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Galería de Pintura
  
  Miguel Angel Eugui
  Oleos
Miguel Angel Eugui    Lo primero que llama aquí la atención, en medio del maremágnum de ismos que caracteriza al arte actual, es el reencuentro con una pintura de corte figurativo, a la que nuestros ojos se habían desacostumbrado. ¿Realismo en el siglo XXI? ¿Y por qué no? ¿No es realismo lo que pintan maestros como Odd Nerdrum, Lucian Freud o Antonio López? ¿No son realismo acaso el neorrealismo, el hiperrealismo, el surrealismo? No, no es que el realismo vuelva. Es que nunca se había ido.
   Y ése es el terreno por el que prefiere transitar este autor, consciente de que en el arte no valen los atajos. Frente a tanta patraña disfrazada de modernidad, Miguel Angel Eugui (Villava, Navarra, 1950) nos arroja a los ojos bocados de realidad servidos en crudo. Sinceridad y desnudez expresiva. Retratos más síquicos que físicos. Pintura de sensaciones, de emociones. Como él mismo afirma:  "La pintura, o remueve sentimientos, o es una pintura esteticista". En el arte nadie está de vuelta, porque, como la vida, es un proceso perpetuo de aprendizaje.
   Exhibimos en esta web una reducida selección de su obra pictórica realizada entre 2000 y 2005.
Indice
Mi pintura
Nire pintura (euskaraz)
Los paisajes del cuerpo
Del lenguaje
Relación de obras
Diccionario de luces
Obras expuestas on line
 
Pinturas
Catálogo. Pág. 1  |  Catálogo. Pág. 2  |  Catálogo. Pág. 3  |  Catálogo. Pág. 4
  
Dibujos

Catálogo. Pág. 5
  
Otra exposición de Miguel Angel Eugui en fotoAleph 
Elogio de lo cotidiano
  (Bodegones)
 

  
  
  
   
   Dedico esta exposición a la memoria de mis padres, que me dejaron la mejor herencia que un hijo puede tener: el cariño recibido.
   
  
  

 
 
Mi pintura
 
   Mi interés por la pintura viene de muy atrás. Durante años he sido alumno esporádico de la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona. No obstante, mi aproximación a la pintura ha seguido una vertiente más autodidacta que académica, y ha ido paralela al estudio de la Historia del Arte en todas sus manifestaciones, épocas y países.  
   En los últimos siete años he sido discípulo de Mikel Esparza, magnífico pintor navarro que me ha encauzado por técnicas para mí hasta entonces inexploradas dentro del campo de la pintura figurativa, animándome a encarar nuevos retos en cuestiones como la composición, el dibujo, el color y el tratamiento de la luz o el claroscuro, con las miras puestas en la consolidación progresiva de un estilo propio. Sin la suerte de haberle conocido es probable que hoy en día yo no estuviera pintando.  
  
   Entiendo el figurativo no como una mera ilustración mimética de la realidad, sino como un modo de recrearla para proponer otras realidades agazapadas tras las apariencias, realidades más complejas que puedan transmitir al espectador una visión compartida de la particular mirada del autor. Mi pintura, lejos de buscar la objetividad, la mera reproducción gráfica de personas o cosas, intenta plasmar en la tela con máxima sinceridad mi sentir interno, mi punto de vista personal e irrepetible. 
Miguel Angel Eugui   Aunque me interesan el paisaje y el bodegón, lo que verdaderamente me entusiasma es la figura humana tomada del natural. Es éste, según creo, un género difícil, que hace sufrir al pintor, pero es también el que provoca a la larga más satisfacciones. El cuerpo humano no engaña. Su belleza o su fealdad es transparente y desnuda. Y contiene en sí todos los paisajes del mundo. 
   Pienso que lo más fascinante a la hora de crear un cuadro es la relación interactiva modelo-pintor que se genera en el proceso. Si esa tensión se logra transferir al lienzo, los resultados pueden adquirir una fuerza expresiva arrolladora. Y es que la pintura, o consigue remover sentimientos, o es una pintura esteticista, inane. Corresponde al autor optar por uno u otro camino. Si se engaña a sí mismo, estará engañando a su público. Si en cambio se exige a sí mismo, el público, tarde o temprano, sabrá apreciarlo. 
  
   Tengo la gran suerte de contar con gente que me apoya, y que me ha permitido nutrirme para pintar figura de modelos extraídos de mi entorno próximo. Gente cercana: condición esencial para sentirme cómodo pintando. Me es obligado expresar aquí el reconocimiento a todas estas personas que han posado desinteresadamente como modelos para mis cuadros, y sin cuya amistad y compañerismo pocos pasos hubiera podido dar en este terreno. Quiero dar mis más efusivas gracias a Agus, Amagoya, Amaya, Andrés, Angel, Arturo, Carlos, Ghislaine, Mikel, Miren, Javier, Jorge y Jose, al tiempo que pedirles disculpas por las largas horas de tortura a que les someto en cada sesión. Y también a todos los que han contribuido con su colaboración directa y apoyo moral a que esta exposición haya sido posible, y que han demostrado creer en mi pintura más que yo mismo. Son tantos los que se han volcado en todos los detalles, cada uno en la medida de sus posibilidades, que mejor no nombrarlos, porque alguno se quedaría en el teclado. 
   Sólo deseo añadir que ésta es mi primera exposición. No había expuesto nunca, no por falta de oportunidades, sino porque pensaba que aún no había llegado el momento y que mi pintura no había alcanzado el nivel exigible como para salir a la calle. En la actualidad, sigue asaltándome la misma duda.  

   Miguel Angel Eugui Pastor 
 
 

 

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Nire pintura
 
   Aspaldikoa da nire pintura zaletasuna eta urte frankotan Iruñeko Arte eta Lanbide Eskolan ikasle izan naiz, aldizka. Hala ere, pinturara gehiago hurbildu naiz alderdi autodidaktatik akademikotik baino. Hurbilpen hau Artearen Historia bere adierazpen mota, garai eta herrialde guztietan ikastetik etorri zait. 
   Azken zazpi urteotan irakasle izan dut Mikel Esparza, pintore nafar aparta, pintura figuratiboan arrotzak eta erabat aztertu gabe nituen tekniketara bideratu nauena. Beste eremu batzuk paratu dizkit begi aurrean: konposizioa, marrazkia, kolorea, argia eta argi-ilunaren erabilera, estilo propioa neureganatzea helburu. Ezagutu izan ez banu, gaur ez nintzatekeen margotzen ariko. 
 
   Niretzat, figurazioa ez da errealitatearen irudi mimetikoa ematea; aitzitik, itxuraren atzean dagoen zerbait birsortzeko modu bat bezala ulertzen dut, gordean dagoena proposatzeko. Errealitate konplexuago hauek helarazten ahal diote ikusleari pintatzailearen begirada. Objektibotasunetik eta gauzen eta pertsonen irudikapen grafiko hutsetik oso urrun, barneko sentimenduak eta ikuspuntu pertsonala eta errepikaezina oihalera eramaten saiatu naiz, zintzo. 
   Paisaia eta natura hila maite baditut ere, giza irudia naturaltasunez hartzea dut benetan gogoko. Zaila da pintatzen, sufriarazten du, baina luzera poz handia ematen dit. Giza gorputzak ez du iruzurrik egiten: bere edertasuna edo itsustasuna gardena eta biluzia da. Munduko paisaia guztiak ditu barnean. 
   Pintorearen eta modeloaren arteko harremana da koadro batean zoragarriena. Tentsio hori oihalera eramatea lortzen bada, emaitzak indar adierazgarri izugarria bereganatzen ahal du. Pinturak edo sentimenduak eragiten ditu, edo bestela pintura estetizista hutsa da, ahula. Margolariari dagokio bide bat edo bestea aukeratzea. Bere buruari iruzur egiten badio, ikusleari ere egiten dio. Bere buruari exijitzen badio, ordea, ikuslea ohartuko da, lehentxeago edo geroxeago. 
 
   Lagun asko ondoan eta modelo ugari inguruan, pintatzeko: horixe dut zorterik handiena. Hurbileko jendea: ezinbesteko baldintza eroso sentitzeko pintatzen dudanean. Zilegi bekit nire esker ona agertzea koadretako modelo izan ditudanei; onginahi hutsez aritu dira. Haien adiskidetasunik eta babesik gabe bide laburra eginen nuen arlo honetan. Eskerrik beroena Agus, Amagoya, Amaya, Andres, Angel, Arturo, Carlos, Ghislaine, Mikel, Miren, Javier, Jorge eta Joseri; bidenabar, barkamena eskatu, saio bakoitzean geldi-geldi hain luzaro edukitzeagatik. Eskerrik asko zuzeneko laguntzaren eta sostengu moralaren bitartez, erakusketa hau posible egiten lagundu didatenei. Asko izan dira xehetasun guztietan bultzatu dutenak, bakoitzak ahal izan duen neurrian; hobe ez aipatzea, inor ez ahanzteko. 
   Bukatzeko, erakusketa hau lehenbizikoa da, niretzat. Ez dut inoiz erakutsi, ez aukerarik izan ez dudalako, momentua ez zela heldua pentsatzen nuelako, nire pinturak kalera ateratzeko adinako mailarik ez zuela pentsatzen nuelako. Horrek nauka kezkatua, oraindik. 

   Miguel Angel Eugui Pastor 
  
  
  
 

   Indice
 

 
Los paisajes del cuerpo
 
   El cuerpo humano sigue siendo el paisaje más atractivo. También el más revelador y narrativo. Por su semblante, siempre inquietante; por el entorno en el que posa; por el ámbito que desarrolla. La figura a través de la pintura al óleo, rica en recursos. O del lápiz, leve mineral y, sin embargo, tan concreto. Me gusta que la materia se exprese por sí misma; antes, incluso, que el pintor la moldee. Me gusta que se noten los pelos de la brocha en trazos gruesos, abundantes de pintura, casi táctiles a la vista. Como esos órganos barrocos que emiten un soplido muy humano una milésima de segundo antes de dar la nota; o la viola de gamba, que impone a su sonido la voz humana. Es pintura de lo fundamental. Pulida no por la acumulación del detalle, o el desgaste de material con pincel muy fino, sino por la imponente aparición de la figura en medio de la atrevida mezcla que no cede en su color, ni en su fuerza, ni en su materia prima. 
    
   A la pose se llega por un diálogo entre el pintor y el modelo, previo planteamiento del cuadro por el pintor. Se echa mano de muchos elementos. La tradición pictórica cuenta. En el fondo siempre los maestros. La figura externa, evidente y rotunda, que impondrá cierta estética inevitable. Y también la belleza interna. Sin duda la más interesante para dar vida al cuadro. El interior que ennoblece el exterior, lo hace más gozoso, o lo disculpa, desviando la mirada impactada hacia otras cuestiones planteadas. Así la narración de conjunto es siempre muy interesante. La luz es muy pensada. Es, quizás, el mayor condicionante. Lo que de verdad manda en el cuadro. 
   La relación pose-pintor-modelo es amistosa y tranquila. Ambos implicados en el cuadro hasta usar el plural en el hecho de pintar. Al pintor le gusta que el modelo diga: "estamos pintando un cuadro". Sólo así ambos se meten tranquilos en el tiempo, absolutamente indeterminado, que necesita el arte. 
   Complicidad, pues. Y reto para el pintor --y no sólo por el parecido--. Reto honrado y muy libre. No se trata de un encargo en el que se limen arrugas, o se impongan condicionamientos sociales que distorsionen la realidad --ésta se distorsiona sólo por la interpretación posterior--. El pintor respeta el lenguaje corporal del modelo, sin concesiones al disimulo, ni exaltaciones impostadas. Pintura de sentimientos, de emociones. Pintura que implica irremediablemente. No vale decir "no entiendo". Aquí se entiende todo, incluso lo que nos incomoda. 


Del lenguaje 
   Se publica ahora en castellano el libro "Poética musical" (Editorial Acantilado), que recoge las seis lecciones magistrales que el compositor Igor Stravinski dio en la universidad de Harvard en 1939. En estas lecciones, el compositor ruso reniega absolutamente del sambenito de revolucionario que todos le otorgan. La novedad de "La Consagración de la Primavera" no reside en la escritura, ni en la instrumentación, ni en el aparato técnico, sino en la entidad musical. Los arrebatos revolucionarios nunca son enteramente espontáneos --prosigue el compositor--; hay gentes hábiles que fabrican revoluciones con premeditación... Para ser franco, me vería en un apuro si quisiera citarles un solo hecho que, en la historia del arte, pueda ser calificado como revolucionario. El arte es constructivo por esencia. La revolución implica una ruptura de equilibrio. Quien dice revolución dice caos provisional. Y el arte es lo contrario al caos. 
   Hasta aquí la cita del genial compositor, cuyas lecciones no tienen desperdicio. O sea, que la persona a la que los músicos consideramos renovador y casi inventor de un nuevo lenguaje musical, en absoluto se consideraba rompedor, sino continuador de toda la tradición compositiva. 
  
   Trasladándonos a la pintura, parece que las cosas son absolutamente distintas. Hoy día hay muchísimos pintores que inventan --dicen ellos-- nuevos lenguajes. Como si se pudiera inventar un nuevo abecedario cada día. Se inventan un lenguaje que sólo ellos entienden, y lo aplican en una obra bastante incomprensible para el espectador. Tanto, que se tardaría tiempo en comprender algo de ese lenguaje, por lo que la obra es tomada por lo más decorativo o superficial, en el mejor de los casos. 
   Parafraseando las palabras de Stravinski, la novedad de la pintura de esta exposición no está en los materiales, ni en el método, sino en su entidad pictórica y en la claridad del lenguaje. Aquí nadie se puede escudar en la frase muy repetida en las exposiciones: "como no entiendo doy una pasada rápida y me voy". A lo más que se llega es a decir me gusta o no me gusta; como si se tratara de comer patas de cerdo. A mí eso me parece insuficiente. El gustar en arte es emocionarse, o no; es comprender lo más posible; es inquietarse y sorprenderse por algo; es pensar y meditar sobre el hombre y su creatividad; sobre el hombre y las relaciones que establezca con otros hombres o con los elementos. Etc. 
   Y creo que esta exposición, precisamente por lo inusual --figura y desnudo--, sorprenderá al espectador y, en mayor o menor medida, emocionará, o, por lo menos inquietará al aficionado a la pintura, al establecer una relación individual, incluso íntima, con los personajes de estos cuadros. O, más bien, con las circunstancias de los personajes de estos cuadros; con sus historias que, en muchos casos, serán muy parecidas a las nuestras. Y, al verlas ahí dignificadas por una tradición pictórica de siglos, nos servirán unas veces de consuelo, otras de gozo. 
  
   Reivindico para esta pintura su absoluta modernidad dentro del arte figurativo, por sus entornos, por el concepto de atrapar una realidad que se vive ahora, incluso por las influencias que alguien verá de Lucian Freud, por ejemplo. Y reivindico el gran peso de la tradición pictórica bien asimilada. Y no sólo por el acervo cultural universal que hay detrás de cada cuadro, sino por la plasmación que hace el pintor de las influencias cercanas, muy próximas, que se han ido acumulando en la retina desde niño; a saber, esos maravillosos retablos góticos y, sobre todo, romanistas, que pueblan nuestras iglesias. 
   Musicalmente esta pintura tiene una densidad 'bruckneriana', como en literatura tendría una prosa 'galdosiana'; pero si se adentra uno en su sutileza, la encuentro, por elaboración y estructura, muy cerca de óperas que la compositora Kaija Saariaho ha estrenado recientemente en Salzburgo. Remiten continuamente a tradiciones como el gregoriano o la música antigua, y a la vez son de una contundente modernidad. También veo, en esta pintura, el tratamiento que Cristóbal Halffter da al "hoy comamos y bebamos" de Juan del Encina, en su ópera Don Quijote. Todo esto son comparaciones muy personales que serán extrañas para la mayoría; pero lo que trato de decir es que hay lenguajes con apariencias antiguas y son muy modernos, y viceversa. 

   Javier Monreal 
 
 
 
 

   Indice
 

 
Relación de obras
 
1. Autodesnudo 
2. Al-bernús 
3. Habitación desnuda 
4. La espera de Dánae 
5. Fragmento de retablo 
6. Soledad 
7. Entre bastidores 
8. Joven dormido 
9. Mikel
10. Retrato de bereber 
11. Tempus fugit 
12. Pietà 
13. Adán y Eva 
14. La musa nº 10 
15. Joven del palé 
16. Il tabarro 
17. Cuatro autorretratos 
18. Angel caído
19. Hombre de la bufanda roja 
20. Dos bocetos sobre Sargent 
21. Osamentas 
22. Tres cráneos sobre cubos 
23. Cráneos en el patio de Villava 
24. Trastos del estudio 
25. Bodegón del plato roto 
26. Frutas y verduras 
27. Dibujos
 
1. Autodesnudo 
Óleo sobre lienzo  
130 x 100 cm 
Imagen01 

   El autorretrato es la presentación del trazo firme y seguro del pintor. Hay cierto paso de brillos temporales. Luz muy pensada --como en todos los cuadros--. Y verdad. Sobre todo verdad y honradez. Coherencia con su propia pintura. Autoridad de oficio. Empezar por uno mismo. Brazos caídos pero no cansados, dispuestos a organizarlo todo. Cadencia y ritmo lento. 
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Boceto Al-bernus 
2. Al-bernús  
Óleo sobre lienzo  
130 x 100 cm 
Imagen02 

   Este personaje ha visto la esencia de la vida. Está abierto al aire libre. Sus ojos copian tierra y viento y agua. Transmite nobleza, e incluso valores morales.  
   La técnica parte de un refinado y luminoso cromatismo. Enlaza con la tradición zurbaranesca del peso de los paños pintados; al dar tanta importancia a esa prenda mora, de caída tan contundente, que aporta, a la vez, austeridad y elegancia a la figura. Ambas cualidades en perfecta armonía.  
   Austeridad de piel y semblante curtido. Elegancia del hombre castellano que ha visto la esencia de la vida, mostrada en desnudez honrada. Pose de cierto heroísmo; el heroísmo del hombre corriente. 
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3. Habitación desnuda 
Óleo sobre lienzo  
146 x 146 cm 
Imagen03 

   Desnudo masculino verdadero y humano. Pintado en Rentería, en una habitación desnuda --el somier es un tanto desolado-- para que surja la figura como lo fundamental.  
   Cuerpo muy definido, ennoblecido por cierto esfuerzo físico y por la resignación cotidiana. La fuerza está en sí mismo. Al estar desnudo, en medio de lo mínimo, irradia un dominio y una superioridad sobre lo superfluo.  
   El cuadro tiene historias buenas y malas: todas nobles. En ese movimiento de estar sentado, pero hacia arriba, parece decir el cuadro: "es difícil vivir, pero se tiene fortaleza". 
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4. La espera de Dánae 
Óleo sobre lienzo  
92 x 92 cm 
Imagen04 

   Llegas tú con tus posturas imposibles sobrándose la pose por todas partes. Pero el marco se acaba. Queda cerrado el día. Guiños de luz por todas partes. Por más que se extienda, la juventud es siempre breve. Dominar la perspectiva es fundamental; sobre todo en la mujer --que cambia tanto, según dice el duque de Mantua en Rigoletto. 
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5. Fragmento de retablo 
Óleo sobre lienzo  
122 x 45 cm 
Imagen05 

   Luz de retablo más que de vidriera. De retablo iluminado donde conviven rojos con verdes y dorados. Pose espectacular, forzada hacia el martirio. Pero destilando una sensualidad doblemente apetecible porque roza en lo sacrílego.  
   Hay que remitirse a la mística, a su filo de navaja del amor místico consumado. Se desea amar y rezar al santo más desnudo y retratado de la historia. El cuadro habita en un retablo. Quizás todos los demás cuadros sean sus compañeros mártires. 
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Boceto para 'Soledad' 
6. Soledad 
Óleo sobre lienzo  
130 x 116 cm 
Imagen06 

   Este cuadro puede tener muchos otros títulos. Sueños rotos. Melancolía. Superficie de cansancio. Resignación. Recuerdo de algún vivir.  
   El cuadro va encaminado a cierta aceptación estética de lo que no es bello. Se quiere llenar de humanidad lo que no está ocupado por la belleza. Tarea difícil en los tiempos de la imagen perfecta.  
   Huye el pintor del disimulo, de los ropajes nobles o aureolas historicistas. Hay que buscar la virtud detrás del muro de lo físico. La luz se va hacia la noche en los pies.  
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7. Entre bastidores 
Óleo sobre lienzo  
195 x 130 cm 
Imagen07 
  
   Esta inmensa pose del estudio de Villava se desarrolla sin rayar para nada su ámbito sereno. Caudales de lentitud en la figura anclada en el descanso. Piensa, pero no existe en ese sillón. Más bien sus recuerdos están en el teatro. Entre otros bastidores que no pudieron ser. 
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8. Joven dormido 
Óleo sobre lienzo  
70 x 114 cm 
Imagen08 

   Parece aposentado en un valle tranquilo. Sin malicia. Dulce en la serenidad del espacio. Se accede a su paisaje 'via pulchritudinis', o sea, simplemente a través de la belleza. Belleza y fortaleza de la juventud.  
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9. Mikel  
Óleo sobre lienzo  
114 x 114 cm 
Imagen09 

   Luz de estancia muy soleada. Ajeno ya a las tardes gloriosas de deporte. Aquí se interrumpe el día plácidamente; como la siesta en verano. No se acaba el día porque sólo el cuerpo desnudo no tiene bordes acotados. 
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10. Retrato de bereber 
Óleo sobre tabla  
40 x 35 cm 
Imagen10 

   Es un rostro tenaz. De hoy y antiguo. No nos atañe el color de su piel, sí sus luces. Cabellera dura. Perfil definido como en escultura. Nos es desconocido, pero está aquí tan presente que impone una certeza, de tan sólida, poco extranjera. A todos nos une esa mirada tan cotidiana. 
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11. Tempus fugit 
Óleo sobre lienzo  
92 x 50 cm 
Imagen11 

   La luz sale de la bóveda instalada para la pose. El centro del cuadro es tan poderoso, que parece el personaje sometido a un tercer grado sobre el tiempo ya pasado. Pero la reverberación de los ecos queda amortiguada por ese albornoz verde --que la pintura eleva a paño regio--; y otra vez el ropaje adquiere el protagonismo del color; y la luz lo inunda todo. Es inútil ocultar el paso del tiempo. 
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12. Pietà 
Óleo sobre lienzo  
162 x 130 cm 
Imagen12 

   Qué madre quiere desprenderse de su hijo. Si el hijo fuera ceniza, sería delicadísima. Su sombra sería feliz hasta en los cabellos. La fortaleza de la madre es evangélica. Ha sostenido siempre la vida incomprensible del hijo.  
   En esta pietà están todos vivos. No se sabe quién suplica a quién amparo y sostenimiento. Imposible mantener una relación entre los protagonistas sin que ambos se quemen.  
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13. Adán y Eva 
Óleos sobre lienzo (tríptico)  
114 x 252 cm 
Imagen13 
 
   Este cuerpo a cuerpo en el Paraíso es de igual a igual. No veo superioridad masculina; afortunadamente para estos tiempos, que no son los del Génesis.  
   Visión de las dos figuras con la fronda en medio. La relación está profundamente ligada al espacio intermedio. En el semblante de ambos hay decisión y deseo, pero también incógnitas. Y es que detrás de la tupida hiedra está toda la historia. No la saben aún. No la sabrán hasta que se adentren.  
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14. La musa nº 10 
Óleos sobre lienzo  
146 x 212 cm 
Imagen14 

   Cuadro un tanto enigmático. La figura, de pose tranquila --entre goyesca y doméstica-- adquiere otra lectura al añadirle el amplio espacio de la escalera: preciosa recreación de la luz "a todas luces misteriosa". Esa luz es peregrina, baja a posarse en la generosidad de este cuerpo delgado, refinado. La figura asume brillos que no conoce. La luz atrapada en las axilas. 
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15. Joven del palé 
Óleo sobre lienzo  
100 x 73 cm 
Imagen15 

   Esta figura tiene cierto movimiento gótico que estiliza aún más su sensualidad. Hay cierta malicia en su expresión. Se sabe poderoso a través de la belleza. No tiene la inocencia de los otros jóvenes desnudos. Su dejadez aún no conoce el sufrimiento de la vida. 
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16. Il tabarro 
Óleo sobre lienzo  
130 x 73 cm 
Imagen16 
 
   Pose con un paño entre carmelita y pordiosero que deviene en toga senatorial. De nuevo el paño ennoblece la figura, que irradia humanidad en el clasicismo. Fondo neutro para que el resultado sea eminentemente escultórico. 
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17. Cuatro autorretratos 
Óleos sobre lienzo  
27 x 22 cm cada uno 
Imágenes 17, 18, 19 y 20 
 
 
18. Angel caído 
Óleo sobre lienzo  
97 x 116 cm 
Imagen21 
 
   Inundación de luz. La figura casi debe cerrar los ojos porque, en su pose descuidada y rendida, es sorprendida por la luz del mediodía. El ambiente es pastoso.  
   Pintado en San Sebastián, durante la Quincena Musical, después del trabajo no era extraño ir a escuchar un denso concierto de la quincena: Mussorgski, Richard Strauss, Mahler o Bruckner. Rapsodia en azul también podría ser un buen título. 
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19. Hombre de la bufanda roja 
Óleo sobre lienzo  
100 x 100 cm 
Imagen22 
  
   Un ciudadano corriente, uno más de entre los que nos habremos cruzado mil veces por la calle, es metamorfoseado por la magia de la pintura en un personaje de porte regio, se diría casi aristocrático. Un relámpago de carmín rasga el cuadro de arriba abajo saltando fuera del marco, y le confiere a su vez un fuerte peso cromático. Es un peso como el de la púrpura cardenalicia, o el del manto de armiño, pero para generarlo han bastado un simple sombrero y una bufanda.  
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20. Dos bocetos sobre obra de Sargent  
Óleos sobre lienzo  
22 x 32 cm  
18 x 32 cm 
Imágenes 23 y 24 
 
 
21. Osamentas 
Óleo sobre lienzo  
130 x 89 cm 
Imagen25 
 
   Instalación. Bodegón. Paisaje. Cuadro que participa de esas tres posturas de la pintura. 
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22. Tres cráneos sobre cubos 
Óleos sobre cubos de madera  
- Cráneo sobre cubos 1 (vaca): 40 x 59 cm aprox.  
- Cráneo sobre cubos 2 (caballo): 42 x 66 cm aprox.  
- Cráneo sobre cubos 3 (burro): 42 x 67 cm aprox.  
Imágenes 26, 27 y 28 

   Hallazgos en las sombras. Bordes fríos sobre contornos fósiles. Las series donde hay cráneos, curiosamente, no son dramáticas. No remiten a situaciones trágicas, sino a consumación mineral de los seres vivos.  
   Estos cráneos de animales cercanos --difícil de especificar su especie-- son elementos escultóricos, casi petrificados ya por el paso del tiempo. Surgen de la luz negra --si ésta existiera-- y adquieren volumen también por el soporte: unos cubos de madera sólida y dispuesta en leve simetría. 
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23. Cráneos en el patio de Villava 
Óleo sobre lienzo  
92 x 92 cm 
Imagen29 

   Paisaje abierto y mudo. Lo vegetal tiende a expandirse. Los cráneos no hablan. Participa el paisaje del pintor de una humedad y densidad brucknerianas. Todo está definido, pero gana el conjunto, al no tener que distraerse el pincel en las arterias de cada hoja.  
   La luz, por supuesto, facilita la fotosíntesis. El difícil verdor está matizado en sus gamas tan homogéneas. Y, sin embargo, de repente, el marrón, el rojo... El paisaje. 
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24. Trastos del estudio 
Óleo sobre lienzo  
60 x 73 cm 
Imagen30 
 
 
25. Bodegón del plato roto 
Óleo sobre lienzo  
60 x 73 cm 
Imagen31 
 
 
26. Frutas y verduras 
Óleo sobre lienzo  
38 x 55 cm 
Imagen32 

   Siempre que admiro los bodegones de Sánchez Cotán o Zurbarán, después de apreciar su exactitud pictórica, considero lo que en ellos se representa y constato que los objetos y alimentos que hay en la mayoría no son ni antiguos ni modernos, sino, sencillamente, los de siempre. O sea que el bodegón unifica los siglos, y el cardo es siempre un cardo.  
   Aunque fueran pintores de corte, estos artistas del bodegón representaban una sociedad bastante austera. Un pintor debe hacer bodegones como cronista de su época. Dando fe de lo que perdura --las frutas--, y aportando su peculiar entorno --trastos de estudio, plato roto--. En 'Trastos de estudio' no se trata tanto de exponer el 'instrumentarium' del pintor, cuanto de buscar la belleza --también aquí-- de tarros poco nobles, de botes que se tiran, y ordenarlos en un juego de luces que se entretienen en sacar una extraña belleza al conjunto.  
   Coloristas, llenos de transparencias, cotidianos, sin pretensiones de bodegón, estos objetos cobran la misma importancia de los objetos --absolutamente necesarios-- que suben a un escenario. Por el tratamiento pictórico, por la luz, en definitiva por el cariño del pintor incluso hacia lo inútil. 
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27. Dibujos 
Lápiz sobre papel  
120 x 75 cm cada uno 
Imágenes 33 a 40 

   La primera línea de luz. Gris, discreta, mineral. Pero muy precisa en delimitar los contornos. Indispensable y fundamental. Los pasos académicos en la danza son muy bellos y se insertan en las coreografías como soporte fundamental. Es como encontrar la belleza del solfeo. En la levedad y en la insinuación está la belleza del dibujo. Si es preparatorio remite a la pintura. Si es definitivo, impone una presencia eficaz en el resumen. 
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Diccionario de luces
 
Luz despierta 
La luz se va a la noche 
Luz entreverada 
Luz que viene del hondo 
Luz de aire libre 
Luz de estancia soleada 
Luz peregrina 
Luz inocente 
Luz pastosa. Densa. 
Luz descarada 
Luz de mañana dura 
Luz quieta. Pacífica. Tranquila 
Luz doliente 
Luz blanquísima. Amarilla. Azul. Verde... Poderosa 
Luz empastada. De acorde orquestal. Perfecto. 
De la luz a la sombra. Sin penumbra. 
Todo penumbra. 
Si la luz gimiera, saldría de la habitación corriendo. 
Luz atrapada en todas las partes del cuerpo. En los ojos también. 
Luz de último acto de ópera. 
Luz sorprendida 
Inundación de luz 
Luz esbelta. Súbita. Lúcida 
Luz para todos igual. Y tan distinta. 
Luz morena. Fondo de cuerda grave. 
Luz incipiente, suave, hasta que el regulador estalla 
La luz negra no existe. De dónde, pues, salen los cráneos. 
Si la luz está de espaldas. Se refleja en el espejo. "No se la puede dormir" 
Luz beatífica. De retablo iluminado, más que de vidriera. 
Poca luz infantil. Solo la más joven --pequeñísima pupila-- y es que ha vivido tanto 
Luz abovedada. Reverberación del tiempo que huye. 
Guiños de luz tumbada. 
Luces Gruesas. Óleo en infinitas capas. 
Luz natural más luz artificial igual a luz de cruce. 
Luz muy pensada. 
Luz sobreviviente 
Luz fresquísima. Luz ardiente. Luz helada al borde de la piel. Luz que quema 
Toda la luz vendrá desde una línea 
Luz de los cuatro elementos 
Luz cenital 
Luz cansada 
Añade tu luz. La de tu mirada 

Javier Monreal 
 
 
 
 

   Indice 



 
  
Miguel Angel Eugui
  
Fecha de nacimiento: 1 octubre 1950.
Lugar de nacimiento: Villava (Navarra).
 
Estudios de dibujo técnico.

Titulado en Decoración por la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona.

Estudios de dibujo y pintura en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Pamplona.

Siete años de cursos de pintura con Mikel Esparza (Pamplona).

Curso de verano con Mary Beth McKenzie en National Gallery de Nueva York (1999).

  
Exposición colectiva
  
Agua, pintura y sur
Galería Ormolú (Pamplona)
2005

Exposiciones individuales
   

Oleos
Ciudadela de Pamplona (Navarra)
10 marzo - 9 abril 2006
   
Oleos
Batán de Villava (Navarra)
22 septiembre - 15 octubre 2006
   
Elogio de lo cotidiano
Casa de Cultura de Villava (Navarra)
23 septiembre - 28 octubre 2011
  
Casa de Cultura de Zizur Mayor (Navarra)
23 noviembre - 23 diciembre 2012

  
Exposiciones virtuales permanentes en fotoAleph
MIGUEL ANGEL EUGUI  (Oleos y dibujos)
ELOGIO DE LO COTIDIANO  (Bodegones)

  
E-mail de contacto: migueleugui@fotoaleph.com
(Idiomas: español e inglés)
 
 

 
Miguel Angel Eugui

migueleugui@fotoaleph.com

Indice
Mi pintura
Nire pintura (euskaraz)
Los paisajes del cuerpo
Del lenguaje
Relación de obras
Diccionario de luces
 
Obras expuestas on line
 
Pinturas
Catálogo. Pág. 1  |  Catálogo. Pág. 2  |  Catálogo. Pág. 3  |  Catálogo. Pág. 4

Dibujos
Catálogo. Pág. 5
  
  
Otra exposición de Miguel Angel Eugui en fotoAleph
ELOGIO DE LO COTIDIANO
(Bodegones)
  
Elogio de lo cotidiano


fotoAleph / Galería de Pintura
 

Miguel Angel Eugui
Oleos
 
© Miguel Angel Eugui Pastor
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www.fotoaleph.com

Fotografías: Paco Ocaña, Miguel Angel Eugui
Textos: Javier Monreal
Traducción: Karrikaluze Euskaldunon Elkartea
 
 
 
 

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