Colecciones fotográficas

El misterio de Tiahuanaco

Arquitectura y escultura

 

   La peculiar arquitectura de Tiahuanaco se caracteriza por sus estructuras monolíticas y por su decoración a base de relieves sobre estelas. Comprende siete construcciones importantes: la Pirámide Escalonada, el Templo de las Piedras Paradas, el Templete Semisubterráneo, la Puerta del Sol, el Palacio de los Sarcófagos, y Puma Punku, además de varios monolitos y piedras esculpidas.
   Los restos más antiguos encontrados en las excavaciones arqueológicas datan del periodo comprendido entre 200 a C y 200 d C, y muestran similitud estilística con la cultura Pucará, que se desarrolló en las cercanías del lago Titicaca, considerada por lo general como la primera sociedad urbana andina. Probablemente la mayor parte del sitio, incluyendo sus mayores edificios, datan del periodo 200-600 d C. Algunas construcciones, sin embargo, deben haber continuado erigiéndose hasta 600-1000 d C, ya que durante esta época se ven influencias de Tiahuanaco en la cultura Huari y en diversos lugares de los Andes centrales y meridionales.
Tiahuanaco   El aspecto más distintivo –y en su momento innovador– de la arquitectura de Tiahuanaco es el uso de la piedra (en lugar del acostumbrado adobe con que se construían las viviendas) en las principales edificaciones de su centro ceremonial, que disponían de puertas monolíticas decoradas con paneles esculpidos y suelos pavimentados con grandes losas. Su trazado urbano es de tipo ortogonal, con edificios de planta rectangular orientados en su mayoría en la misma dirección. Los rasgos estilísticos del arte de Tiahuanaco propenden a las formas cúbicas, prismáticas y escalonadas, con motivos repetitivos y marcada preferencia por la simetría (foto41).
   El mayor edificio de Tiahuanaco es el Akapana, una gran plataforma de 200 x 200 m originariamente en forma de pirámide escalonada de siete niveles que, aunque hoy muy arruinada por la intervención de saqueadores en busca de tesoros, aún alcanza los 18 m de altura (foto34). Su núcleo de adobe está revestido en todo su exterior por muros de contención compuestos de losas talladas de andesita y arenisca, algunas de 200 toneladas de peso (foto35), extraídas de canteras lejanas y trasladadas en almadías y por tierra. Una rampa de acceso conduce a un patio semihundido en forma de U. En la cumbre se detectan basamentos de edificios que indican que en su momento la plataforma estaría coronada por un templo, como era común en las pirámides contemporáneas de Mesoamérica (véanse unos ejemplos de los mayas). Podría tratarse de un templo de la Tierra o de una especie de acrópolis. La pirámide está rodeada por bien conservados canales de evacuación de aguas.
   El Kalasasaya (o 'Templo de las Piedras Paradas') es un doble recinto rectangular de 130 x 135 m escalonado a dos niveles, y abierto al aire libre (foto13), cuyos muros alternan grandes losas megalíticas con sillares de menor tamaño (foto14). Se accedía a su interior por una escalinata de siete peldaños en el centro del muro oriental. Se cree que esta estructura era un templo que a la vez servía de observatorio celeste para determinar el calendario agrícola. En el interior se yerguen exentas dos estelas monolíticas talladas en forma de figuras humanas de 3 m de altura, que datan probablemente de la segunda mitad del siglo VII: las llamadas monolito 'Ponce' (foto03, apodado así por el nombre del arqueólogo boliviano Carlos Ponce Sanginés, que estudió las ruinas de Tiahuanaco) y monolito 'Fraile' (foto06, como tal bautizado por los primeros misioneros españoles). Ambas representan a personajes no identificados, tal vez divinidades. Están ataviados con una banda cefálica y un faldellín con faja ventral (foto05), y portan en su mano derecha un báculo y en la izquierda un kero o vaso ritual (foto04). Este kero es del tipo que usaban los indígenas precolombinos como recipiente de cal, sustancia que mezclada con las hojas de coca incentiva sus efectos al ser mascadas. Esculpidos a base de bajorrelieves incisos, sus rostros semejan máscaras de ojos cuadrados y rasgos rectilíneos. Su estilo es a primera vista rígido y esquemático, pero una mirada más atenta permite apreciar una gran riqueza de detalles en las vestimentas y aperos de las estatuas, con finos grabados de hombres alados, cóndores, peces, cabezas de puma o de camélidos.
Tiahuanaco   En el sitio han aparecido otras estatuas exentas, también esculpidas con formas humanas. La más grande es el monolito 'Bennett', llamado así en honor del arqueólogo Wendell Bennett. Mide más de 7 m de alto y se custodia en el Museo Lítico de Tiahuanaco.
  
   En una esquina del Kalasasaya se levanta (aunque no es su emplazamiento original) la Puerta del Sol, el elemento arquitectónico más emblemático de Tiahuanaco, un portón monolítico tallado en un bloque de andesita, con el dintel y las jambas constituyendo una sola pieza (foto08). Esta puerta, de 3 m de alto, 4 m de ancho y un peso aproximado de 10 toneladas, aunque se ve hoy aislada, estaría integrada en su tiempo en una edificación. Su dintel está ornado con un panel en bajorrelieve presidido en el centro por una figura antropomorfa en posición frontal (foto09), de pie sobre una plataforma de tres escalones, tocada con un halo radiante rematado de cabezas de puma, portando en sus manos dos báculos adornados con cabezas de cóndor, que podrían simbolizar rayos (foto10). Este Dios de los Báculos, que tiene antecedentes iconográficos en la cultura Chavín, es identificado por algunos estudiosos como el dios creador Viracocha; para otros es una personificación del Sol. Está flanqueado por 48 figuras más pequeñas de perfil dispuestas en tres filas, mitad hombres mitad aves, a veces llamadas mensajeros alados, que parecen dirigirse hacia la figura central (foto11). En la base del dintel se ve una serie de cabezas humanas frontales, enmarcadas en una especie de greca con cabezas de cóndor (foto12). Por todo Tiahuanaco pueden verse dispersas otras puertas monolíticas (como la llamada 'de la Luna', foto36) y otras versiones del bajorrelieve del Dios de los Báculos con sus acompañantes (foto37). Estas puertas tenían sin duda un valor simbólico, que no ha sido plausiblemente interpretado.
    Adosado al Kalasasaya por su lado oriental está el llamado Templete Semisubterráneo, un patio rectangular hundido por debajo del nivel del suelo, que es la construcción más antigua del centro ceremonial (foto16). Existen precedentes de esta disposición de 'plaza hundida' en diversos yacimientos del Perú, como el de Pucará y el antiquísimo de Caral. Las paredes interiores del patio, compuestas de 48 pilares megalíticos de arenisca roja alternados con sillares más pequeños, están ornamentadas con un gran número de cabezas salientes de toba volcánica encastradas a intervalos regulares entre los sillares, llamadas 'cabezas clavas' (foto18). Simbolizan la antigua práctica de exhibir en el templo las cabezas cortadas de los enemigos vencidos. Un claro precedente lo constituyen las cabezas clavas de Chavín de Huántar, Perú, del siglo I d C. Se puede ver algo parecido en el Tzompantli o Muro de Cráneos de las ruinas mayas-toltecas de Chichen Itzá, en el Yucatán mexicano. En el centro del patio se levantan tres estelas, la mayor de ellas esculpida con rasgos antropomorfos (foto15).
Tiahuanaco   Un poco más al este se encuentran los muy arruinados restos del Kantatayita ('Luz del amanecer'), una estructura de planta rectangular pavimentada con enormes losas de piedra (foto28), donde se puede ver yaciendo en tierra un curioso dintel de andesita que luce un esmerado trabajo de bajorrelieves con el motivo recurrente de las filas de mensajeros alados. El dintel está tallado con formas curvilíneas, tanto por su cara exterior como por la interior, lo que demuestra que en la arquitectura de Tiahuanaco también se empleaban elementos curvos (foto32). Detalles como pequeños orificios y ranuras dan a entender que esta pieza pudo estar recubierta de planchas metálicas, probablemente de oro, posteriormente arrancadas por saqueadores.
  
   Al oeste del Kalasasaya se levanta el Putuni (o 'Palacio de los Sarcófagos'). Se cree que fue el lugar de enterramiento de las altas personalidades de Tiahuanaco. De planta rectangular, contiene en su interior una serie de cámaras funerarias que dan acceso a un patio central. Es notable en estas cámaras el sistema de cerramiento, consistente en puertas corredizas de piedra que se deslizan sobre el piso previamente humedecido. El edificio disponía de un sistema de alcantarillado subterráneo para la evacuación de aguas residuales.
   A cierta distancia, separadas de este grupo de construcciones, se ven sobre un montículo a medio desenterrar las ruinas de otro complejo ceremonial, conocido como Puma Punku (o 'Puerta del Puma', nombre que nunca se perdió y que permaneció vivo en la memoria del hombre andino). Con un área aproximada de dos hectáreas, Puma Punku es una estructura piramidal formada por tres plataformas revestidas de sillares labrados, con 5 m de altura y muros de 150 m de longitud. Era una construcción cívica, ceremonial y administrativa, dedicada a la Luna y custodiada por los chachapumas ('caballeros-pumas'), guerreros de elite del ejército tiahuanacota. Erigido a finales del periodo clásico de Tiahuanaco, llama la atención el depurado trabajo de talla y pulido de la piedra, con decoraciones a base de nichos, prismas, escalonamientos y retranqueos, que revelan el profundo conocimiento de matemáticas y geometría que poseían sus artífices (foto38). Hay puertas monolíticas de andesita ornadas con relieves (foto40), enormes bloques de piedra de 100 toneladas de peso labrados con nichos trapezoidales, inspiradores de las formas análogas de la posterior arquitectura inca (ver foto en la colección de fotoAleph 'Los incas'), y canales de drenaje. Se ha comprobado el uso de grapas o abrazaderas de cobre en forma de T para la unión de los bloques, insertadas en ranuras de sus caras internas, una técnica de consolidación similar a la de la arquitectura clásica grecorromana.
   Entre Puma Punku y el Kalasasaya subsisten los basamentos de algunas construcciones que pudieron ser lugares de residencia para los miembros de la elite gobernante. Las bases eran de sillería de piedra y los muros de adobe, una técnica mixta de construcción que más tarde emplearon los incas en su arquitectura.
   En el año 2000 las ruinas de Tiahuanaco fueron incluidas en la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, bajo la denominación de 'Centro Político y Espiritual de la Cultura de Tiwanaku'.



Cerámica y tejidos
  
   Los objetos de cerámica típicos de Tiahuanaco, entre los que abunda el kero, un vaso o jarro cilíndrico usado en las ceremonias, están pintados con representaciones de felinos, rostros con forma de halcón, triángulos y escaleras, en colores blanco, gris oscuro, rojo claro y rojo oscuro, y tienen la superficie finamente pulimentada. Aparece con frecuencia el motivo del puma, y en general la decoración es muy estilizada y marcadamente geométrica. No posee, sin embargo, la originalidad y perfección técnica que pueden apreciarse en los objetos cerámicos de los nazcas o los mochicas.
   La manufactura textil alcanzó un gran virtuosismo artístico, como ocurrió en otras culturas prehispánicas de la región. Los artesanos tiahuanacotas tejían ponchos, gorros, zurrones y otros tipos de prendas, de un estilo fácilmente reconocible y que todavía suscita la admiración por su variedad, fantasía y riqueza de colores.

 

 

El misterio de Tiahuanaco

Bibliografía consultada
   
- Cáceres Macedo, Justo. Culturas prehispánicas del Perú (Grimanesa Enriquez Lovatón, Lima, 2009)
- Unesco. El Patrimonio Mundial (Ediciones San Marcos)
- VV.AA. América Antigua. Civilizaciones precolombinas (Vol. II. Folio / Ediciones del Prado, Madrid, 1992)
- VV.AA. Arqueología de las ciudades perdidas (Vol. 8. América precolombina. Salvat de Ediciones, Pamplona, 1989)

 

 

FotoCD112
   
El misterio de Tiahuanaco

Fotografías: Eneko Pastor, Agustín Gil
Realizadas en Tiahuanaco (Bolivia)

© fotoAleph
© Copyright fotoAleph. All rights reserved
www.fotoaleph.com
   
  


 

Otra colección de fotografías de Bolivia en fotoAleph

Bolivia. Entre la tierra y el cielo
   
Bolivia

   

   Bolivia, la mayoría de cuya población vive a 4.000 m de altura, es uno de los países más altos de la Tierra. Es también un estado que se define a sí mismo como plurinacional, al ser de los que mejor han preservado, pese a haber sufrido siglos de explotación colonizadora, la esencia de las culturas prehispánicas de América del Sur.
   Aquí las vastas llanuras fluviales en parte inexploradas de la Amazonía conviven con los gigantescos macizos montañosos de los Andes. Aquí nació y se desarrolló la poderosa civilización precolombina de Tiahuanaco, una de las más antiguas del mundo. Aquí estaban las famosas minas de plata de Potosí, cuya riqueza fue legendaria. 
   David Martín Madroño consigue reflejar en esta exposición de fotografías los extremos contrastes geográficos de Bolivia, los pintorescos ambientes heredados de su pasado colonial, y las duras condiciones de vida de sus indígenas.
Más información


 

Otras exposiciones de fotos de América precolombina en fotoAleph
   
Los mayas

Los mayas
Una civilización desaparecida

   El descubrimiento de las impresionantes ruinas de la civilización maya provoca una fuerte sacudida en nuestra visión eurocentrista de la Historia, que revela como rancios nuestros tradicionales conceptos de 'Viejo' y 'Nuevo Mundo' y pone en cuestión la presunta superioridad de las ciencias y las artes de nuestra herencia clásica greco-latina. Por caminos paralelos e independientes, los pueblos indígenas del continente americano conformaron desde la antigüedad culturas muy complejas, avanzadas y distintas entre sí. 
   Entre estos pueblos, fueron los mayas de Mesoamérica los que llegaron más lejos en el desarrollo de formas organizativas que permitieron el florecimiento de una sofisticada civilización, llevando a puntos culminantes aspectos como el urbanismo, la arquitectura, las artes plásticas, las matemáticas, la astronomía, la escritura y la ingeniería agrícola, para luego desvanecerse en poco tiempo por causas aún no bien explicadas.
Más información

   
Nazca

Los geoglifos de Nazca

   Nuestro planeta está lleno de misterios que la ciencia no ha sabido todavía desentrañar. Uno de los enigmas arqueológicos más intrigantes y que más controversias suscita es el de los geoglifos de Nazca. 
   Más de mil años antes de la llegada de los españoles a América floreció en el Perú una civilización autóctona, conocida como 'los nazcas', cuyos miembros se dedicaron durante siglos a trazar en las desérticas planicies de su territorio un sinfín de líneas rectas de kilométrica longitud, así como enormes dibujos representando hombres, animales y plantas, que solo podían ser apreciados en su integridad vistos desde el cielo.
   ¿Para qué fueron creadas estas líneas y figuras? ¿Qué significan?
Más información

   
Los incas

 

Los incas
El eclipse de una civilización

 

   El encuentro del 'Viejo Mundo' con el 'Nuevo Mundo' supuso el principio del fin de algunas de las más avanzadas civilizaciones indígenas que habían florecido en la América precolombina. Una de ellas fue la de los incas del Perú, que los conquistadores españoles conocieron en el momento de su máximo esplendor, y que en pocos años sometieron a una total destrucción.
   Su memoria perduró a pesar de todo, y no hay más que contemplar los grandiosos restos que los incas dejaron en tierras peruanas –no solo en Machu Picchu– para percatarse del inmenso poderío y asombroso nivel de progreso que llegó a alcanzar esta cultura andina, sobre todo en aspectos como la arquitectura, el urbanismo y la ingeniería agrícola.
Más información

   

 

Otras exposiciones de fotografías de América en fotoAleph
     
Antigua Guatemala
Entre volcanes

   
Antigua Guatemala
   
Fotografías:  fotoAleph
Latin American Graffiti
   
Latin American Graffiti
   
Fotografías: fotoAleph
Los colores de Cuba
   
Los colores de Cuba
   
Fotografías:  Agustín Gil
     
Islas Galápagos
Donde el fuego se funde con el mar

   
ISLAS GALAPAGOS. Donde el fuego se funde con el mar
   
Fotografías:  Albert Sorigue

El jardín de la Patagonia
   
El jardin de la Patagonia
   
Fotografías:  Julián Isacch y Andrés Larrovere

Miradas hacia el río
   
Miradas hacia el rio
   
Fotografías:  Ricardo De Luca

     
Nueva York
La jungla de los rascacielos

   
New York
   
Fotografías:  fotoAleph