Nueva York es más que una ciudad. Es el símbolo de la civilización occidental. La prueba viviente del prodigioso desarrollo que puede alcanzar una nación que mira al futuro, y que ha hecho del culto al trabajo y la libertad de mercado sus señas de identidad.
   La isla de Manhattan, además de un emporio universal de finanzas, es hoy el centro de arte más influyente del mundo, el ágora donde se dan cita todas las vanguardias. El arte de la arquitectura tiene aquí un activo laboratorio, donde los rascacielos pugnan en apretada competencia por ser cada vez más altos, cada vez más innovadores, hasta llegar a configurar el asombroso skyline de una megalópolis que es a la vez una auténtica jungla urbana, que provoca lo que podríamos llamar el 'vértigo hacia arriba'.
   La presente exposición de fotografías muestra la Gran Manzana como si la visitáramos de la mano de uno de sus más ilustres habitantes: King Kong. Los comentarios –permítasenos la licencia– irán a ritmo de blues.
   Más información