Entre las muchas ciudades consideradas sagradas por los hindúes, hay una que brilla con luz propia. Su nombre es Puri y se levanta a orillas del océano Indico. Su templo mayor aloja al "Señor del Mundo" y es un poderoso polo de atracción para peregrinos de toda la India.
   Puri alberga una nutrida población de pescadores, auténticos hijos de la mar, que con esfuerzo sobrehumano arrancan cada día al océano sus medios de sustento, en una eterna lucha por la supervivencia.
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