Exposiciones fotográficas

Benares. Microcosmos de la India

La bendición que cayó sobre Sarnath


   En la India se da la paradoja de que siendo el país donde nació y vivió (en el siglo VI a C) el Buda Siddharta Gautama Sakyamuni, y donde se fundó el budismo, el porcentaje de adeptos a esta fe es hoy muy minoritario con respecto a otras grandes religiones como el hinduismo o el islam. Y por contraste con otros países por los que se expandió el budismo, como Sri Lanka, Nepal, Tibet, Indochina, Corea, Japón... donde la inmensa mayoría de sus habitantes la profesan. Si el budismo llegó a ser un credo mayoritario en el Indostán a partir del emperador Ashoka (siglo III a C), con el paso de los siglos terminó siendo absorbido de nuevo por la religión brahmánica, de la que había nacido como reforma, y tanto es así que hoy, para un hinduista, Buda no es sino otro 'avatar' o encarnación de Vishnu. Subsisten, sin embargo, comunidades de fieles budistas en la India, que podrían suponer en torno al 1% de la población, sin contar a los refugiados tibetanos. 
   Para los budistas de todo el mundo, los lugares que fueron hollados por los pies de Buda son santos. La ciudad donde nació y decidió su 'Gran Renunciación' (Kapilavastu); los sitios donde vivió en su peregrinar por el Bihar y tierras aledañas (Rajagriha, Ayodhya...); el emplazamiento del árbol de Bo, bajo el cual alcanzó la iluminación (Bodh Gaya); la ciudad donde murió (Kusinagara). A estos lugares, de los que a veces no quedan sino unas exiguas ruinas de tiempos del Iluminado, acuden peregrinos de todos los países budistas, muchos de los cuales efectúan generosas donaciones a sus monasterios. Los gobiernos de estos mismos países financian en estos sitios la construcción de fastuosos templos y pagodas budistas, a los que imprimen en sus arquitecturas el estilo propio de cada país de procedencia. Así, en pequeñas localidades indias como Bodh Gaya o Rajgir, podremos contemplar modernas estatuas gigantes del Buda y un desproporcionado número de santuarios budistas, distinguibles entre sí por sus rasgos arquitectónicos: un templo birmano, un templo tailandés, un templo tibetano, etc. 
   Sarnath, modesta población a diez kilómetros de Benares, es uno de estos sitios santos del budismo. Se trata del lugar donde el Buda pronunció el primer sermón a sus discípulos tras haber alcanzado la iluminación y 'puso en marcha la Rueda de la Ley'. Este sermón, que adoctrinaba sobre la existencia del dolor humano, sus causas, y los caminos para liberarse del sufrimiento, extinguir todo deseo, y alcanzar en esta vida la beatitud o nirvana, se considera el momento fundacional del budismo, y tuvo lugar en el Parque de los Ciervos (Isipatana) de Sarnath. En este mismo parque se pueden visitar hoy día las ruinas de grandes monasterios con más de mil quinientos años de antigüedad, levantados en plena edad de oro del budismo en la India. 
   En el trayecto de Benares a Sarnath prácticamente no queda campo libre. Los arrabales de Varanasi han ido extendiéndose sin orden ni concierto por la llanura, y ya se solapan con los de Sarnath. Esta población se desparrama en torno a una amplia parcela de terreno verde y arbolado, que es un campo de ruinas de antiquísimos edificios budistas, algunos visibles desde lejos, otros medio escondidos entre la vegetación (foto65). Es el Parque de los Ciervos, lugar santo del budismo. Todos los días, miles de escolares visitan, vestidos con el uniforme del colegio, los históricos monumentos en ordenada fila india y muy formales (foto69). 
   En todos los centros conectados con la vida de Buda fueron gradualmente creciendo a lo largo de más de un milenio grandes complejos de edificios, compuestos de stupas (o relicarios gigantes), capillas, templos, colegios y monasterios, construidos de ladrillo y estuco, que se iban acumulando dentro de un vasto espacio cercado. Estos complejos, dedicados a la vida religiosa, eran habitados por miles de monjes, y han sido calificados como verdaderas ciudades universitarias, que proliferaron por toda la llanura del Ganges entre los siglos V y XII. La en su tiempo afamada universidad budista de Nalanda sería otro buen ejemplo de este tipo de congregaciones. 
Capitel de Ashoka 
   De todos los stupas de Sarnath, destaca por su curioso perfil acampanado el stupa Dhamekh, una torre maciza de 15 metros de alto que se divisa desde todos los puntos del parque (foto66). Está construido con un núcleo de ladrillo envuelto por una sólida capa de revestimiento de piedra, que es una adición posterior, con una decoración inacabada de exquisitos relieves florales y geométricos, de formas muy inhabituales (foto68), fechados en la época gupta temprana (siglo IV d C). Las excavaciones han desvelado que el edificio encerraba en su interior un pequeño stupa de ladrillo, que podría ser el mismo que el emperador Ashoka elevó en el emplazamiento donde el Buda predicó su primer sermón a cinco seguidores. El stupa Dhamekh está actualmente muy reconstruido. Monjes con los cráneos rapados y túnicas azafrán, que portan lámparas encendidas, circunvalan el monumento en el sentido de las agujas del reloj. 
   Las ruinas del templo principal de Sarnath han sufrido el castigo de los siglos hasta quedar reducidas a basamentos, plataformas y plintos de ladrillo emergiendo con dificultad de una tupida vegetación de arbustos, matojos, musgos y yedras. Pero queda lo suficiente para poder apreciar el grado de virtuosismo que alcanzó la arquitectura de ladrillo en los siglos V y VI (la época gupta). Los frisos y molduras se multiplican y superponen en sinuosas composiciones, realzadas con adornos vegetales cincelados en el mismo ladrillo, que reproducen una forma recurrente en las arquitecturas budista e hinduista: la de la hoja del árbol de Bo. Este santuario se yuxtapone al emplazamiento de la 'morada perfumada de los orígenes', el lugar donde vivió el Buda en Sarnath. Quedan también los restos de una balaustrada monolítica de época maurya (321-184 a C), y un fragmento del fuste de una 'columna de Ashoka', identificable por su fino pulido. Originalmente medía 15 metros de altura, y estaba coronada por el célebre capitel de leones que se ha convertido en emblema de la India, y que se conserva en el museo. 
   El Parque de los Ciervos hace honor a su nombre, y por sus prados corretean familias de hermosos cérvidos con el cuerpo cubierto de pintas blancas (chitales, foto71). Los ciervos están protegidos por una kilométrica malla metálica que divide en dos el parque, y separa a los bichos de los humanos. Unos monjes budistas les dan de comer a través de la malla unas lonchas de frutas que han comprado a unas pizpiretas vendedoras de comida para ciervos (foto70). Un chital joven con dos bultos en la testa, de los cuernos que le están a punto de explotar, mastica con placer unas manzanas. 
   Fuera del parque, hacia el sur, se levanta otro gran stupa de ladrillos muy desmoronado, que más parece una colina. Es el stupa Chaukhandi. Su cima está coronada por una torre elevada en 1588 por Akbar. Un moto-rickshaw trepa por el stupa hasta su parte más alta para ofrecer sus servicios a los visitantes. 
   En el Museo de Sarnath se custodia el famoso capitel de Ashoka, adoptado como emblema institucional de la India, cuya reproducción aparece en banderas, monedas, sellos y todo tipo de documentos oficiales. Del siglo III a C, se compone de cuatro antecuerpos de leones en bulto redondo que miran a los cuatro puntos cardinales, esculpidos en arenisca y pulimentados hasta obtener una tersura marmórea en su superficie. Por encima de los leones sobresalen los restos de una gran rueda de piedra con sus radios. Es el 'dharmachakra' o la Rueda de la Ley que el Buda echó a rodar para expandir su doctrina por el mundo, símbolo de la fe budista y también de la Unión India. La composición general del coronamiento recuerda a los capiteles de los palacios aqueménidas de Persépolis y Susa, y el estilo artístico de los leones se puede equiparar al de la escultura grecorromana clásica, con la que tiene grandes afinidades. A partir de la expedición de Alejandro Magno al Indo se produjo una duradera conexión entre las culturas helénica y budista, desarrollándose un arte denominado greco-búdico en zonas como el norte de la India, el actual Pakistán (ver en fotoAleph colección 'Vislumbres de Pakistán' y texto 'Taxila y el arte greco-búdico') y Afganistán, del que el capitel de Ashoka constituiría un señero ejemplo. 
   Además de este impresionante capitel, el museo de Sarnath alberga otras excelentes obras de arte del budismo primitivo y del hinduismo clásico. Un examen atento de las estatuas y relieves búdicos permite distinguir un marcado cambio conceptual en el modo de representación de la persona del Buda. Mientras en las piezas escultóricas más antiguas nunca se reproduce directamente la figura humana del Iluminado, sino que se alude a él metafóricamente mediante la plasmación de objetos simbólicos relacionados con su vida, como el árbol, la rueda, el parasol, el elefante o las huellas de los pies, a partir de los siglos II-III d C, con el auge de la corriente budista mahayana o del 'gran vehículo', ya se representa al Buda con su propia figura y su propio rostro. De pie, sentado en postura de loto, o acostado en el momento de su muerte y extinción en el 'paranirvana'. 
   Entre las piezas escultóricas del museo, podremos admirar un magnífico Buda sentado mahayana del siglo V d C, con las manos haciendo el gesto de 'dharmachakra mudra' o puesta en marcha de la Rueda de la Ley. Bellas cabezas de Buda, con el rostro reflejando la máxima serenidad, los ojos entrecerrados en meditación, y una característica protuberancia en lo alto del cráneo, que tienen un inconfundible aire heleno en su estilo. Un 'boddhisatva' gigante de época kusana. Un gran parasol de piedra, remate de algún stupa. Inscripciones en lengua pali, usada por los primitivos budistas. Y también piezas hinduistas, dioses, diosas, y la escultura colosal inacabada de un demonio, cuyas gotas de sangre al caer al suelo se convertían en otros tantos demonios, hasta que Siva creó a las Siete Madres para que se bebieran su sangre, y así poder vencerle. 
 
   Aparte de las ruinas de los antiguos stupas y monasterios budistas, hay en Sarnath templos recientemente construidos por la Maha Bodhi Society, y por budistas chinos, birmanos y tibetanos. 
   Dentro del recinto del parque se levanta un moderno templo jainista, en el exacto lugar, según un cartel, donde nació el undécimo tirtankhara jain. También puede visitarse un templo birmano. Y un templo thai con exuberantes jardines interiores de bambúes. En este último templo se celebra una boda. Una banda de música toca con instrumentos de viento parecidos a chirimías, acompañados de percusión, una melodía vivaz y al mismo tiempo melancólica. Las mujeres asistentes a las nupcias están llorando. 
   Un par de leones custodian la entrada al monasterio tibetano. Atravesando salas con los muros totalmente cubiertos por dramáticas pinturas murales de dioses benignos y seres maléficos, se llega ante la presencia de un enorme Buda que no puede verse entero hasta que se sitúa uno a sus pies. En una vitrina se exhiben miles de pequeños budas sentados. Hay también rodillos de oraciones y un cepillo para depositar donativos. En la puerta general de entrada al monasterio, un cartel pintado con un texto denuncia las atrocidades cometidas por el régimen chino en el Tibet (foto72). Traducimos el contenido, por su interés: 
 
   "Atrocidades en el Tibet". 
   "Tibet, antaño un estado soberano independiente, fue ocupado a la fuerza por China en 1959. En nombre de la liberación y el progreso, se ha tratado sistemáticamente de borrar a los tibetanos como una raza y cultura distintas de la faz de la Tierra. El régimen chino en el Tibet es más brutal e inhumano que cualquier otro régimen comunista del mundo. En los 60, la Comisión Internacional de Juristas halló, tras intensas investigaciones, que China había cometido actos de genocidio en el Tibet. Más de 1,2 millones de tibetanos habían sido asesinados; más de 6.000 monasterios e instituciones de enseñanza habían sido destruidos, y los tibetanos estaban privados de los derechos básicos de expresión, palabra, movimiento, religión, etc. Las mujeres tibetanas eran sometidas a abortos y esterilizaciones. Los niños tibetanos estaban privados de su educación infantil básica. Detenciones arbitrarias, represión, tortura, encarcelamientos, han sido la tónica general durante los últimos 45 años. 7,5 millones de chinos han sido trasladados al Tibet, haciendo de los 6 millones de tibetanos del Tibet una minoría en su propia tierra. 
   "La cuestión de la independencia tibetana no es sólo un asunto de los tibetanos. Está directamente relacionada con la paz en Asia y, a largo plazo, del mundo. Llamamos por tanto a la Comunidad Mundial a ayudarnos en nuestra lucha justa por la libertad. 
   Tibetan Freedom Movement 
   Sarnath, Varanasi (Uttar Pradesh)"

 

FotoCD20

Benares
Microcosmos de la India

© fotoAleph
© Copyright fotoAleph. 
All rights reserved 

www.fotoaleph.com
   
Fotografías: Eneko Pastor 
Realizadas en Benares (India)

   


 

Otras exposiciones de fotos de la India en fotoAleph
       
Varanasi
La ciudad de la muerte

   
Varanasi
India rupestre
Los comienzos del arte budista e hindú


INDIA RUPESTRE
Cuevas de Bhimbetka
Prehistoria del arte en la India

   
CUEVAS DE BHIMBETKA

Sadhus
Ascetas y santones de India y Nepal

   
Sadhus
Templos del amor
Escultura erótica de la India


TEMPLOS DEL AMOR
Taj Mahal
y otras joyas del arte mogol

   
Taj Mahal
 
Una ciudad santa de la India

PURI 
Los peregrinos del Om

El Templo de Oro
   
El Templo de Oro
El amanecer del budismo
   
El amanecer del budismo
Calles de Calcuta
   
Calles de Calcuta
Ladakh
El pequeño Tibet

   
LADAKH. El pequeño Tibet
Remove your shoes
   
REMOVE YOUR SHOES
 
Gentes de la India
   
GENTES DE LA INDIA
Recuerdos del pasado
La herencia colonial en Asia

   
Recuerdos del pasado