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Myanmar

Mandalay y las Capitales Imperiales

 

   La segunda ciudad del país en importancia y en población es Mandalay. Situada a 715 km de Yangon, se la considera el corazón de Myanmar y es el centro religioso más importante del país, ya que más de la mitad de su shanga o comunidad religiosa vive en sus alrededores, pero sobre todo en torno a las eternas colinas de Sagaing, plagadas de monasterios y lugar elegido por Siddharta Gautama para su retiro. Junto a Mandalay, las antiguas ciudades imperiales de Ava, Amarapura y Mingun.
Myanmar   Aunque su gentilicio nos evoque reinos muy antiguos, la ciudad data de 1857, cuando el penúltimo rey birmano, Mindon, trasladó aquí la capital. Hoy en día es una próspera ciudad gracias a su cercanía con la principal arteria por carretera que la comunica con China y a su posición privilegiada en una de las orillas del río Ayeyarwaddy, desde el cual podremos embarcar hacia la ancestral capital de Bagan, que conserva uno de los mayores complejos arquitectónicos del Sudeste Asiático, que nada tiene que envidiar, ni en belleza ni en magnificencia al conjunto de los templos de Angkor en Camboya.
   En Mandalay se encuentra el tercer destino de peregrinaje de Myanmar, el venerado Buda Mahamuni conocido como "el Buda de Rakhine" (foto064) ya que es de este estado del oeste del país (hoy tristemente en las noticias por los conflictos étnicos entre musulmanes y budistas), antes conocido como el reino de Arakán, de donde trajeron la imagen. Es venerada por su significado tanto histórico como religioso y es una de las visitas obligadas para cualquiera de paso por Mandalay. Merece la pena mencionar su historia, pues se remonta a dos mil años atrás y vincula al Mahamuni con los orígenes mismos del budismo birmano. Para los habitantes de Birmania, que han transmitido de generación en generación esta creencia, es la única copia verdadera que existe de Buda, porque fue realizada en vida del mismo y tomándolo como modelo. Por ello durante siglos fue objeto de codicia de numerosos gobernantes, ya fueran los propios birmanos o los extranjeros. Según las propias crónicas arakanesas, a mediados del primer milenio antes de Cristo, en el hoy oeste del país surgió una ciudad estado conocida como Dhanyawadi. Según la tradición local el Buda tuvo una visión en la que Arakán "se convertía en una tierra iluminada por el budismo" y viajó a esta región volando desde la India acompañado por sus 500 discípulos. El monarca de Dhanyawadi invitó al Buda a su palacio para poder recibir las enseñanzas del mismo. Buda aceptó y durante siete días dictó su doctrina. Cuando estaba planeando su regreso a la India, el rey le suplicó al Buda el hacer una "réplica" de sí mismo con el fin de que los fieles pudieran venerarle en su ausencia. Buda aceptó y así nació la imagen de Sakyamuni, considerada la única copia real de la imagen de Buda que existe en el mundo. Dicha estatua, hecha en bronce, pasaría a llamarse Mahamuni ("Gran Sabio") en su honor. El propio Buda consagró la estatua insuflándole así su propia aura, dándole "vida". El rey ubicó la estatua en un trono de piedras preciosas y ordenó la construcción de monasterios a su alrededor.
   Por tanto, y según la creencia popular, la estatua fue consagrada por el mismo Buda Gautama (el buda histórico) con el fin de crear un "gemelo viviente" que en su ausencia aconsejaría a los reyes y, daría sermones a la comunidad. Una antigua crónica arakanesa le atribuye a la estatua unos poderes especiales y sobrehumanos.
   El santuario de Mahamuni en Dhanyawadi con su legendaria estatua de Buda, continuó siendo el centro de culto principal en Arakán hasta el s. XVIII, pero se convirtió también en un objeto de deseo por parte de los sucesivos gobernantes budistas. Esto hizo que, a finales del siglo se pusiera fin para siempre a la estancia de la estatua del Mahamuni en Dhanyawadi, después de más de un milenio y medio allí (según la tradición). En 1784 el rey Bodawpaya de Birmania, heredero  del imperio fundado por su padre (el tercer Imperio birmano), fijó su atención en el vecino estado de Arakán, independiente pero siempre codiciado por los birmanos. Su hijo llevó a cabo la conquista, siendo un duro golpe y una humillación para sus habitantes, y la estatua fue sacada de Arakán para no regresar jamás a su lugar de origen.
Myanmar 
    Estando bajo el control de Bodawpaya la pagoda Shwedagon de Yangon (foto130) y la Roca Dorada de Kyaiktiyo (foto129), y ahora el Mahamuni, conocidos como el “triunvirato sagrado de Birmania”, este tenía un prestigio a nivel religioso prácticamente insuperable pero también un poder político y social inigualable, ya que el budismo jugaba un papel importante en la legitimidad de la monarquía birmana; de hecho entre los argumentos de la conquista de Arakán figuraba la acusación de que el budismo en dicha región estaba en declive y había que protegerlo.
   Pero esta es la historia. El santuario que acoge al Mahamuni es una gran pagoda en la parte sur de Mandalay que no es la original, sino una reconstrucción (no idéntica) del edificio de 1785, que fue pasto de las llamas. Hoy día el santuario está rodeado por numerosos monasterios, artesanos, albergues y tiendas de material religioso. Cuando íbamos entrando me vino a la cabeza la expulsión de los fariseos del templo por Jesús, pues realmente hay una gran actividad comercial en la antesala, que no parece muy acorde con la sacralidad del lugar…
   La estatua se encuentra en una estancia al fin de la entrada principal, y es visible de frente y por ambos lados. Las mujeres no pueden acceder a la estancia y, como yo, nos conformamos con ver a través de una puerta desde la que se ve parte de la imagen. Esta está descansando sobre una plataforma de casi dos metros de altura, y los hombres acceden por ella para hacerles sus ofrendas de lámina de oro. La estatua de Mahamuni es de bronce (aunque nadie lo averiguaría debajo de una capa de 5 cm de espesor de oro que ha hecho “engordar” y deformar a la imagen especialmente por la base). Mide casi cuatro metros de altura, su peso total es de 6,5 toneladas, y muestra al Buda en el momento de la iluminación, con su brazo derecho con la mano tocando el suelo como testimonio de sus actos pasados y la otra mano reposando sobre las rodillas con la palma hacia arriba. Los adornos que coronan su cabeza y el pecho están incrustados de piedras preciosas (diamantes, esmeraldas, zafiros, etc.) donadas por los devotos budistas a lo largo de los siglos. La imagen, desde luego, impone, y resulta curioso y extraño, porque no deja de ser un objeto inanimado.
   El momento más importante del día es en torno a las 04:00 a.m cuando con los primeros rayos de sol se lleva a cabo el ritual de lavado del rostro de la estatua. El abad es el único que puede tocar el rostro del Mahamuni, lavándole incluso los dientes. Cuando termina el proceso los presentes ofrecen sus donaciones a la imagen.
   Su posesión y su patrocinio por reyes en el pasado y por la junta militar actualmente no tienen sólo un fin religioso sino también político, y no es otro que perpetuar el control sobre una sociedad, la birmana, cuyo fervor religioso es muy intenso.
   Entre otros lugares interesantes de la ciudad destacamos al Shwenandaw Kyaung, el único edificio que queda de lo que una vez fuera el suntuoso palacio real, del cual podemos ver su inmenso foso defensivo (foto056).
   Otro lugar interesante de Mandalay es la Kuthodaw Paya (foto059), conocida como el libro más grande del mundo, por las 729 estupas que contienen las 729 losas de mármol grabadas en "pali" con los libros del Tripitaka (foto060). O la colina de Mandalay (foto057), donde monjes y parejas locales suben a ver el atardecer disfrutando las vistas panorámicas sobre la ciudad y el río y, por supuesto, en las cercanías, las cuatro ciudades imperiales: Ava, Sagaing, Amarapura y Mingun.
  
  
Las capitales imperiales
   
   La visita a Mingun a 11 kilómetros al norte de Mandalay sólo es posible en barco, en un agradable paseo. Hoy día es un pueblo de pescadores que vive entre la exuberante vegetación y sus maravillosos templos (foto073), entre ellos la descomunal pagoda inacabada Pathotagyi (foto074), de 50 metros de altura y llena de enormes grietas que amenazan con desmoronarla un día de estos… o la original Hsinbyume Paya (foto078), construida en 1816 por mandato del príncipe Bagyidaw en honor de su esposa. Sus siete terrazas representan las cadenas montañosas que rodean al mítico Monte Meru y las vistas desde la terraza superior son estupendas. Además también veremos la famosa campana de Mingun (foto077), y la Settawya Paya (foto072), que guarda una huella del pie de Buda.
Myanmar   Es interesante, si se va con tiempo, visitar la enfermería budista, junto a la campana, donde todas las contribuciones son muy bienvenidas.
   En Amarapura, otra de las antiguas ciudades imperiales, se encuentra la mayor y más prestigiosa universidad monástica del país, el monasterio de Maha Ganayon, con más de dos mil seiscientos monjes (foto085). Es posible visitarla, preferiblemente por  la mañana para así poder ver el recinto y el reparto de la comida (foto086). Y es que en Myanmar el 89% de la población es de creencias budistas theravada al igual que en Camboya, Sri Lanka y Tailandia, entre otros países. Datos que confirman que la fe budista está más viva que nunca en Birmania, donde sobrepasan en número a los militares. En casi todas las familias hay algún pariente que es monje o monja. Las familias adquieren grandes méritos y respeto cuando uno de sus hijos “toma la toga y el cuenco” (foto087). La vida monástica no los mantiene alejados de la sociedad; muy al contrario, son conscientes de la opresión y de las carestías que sufre el país. Por ello, si hay un colectivo que por conocimientos y convicciones pueda plantar cara al gobierno a pesar de su pacifismo, son ellos.
   Desde los incidentes de 2007 (Revolución azafrán) se les considera una suerte de tercera fuerza política en el país, que está al tanto de todos los acontecimientos y que tiene muchísimo poder de convocatoria y de convicción, pues son además la institución más organizada después del ejército birmano.
   El día hay que terminarlo en el U Bein, en Amarapura, para disfrutar de la belleza escénica del lugar al atardecer (foto089). Este puente es conocido por estar íntegramente construido con pilares de teca, exactamente 1.060. Con una longitud de algo más de un kilómetro y sobre el lago Taungtaman está muy transitado a estas horas (foto091), con pescadores, monjes que salen a pasear, gente regresando a casa desde el trabajo, pastores de patos, turistas… el tiempo pasa sin que uno se dé cuenta. El sol, tan naranja hace contraste con las montañas y pagodas cuyos oscuros perfiles se recortan en la lejanía y enmarcan el lienzo (foto092). Es una postal.
   Ava (Inwa) fue la capital del reino birmano durante más de 400 años, entre 1364 y 1838. Lo único que queda del antiguo palacio real de Ava es la muralla y la torre inclinada de Nanmyin, de 27 metros de altura, casi fantasmagórica. Desde la terraza superior de la torre se ven brillar a lo lejos las pagodas doradas de Sagaing, y los verdes campos de labranza cultivados y transitados por calesas y rebaños.
   El Bagaya Kyaung es un bello monasterio construido en teca y ricamente ornamentado con tallas. Otros puntos interesantes son Le Htat Gyi Paya (foto082), que nos recuerda  a la pagoda inacabada de Mingun, o el monasterio Maha Aung May Bon San (foto083).
   Sagaing, con sus más de 60 monasterios, es descrita como un "pequeño vaticano del budismo". Los templos y monasterios salpican la colina de cúpulas doradas emergiendo de la exuberante vegetación (foto068), mientras el río al fondo, brilla y fluye lento hacia los puentes que cruzan sus orillas. Es posible visitar alguno de los templos, entre ellos, en lo alto de la colina, la Pagoda U Ponya (foto069), muy venerada y dedicada a una de las 547 reencarnaciones del Buda: el sapo.
   La U Min Tounzeh Paya (foto070), tiene 45 imágenes de Buda sentadas y 2 de pie, todas lacadas y forradas con pan de oro (foto071). Están colocadas una al lado de la otra y formando una curva. Impecablemente cuidadas, su exterior es chillón y kitsh. La Kaunghmudaw Paya es inconfundible en la distancia debido a su enorme cúpula hemisférica de un blanco inmaculado (foto066). La pagoda, construida en 1636 en estilo cingalés, se eleva a más de 45 metros, y representa "el pecho de una reina de Myanmar".
   En fin, aunque por doquier nos sintamos rodeados de un apabullante patrimonio artístico esto no debe impedirnos que le tomemos el pulso a la actual Mandalay. Para ello es una gran idea pasear en torno al Zeigyo Market (foto204), con sus casas de té, sus puestos de verduras y sus fragantes especias. O visitar algún taller de fabricación de marionetas ya que estaremos en el lugar donde se fabrican y son realmente el "regalo" por excelencia.
   La noche es un excelente momento para visitar un espectáculo sin igual en Mandalay, los Moustache Brothers, un trío de cómicos, muy satíricos, que hacen teatro de marionetas, y, que son muy críticos con el gobierno.
  
   Ana Morales

 

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FotoCD109
   
Myanmar
Bienvenidos al país dorado

© Francesc Morera Fargas
Textos: Ana Morales

   
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Fotos: Albert Sorigue