Exposiciones fotográficas

Nueva York. La jungla de los rascacielos

Estatua de la Libertad


New York  


   La Estatua de la Libertad fue un regalo de Francia a los Estados Unidos.
   Se levanta en una pequeña isla (5 Ha) del puerto de Nueva York, a 2,6 km de Battery, el punto más meridional de Manhattan: la Isla de la Libertad.
   Es una estatua de tamaño colosal realizada en París por el escultor francés Augusto Bartholdi, con la colaboración de Gustave Eiffel (el artífice de la famosa torre) para la confección de su estructura interna.
   El pedestal de 27 m sobre el que se alza la estatua es obra del arquitecto estadounidense Richard Morris Hunt, instalado en el centro de la antigua fortaleza de Fort Wood, fortín militar de planta estrellada de once puntas, construido en 1808-1811 para defender el puerto de Nueva York.
   Inaugurada en 1886, la Estatua de la Libertad es una escultura hueca de 46 m de alto, compuesta de placas de cobre ensambladas sobre una estructura de hierro con tal precisión, que a distancia toman apariencia de una superficie continua.
   La figura femenina de la estatua, de un depurado estilo que recuerda al neoclásico, está cubierta de una toga romana. Con su mano derecha alzada sostiene una antorcha (símbolo de la libertad "que ilumina al mundo") y en la izquierda porta una tabla, que lleva inscrita en números romanos la fecha de 4 de julio de 1776, día de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América. Junto a los pies se ve una cadena rota.
   La Estatua de la Libertad fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1984. Además de sus valores estéticos y como obra de ingeniería, la importancia de la escultura reside en su carga simbólica, como un gesto de amistad internacional y un canto a la libertad.
   (Fuente: Unesco)

   El escultor alsaciano Fréderic-Auguste Bartholdi quería ilustrar la idea de la libertad que ilumina al mundo, como obsequio del pueblo francés a los americanos en ocasión de la celebración del primer centenario de la declaración de independencia. La metáfora de la luz aproxima la síntesis de esta alegoría con el faro –del que existe un modelo real o legendario en la antigüedad en la figura del Coloso de Rodas, que representaba al dios Sol y persistió en la fantasía occidental como una de las siete maravillas del mundo. La historia del arte del siglo XIX no da más que alguna noticia casual de Bartholdi y no creo que como artista haya tenido gran importancia. Pero precisamente este hecho, el que su nombre casi haya sido olvidado, demuestra que su obrra se ha convertido en un auténtico símbolo social, es decir, en una alegoría que apela a la afectividad y suscita sentimientoos de lealtad. Lo que contemplan los pasajeros a su llegada al puerto de Nueva York es el símbolo y no, en cambio, un ejemplo de la escultura del siglo XIX o el amor de Bartholdi a su madre, quien supuestamente posó como modelo para la estatua. Y como símbolo, la diosa de la antorcha alzada se ha abierto paso en los sellos de correos y en una multitud incontable de imágenes.
   (E. H. Gombrich. Sobre la importancia de la ciencia del arte en la investigación de los símbolos)

 

 

 

  

 

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Nueva York
La jungla de los rascacielos

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Exposición de pinturas de Nueva York por Amaya Gurpide y Jennifer Fairbanks
   
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Dos pintoras, una ciudad
 
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Amaya Gurpide
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