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 EL CAMINO DE SANTIAGO
  La ruta al fin de la Tierra
 Fotografías: Eduardo Almajano
El Camino de Santiago

   Desde los tiempos más remotos, el ser humano ha sentido la necesidad interior de peregrinar hasta los confines del mundo a la búsqueda de sí mismo y como vía de autosuperación. Este atávico anhelo dio origen en Europa al fenómeno del Camino de Santiago, que es algo más que una peregrinación a la tumba del apóstol, pues su destino es alcanzar el fin de la Tierra: el Finisterre.
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tiene el placer de presentar esta exposición de fotos de la Ruta Jacobea, patrimonio de la Humanidad, realizadas por Eduardo Almajano. El autor da muestras de una notable sensibilidad para captar la variopinta belleza de los paisajes que se suceden a lo largo de los casi mil kilómetros del Camino en su recorrido por España (de Somport a Finisterre), aportando una clara visión de conjunto, pero concediendo también atención a los detalles.

46 fotografías on line de Eduardo Almajano
Indices de fotos
Indice 1  Huesca. Zaragoza. Navarra. La Rioja
Indice 2  La Rioja. Burgos
Indice 3  Burgos. Palencia. León
Indice 4  León. Lugo
Indice 5  La Coruña (Santiago. Finisterre)
Indice de textos
1   El Apóstol Santiago 
     Quién fue 
     Los nombres del Santo 
2   Las peregrinaciones 
     Origen de las peregrinaciones 
     Los Caminos de Santiago
  
     Camino de Europa 
     Caminos jacobeos 
     El Camino Francés 
     El autor de la primera guía 
     La orden de Cluny 
3   La Orden de Santiago
     


  
  
   Vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilusión producida por los vertiginosos espectáculos que encerraba. El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño.
   Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto...

                                                                             (Jorge Luis Borges, extractos de El Aleph)




   Vi a gentes venidas de toda Europa peregrinando rumbo al oeste con el fin de visitar la tumba del apóstol Santiago.
   Al hacerlo mantenían viva una tradición ancestral, pues seguían los pasos de predecesores que habían ya realizado ese viaje. Cuyo destino era el Finisterre, el fin de la Tierra, pero cuyo íntimo propósito iba encaminado al descubrimiento de uno mismo.
   Y al andar habían hecho el Camino. Y la Vía Láctea les había servido de guía. Y habían atravesado montes y ríos, y mares de trigo que se extendían hasta el horizonte.
   Vi los agrestes pasos pirenaicos, los casi mil kilómetros de distintos pero siempre hermosos paisajes de Aragón y Navarra, de Castilla y León y Galicia, que el Camino va enhebrando con su hilo invisible.
   Vi el Camino de Santiago, itinerario de un viaje interior a un extremo del mundo y a los límites del ser humano.
  
  


 
1.  El Apóstol Santiago
 
Quién fue
  
   Los Evangelios dicen que Santiago fue hermano de Cristo (Mateo 12:46; Mateo 13:55). Evidentemente, la ortodoxia cristiana no admite la posibilidad de que Cristo tuviese hermanos. Hoy, se supone que 'hermano' quería decir de la misma sangre, quizá primo. Además, es posible que el nombre de Santiago correspondiera a tres personas diferentes: Santiago el Mayor, enterrado en Compostela, hijo de Zebedeo y hermano de Juan, decapitado en el año 44; Santiago, hijo de Alfeo, también apóstol; y Santiago, primo de Cristo. 
   Sobre la predicación en España, no hay muchos textos fiables. De Trinitate, de Dídimo, dice que "el Espíritu Santo inspiró a los apóstoles, al que predicó en Hispania y a todos los demás" (libro II, capítulo IV). San Jerónimo afirma que los apóstoles predicaron "desde el Ilírico a Hispania" (Comentarios a Isaías, XII, 42). El Breviarum Apostolorum, del siglo VI, dice que Santiago predicó en el occidente de Hispania, y que fue decapitado por Herodes y enterrado en Achaia Marmarica. 'Achaia' es un término muy oscuro, y el adjetivo 'marmarica' puede referirse a una comarca situada entre el Nilo y la Cirenaica. 
   Al parecer, Santiago fue decapitado en Jerusalén en el año 44. Supuestamente, sus discípulos recogieron el cuerpo y, en una barca de piedra, cruzaron el Mediterráneo y llegaron a Galicia. Desembarcaron en Iria Flavia, hoy Padrón. Allí se conserva un ara romana a la que, según la tradición, fue atada la barca. 

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Los nombres del Santo 
   No siempre se llamó Santiago de esa forma. De hecho, su nombre hebreo, que era Iacob, se tradujo al español como Jacobo o como Yago. Pero, teniendo en cuenta que los apóstoles Iacob el Mayor y Iacob el Menor fueron nombrados santos por la Iglesia primitiva, se les invocó desde aquel momento como Sant Yago. De ahí a Santiago sólo queda un paso. Al principio de la Edad Media, algunos dudaron de la santidad del apóstol, por lo que decidieron eliminar el prefijo Sant, quedando simplemente en Tiago, que con el tiempo evolucionaría en Diago y, posteriormente, en Diego. Por su parte, la traducción de Iacob al francés dio origen al nombre Jacome, que derivaría en Jacme: la traducción al español de esta evolución lingüística fue Jaime. Así pues, y sin entrar en las distintas formas que adoptó el nombre en otros países, son muchas las maneras de invocar al Apóstol de Compostela. 

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2.  Las peregrinaciones
 
Origen de las peregrinaciones
  
   Desde los orígenes del hombre han existido peregrinos que atraídos por un lugar sagrado determinado han ido en busca de salud física y espiritual, intentando acercarse a lo divino para alejarse de lo humano hasta extremos insospechados. Desde la Prehistoria, pasando por antiguas religiones del Asia Menor y Egipto, Grecia, Roma y el Islam, las peregrinaciones han estado indisolublemente unidas a la condición de los pueblos. Pero el inicio de la historia de las peregrinaciones cristianas se da cuando los cristianos intentan seguir los pasos de Cristo, después de muerto, en un intento por asemejarse a Él pisando los mismos lugares y mirando las mismas montañas. Las peregrinaciones a Roma que comenzaron con el culto a los mártires de las Catacumbas y a las visitas de los apóstoles Pedro y Pablo fue, después de Jerusalén, la que mayor atracción provocó hasta que se descubrió la tumba del Apóstol Santiago. 
   Pero era el culto a las reliquias lo que al parecer hacía tener mucho más sentido al inmenso sacrificio que representaba aventurarse en tierras extrañas. Era una verdadera obsesión llevarse reliquias, y a falta de verdaderas ya que las tumbas debían de ser inviolables, se llevaban reliquias representativas. Polvo del camino, del templo o del santuario; musgo de las puertas de las iglesias o de las piedras que se suponían milagrosas; cera de las velas de los altares... Durante la primera época de las peregrinaciones debía besarse el sepulcro, pero a partir del siglo XV se construyeron capillas y retablos, que exhibían los relicarios de los Santos. Sin embargo, la meta era llegar al santuario y entrar en contacto con el poder sacral. 
   Cumplida su promesa y habiéndose saciado de sacrificios, el retorno a casa era distinto y carecía de toda importancia. Así, muchos se quedaban en los pueblos y villas que encontraban a su regreso, instalándose para el resto de sus días.
  
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Los Caminos de Santiago 
  
   El descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago el Mayor, a principios del siglo IX, generó pronto una multitudinaria corriente de peregrinación hacia su emplazamiento, en lo que hoy es la ciudad gallega de Santiago de Compostela. Esta afluencia acabó formando, desde los más diversos puntos de Europa, una densa red de itinerarios conocida, en su conjunto, como el Camino de Santiago –o Ruta Jacobea. 
   Los momentos de mayor apogeo de la peregrinación se produjeron en los siglos XI, XII y XIII con la concesión de determinadas indulgencias espirituales. Pero esta corriente se mantuvo, con mayor o menor intensidad, a lo largo de los restantes siglos. Desde la segunda mitad del siglo XX el Camino de Santiago vive un nuevo renacer internacional que combina su tradicional acervo espiritual y socio-cultural con su poder de atracción turística y como renovado lugar de encuentro abierto a todo tipo de gentes y culturas. 
   Tradicionalmente, los períodos de mayor afluencia de peregrinos y visitantes en el Camino coinciden con los Años Santos Compostelanos, que se celebran cada 6, 5, 6 y 11 años. 

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Camino de Europa 
  
   El Camino de Santiago generó a lo largo de sus doce siglos de vida una extraordinaria vitalidad espiritual, cultural y social. Por su existencia nació la primera gran red asistencial de Europa y se crearon monasterios, catedrales y nuevos núcleos urbanos. 
   Por el encuentro entre gentes de tan diversa procedencia que esta ruta propició, surgió una cultura basada en el intercambio abierto de ideas y corrientes artísticas y sociales, así como un dinamismo socioeconómico que favoreció, sobre todo durante la Edad Media, el desarrollo de diversas zonas de Europa. 
   La huella del Camino y de los peregrinos a Compostela es reconocible en infinidad de testimonios públicos y privados, en distintas manifestaciones del arte o, por ejemplo, en los más de mil libros que en las últimas décadas se han ocupado, en todo el mundo, de esta senda, obra y patrimonio de todos los europeos. 
   Las vías principales del Camino de Santiago fueron declaradas primer Itinerario Cultural Europeo (1987) por el Consejo Europeo y Bien Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en sus trazados a lo largo de España y Francia (1993 y 1998, respectivamente). 

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Caminos jacobeos 
  
   Debido a la gran diversidad de procedencias de los peregrinos se irán definiendo sobre el suelo gallego seis itinerarios principales de llegada desde toda Europa. 
   El itinerario que alcanza una mayor concurrencia y relevancia, tanto socio-económica, como artística y cultural, es el denominado Camino Francés, que entra en España, desde Francia, por los montes Pirineos, y en Galicia por el mítico alto de O Cebreiro. 
   Pero otros cinco itinerarios consiguieron hacerse, asimismo, un hueco en la historia de las peregrinaciones jacobeas. 
   Son los Caminos Primitivos y del Norte, que alcanzaron relevancia en los primeros tiempos de la peregrinación, con dos trazados principales que entran en Galicia por Asturias, procedentes del País Vasco y Cantabria; el Camino Inglés, seguido sobre todo por los peregrinos que desde el norte de Europa y las Islas Británicas arribaban a puertos como los de La Coruña y Ferrol; el Camino Portugués, que desde el suroeste de Galicia utilizaban los peregrinos procedentes de Portugal; y el Camino del Sudeste, por el que se dirigían a Santiago los peregrinos que, desde el sur y centro de la Península, seguían la popular Vía de la Plata, entre Mérida y Astorga, para continuar, desde tierras orensanas, hacia Compostela. 
   También se consideran itinerarios jacobeos, por su simbología histórica, otros dos. Son el de Camino de Fisterra-Muxía, utilizado por determinados peregrinos medievales que, después de venerar la tumba apostólica, se sentían atraídos por el viaje hasta el cabo de Finisterre, el extremo occidental de la tierra en aquellos tiempos conocida, y la denominada Ruta del Mar de Arousa y Ulla, que rememora el itinerario por el que, según la tradición, llegaron en barco a Galicia los restos mortales del apóstol. 

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El Camino Francés 
  
   Para la mayor parte de los peregrinos actuales, Roncesvalles es el punto de inicio de su andadura. 
   La ruta surgió de un modo espontáneo, después de que el rey Sancho el Mayor (992-1035) limpiara de ladrones los bosques del norte del territorio navarro durante las primeras décadas del siglo XI. Algo más tarde, sus sucesores aseguraron la línea del Duero como frente contra los musulmanes, y volvieron a utilizarse las viejas calzadas romanas y la red de caminos locales, hasta asentar un itinerario estable. 
   El nombre de Camino Francés se debe al elevado número de peregrinos galos que lo elegían, y también ya que su recorrido fue institucionalizado en el siglo XII por el Códice Calixtino, la primera 'guía' del Camino, escrita por el clérigo Aymeric Picaud y divulgada por la Orden de Cluny. En el mencionado Códice, se da pormenorizada cuenta de lo que encontrará el peregrino, y de todas las etapas de su marcha. 
   El Camino Francés desciende hasta Pamplona y, enfilando después hacia occidente, atraviesa Navarra, con Logroño como principal referencia riojana. Burgos, León, Astorga y Ponferrada son los más importantes enclaves castellanos y leoneses, antes de penetrar en Galicia por las alturas de O Cebreiro y bajar después hacia la ciudad de Santiago de Compostela. 

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El autor de la primera guía  
  
   De entre todos los personajes históricos que han transitado la Sirga Jacobea destaca Aymeric Picaud por contribuir a su difusión a través del Codex Calixtinus (hacia 1140), considerado como la primera guía de viajes del mundo y que detalla, en su Libro V, las etapas para llegar a Compostela. 
   Picaud era un clérigo cluniacense originario de la región francesa de Poitou que había realizado el Camino en dos ocasiones, recopilando datos que luego plasmaría en su famoso libro. En éste recogió todo tipo de anécdotas, al tiempo que trazó una división de la senda desde Francia en 13 etapas, con varios días de peregrinaje para cada una de ellas. El clérigo recomendó una media diaria de 35 kilómetros a pie, y el doble en caso de hacerlo a caballo. 

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La Orden de Cluny 
  
   San Miguel de Escalada, San Juan de la Peña o San Zoilo de Carrión se alzan en el Camino Francés a Santiago, como símbolos enarbolados por una de las comunidades religiosas más poderosas de la edad Media: la Orden de Cluny. 
   Fiel a la regla benedictina, la abadía cluniacense de la Borgoña se autoinvistió como difusora del cristianismo, sobre todo a lo largo del Camino. Según los estudios de la época, esa devoción jacobea se debió a un desmesurado anhelo de poder: durante los siglos X, XI y XII, la orden duplicó sus propiedades gracias a las generosas donaciones realizadas por los monarcas y las reinas hispánicos. Como consecuencia, llegó a existir una cadena de establecimientos con el sello de Cluny a lo largo de la ruta jacobea. 
   La independencia temporal de la orden se remonta a sus mismos orígenes, cuando recibió de Carlomagno la villa de Cluny y el abad Bernon exigió el derecho de responder de sus actos únicamente ante el Papa, saltándose la autoridad de señores y obispos. Con tamaña libertad de acción, la abadía se involucró en decisiones de ámbito social, político, económico e incluso militar en los distintos reinos europeos. 
   Desde ese punto de vista, resulta comprensible su interés por el Camino de Santiago, donde se fraguaban la Reconquista y la cristianización del sur musulmán. 
   La orden de Cluny alzó monasterios, puentes, iglesias y hospitales, y, lo que es muchísimo más importante, recibió infinidad de edificios, tierras, prioratos y villas a través de decretos reales. 

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3.  La Orden de Santiago
 
   La Orden de Santiago se fundó hacia 1170 o poco antes, reinando en León Fernando II. El fundador y primer maestre, don Pedro Fernández, era descendiente de los reyes de Navarra por línea paterna y de los condes de Barcelona por la materna. Inmediatamente, atraídos por la piedad no menos que por su alcurnia, se le juntaron algunos caballeros de la más alta nobleza, que, procedentes de los distintos reinos de la península, fueron haciendo además donaciones de tierras, villas y castillos. El mismo Fernando II, en cuyo reino nacía una milicia que prometía ser de tanta utilidad a la reconquista, ya que tenía como objeto la defensa de la fe en la lucha contra el Islam, dio al principio numerosas posesiones a los nuevos caballeros. 
   Pronto don Pedro hubo de pensar en la asistencia espiritual de sus seguidores y trató de hallar alguna comunidad religiosa que quisiera ocuparse de menester tan importante. En tierras gallegas, "próximo al lugar en que el río Loyo entra en Miño", había un monasterio dedicado a Santa María. Sus monjes eran canónigos regulares de San Agustín. A éstos hizo la proposición don Pedro Fernández. Ellos aceptaron y quedaron también incorporados a la naciente orden militar. 
   Según algunos autores, los santiaguistas se llamaron al principio Caballeros de Cáceres, por haber sido esta ciudad extremeña, entonces del reino de León, el lugar donde se echaron los cimientos. Otros creen que llevaron el nombre de Caballeros de Santa María del Castillo y de la Espada. Lo cierto es que, después de la bula de confirmación y aprobación, dada en Ferentino, cerca de Roma, por el papa Alejandro III, en 5 de julio de 1175, ya siempre se les conoció con el nombre de Caballeros de Santiago, pues el de Caballeros o freires de Uclés, que en algunos documentos antiguos aparece, no prevaleció apenas. 

Texto: Eduardo Almajano 
edualmajano@yahoo.es 
 
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EL CAMINO DE SANTIAGO
La ruta al fin de la Tierra

Fotografías y textos: Eduardo Almajano
edualmajano@yahoo.es

Indice de textos
1   El Apóstol Santiago 
     Quién fue 
     Los nombres del Santo 
2   Las peregrinaciones 
     Origen de las peregrinaciones 
     Los Caminos de Santiago
  
     Camino de Europa 
     Caminos jacobeos 
     El Camino Francés 
     El autor de la primera guía 
     La orden de Cluny 
3   La Orden de Santiago
   
Indices de fotos
Indice 1  Huesca. Zaragoza. Navarra. La Rioja
Indice 2  La Rioja. Burgos
Indice 3  Burgos. Palencia. León
Indice 4  León. Lugo
Indice 5  La Coruña (Santiago. Finisterre)
   

  
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MUNDIPLUS. Tu camino de Santiago
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Centro Virtual Cervantes. El camino de Santiago 
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   Las etapas se han realizado siguiendo la división que ofrece el Codex Calixtinus, el manuscrito que contiene el testimonio escrito más fiel de la vida del peregrino medieval. Toda una 'guía de viajes' titulada Liber peregrinationis. 
   Para ilustrarse sobre los aspectos más generales del camino medieval, debe empezar por el prólogo preparado por Luis Carandell. A partir de ese punto, sumérjase en el arte del camino jacobeo, y disfrute de las obras que han dejado siglos de peregrinación en su marco natural, social y cultural. 

Fondation David Parou Saint-Jacques 
   La Fondation David Parou Saint-Jacques est née de la volonté de faire coopérer des chercheurs de toutes disciplines et de toutes origines. Elle souhaite: 
   - renouveler la connaissance des cultures et pratiques du pèlerinage en Europe du Moyen Age à nos jours, en particulier du pèlerinage de Compostelle; 
   - contribuer à faire mieux connaître, sauvegarder et mettre en valeur le patrimoine hérité de ces pratiques; 
   - apporter son concours aux enseignants de tous niveaux pour faire partager les résultats de la recherche. 
   Fondation Européenne pour la recherche sur les pèlerinages, elle s'intéresse aux pèlerinages en Europe et a réalisé les pages spécialisées du site Internet de l'Institut Européen des Itinéraires Culturels. 
   Elle offre ses services à tous les organismes, administratifs, culturels, touristiques qui ont besoin d'informations actualisées et fiables. 

Association de Coopération Interrégionale 
"Les Chemins de Saint-Jacques de Compostelle" 
   L'Association de Coopération Interrégionale "Les Chemins de Saint-Jacques de Compostelle" est une association sans but lucratif, qui réunit des régions, des communes, des associations et des particuliers pour la revitalisation culturelle et pédagogique des anciennes voies de pèlerinage.
  

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EL CAMINO DE SANTIAGO
La ruta al fin de la Tierra

Fotografías y textos: Eduardo Almajano
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