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Vislumbres de Pakistán

Lahore. El lujo imperial de los mogoles


   Lahore es la capital económica del Punjab, por contraposición a Amritsar, su capital espiritual. Aunque ambas ciudades distan tan sólo 60 kilómetros, están separadas desde 1947 por la arbitraria frontera (trazada por los británicos) entre India y Pakistán, que divide en dos este fértil y pujante país.  

   El Fuerte de Lahore (Shahi Qila) es el principal monumento en Pakistán que compendia todas las fases de la arquitectura mogol en su etapa de apogeo (siglos XVI-XVII), la que va desde Akbar (distinguible por el empleo de arenisca roja) hasta su nieto Shah Jahan, el constructor del Taj Mahal Vislumbres de Pakistan(caracterizado por el empleo de mármol trabajado con una gran exuberancia ornamental). 
   Este complejo de palacios reales, integrados en un recinto de planta irregular de 450 m de este a oeste, y 350 m de norte a sur, está circundado de una espesa muralla de fortificación construida en ladrillos cocidos y jalonada de bastiones y troneras. En su interior se agrupan hasta veintiún edificios monumentales, armoniosamente ensamblados entre sí y distribuidos entre patios y jardines siguiendo una trama ortogonal, cada uno de los cuales es un alarde de riqueza arquitectónica y decorativa. Destacan: 
   - El Diwan-i-Am, o Sala de Audiencias. Rodeado de un extenso patio porticado para la celebración de ceremonias, está separado de los apartamentos privados. Experimentó sucesivas reformas bajo los mogoles y los sijs. 
   - El Pabellón de los Espejos (Shish Mahal). Forma parte de los apartamentos privados del emperador, los que ostentan una decoración más lujosa, que se agrupan en el Mussaman Burj, un bastión añadido por Shah Jahan en el ángulo nororiental del Fuerte. De planta semioctogonal, muros y techos están revestidos de una intrincada ornamentación a base de espejuelos e incrustaciones de piedras semipreciosas, aplacados de mármol, e incluso frescos con temas figurativos (foto05). 
   - La Mezquita de la Perla (Moti Masjid). Construida por Jahangir, es una pequeña mezquita para uso real totalmente revestida en mármol blanco y de muy sobrio diseño, cuya sala de oración está coronada por tres cúpulas rebajadas. Su planta hace ángulo con la del resto de edificios, debido a la orientación de su qibla hacia la Meca. 
   - El Pabellón Naulakha. Es un pequeño quiosco de mármol con un pronunciado tejado curvo en estilo bangaldar, que se asoma a la ciudad a través de ventanas de finísimas celosías perforadas en planchas de mármol (foto06). 

   El Pabellón de Ranjit Singh se eleva en la gran plaza que conecta el portalón principal del Fuerte con la gran mezquita de Badshahi, y es un ejemplo de Vislumbres de Pakistanla arquitectura que se realizó en el breve periodo en que gobernaron los sijs en el siglo XIX (foto04). 
  
   La Mezquita Badshahi, construida por el último gran mogol Aurangzeb en 1673-76, para albergar varias reliquias, entre ellas un cabello del Profeta, es un oratorio real anexo al Fuerte de Lahore. Se trata de la mayor mezquita en superficie del subcontinente indio, muy parecida en estructura y alzado a la Mezquita Mayor de Delhi (foto08), con la diferencia de que la sala de oración está jalonada en sus esquinas por cuatro torretas octogonales rematadas por quioscos. El gran patio central del recinto (sahn), rodeado de arcadas, tiene a su vez en sus cuatro esquinas otros tantos alminares, de gran altura, que encuadran visualmente todo el conjunto (foto10). Sobre el rojo dominante de la arenisca de los muros contrasta la blancura de las cúpulas bulbosas de la sala de oración. Junto al pórtico monumental de entrada (foto09) hay una sala donde se custodian las reliquias del profeta Mohammed y de sus familiares. 
  
   El Mausoleo de Jahangir, emperador mogol hijo de Akbar y padre de Shah Jahan ('Rey del Mundo'), fue edificado en Shahdara, en las afueras de Lahore. Este espléndido monumento en arenisca roja y mármol blanco se eleva en medio de un extenso jardín de recreo, provisto de canales y estanques, al que se accede por cuatro pórticos monumentales de piedra arenisca de color rojizo. Este jardín perteneció en sus orígenes a la emperatriz Nur Jahan ('Luz del Mundo'), que fue quien ordenó la erección del mausoleo. El edificio central tiene una estructura baja y alargada sobre arquerías, en cuyas cuatro esquinas se yerguen sendos minaretes adosados de cinco pisos revestidos de mosaicos de piedras y coronados de quioscos con cúpula (foto11). El perfil general del edificio evoca el del soberbio mausoleo de Itimad-ud-daulah, padre de la emperatriz, que puede admirarse en Agra (India). 
   Los motivos de decoración al fresco, las incrustaciones de mármoles (foto12), los paneles con diseños geométricos de mosaico o jarrones florales, revelan influencias iraníes. El cenotafio de mármol en el centro del edificio es uno de los más lujosos que legaron los mogoles, ornamentado con incrustaciones de piedras semipreciosas que trazan dibujos vegetales, e inscripciones caligráficas con los '99 nombres de Alá'. 



  
Shalimar
  
   Los Jardines de Shalimar, construidos en 1642 por el emperador Shah Jahan en las afueras de Lahore, eran el lugar de esparcimiento de la corte real de los mogoles, y la sede oficial de recepciones del emperador y su séquito, cuando se trasladaba a Lahore. Abarcando una superficie de veinte hectáreas, y Vislumbres de Pakistanceñidos de una alta muralla erizada de almenas, los jardines se escalonan a lo largo de tres plataformas aterrazadas sucesivas. La primera y última reproducen el esquema del chahar bagh o cuádruple jardín, mientras que la parte central es una plataforma oblonga con un pabellón central provisto de miradores desde los que contemplar el paisaje (foto17).  En las terrazas se levantan gran número de pabellones, quioscos y residencias de verano, edificados en mármol y en piedra arenisca de un intenso color rojo. Entre ellos se abren bellos estanques y albercas (foto15), alimentados por las aguas de más de 400 fuentes, que corren por una red de canalizaciones y cascadas artificiales, creando entre los inmensos árboles de sus bosques y alamedas un sugestivo oasis de recogimiento y frescor, aislado del ajetreo urbano de la capital. 
   Los emperadores mogoles fundaron otros dos jardines que llevaban este nombre, uno en Delhi, totalmente desaparecido, y otro existente todavía en Srinagar, la capital de Cachemira, a orillas del lago Dal, construido por Jahangir en 1619-1620 y que sirvió de fuente de inspiración para los otros. Todos ellos seguían el concepto de jardín cerrado y organizado proveniente de tiempos de Timur, que seguía el esquema del 'chahar bagh' o terreno ajardinado dividido en cuatro partes por canales y calzadas axiales. 
   Los jardines de Shalimar, cuyos planos fueron encargados por el administrador Ali Mardan a instancias del emperador, constituyen un magnífico ejemplo del nivel de lujo, refinamiento y suntuosidad que llegaron a alcanzar  los mogoles en arquitectura y urbanismo, y de la habilidad con que lograron captar en toda su plenitud diversos elementos de la naturaleza para integrarlos en un conjunto lleno de encanto y de apacible atmósfera. Por desgracia, estos jardines sufrieron en su historia los estragos del abandono y de los saqueos, aunque a partir de 1972 se llevó a cabo una importante labor de restauración para devolver al lugar parte de su esplendor de antaño. 
   El Fuerte y los Jardines de Shalimar en Lahore fueron incorporados por la UNESCO como bien cultural a su Lista del Patrimonio Universal en 1981. 
  
  
   El cañón conocido como Zam-Zammah está instalado frente al Museo Arqueológico de Lahore (foto13). Se trata del cañón descrito por Rudyard Kipling en el arranque de su novela Kim: "A pesar de las órdenes municipales, Kim estaba sentado a horcajadas sobre Zam-Zammah, el viejo cañón que se alza sobre una plataforma de ladrillo enfrente de la Ajaib-Gher (la Casa Maravillosa, como llaman los indígenas al Museo de Lahore). Quien posea a Zam-Zammah, ese 'dragón que vomita fuego', posee todo el Punjab, porque el gran cañón de bronce es siempre lo primero que figura en el botín del conquistador."

 

Peshawar, ciudad fronteriza

   A 170 km al noroeste de Rawalpindi, esta populosa ciudad ha sido durante mucho tiempo punto clave en la línea divisoria entre Asia Central y el subcontinente indio. La provincia de la Frontera Noroeste es una zona montañosa que se interpone entre Afganistán y la península indostánica y alberga a las tribus pathan o pashtun, legendarias por su hospitalidad, sus códigos de honor y su hostilidad a los gobernantes extranjeros. Ni los mogoles, ni los sijs, ni los británicos lograron controlar la zona, y tras la partición de 1947, Pakistán continuó con la política inglesa de conceder una gran autonomía administrativa Vislumbres de Pakistany judicial a los territorios de los pashtun. 
   Desde la capital provincial de Peshawar hasta la frontera afgana y el Beluchistán, el gobierno del país sólo controla las principales carreteras. La provincia es también lugar de acogida para varios millones de refugiados afganos, desplazados por la invasión soviética y los conflictos armados subsiguientes, de las que la guerra contra los taliban emprendida a raíz de los ataques del 11S de 2001 ha sido el último episodio. Hoy la zona continúa siendo sumamente inestable, ya que su proximidad a las agrestes montañas afganas la hace susceptible de servir de refugio para facciones integristas. 
   Antiguamente la ciudad fue capital del reino de Gandhara, y era conocida como Parasawara o Purusapura. Su actual nombre de Peshawar (de 'pesh awar', o 'ciudad fronteriza') es atribuido al emperador mogol de la India Akbar (1556-1605). Hay referencias a Peshawar en la antigua literatura sánscrita, y en los escritos de historiadores clásicos como Estrabón, Arriano y Ptolomeo. La región de Peshawar fue anexionada en el siglo II a C por el rey greco-bactriano Eucratides. El célebre rey Kaniska la convirtió en capital del imperio kushana en el I d C. La religión budista era todavía hegemónica en el siglo V. Fue conquistada en 988 por los invasores musulmanes, y hacia el siglo XVI pertenecía a los afganos, que a su vez dependían de los mogoles. En 1834 estuvo bajo la autoridad de los sijs, y más tarde bajo los británicos (de 1849 a 1947). 
   Peshawar es la capital de los orgullosos pashtunes, miembros de tribus originarias del Irán oriental, nómadas o seminómadas en un alto porcentaje, cuyo predominio tribal en la zona a menudo ha conducido a reclamaciones para la creación de un 'Pashtunistán' independiente, ignorando la 'línea Durand' que, desde 1893, marca la frontera entre Afganistán y Pakistán. A causa de su posición estratégica, a sólo 15 km del legendario Paso de Khyber (vía prácticamente obligada para el acceso al subcontinente indio de todas las invasiones procedentes de Occidente, desde Darío y Alejandro Magno hasta Gengis Khan), cada conquistador que lo atravesaba se veía abocado a tomar la ciudad. Y al ser también lugar de paso forzoso para las caravanas de mercaderes en las rutas comerciales entre la India, Afganistán y Asia Central, Peshawar creció hasta convertirse en un próspero centro mercantil. Está conectada por la Grand Trunk Road (antigua arteria que recorría el norte del subcontinente indio) y por ferrocarril a Rawalpindi y Lahore, otras dos importantes etapas de las rutas caravaneras. Su gran bazar de Qissah Khawani (o 'calle de los narradores de cuentos'), donde se venden toda clase de artículos, desde utensilios de cerámica, cobre, madera y marfil, hasta calzados, pieles, brocados, cuchillos y pequeñas armas, da testimonio de su todavía pujante actividad comercial (ver en fotoAleph colección Bazares de Pakistán). 
   Sus edificios históricos incluyen el fuerte sij de Bala Hissar, el Gor Khatri (primero un monasterio budista y luego un templo hindú), y la Mezquita de Mahabat Khan, construida en estilo mogol en 1630, en tiempos del emperador Shah Jahan (foto30). El museo arqueológico alberga una singular colección de esculturas y reliquias históricas pertenecientes al budismo de la época Gandhara.

 

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FotoCD21

Vislumbres de Pakistán

Fotografías: Eneko Pastor 
Realizadas en Pakistán

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Bazares de Pakistán
   
Bazares de Pakistan
   
   En la ruta terrestre hacia las Indias es forzoso atravesar el río Indo, cuya cuenca es columna vertebral del actual Pakistán. No es de extrañar que a lo largo de esta vía hayan florecido prósperas ciudades de gran ímpetu económico, como Peshawar, Rawalpindi o Lahore, siendo sus bazares y mercados callejeros la manifestación más representativa de su intensa actividad comercial, así como un fiel reflejo de las formas de vida de sus habitantes. 
   Todos los colores, aromas y sonidos de Oriente se dan cita en estos bazares para ejercer su hechizo sobre nuestros sentidos.