Colecciones fotográficas

El misterio de Tiahuanaco

Un centro político y espiritual

 

"Nosotras, las civilizaciones, sabemos ahora que somos mortales."

Louis Pauwels y Jacques Bergier

 

   Tiahuanaco (o Tiwanaku) fue la capital político-religiosa de la antigua cultura precolombina conocida como Tiwanaku, un imperio de carácter teocrático que dominó durante más de mil años una vasta zona de los Andes centrales y meridionales, y que desempeñó un importante papel en el desarrollo de la civilización andina prehispánica. Sus restos monumentales ponen de manifiesto la relevancia política y cultural de esta civilización, diferente de los restantes imperios prehispánicos de América.
Tiahuanaco   En la frontera entre Perú y Bolivia, a 3.800 metros sobre el nivel del mar, el gran lago Titicaca está considerado como el lago navegable más alto del mundo (ver foto en la exposición de fotoAleph 'Bolivia. Entre la tierra y el cielo'). La zona estaba densamente poblada desde hacía milenios. Para los incas, era el lugar de origen de su dinastía de reyes. Los numerosos vestigios arqueológicos que se hallan en las islas y las orillas del lago Titicaca dan testimonio no solo de la presencia de los incas en la región, sino también de la existencia previa de una de las civilizaciones más antiguas de América. El principal enclave lo constituyen las grandiosas ruinas de Tiahuanaco, a 20 km de la punta sudeste del lago y a 3.885 m de altitud, en territorio de la actual Bolivia.
   La civilización de Tiahuanaco, que algunos investigadores consideran como la cultura madre de las civilizaciones americanas, tuvo sus comienzos hacia el año 1500 a C, alcanzó su apogeo entre 500 y 900 d C, y desapareció alrededor del año 1200 d C, siendo sustituida por pequeños poderes regionales.
   Los recursos económicos de esta floreciente cultura preincaica se basaban en la agricultura (auxiliada por avanzadas técnicas de irrigación), la ganadería (sobre todo de llamas y alpacas) y el intercambio comercial, así como en la extracción minera de oro, plata y estaño. Este último metal, muy abundante en la zona, es imprescindible, en aleación con el cobre, para producir bronce. El dominio de esta metalurgia permitió a los tiahuanacotas fabricar herramientas y armas de bronce, y este puede ser uno de los factores que contribuyó a la supremacía de Tiahuanaco sobre otros pueblos de la región andina.
  
   En aquella época el lago Titicaca era más extenso que en la actualidad, y sus aguas llegaban hasta la misma ciudad de Tiahuanaco, que poseía un puerto en sus orillas. Favorecido por esta ubicación, el sitio devino en un centro de mercado accesible por vía terrestre y acuática, donde se intercambiaban productos agrícolas cosechados a distintas altitudes, propios de diferentes ecosistemas.
Tiahuanaco   Pero Tiahuanaco era ante todo un importante santuario religioso, regido por sacerdotes y visitado por peregrinos de los valles y montañas de la región andina. Su expansión territorial tuvo una base más religiosa que militar. Forjó la cosmovisión dominante entre los pueblos preincaicos de los Andes e influyó posteriormente en la religión de los incas. Aunque se sabe poco de los rituales que se llevaban a cabo allí, por las ruinas se puede deducir que se rendía culto a un dios muy común en los Andes, representado sosteniendo en las manos dos báculos, motivo iconográfico que aparece tanto en las tierras altas como en la costa.
   Según la experta en mitología andina María Scholten, Tiahuanaco se ubica en el punto central (taypi) de la línea virtual que representa la ruta de Viracocha (el dios creador en la cosmovisión andina). Se da la circunstancia de que este recorrido mítico une en línea recta los sitios históricos de Tumbes, Vitos, Cuzco, Pucará, la Isla del Sol en el lago Titicaca, Tiahuanaco, Oruro y Potosí.
   Sorprende que en una región tan fría e inhóspita, una desolada llanura esteparia sin aparentes condiciones para sustentar una población numerosa, pudiera surgir en medio de la nada una ciudad tan grandiosa y compleja. Nadie sabe con certeza quién mandó erigir estos templos y estatuas de piedra. No se conoce el nombre de ni uno solo de los dirigentes o personalidades que contribuyeron a hacer de Tiahuanaco la capital de un próspero imperio. A diferencia de sus coetáneos los mayas, los tiahuanacotas no conocían la escritura –a no ser que se considere como tal los quipus, un medio de comunicación a base de cuerdas con nudos, que todavía no ha sido descifrado–, por lo que no existe ninguna inscripción o registro epigráfico que pueda arrojar alguna luz sobre las muchas sombras de la historia de Tiahuanaco. Los cronistas españoles llegaron demasiado tarde, cuando aquella civilización estaba ya sumida en el olvido. Lo poco que se sabe de Tiahuanaco se ha deducido directa o indirectamente de la arquitectura, las realizaciones artísticas y los restos materiales hallados en el sitio y su área de influencia.
   Se considera muy probable que los pueblos que construyeron Tiahuanaco fueran los antecesores de los actuales nativos de etnia aimara del Altiplano de Bolivia. En el lago Titicaca, los actuales pescadores y comerciantes aimaras utilizan las mismas canoas de totora (una especie de juncos) que fabricaban los tiahuanacotas en tiempos precolombinos.
   Son tantas y tan grandes las lagunas de conocimiento en torno al origen, esplendor y caída del imperio de Tiahuanaco, que la oscuridad ha dado pábulo a toda clase de leyendas y elucubraciones del tipo que podríamos llamar de arqueología-ficción. Se dice así que Tiahuanaco fue construida en una sola noche por gigantes. Que sus artífices fueron instruidos en sus avanzadas técnicas por extraterrestres. Que, con 150.000 años, sería la ciudad más antigua del mundo, anterior al Diluvio Universal. Que es un vestigio de la Atlántida. Que se ha encontrado en el planeta Marte una roca tallada con los mismos motivos geométricos que una estela de Tiahuanaco. Etcétera.
   Veamos lo que dicen los arqueólogos e investigadores científicos.

 

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FotoCD112
  
El misterio de Tiahuanaco

Fotografías: Eneko Pastor, Agustín Gil
Realizadas en Tiahuanaco (Bolivia)

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   Aquí las vastas llanuras fluviales en parte inexploradas de la Amazonía conviven con los gigantescos macizos montañosos de los Andes. Aquí nació y se desarrolló la poderosa civilización precolombina de Tiahuanaco, una de las más antiguas del mundo. Aquí estaban las famosas minas de plata de Potosí, cuya riqueza fue legendaria.
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   Su memoria perduró a pesar de todo, y no hay más que contemplar los grandiosos restos que los incas dejaron en tierras peruanas –no solo en Machu Picchu– para percatarse del inmenso poderío y asombroso nivel de progreso que llegó a alcanzar esta cultura andina, sobre todo en aspectos como la arquitectura, el urbanismo y la ingeniería agrícola.
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