Colecciones fotográficas

Vislumbres de Pakistán

La República Islámica de Pakistán


   Vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilusión producida por los vertiginosos espectáculos que encerraba. El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño.

   Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto...
   
   (Jorge Luis Borges, extractos de El Aleph)



   Vi las ruinas de ciudades muertas construidas en la prehistoria. Urbes que habían sido cunas de civilización para luego perecer tragadas por las arenas del desierto.
   Vi el legendario reino de Gandhara, donde los griegos llegados con Alejandro Magno y los indígenas budistas mezclaron sus culturas, para crear el arte greco-búdico.
   Vi antiguas necrópolis pobladas de un sinfín de tumbas donde descansaban reyes, héroes y sabios musulmanes en fastuosos mausoleos de piedra tallada.
   Y los palacios, fortalezas, santuarios y jardines erigidos por los emperadores mogoles, cuyo lujo inusitado permitía vislumbrar la grandeza de esta todopoderosa dinastía.
   Vi las gentes, los paisajes y los suntuosos monumentos de Pakistán, el país del río Indo, que dio nombre a la India. La frontera entre oriente y occidente.

 

   Pakistán es el nombre de un país de reciente formación (1947), desgajado de la India, pero que paradójicamente se articula en torno a la columna vertebral formada por el Valle del río Indo, que dio nombre a la India. Cuando los griegos de la expedición de Alejandro Magno llegaron allí, la región se llamaba Sindhu, y se correspondía con la actual provincia de Sind (cuyo idioma mayoritario es el sindi, y de donde deriva la palabra 'sinti' con que se designa a los indios de etnia gitana). Los antiguos persas sustituyeron la 's' por la 'h', los griegos jónicos omitieron la 'h', y de ahí surgió el término 'India' que dio nombre al subcontinente (aunque sus habitantes nativos siempre llamaron 'Bharat' al país). 
Vislumbres de Pakistan    El río Indo no sólo dio origen al topónimo de India, sino que los territorios de su extensa cuenca fueron el escenario de las primeras manifestaciones de la cultura y la civilización indias, en los albores de su historia. Mientras la mayoría de los pueblos de la Tierra aún estaban sumidos en el neolítico, en el Valle del Indo se estaba desarrollando una refinada civilización, con su propia escritura, y con auténticas metrópolis urbanas, muchos de cuyos aspectos se adelantaron grandemente a su tiempo. 
   La palabra 'Pakistán', que a veces se suele traducir como 'país de los puros', es en realidad un acrónimo formado por las iniciales de las regiones que se aglutinan en dicha nación: P de Punjab, A de Afgania. K de Kashmir o Cachemira, S de Sind, y la terminación 'istán', que significa 'país', y hace referencia a Beluchistán. 
   La República Islámica de Pakistán nació como consecuencia de la partición de la India en su proceso de descolonización del imperio británico, y tras su declaración de independencia el 14 de agosto de 1947 (un día antes de la independencia de la India), a fin de crear un país separado para los musulmanes de la India, en respuesta a las demandas de los nacionalistas islámicos. El líder político Mohammed Ali Jinnah (1876-1948) fue el principal impulsor de los movimientos en pro de un Pakistán independiente, y tras la secesión y fundación de la república, fue elegido primer presidente del nuevo país, aunque la muerte le sobrevino al año siguiente. Hoy a Ali Jinnah se le rinden honores como padre de la patria. 
   Desde su constitución hasta 1971, el Estado pakistaní estuvo en realidad compuesto por dos territorios separados entre sí por miles de kilómetros: Pakistán Occidental, en la depresión del río Indo, y Pakistán Oriental, en el delta del río Ganges, convirtiéndose este último, tras la guerra de liberación de 1971 (apoyada por el ejército indio bajo Indira Gandhi), en el Estado independiente de Bangladesh. 
   El Pakistán de hoy, que abarca la cuenca del Indo y hace frontera con Irán, Afganistán, China y la India, concentra su desarrollo económico en dos de sus cuatro provincias: el Punjab y el Sind, las cuales, con el 75% de población rural, producen más del 90% del trigo, el 95% del arroz y el 100% del algodón consumido en el país, siendo también prominente su desarrollo industrial. 
Vislumbres de Pakistan   Por su situación geográfica, el actual territorio de Pakistán se ubica en medio de la antigua ruta que unía Asia Central con la península indostánica y ha sido siempre por ello lugar de paso obligado tanto para invasores procedentes de Occidente (desde Alejandro Magno hasta las incursiones musulmanas en el subcontinente indio que desembocaron en la creación del sultanato de Delhi) como para las rutas comerciales por tierra hacia la India y la China. El legendario Paso de Khyber conduce por una tortuosa carretera que salva las montañas del Hindu-Kush –siempre bajo la amenaza de asaltos por parte de las indómitas tribus pashtunes de la zona– desde Kabul al valle de Peshawar. 
   Desde su independencia de la India, los habitantes de Pakistán han sufrido una situación de permanente inestabilidad política. Los periodos de gobiernos elegidos por sufragio han alternado con dictaduras militares, y los tímidos intentos de democratización del país han sido sistemáticamente abortados por golpes de estado. Pakistán mantiene con la India un perpetuo litigio desde que sus fronteras fueran arbitrariamente trazadas en los despachos de Londres, y ambos países reclaman como propios territorios como Cachemira, lo que ha ocasionado ya dos guerras e innumerables escaramuzas fronterizas. La estrategia de tensión ha aumentado desde que los dos gobiernos poseen la bomba atómica. 
   El hecho de que el gobierno de Pakistán se postule como firme aliado de los EEUU no ha impedido que en sus regiones montañosas noroccidentales hayan brotado focos insurgentes que han dado apoyo y refugio primero a los muyahidines que combatieron en Afganistán contra la invasión soviética, y más tarde al movimiento taliban, lo cual crea grandes contradicciones en la política interior y exterior del país. Últimamente se ha visto al general Pervez Musharraf, máximo dirigente de Pakistán desde que dio un golpe de estado, y al primer ministro indio Manmohan Singh, escenificando un gesto de distensión entre ambos países, en la llamada 'diplomacia del cricket', que ha relajado la impenetrabilidad de la frontera permitiéndose atravesarla a equipos de cricket (el deporte nacional, por encima del fútbol) y a sus seguidores, para asistir a partidos en el país vecino. Se ha inaugurado incluso una línea de autobús que cruza la frontera, lo que hasta hace poco era impensable. 
   La colección de fotografías que exhibimos en fotoAleph  (titulada 'Vislumbres de Pakistán' en homenaje a Octavio Paz, que nos ofreció por escrito sus impresiones en 'Vislumbres de la India') no pretende ser un catálogo exhaustivo de los tesoros paisajísticos y monumentales del país, sino que sólo trata de dar una idea de la belleza y originalidad de algunos de sus aspectos, en especial los que se refieren a los orígenes de la civilización india (Cultura del Indo), y de la fructífera confluencia que se dio aquí entre el arte griego clásico y la cultura budista en los primeros siglos de nuestra era. Daremos también un repaso a algunas de las magníficas realizaciones que llevaron a cabo muchos siglos después los mogoles, en el momento de su esplendor imperial. Haremos, por último, especial hincapié en los sitios de Pakistán que, según los criterios de la UNESCO, forman parte del Patrimonio de la Humanidad.

 

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Vislumbres de Pakistán

Fotografías: Eneko Pastor 
Realizadas en Pakistán

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Bazares de Pakistán
   
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   En la ruta terrestre hacia las Indias es forzoso atravesar el río Indo, cuya cuenca es columna vertebral del actual Pakistán. No es de extrañar que a lo largo de esta vía hayan florecido prósperas ciudades de gran ímpetu económico, como Peshawar, Rawalpindi o Lahore, siendo sus bazares y mercados callejeros la manifestación más representativa de su intensa actividad comercial, así como un fiel reflejo de las formas de vida de sus habitantes. 
   Todos los colores, aromas y sonidos de Oriente se dan cita en estos bazares para ejercer su hechizo sobre nuestros sentidos.