
Fotos 129-132
   Llaman Preah Pithu a un complejo de 5 templos (cuatro hinduistas y uno budista), dotados de calzadas, fosos y estanques, semiescondido en el bosque al nordeste de la Plaza Real de Angkor Thom, en un paraje aislado y poco transitado.
ANGKOR   Están datados a fines del siglo XIII y en el siglo XIV, en la época en que ya se había restablecido la tolerancia religiosa tras la reacción antibudista de Jayavarman VIII.
   Poco más se sabe de estos templos, ni siquiera qué relación tenían entre sí aparte de la de vecindad, ya que son anepigráficos: a diferencia de la mayoría de los santuarios de Angkor, éstos no contienen inscripciones que proporcionen pistas.
   A falta de saber sus nombres, se les diferencia con un código: templos 481 T, 482 U, 483 X, 484 V, 485 Y. Cuatro de ellos tienen una estructura de pirámide escalonada con accesos axiales coronada por un prasat más o menos elaborado. El quinto (485 Y) es totalmente diferente y mucho más pequeño, constando de una sola nave al estilo hindú (vestíbulo + cella bajo torre), levantada sobre una terraza en talud.
   Las piezas escultóricas de los distintos templos revelan el culto al que pertenecieron. Los frisos con hileras de ascetas sedentes en el templo 483 X denota su adscripción al budismo; el linga en el templo 484 V, al hinduismo en su rama sivaita, etc.
   El bosque está plagado de serpientes sagradas, esas nagas de muchas cabezas que abren sus fauces en los parapetos de las calzadas, y a las puertas de los templos; o que asoman como gárgolas en lo alto de las cornisas. Abundan también los leones y los elefantes de piedra, diseminados por los campos.
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El ímpetu constructivo de Jayavarman VII
  
   Además de la grandiosa ciudad de Angkor Thom, el 'rey de reyes' Jayavarman VII (1181-1219) mandó construir un sinnúmero de monumentos religiosos y civiles que se expanden no sólo por Angkor, sino por todo Camboya, y más allá de Camboya, por los países colindantes de la Península Indochina que cayeron bajo los dominios del imperio jemer en su momento de máxima expansión.
   Jayavarman VII nació en el seno de la familia real. Se sabe que hacia 1160 residió en el reino de Champa (en la actual Vietnam), que estuvo involucrado en una campaña bélica, y que regresó a Camboya en 1166. Doce años más tarde comandó los ejércitos jemer en una guerra de independencia contra los cham, que habían invadido y arrasado el país. Hubo una batalla naval en el gran lago Tonlé Sap, cercano a Angkor, donde los cham fueron derrotados. Se pueden ver imágenes de esta batalla en los muy descriptivos relieves del templo de Bayon. En los siguientes cinco años, Jayavarman consiguió restablecer la hegemonía jemer sobre los pueblos rivales. Y su prestigio creció imparable.
ANGKOR   Ascendió al trono en 1181, embarcándose en una sucesión de campañas militares que dieron como resultado la anexión al imperio de partes de lo que hoy son Laos, Birmania y Malasia. Este fue el momento de máxima expansión del imperio de Angkor. El cénit de una civilización que iba a sumirse desde entonces en una larga decadencia hasta perecer y ser tragada por la jungla.
   Se conocen también datos de la personalidad de su consorte, la reina Jayarajadevi, una dama muy religiosa y de fuerte carácter, que ejerció una intensa influencia en su marido el rey, sobre todo en lo que respecta a la implantación que tuvo lugar del culto budista mahayana como religión oficial del país.
   Jayavarman VII llegó al poder a una edad muy avanzada, pasados los sesenta años, pero ello no le impidió dedicar sus últimas energías a uno de los más ambiciosos proyectos constructivos que se hayan llevado a término, no sólo en Angkor, sino en todo el mundo y en todas las épocas.
   Erigió casi más monumentos que todos sus antecesores juntos. Además de la ciudad de Angkor Thom, con el Bayon como templo de Estado y su complejo palaciego anexo, hemos de mencionar otras ciudades/templo como Preah Khan, Ta Prohm o Banteay Kdei; la reconstrucción de estanques como el Srah Srang; el tendido de una gran red de carreteras que, irradiando desde el Bayon, llegaban hasta las provincias más lejanas; la fundación de más de cien hospitales (tenemos un ejemplo de templo-hospital en las ruinas de Ta Prohm Kel, foto 181) y de más de cien albergues de peregrinos y nómadas.
   Jayavarman VII, que murió con más de noventa años de edad, ha quedado en la memoria de los camboyanos como un rey poderoso, el más poderoso de su historia, pero a la vez como un soberano benévolo y compasivo para con sus súbditos. La compasión y benevolencia que predica el budismo.
   No faltan retratos de tan singular personaje. Y los rasgos faciales que vemos en los retratos escultóricos del rey conservados en los museos, con sus párpados bajos y su sonrisa de beatitud, los podemos reconocer, repetidos y ampliados a dimensiones colosales, en las efigies de las 'torres de caras' que coronan santuarios como el Bayon, las puertas monumentales de las murallas de Angkor Thom, o los gopuras de templos como Banteay Kdei o Ta Som.
   No era simple culto a la personalidad. Era un medio de transmitir una doctrina. La doctrina de la meditación que propone el credo budista. Los gigantescos rostros que miran al horizonte desde las cuatro caras de esas torres son retratos del rey, pero también al mismo tiempo del bodhisattva Lokeshvara, que decidió, a pesar de haber llegado al estado supremo de nirvana, seguir reencarnándose en el mundo de los sentidos para guiar a los humanos por el camino de la liberación.
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   Exponemos a continuación una breve reseña de algunos de los monumentos que legó Jayavarman VII, además de los de Angkor Thom, ya enumerados más arriba:
 
   
Banteay Kdei
  
Fotos 182-191
   Banteay Kdei = 'Ciudadela de las Celdas'.
   Construido por encargo de Jayavarman VII en el emplazamiento de un anterior santuario budista del siglo X, del que no quedan vestigios, al oeste del estanque Srah Srang.
   De culto budista, el templo fue probablemente erigido en homenaje al tutor del rey.
   El complejo está confinado entre cuatro murallas rectangulares concéntricas; la exterior mide 700 x 500 m y contenía la zona residencial. Se entra al recinto por cuatro gopuras axiales coronados por torres de caras, con la efigie de Lokeshvara. Los edificios de piedra se alinean en el eje este-oeste formando una muy larga sucesión encadenada de calzadas, terrazas, nuevos gopuras, salas hipóstilas (una de ellas, la 'Sala de las Danzantes'), y una tupida trama de galerías y corredores que conducen al recinto central, de planta cuatripartita y dominado por nueve prasats.
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Srah Srang
  
Foto 192
   Baray o estanque artificial, de 750 x 300 m, proyectado en el siglo X por Kavindrarimathana, el célebre arquitecto al servicio de Rajendravarman.
   Reconstruido totalmente por Jayavarman VII, que recubrió las orillas con escalinatas de piedra arenisca, e instaló en el lado oeste un embarcadero aterrazado con balaustradas de nagas y leones guardianes.
   Se extiende justo al este de Banteay Kdei, y está alineado con la puerta principal de este templo.
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ANGKOR  
Ta Prohm
  
Fotos 193-200
   Consagrado el año 1186 por Jayavarman VII, y dedicado a su madre, a la que divinizó identificándola con Prajnaparamita, señora de la perfección del conocimiento y madre divina de todos los budas.
   Situado en la esquina sudeste del Baray Oriental.
   El templo en sí constituía sólo el centro monumental de una vasta zona residencial de 60 hectáreas, en la que habitaban más de 12.000 personas. Rodeado de un muro de laterita de 600 x 1.000 m el santuario es hoy un intrincado laberinto de capillas, prasats, 'bibliotecas', salas hipóstilas, galerías de circunvalación en distribución concéntrica, 'sala de danzantes' y pabellones, conectados, siempre respetando el ángulo recto, por innumerables puertas y pasillos abovedados. A esto hay que añadir los inmensos árboles (la 'higuera de las ruinas' y el kapok) que atenazan y destripan los edificios con sus raíces despiadadas.
   Ta Prohm es uno de esos templos en los que se puede sentir las mismas sensaciones que experimentarían los primeros exploradores que en el siglo XIX redescubrieron las ruinas de Angkor totalmente ahogadas por la vegetación.
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Ta Nei
  
Fotos 201-204
   Otro templo hundido en la espesura de la selva, sus ruinas yacen a un par de kilómetros al norte de Ta Som. Datado en el siglo XII, es de características muy semejantes a las de otros templos de tiempos de Jayavarman VII.
   Se componía de tres recintos concéntricos y estaba flanqueado por grandes estanques. Son excelentes los grupos escultóricos que exhibe en los frontones. Señalemos un bello frontón historiado, con una figura en una canoa impartiendo una bendición.
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Preak Khan
  
Fotos 205-216
   Más que un templo, Preah Khan era una auténtica ciudad, de la que han sobrevivido sólo las construcciones en piedra, es decir, los edificios religiosos y las murallas. Estaba enclavada al nordeste de la gran capital Angkor Thom.
ANGKOR   Las obras fueron iniciadas en 1184, y el templo fue dedicado por Jayavarman VII a su padre Dharanindravarman, al que identificó con Lokeshvara. Eso no impidió que el santuario fuera además consagrado a otros 450 dioses, genios tutelares y ancestros reales.
   Cuatro recintos rectangulares concéntricos, con el prasat principal en el centro, reiteran la distribución habitual de las ciudades-templo del Angkor clásico. El recinto externo mide 700 x 800 m y está contorneado por un foso de 40 m de ancho. La muralla, además de los portalones de entrada, está decorada con esculturas de Garuda-atlante, adosadas a la pared del perímetro a intervalos de 50 m. Se atraviesa el foso por dos diques provistos de parapetos compuestos por el motivo recurrente de las filas de dioses y demonios sosteniendo enormes nagas.
   Tras avanzar por calzadas y terrazas, y atravesar un triple pórtico coronado de torres, se accede primero a un templo de Vishnú, y a continuación a los recintos centrales, que están casi colmados de capillas y oratorios, tan apretados entre sí que dificultan la deambulación. Más al este se continúa por una 'Sala de Danzantes', con graciosos bajorrelieves de apsaras bailando y contorneándose en posturas inverosímiles, grabados en las columnas cuadradas de una hermosa sala hipóstila. Otro curioso edificio hipóstilo de dos pisos se levanta en el patio entre el tercer y segundo recintos, y no se parece a ningún otro de Angkor. Sus columnas son cilíndricas, lo que le confieren un vago aire de clasicismo griego. Aún se desconoce su función.
   El templo de Preah Khan da fe de la tolerancia mutua que se dio entre el budismo y el hinduismo en la época de Jayavarman VII.
  
   Perdidos en unos campos de las cercanías de Preah Khan, duermen en soledad las ruinas de dos pequeños templos que casi nadie visita: los denominan Prasat Prei (= 'Templo del Bosque') y Banteay Prei (= 'Ciudadela del Bosque'); fotos 217 y 218.
   Ambos datan de la era de Jayavarman VII, y responden en todos sus elementos constructivos al estilo llamado 'de Bayon'. Las plantas trepadoras acarician con sus tallos los cuerpos de las devatas.
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Ta Som
  
Fotos 219-222
   Se trata de un templo relativamente pequeño, pero muy bello y bastante bien conservado. Situado en el extremo oriental del baray Jayatataka, 2 km al este de Neak Pean. Fechado a finales del siglo XII (Jayavarman VII).
   Dos gopuras monumentales, con los cuatro rostros de Lokeshvara dominando desde lo alto, marcan las entradas este y oeste al recinto del templo. El gopura del este está totalmente tomado por las raíces de un descomunal ficus, cuyos tentáculos abrazan como pulpos el porche, reventándolo y desgajándolo del resto del edificio.
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Neak Pean
  
Fotos 223-227
   Neak Pean = 'Serpientes Entrelazadas'.
   Este singular monumento se levanta en medio de un vasto estanque, hoy seco, llamado Jayatataka, a 2,5 km al norte de Preah Khan. En los tiempos angkorianos fue un importante centro de peregrinación.
   Se trataba de un complejo de piedra que comprendía trece estanques, de los que un grupo de cinco han sido restaurados: una gran piscina cuadrada central de 66 m de lado tiene adosadas en la parte externa de sus cuatro caras otras tantas piscinas cuadradas de 25 m de lado. Todas las piscinas estaban bordeadas de escalinatas que se sumergían en el agua.
ANGKOR  
   En el centro del estanque principal emerge una isla circular de 33 m de diámetro, que descansa sobre una base moldurada con la forma de dos serpientes sagradas o nagas, que recorren toda la circunferencia de la base y se enroscan por las colas. En el centro de la isla, rodeados de anillos de escalinatas circulares, se levanta un prasat de planta redonda, con cuatro porches adosados y rematado por una gran flor de loto. Tenía una entrada verdadera y tres falsas, talladas éstas con relieves de Lokeshvara en pie: estamos en un monumento budista.
   En el estanque central emerge de las aguas (cuando las hay, en la estación de lluvias) el grupo escultórico reconstruido del caballo Balaha, con el mercader Simhala y sus compañeros a los lados, a los que había salvado de un naufragio en las aguas de Lanka, infestadas de ogresas.
   En los cuatro puntos axiales del borde del estanque principal se levantan cuatro capillas adornadas de frontones y relieves de Lokeshvara. Cada una de éstas comunican por conducciones internas con una cámara abovedada abierta debajo. Se suponía que las aguas del estanque tenían propiedades curativas. Vertiendo agua en un sumidero situado en la capilla, el líquido manaba por un caño situado en la estancia inferior y era suministrado a los peregrinos. Estos caños eran distintos en cada cámara: el del oeste tenía forma de cabeza de elefante, de cabeza de león el del sur, cabeza de hombre el del este y cabeza de caballo el del oeste, simbolizando respectivamente el agua, el fuego, la tierra y el aire.
  
   A un centenar de metros al norte de Neak Pean se oculta en los bosques Krol Ko (= 'Parque de los Bueyes'), un pequeño pero atractivo templo de roja laterita, muy arruinado (foto 228). Data también del reinado de Jayavarman VII. Son curiosas sus ventanas ciegas de balaustres con la cortina a medio cerrar.
  
  
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ANGKOR
Una civilización devorada por la jungla
  
Bibliografía consultada

- Albanese, Marilia. Los tesoros de Angkor (Libsa, Madrid, 2006)
- Jacques, Claude. Angkor. Résidences des dieux (Fotos: Michael Freeman. Editions Olizane, Ginebra, Suiza, 2007)
- Ishizawa, Yoshiaki. Along the royal roads to Angkor (Fotos: Hitoshi Tamura. Weatherhill, New York, Tokyo, 2005)
- Loti, Pierre. Peregrino de Angkor (Obras Completas, Editorial Cervantes, Barcelona, 1940).
- V.V.A.A. El Patrimonio Mundial (UNESCO. Incafo, Madrid, 1994)

  
  
  



 
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Una civilización devorada por la jungla
      
Indice general de fotos
  
Indice 01   La naturaleza contra Angkor
Indice 02   Angkor Vat
Indice 03   Angkor Vat
Indice 04   Apsaras
Indice 05   Apsaras
Indice 06   Las puertas de Angkor Thom
  
  
Indice 07   Las puertas de Angkor Thom
Indice 08   Angkor Thom
Indice 09   Bayon
Indice 10   Palacio Real de Jayavarman VII
Indice 11   Angkor Thom
Indice 12   Banteay Srei
  
  
Indice 13   Edad de Oro de Angkor
Indice 14   Edad de Oro de Angkor
Indice 15   Banteay Samré
Indice 16   Templos de Jayavarman VII
Indice 17   Templos de Jayavarman VII
Indice 18   Preah Khan
  
  
Indice 19   Templos de Jayavarman VII
Indice 20   Templos primitivos. Grupo Roluos
Indice 21   Templos primitivos
Indice 22   Templos primitivos
Indice 23   Relieves de Angkor Vat
Indice 24   Relieves de Bayon
  
  
Indice de textos 
   
Todos los templos de Angkor
   
Templos primitivos
Ak Yum
Grupo Roluos
   Preah Ko
   Bakong
   Lolei
Phnom Bakheng
Phnom Krom
Phnom Bok
Baksei Chamkrong
Bei Prasat
Prasat Kravan
Mebon Oriental
Bat Chum
Prasat Leak Neang
Pre Rup
  
  
Banteay Srei. La joya de Angkor
  
La Edad de Oro de Angkor
Ta Keo, el santuario inacabado
Kbal Spean, el río de los mil lingas
Phimeanakas, el templo de oro
Kleang norte y Kleang sur
Chau Srei Vibol
Baphuon
Mebon Occidental
  
Angkor Vat. El cénit del arte jemer
Relieves, una literatura en piedra
Apsaras, ninfas celestiales
  
Thommanon y Chau Say Tevoda
Beng Mealea, ruinas en la jungla
Banteay Samré, el pequeño Angkor Vat
   
   
Angkor Thom. La gran ciudad muerta
Puertas de la muralla
Prasat Chrung
Bayon. Los mil rostros de Buda
Palacio Real
Terraza de los Elefantes
Terraza del 'Rey Leproso'
Preah Paliley
Prasat Suor Prat
Preah Pithu
  
El ímpetu constructivo de Jayavarman VII
Banteay Kdei
Srah Srang
Ta Prohm
Ta Nei
Ta Som
Preah Khan
Neak Pean
  
  
La naturaleza contra Angkor
El papel crucial del agua en la economía de Camboya
Algunos hitos en la historia de Camboya
Relación de los reyes jemer
Arquitectura y escultura de Angkor
Bibliografía
   
  
  
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