fotoAleph
                           centro de documentación fotográfica y visual
 
Principal > Exposiciones Colecciones Galería Pintura Autores Compra Preguntas Enlaces

  
 Un zigurat                 Choga Zanbil
Choga Zanbil
  
   Todos tenemos una idea más o menos aproximada de lo que es un zigurat, pero pocos hemos podido visitar en persona uno de estos antiquísimos templos, cuyo ejemplar más afamado sería la mítica y desaparecida Torre de Babel. Las razones son evidentes: casi todos los zigurats fueron construidos en Mesopotamia, o sea, en las tierras que hoy constituyen el país llamado Iraq.
   Existe, sin embargo, un zigurat que, aunque con restricciones, puede ser hoy visitado, estudiado y fotografiado. Se halla en Irán, y da la casualidad de que es el más grande y mejor conservado de todos los que han sobrevivido al paso del tiempo.
  
  
15 fotografías on line
Indice de textos
Un zigurat en Irán

Indice de fotos


Otras colecciones de fotos de Irán en fotoAleph



 
  
¿No son de ladrillo cocido los ladrillos de su estructura?
¿No colocaron sus cimientos los Siete Sabios?
  
Anónimo. Poema de Gilgamesh, I 18-19

  
  

  
Un zigurat en Irán
 
   Choga Zanbil es un yacimiento arqueológico perteneciente a la antigua civilización elamita, cuyos restos subsisten en el actual Irán, cerca de la ciudad de Shush (nombre actual de Susa, la que fue una de las capitales del imperio persa aqueménida).
Choga Zanbil   Choga Zanbil, en su tiempo llamado Dur Untashi, es especialmente conocido por sus ruinas, que datan del periodo elamita medio (aprox. 1500-1000 a C), de cuando el rey elamita Untash Napirisha o Untash-Gal (que reinó hacia 1275-40 a C) ordenó construir en este lugar una ciudad sagrada: un gran complejo ceremonial que cumpliera las funciones de santuario religioso y centro de peregrinación, así como para servir de mausoleo al rey y a su familia. El complejo estaba dotado de diversos templos, un palacio y un soberbio zigurat.      
   Elam era un país al oriente de Mesopotamia, la mítica tierra del Tigris y el Eúfrates, cuna de civilizaciones, con la cual hacía frontera. Su ubicación coincide con lo que hoy es la región de Juzestán, al oeste de Irán, zona fronteriza con Iraq, en una tórrida planicie donde abundan los yacimientos de petróleo, con sus correspondientes pozos de extracción. Dada esta circunstancia, a nadie extrañará saber que este territorio fue objeto de encarnizada disputa en la guerra Irán-Iraq, que tuvo lugar entre 1980 y 1988.
   Tal es el motivo por el que durante mucho tiempo Choga Zanbil no pudo ser hollado por los pies de foráneos, que tenían prohibido el acceso al lugar por ser zona militar restringida, prohibición que se prolongó bastantes años después del fin de la guerra. Y eso a pesar de que las ruinas habían sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979 (siendo el primero de los sitios de Irán en ser inscrito en tal lista). Cuando por fin se permitió a los viajeros visitarlo –los pocos que disponían de un visado expedido por el gobierno iraní, más un permiso por escrito de la oficina arqueológica de Shush–, se les prohibió fotografiarlo: tenían que dejar las cámaras en la garita de los guardianes del recinto. Posteriormente se anuló esta restricción, y gracias a ello ha sido posible realizar este pequeño trabajo de documentación fotográfica.
   
   Indice de textos
Choga Zanbil 
   Los conocimientos que se tienen de la historia del antiguo Elam provienen de referencias entresacadas de la literatura de Mesopotamia, derivadas del permanente contacto y los intercambios comerciales que se dieron entre los dos países. Las obras de arte mesopotámicas pudieron muy bien ser la fuente de inspiración del incipiente arte iranio. Por ejemplo, las célebres estelas de Naram-Sin (imperio acadio) y Hammurabi (imperio babilónico) fueron encontradas en excavaciones arqueológicas realizadas en Susa, que era la capital de Elam, adonde habían sido llevadas como botín de guerra. Es así muy comprensible que las estatuas, relieves y sellos realizados por los artistas elamitas siguieran las convenciones de la Mesopotamia coetánea.
   Durante el segundo milenio antes de Cristo, Elam gozó de un periodo de gran prosperidad y estabilidad política, bajo el reinado de un linaje de poderosos reyes. Las características de la arquitectura elamita de esta época fueron dadas a conocer al mundo cuando en 1951-61 se excavaron, bajo la dirección del arqueólogo ruso-francés Roman Ghirshman, las ruinas del gran complejo templario de Choga Zanbil.
   Rodeado por tres murallas concéntricas, en el centro de ese triple cerco se levanta un majestuoso edificio, del tipo conocido con el nombre de zigurat. Un zigurat es un templo en forma de torre piramidal escalonada, propio de la arquitectura religiosa de Mesopotamia, en particular de las culturas caldea y asiria. Y, como se puede ver, también de la elamita. Se da la paradoja de que mientras casi todos los zigurats que, mejor o peor, han sobrevivido al paso de los milenios se encuentran en la tierra que antaño se llamó Mesopotamia y hoy se llama Iraq, el zigurat más grande y mejor conservado de todos los que existen no es mesopotámico, sino elamita, y se halla en Irán.
   Los antiguos mesopotamios e iranios concedían gran importancia simbólico-religiosa a las montañas, un accidente geográfico que escaseaba en las llanuras de Mesopotamia y Elam. Por ello dieron en hacer sus propias imitaciones, creando este característico tipo de edificio piramidal.
   Los restos del zigurat de Choga Zanbil miden 105 m de lado en el cuadrado de su base y alcanzan los 24 m de alto, aunque su altura original estimada sería de unos 60 m, habiendo desaparecido sus dos últimos pisos. El zigurat está construido en su mayor parte a base de ladrillos de adobe crudo, cada uno de ellos de 18 kilos de peso. Aunque en mucha menor proporción, también se utilizaron ladrillos de barro cocido en determinadas hiladas de los muros, que se distinguen fácilmente por su superficie más lisa y su pátina brillante. Algunas de estas hiladas de ladrillos cocidos contienen grabadas en su cara visible largas inscripciones en lengua elamita y escritura cuneiforme (foto08), referentes a las deidades a que estaba consagrado el templo (Inshushinak, dios de origen sumerio patrón de Susa, y Napirisha, dios de Anshan, un distrito de Elam). A veces las hiladas de barro cocido corren por el aparejo en líneas paralelas a distintas alturas, habiendo una separación entre la superior y la inferior de 10 hiladas de adobes crudos
(foto09).
   La presencia esporádica de algún que otro ladrillo con restos de esmalte azulado sugiere la posibilidad de que las superficies de algunos muros del zigurat estuviesen antaño revestidas de ladrillos esmaltados de color azul, como ocurre con la puerta de Ishtar en las murallas de Babilonia, aunque esos revestimientos hayan desaparecido en su totalidad, dejando a la vista, descarnados, los aparejos de ladrillos subyacentes.
   Marcadas en un pavimento de losas de barro de las ruinas se pueden ver dos huellas de pie de niño y una de perro. En algunas zonas del zigurat los ladrillos crudos se han apelmazado por las lluvias y el peso de los siglos hasta el punto de degradarse en amasijos informes de barro que no se distinguen de un terreno natural de montaña. Otras partes del edificio, en cambio, han podido ser parcialmente restauradas y consolidadas, con buen criterio y notables resultados.
   
   Indice de textos
Choga Zanbil 
   En origen el templo era un edificio cuadrangular, al que posteriormente se le añadieron cuatro pisos escalonados y un templo cimero para reconvertirlo en un zigurat. Sin embargo, la estructura de este zigurat tiene poco que ver con la de los mesopotámicos. Mientras que en éstos el techo de cada piso sirve de base para el piso inmediatamente superior, formando en conjunto un escalonamiento de terrazas superpuestas, en el de Choga Zanbil las masas sólidas de los cuatro pisos parten del mismo suelo del patio central. Cuatro puertas, una en el centro de cada cara, dan acceso a distintas escaleras abovedadas que conducen al primer piso
(foto07), con excepción de la cara sudoccidental, donde hay tres escaleras que conducen a los pisos superiores. Las puertas que llevan a las escalinatas principales estaban flanqueadas por estatuas de animales guardianes (toros o grifos) en terracota vidriada.
   Quizá alguien se sorprenda por el hecho de que estas puertas sean de arco de medio punto, y que existan además pasajes abovedados con bóveda de medio cañón, elementos arquitectónicos cuya presencia refuta el tópico tan extendido de que en las culturas mesopotámicas no se conocían el arco y la bóveda. Otras puertas son de arco parabólico y conservan las piezas para insertar los travesaños de madera que las atrancaban
(foto10). Frente a dos de las puertas se levantan sendas plataformas de forma cilíndrica provistas de nichos abocinados (foto06). Se desconoce su función: algunos dicen que son altares de sacrificios, otros que son relojes de sol (?).
   El área pavimentada adyacente al zigurat (el temenos o recinto sacro) estaba rodeada por una muralla de planta oval perforada de grandes portales, resguardando intramuros diversos templos subsidiarios, cuyas dedicaciones (a dos deidades menores: Ishnikarab y Kiririsha) quedan acreditadas por inscripciones cuneiformes en lengua elamita. Buena parte de las esculturas ornamentales de este complejo eran de terracota vidriada. Otra muralla de forma trapezoidal circundaba la anterior, delimitando una vasta zona casi vacía de edificios. Por fin una tercera muralla, trazando un círculo irregular de kilométrico perímetro, rodeaba el conjunto. Dentro de su recinto se han excavado tres palacios, entre ellos la residencia del rey Untash-Gal, con cinco tumbas abovedadas en sus sótanos que muestran indicios de prácticas de cremación; un templo cercano dedicado a Nusku, el dios del fuego; y otro templo con un gran patio interior cerca de la Puerta Real.
   Para suministrar agua a la población de la ciudad, el rey Untash-Gal hizo construir un canal de unos 50 km de largo, que conducía las aguas desde un estanque al norte de la muralla exterior. La ciudad disponía también de un sistema de canalizaciones para el drenaje de las aguas.
   La construcción de la ciudad sagrada de Choga Zanbil nunca pudo llegar a su conclusión, pues quedó interrumpida para siempre en 640 a C por la invasión del poderoso rey-guerrero Asurbanipal, que conquistó el país de Elam y destruyó su capital Susa, en la fase de máxima expansión del imperio asirio.
   Además de los vestigios arquitectónicos, en Choga Zanbil (nombre que significa 'monte en forma de cesta') se ha hallado una gran variedad de pequeños objetos del periodo elamita medio, entre ellos estatuillas antropomorfas y zoomorfas, amuletos, dos paneles de mosaicos de marfil y una importante colección de sellos.

  
   Eneko Pastor

  
  
Indice de textos
  
  
  



  
FotoCD121
  
Un zigurat
(Choga Zanbil)
  
Fotografías:
Eneko Pastor
  
Indice de textos
Un zigurat en Irán

Indice de fotos
  



Otras colecciones de fotografías de Irán en fotoAleph



PERSEPOLIS
El esplendor de los persas

  
Persepolis
CIUDADES DE PORCELANA
Arquitectura de cerámica en Irán

  
Ciudades de porcelana
PERSIA RUPESTRE
El arte de los sasánidas
  
Persia rupestre



   
  
  
   Indice de textos
  
    



  
FotoCD121
  
Un zigurat
(Choga Zanbil)

© fotoAleph

© Copyright fotoAleph. Todos los derechos  reservados.
www.fotoaleph.com

 


fotoAleph
  
Principal | > Exposiciones | Colecciones | Galeria Pintura | Autores | Compra | Preguntas | Enlaces
  
  
Exposiciones

Galería de Pintura

Fotografía
Colecciones
  
  
Suscríbase a fotoAleph  |  Exhiba sus fotos en fotoAleph  |  Exhiba sus pinturas en fotoAleph
  
Principal | > Exposiciones | Colecciones | Galeria Pintura | Autores | Compra | Preguntas | Enlaces
  
© fotoAleph
centro de documentación fotográfica y visual
e-mail: info@fotoaleph.com