Colecciones fotográficas

Angkor

Todos los templos de Angkor (1)

 

   La selva está llena de ruinas desconocidas; y, además de estos grandes templos a los que acude todo el mundo, se halla por doquier, al borde de los riachuelos y en los pantanos, enormidad de monumentos de barro cocido, de un arte más singular, que se remontan al cuarto siglo, a los primeros tiempos del vasto Imperio Khemer.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor, 1901)

 

Templos primitivos

   Aclaremos que la anterior datación ha quedado desfasada a raíz de investigaciones más recientes. Los templos primitivos de Angkor no se remontan a más allá del siglo IX.
   La calificación de 'primitivos' que se da a los primeros templos que se construyeron en la región de Angkor no debe llevar a confusión. Porque estos santuarios denotan ya un dominio consumado del arte de la arquitectura, heredado de las antiguas civilizaciones de cultura indianizada conocidas como Funan y Chenla que se desarrollaron en distintas zonas de Camboya entre los siglos I y VII.
   Estos templos se caracterizan por el uso predominante del barro cocido o ladrillo, pero también emplean otros materiales:
   - la laterita (una roca muy dura de aspecto poroso y color rojizo producido por su alto contenido de óxidos de hierro y aluminio, muy común en zonas tropicales), que se usaba sobre todo en las infraestructuras: suelos, plataformas, muros y murallas;
   - la piedra arenisca, utilizada sobre todo en las superestructuras de puertas, ventanas, jambas, dinteles, columnas y ornamentos, y que permitía un fino cincelado de esculturas, relieves y decoración floral;
   - la piedra caliza aparece en algunos monumentos, como las grandes cabezas construidas/esculpidas con el rostro de Lokeshvara sobre los portalones de entrada a la ciudad de Angkor Thom;
   - el estuco, o mortero de cal, usado en los revestimientos, que permitía ser modelado como ornamentación decorativa recubriendo los ladrillos.
   En los monumentos del periodo clásico el ladrillo va siendo sustituido por la piedra (laterita, arenisca y caliza), de forma casi exclusiva. Fueron utilizados también otros materiales perecederos como la madera y el bambú, que con el tiempo han desaparecido totalmente.

 

 Ak Yum. Cuando Angkor no existía aún

Foto 297
   Ak Yum = 'Ave Lastimera'.
   Construido entre los siglos VII y IX, con partes pertenecientes a un templo anterior.
   En el borde sur del Baray Occidental.
   Pocos restos quedan de Ak Yum, templo pre-angkoriano anterior al siglo IX, uno de los más antiguos que subsisten en la región de Angkor.
   Sus exiguas ruinas se esconden en una hondonada, en la orilla sur del inmenso Baray Occidental, un embalse gigantesco de posterior construcción, cuyo dique meridional cubrió parte de su recinto.
   Aunque de dimensiones muy modestas por comparación a los que le iban a suceder, este templo revela ya algunas de las características que iban a ser recurrentes en la arquitectura religiosa de Angkor: su composición en forma de 'templo-montaña', con una pirámide escalonada de ladrillo circundada por un recinto cuadrangular con torres en las esquinas, elevado sobre una plataforma que contenía otras seis torretas.
   La cella del prasat central situado en la cúspide albergaría un linga, símbolo de Siva, y había además otra cella subterránea (una supuesta sala de ofrendas), comunicada con la primera por un pozo vertical de 13 m.
   Hoy esta solitaria ruina sigue siendo lugar de culto, como puede apreciarse por los templetes budistas modernos, en pie cada uno sobre una columnilla, donde los devotos depositan barritas de incienso encendidas, en honor a Buda.

 

Grupo Roluos, los restos de la primera capital
  
   Se denomina 'Grupo Roluos' a un conjunto de templos primitivos, acompañados de estanques y canales, que constituirían la primera capital de un rey jemer (Indravarman I) asentada en el territorio de Angkor, en lo que hoy es el poblado de Roluos, 12 km al este de Siem Reap.
   Entre sus construcciones destacan tres templos: Preah Ko, Bakong y Lolei.
   Aunque sean los templos más antiguos de Angkor, sorprende en estas primeras construcciones el grado de refinamiento que habían ya alcanzado sus artífices, tanto en la estructura arquitectónica como en su decoración escultórica, realizada sobre piedra o mortero. El principal material constructivo de estos santuarios era el ladrillo, si bien el Bakong fue reforzado posteriormente con un recubrimiento de arenisca. Las hermosas estatuas de devatas y dvarapalas que adornan sus nichos están talladas en este tipo de piedra, y adosadas al ladrillo, así como los leones guardianes y los magníficos dinteles y columnas que enmarcan las puertas. El virtuosismo plástico que despliegan estos dinteles será imitado y desarrollado en posteriores edificios, pero no superado.

 
- Preah Ko
  
Fotos 298 y siguientes
   Preah Ko = 'Toro Sagrado'.
   Construido en 879 d C, bajo Indravarman I.
   Situado en el 'Grupo Roluos', entre el Lolei (al norte) y el Bakong (al sur).
   El nombre de este templo proviene de las tres estatuas exentas de toros Nandi que hay colocadas frente a cada una de las entradas de los tres prasats principales. Un toro Nandi mirando hacia un edificio es señal inequívoca de que estamos ante un templo de Siva, uno de los tres dioses de la triada suprema hindú. Nandi es la montura o vehículo de Siva, tal como Garuda es la de Vishnú, y siempre se ve al animal esperando recostado delante de la puerta de la residencia de su dios y señor.
   El templo de Preah Ko está además dedicado a los ancestros del rey que lo mandó construir, Indravarman I. Este soberano promovió también la construcción (en 877) de un gran estanque para garantizar el suministro de agua a la zona, llamado Indratataka (o 'Estanque de Indra'), inaugurando de este modo la era de las grandes obras de ingeniería hidráulica que constituyeron, al decir de los estudiosos, la clave de la extraordinaria prosperidad que alcanzaría Angkor.
   La distribución general de las dependencias del templo marca ya unas pautas que, con distintas variantes, iban a perpetuarse a lo largo de los siglos en las sucesivas construcciones religiosas de la arquitectura angkoriana: un santuario central rodeado por una sucesión de dos, tres o cuatro murallas cuadrangulares cuyos respectivos perímetros están inscritos unos dentro de otros, y sus muros orientados a los cuatro puntos cardinales.
   En este caso, se trata de dos murallas. La interior delimita el primer recinto, donde se halla el santuario propiamente dicho, y la exterior enmarca un segundo recinto, que engloba al primero, y contiene a su vez otras dependencias, como ocho 'edificios largos', así llamados por su planta rectangular muy oblonga, y una 'biblioteca'. Se desconoce aún las funciones de estas estancias.
   Cada una de las dos murallas está perforada por dos gopuras o pabellones de entrada, de planta cruciforme, situados uno (el principal) al este y el otro al oeste. Una calzada da acceso al santuario central, compuesto por seis prasats (o torres que albergan las estatuas de los dioses), dispuestos en dos filas de tres, y todos ellos elevados sobre una misma plataforma rectangular.
   Los tres prasats orientales son los dedicados a los antepasados masculinos del rey, y cobijaban en su interior sus respectivas estatuas divinizadas: el del centro, que es el más grande, la de su predecesor en el trono Jayavarman II, bajo el aspecto de Parameshvara (o 'Señor Supremo', una de las denominaciones de Siva); el del norte la de Rudravarman, abuelo materno del rey; y el del sur la de Prithivindravarman, padre del rey. Estas tres torres son ligeramente más grandes que los tres prasats occidentales, que estarían asignados a las tres consortes femeninas de los anteriores personajes, también divinizadas: Narendradevi, Dharanindradevi y Prithvindradevi (devi = diosa).
   Los seis prasats estaban realizados en ladrillo, con excepción de algunos elementos como la puerta principal, las falsas puertas, los nichos con devatas y dvarapalas, y las parejas de leones guardianes, que son de arenisca. El ladrillo del exterior estaba a su vez revestido de una profusa decoración en mortero de cal, de la que quedan restos dispersos.
   El templo de Preah Ko se erigía en el centro de un área residencial de más de 300 hectáreas, encuadrada por un foso de perímetro rectangular de 500 x 400 m.

 
- Bakong
  
Fotos 302 y siguientes
   Templo de Estado de la ciudad de Hariharalaya, fundada en el lugar donde hoy se halla el pequeño poblado de Roluos, 12 km al este de Siem Reap. Situado a 500 m al sur de Preah Ko.
   Consagrado en 881 d C, por Indravarman I, aunque había sido comenzado unos cuarenta años antes por su inmediato antecesor Jayavarman I. El prasat central data del siglo XII.
ANGKOR   Prototipo del 'templo-montaña', tiene forma de pirámide escalonada de cinco gradas en cuya cúspide se eleva la torre del santuario central, simbolizando el monte Meru, ombligo del mundo, y está cercado por una muralla rectangular a su vez circundada por un foso cuadrangular de unos 800 m de lado, que simbolizaba el océano que rodea el mundo. Fue la primera vez que se excavaron fosos alrededor de un santuario.
   Este modelo básico se aplicó, con variantes, a todos los 'templos de Estado' posteriores, que siempre estaban emplazados más o menos en el centro geográfico de la ciudad correspondiente. El palacio del rey, por su parte, estaba situado por lo general al norte del Templo de Estado, si bien apenas quedan vestigios de estos palacios reales, al haber sido la mayoría de ellos construidos en materiales perecederos, como la madera.
   Bakong fue el templo más grande y más complejo de todos los erigidos hasta aquella fecha por los reyes jemer. Aunque su infraestructura es de ladrillo, fue totalmente recubierto por sillares de arenisca.
   En las esquinas de las tres primeras gradas de la pirámide escalonada central se levantan hermosas estatuas de elefantes: un elefante en cada esquina, mirando a la jungla que se extiende a sus pies.
   Sobre la plataforma de la cuarta grada se elevan doce torres de piedra, que antaño albergaban otros tantos lingas, con las puertas verdaderas orientadas al este, y una puerta falsa en cada una de las restantes caras. Las jambas y dinteles de estas puertas despliegan el habitual virtuosismo decorativo de que ya hacían gala los escultores de esta temprana época, de una exuberancia que llegaba al grado de filigrana.
   Las paredes de la quinta y última grada de la pirámide estaban ornadas con bajorrelieves tallados en piedra de una calidad excepcional. Sin embargo sólo quedan pequeñas muestras de estos relieves (como el fragmento de una batalla entre los devas, o dioses, y los asuras, o demonios), que han sido prácticamente borrados por los embates de la intemperie durante siglos.
   El prasat central es una esbelta torre con un techado a cuatro niveles de perfil muy recortado, que exhibe el habitual juego de frontones en disminución, remates de acróteras y antefijas, y una flor de loto en el vértice. Recuerda poderosamente a las célebres torres centrales de Angkor Vat, y de hecho la torre se levantó en esa misma época (siglo XII) sobre otro prasat primitivo. Custodiaba en su interior un linga real denominado Sri Indrehvara, consagrado en 881.

 

- Lolei
   
Fotos 307 y siguientes

   Perteneciente al 'Grupo Roluos', y situado a unos 600 m al norte de Preah Ko.
   Construido por encargo de Yashovarman I, hijo y sucesor de Indravarman I, en 889, en memoria de sus antepasados.
   El templo de Lolei iba a ser lo que en Angkor se conoce como un mebon, es decir, un templo construido sobre un islote artificial en medio de las aguas de un baray o estanque monumental. Este baray (el Indratataka) había sido planificado y su construcción comenzada en tiempos de los monarcas precedentes, pero nunca se llegó a completar, por lo que el mebon de Lolei estuvo siempre asentado en tierra firme.
   Sobre una terraza de 80 x 90 m, se levantan cuatro prasats o torres, realizadas en ladrillo, con ensamblajes de piedra arenisca para lo que son las puertas y los habituales nichos de devatas y dvarapalas (guardianes femeninos y masculinos del santuario). Parece que en origen el santuario central iba a constar de seis prasats, como en el caso de Preah Ko.
   Es de destacar la refinadísima decoración de bajorrelieves y esculturas que ostenta este templo primitivo, sobre todo en las puertas (auténticas y falsas), dinteles, columnas adosadas y nichos. En el intradós de las jambas pueden leerse inscripciones en la antigua caligrafía jemer.
  
 

  
Phnom Bakheng, los comienzos de Angkor
  
Fotos 311 y siguientes
  
   Phnom Bakheng = 'La Colina Poderosa'.
   Templo de Estado de la primera capital fundada en el territorio de Angkor: Yashodharapura ('La ciudad que concede la gloria').
   Con estructura de 'templo-montaña', está situado en la cumbre del monte Phnom Bakheng, una colina natural de 70 m de altura que se eleva entre Angkor Vat y Angkor Thom.
ANGKOR   Construido en tiempos de Yashovarman I (hijo de Indravarman I), que ascendió al trono en 889.
   Alrededor de este monte coronado por el templo, se proyectó una vasta ciudad, cercada por una muralla cuadrada de 4 km de lado con fosos de 200 m de ancho corriendo paralelos a los muros, cuyas ingentes obras nunca llegaron a término. De haber sido concluida, ésta hubiera sido la mayor ciudad no sólo de Angkor, sino del mundo medieval. Como término de comparación, las murallas de Angkor Thom tienen 3,5 km de lado.
   Para suministrar agua a esta capital, el mismo rey ordenó la construcción al nordeste de un gigantesco estanque de 7 km de largo x 1,8 km de ancho, el Yashodharatataka, hoy conocido como Baray Oriental, que permanece seco desde hace siglos.
   Se podía ascender a lo alto del monte por tres grandes escaleras que enfilan rectas desde la llanura hasta el templo cimero, desde el este, el norte y el oeste, con fieros leones guardianes flanqueando el pie de cada escalinata.
   La cumbre de la colina fue vaciada y aplanada para asentar los cimientos del templo. Consiste éste en una pirámide escalonada de seis gradas que se eleva sobre una plataforma amurallada de 185 x 120 m. La base de la pirámide está rodeada por una apretada sucesión de 44 prasats de ladrillo. La pirámide en sí está tallada en la misma roca y revestida con sillares de piedra arenisca, y cada una de sus primeras cinco gradas sostiene 12 santuarios de arenisca (4 en las esquinas y 2 a cada lado de las cuatro escaleras axiales): en total 60 santuarios. La sexta y última grada es una plataforma cuadrada de 47 m de lado sobre la que se elevaban las cinco torres que coronaban el conjunto. La disposición de estas cinco torres (una en cada una de las cuatro esquinas y la mayor en el centro) simboliza los cinco picos del monte Meru, y será uno de los rasgos distintivos de la arquitectura monumental jemer, repitiéndose con posterioridad en muchos otros templos, entre ellos el de Angkor Vat.
   Existen otros dos montes en la región de Angkor: el Phnom Krom y el Phnom Bok. Y en la cumbre de cada uno de ellos se construyó también en la misma época un templo.
  
 
  
Phnom Krom
  
   Elevado en la cima de la colina homónima de 130 m de altura que, a 11 km al sudoeste de Siem Reap (y, por tanto, algo alejado de la zona de Angkor), domina el lago Tonlé Sap y el pueblo de pescadores de Chong Khneas.
   Contemporáneo de los templos de Phnom Bakheng y de Phnom Bok (hacia 890), fue consagrado por Yashovarman I, y dedicado al Trimurti: la trinidad suprema de la teogonía hindú, compuesta por Brahma, Vishnú y Siva.
   Una muralla de laterita de planta cuadrada, atravesada en el centro de sus caras por cuatro gopuras cruciformes, encierra el templo con sus dependencias anexas: diez edificios alargados y cuatro 'bibliotecas'. El santuario principal se compone de tres prasats o torres de piedra arenisca elevadas sobre una plataforma común, y con las escaleras de entrada flanqueadas por parejas de leones guardianes. Cada prasat era la morada de una de las tres divinidades del Trimurti.
   El templo de Phnom Krom tiene su hermano gemelo en la cumbre de otro monte bastante alejado de allí: el Phnom Bok.
  
 
  
Phnom Bok, el templo de la montaña
  
Fotos 315 y siguientes
   Phnom Bok es el monte más elevado (230 m) de los tres que despuntan sobre la vasta planicie de la región de Angkor, y otorga su nombre al templo cuyas ruinas yacen en su cumbre, contemporáneo (hacia 890) de los templos de Phnom Bakheng y Phnom Krom, y muy parecido a este último en su distribución general.
   También fue dedicado por Yashovarman I al Trimurti, o triada Brahma-Vishnú-Siva, cada una de las divinidades con su correspondiente prasat. Estos tres prasats principales, realizados en piedra arenisca y de muy bella decoración escultórica, se levantan sobre una plataforma común. El complejo incluye también, dentro del recinto demarcado por un muro de laterita, cuatro edificios más de incierto cometido: dos de ladrillo y dos de piedra. Estos dos últimos sirven hoy de pedestal a sendos árboles 'Champei' que han echado sus raíces en su techumbre. El conjunto del templo está en un precario estado de conservación, con las torres medio derruidas, y plantas trepadoras avanzando e invadiendo todos los intersicios de los sillares.
   Desparramados por el suelo se puede ver multitud de fragmentos arquitectónicos y escultóricos de los edificios arruinados: relieves, pináculos en forma de loto, leones guardianes, acróteras en forma de naga o serpiente sagrada de múltiples cabezas y toda clase de elementos ornamentales, como las antefijas (remates decorativos de una cornisa o un frontón) en forma de templete, que reproduce en miniatura la misma fachada del edificio donde van colocadas. Un templo dentro del templo dentro del templo... en una regresión ad infinitum.
   Fuera del recinto, a un centenar de metros, se hallan los restos destrozados de un gran linga (especie de cilindro, símbolo fálico de Siva) de 4 m de alto y 1,20 m de diámetro.
  
 
  
Baksei Chamkrong
ANGKOR  
Fotos 324 y 325
   Baksei Chamkrong = 'Ave de Alas Protectoras'.
   Comenzado bajo Harshavarman I y terminado por su sucesor el rey Rajendravarman, en 947.
   Templo dedicado a Siva.
   Situado al pie de la falda norte del monte Phnom Bakheng, y a orillas del foso meridional de la ciudad de Angkor Thom, no lejos de la Puerta Sur de su muralla.
   Este bello templo primitivo construido en laterita y arenisca es admirable por su esbeltez y por la armonía de sus proporciones.
   Es una pirámide escalonada relativamente pequeña (13 m de altura), de cuatro gradas, con 27 m de lado en la base, coronada por un prasat con un tejado de tres niveles. Las tres primeras gradas son de laterita, una roca de aspecto poroso pero muy resistente y de un intenso color rojizo, mientras la cuarta y última grada es una plataforma moldurada en arenisca que sostiene el prasat central, una torre de ladrillo con las puertas de piedra, una real y tres falsas, enmarcadas por dinteles exuberantemente labrados y jambas con inscripciones antiguas, que hablan de genealogías de reyes.
   Se puede ascender al prasat central por cuatro empinadas escaleras axiales reforzadas con sólidos machones, que rasgan las cuatro gradas de la pirámide por la mitad de sus cuatro caras orientadas a los cuatro puntos cardinales.
   El perfil general de este templo piramidal nos evoca vagamente el de otros templos, no lejanos en el tiempo, pero sí muy lejanos en la geografía: nos referimos a las pirámides que los mayas construían por aquellos siglos en lugares como Tikal, en la actual Guatemala, o, más tarde, en Chichen Itzá, actual Yucatán, México. Sabemos que nada tienen que ver unas con otras, pero es sorprendente la gran cantidad de paralelismos que parecen mostrar en sus respectivas estructuras y en muchos de sus elementos arquitectónicos.
  
 
  
Bei Prasat
  
Foto 326
   Bei Prasat = 'Tres Torres'.
   Construido en el siglo X.
   Situado a un centenar de metros al oeste del Baksei Chamkrong, en la ribera al sur del foso de Angkor Thom.
   Se compone de tres prasats de ladrillo sobre una plataforma común de laterita, de los que sólo el central conserva la superestructura, de tres niveles decrecientes. Las puertas abiertas en las fachadas este, así como las puertas ciegas de las demás fachadas, son de arenisca y ostentan la habitual decoración floral afiligranada en sus dinteles y jambas.
  
 
  
Prasat Kravan
ANGKOR  
Fotos 327 y siguientes
   Prasat Kravan = 'Templo del Cardamomo'.
   Dedicado a Vishnú.
   De tiempos de Harshavarman I (900-928), encargado probablemente por un funcionario de la corte.
   Situado 800 m al sur de Banteay Kdei.
   El área de este templo está rodeada, como de habitual, por un foso rectangular, que se atraviesa por el lado este.
   El santuario principal consiste en cinco torres de ladrillo alineadas sobre una plataforma común, cuyas escaleras de acceso están guardadas por parejas de leones de piedra. Sólo el prasat central se conserva entero, con su esbelta torre de cuatro cuerpos escalonados. Las otras cuatro torres están desmochadas a distintos niveles, pero todas conservan sus puertas (abiertas al este, ciegas en las demás caras) con el usual derroche decorativo en sus dinteles monolíticos, jambas y columnillas.
   Lo que hace excepcional a este templo primitivo son los extraordinarios bajorrelieves que esconde en el interior de dos de sus torres, labrados en el mismo ladrillo de las paredes, de muy alta calidad plástica, y que en su tiempo estaban recubiertos con barnices polícromos.
   En el prasat central se ven distintas representaciones de Vishnú, dios de la Conservación, segundo en la trinidad hindú, en figuras de gran tamaño que casi cubren las paredes de la cella. En el muro norte, Vishnú montado sobre su vehículo Garuda (ser mitad humano mitad ave de presa).
   En el prasat norte las figuras representan deidades femeninas. La del muro oeste posee cuatro brazos, y está acompañada a sus pies por personajes orantes arrodillados. Se podría deducir que se trata de Lakshmi, cónyuge de Vishnú, pero los atributos que porta (como el tridente) parecen vincularla con Siva, por lo que podría ser Devi, la Gran Diosa.
  
 
  
Mebon Oriental
ANGKOR  
Fotos 331 y siguientes
   Mebon: templo sobre una isla en medio de un estanque.
   El Mebon Oriental se erigió bajo Rajendravarman y fue consagrado en 952.
   Dedicado a Siva.
   Fue planeado por Kavindrarimathana, arquitecto de gran reputación en la corte de su época, autor también del templo de Pre Rup.
   Situado a 1,6 km al norte de Pre Rup sobre lo que fue un islote artificial casi en medio del Baray Oriental, un inmenso embalse rectangular de 7 x 1,8 km de lado, hoy desecado, que abastecía de agua a la capital.
   En su tiempo sólo se podía llegar en barco a este templo de planta cuadrada, que contaba con cuatro embarcaderos en lugar de los cuatro gopuras habituales de acceso a los templos. Consta de tres recintos amurallados cuadrados inscritos unos dentro de otros y escalonados en terrazas de laterita a tres niveles. El recinto central contiene además de ocho templetes de ladrillo, que albergaban otros tantos lingas de Siva, una gran plataforma cuadrada sobre la que se yerguen el prasat principal (en el punto más alto), acompañado de cuatro prasats ligeramente menores situados en las cuatro esquinas de la plataforma: la simbolización de los cinco picos del monte Meru.
   Potentes elefantes de piedra, muy bien conservados, se asoman mirando a la selva en cada una de las esquinas de los dos primeras terrazas.
   Este templo, como todos los del periodo primitivo, ofrece a la contemplación del visitante espectaculares dinteles tallados con motivos florales y míticos. Además de los omnipresentes kalas y makaras, seres monstruosos que frecuentan la arquitectura hindú, podemos distinguir, en medio de  las composiciones de guirnaldas, flores y volutas, a algunos dioses, como Indra montado sobre Airavata, elefante de tres cabezas, o Skanda, dios de la guerra, hijo de Siva, montado sobre un pavo real.
   El Mebon Oriental tiene su contrapunto en el Mebon Occidental, situado en otro islote en medio de las aguas del Baray Occidental.
  
 
  
Bat Chum
  
Fotos 337 y 338
   Encargado por Rajendravarman y consagrado en 960.
   Construido por Kavindrarimathana, célebre arquitecto de credo budista que trabajó a las órdenes del rey, autor también del Mebon Oriental y de Pre Rup.
   Situado 400 m al nordeste de Prasat Kravan, no lejos de la orilla sur del estanque Srah Srang.
   Como el Prasat Kravan, está rodeado en sus cuatro lados por un ancho foso, que sólo se puede atravesar por el este.
   El cuerpo central del templo se compone de tres prasats de ladrillo, elevados sobre una sola base compartida. Una vez más es de admirar la factura de las columnas y los dinteles de las puertas, tanto reales como falsas, de una refinada delicadeza. Destaca un dintel labrado con la imagen del dios védico Indra montado sobre el elefante Airavata entre dos leones, guirnaldas y volutas florales.
   En el intradós de las jambas de las puertas orientales se pueden ver incisas inscripciones en antigua caligrafía jemer, que han sido traducidas por los estudiosos, y consisten en textos en verso de distintos autores elogiando al arquitecto que diseñó este edificio.
  
 
  
Prasat Leak Neang
  
Foto 339
   Datado en 960, según se desprende de una inscripción.
   Este prasat de ladrillo, cuya estructura se ha inclinado por los movimientos del terreno, se esconde en un claro de la selva muy cerca del gran templo de Pre Rup, con el que estaría relacionado. Exhibe un hermoso dintel en su puerta oriental, con la figura de Indra sobre su elefante.
  
 
  
Pre Rup
ANGKOR  
Fotos 340 y siguientes
   Pre Rup = 'Girar el Cadáver'
   Consagrado en 962, bajo el reinado de Rajendravarman. Dedicado a Siva.
   Situado a 2 km al este del estanque Srah Srang, y a 1,6 km al sur del Mebon Oriental, con el que está alineado. Se cree que ocupa el mismo emplazamiento de un antiguo ashram o albergue de peregrinos.
   Está considerado como la obra cumbre del arquitecto Kavindrarimathana, que construyó también el Mebon Oriental, con el que guarda un gran parecido en su estructura general, si bien el Pre Rup lo superó en tamaño y altura. Su concepción arquitectónica se impuso y dio nombre al que se conoce como 'estilo Pre Rup'. Este templo marca el punto de transición entre el periodo pre-clásico (los que hemos llamado templos 'primitivos', descritos hasta aquí) y el periodo clásico de la arquitectura de Angkor.
   Se trata de un gran 'templo-montaña', compuesto de un escalonamiento piramidal de terrazas de laterita, en la cumbre del cual se elevan como una cordillera de afilados picos las cinco esbeltas torres de ladrillo que simbolizan el monte Meru. Al pie de la pirámide, pero encerradas en el recinto exterior por una gruesa muralla cuadrangular, se levantan en fila otros cinco altos prasats de ladrillo.
   La asignación al templo del nombre de Pre Rup ('Girar el cadáver') es moderna, y se debe a una interpretación equivocada de una pieza que aparece en el pavimento de la zona oriental del segundo recinto: una pequeña plataforma de piedra, que se tomó por un sarcófago, y de la que se dedujo estaba relacionada con un ritual de enterramiento –que aún se practica–, consistente en dibujar varias veces la silueta de un cadáver con las cenizas del difunto, orientándolo hacia distintas direcciones. Se ha demostrado, no obstante, que el supuesto sarcófago es en realidad (estamos en un templo de Siva) un pedestal para una estatua del toro Nandi, desaparecida.
   Como en el Mebon Oriental, robustas estatuas de elefantes vigilan desde las esquinas de las terrazas.

 

 

 

    


  

 

Banteay Srei. La joya de Angkor

Fotos 174 y siguientes
   Banteay Srei = 'Ciudadela de las Mujeres'.
   Consagrado en 967. Fue erigido no por un rey sino por dos sacerdotes brahmanes (los hermanos Yajnavaraha y Vishnukumara), prósperos hacendados de la región de Ishanapura.
   Templo algo apartado del núcleo de Angkor. Situado a 20 km al nordeste del Baray Oriental, en las riberas del río Siem Reap.
    El nombre actual de 'Banteay Srei' alude a las bellas imágenes de devatas (divinidades protectoras femeninas) que nos miran desde sus nichos abiertos en todas las fachadas de los edificios del complejo. Se diría una auténtica 'Ciudad de las mujeres', pero es que además el conjunto de este santuario transmite una sensación de delicadeza femenina, tanto por sus reducidas aunque armoniosas proporciones, como por la sensualidad de los relieves y la exquisitez obtenida en la afiligranada decoración vegetal, labrada en la piedra pero que semeja un revestimiento hecho con tapices o encaje de bolillos.
ANGKOR   Al templo de Banteay Srei se le califica con justicia como la 'joya de Angkor'. Y es cierto: por comparación a la gradiosidad de otros templos de su siglo, este santuario es diminuto y rojo como un rubí. La puerta del gopura oriental de entrada al recinto central mide poco más de un metro de altura, y hay que reclinar el cuerpo para atravesarla. Cada una de las dependencias del santuario es un prodigio en sí, un trabajo no se sabe si de arquitectos o de orfebres. Y el conjunto está encerrado en un estuche formado por una doble muralla circundada por un ancho foso cercado a su vez por otra muralla.
   Sorprende tal grado de refinamiento en una fecha tan temprana de ejecución: mediados del siglo X. En esa época Europa estaba en el prerrománico, el mozárabe, el asturiano, el carolingio..., cuyas mejores realizaciones parecen balbuceos bárbaros al lado de la sofisticación que exhibe el Banteay Srei.
   Vemos aquí soluciones arquitectónicas totalmente nuevas, como los gopuras con frontones triangulares rematados por espirales, o el añadido al triple prasat del santuario central de un vestíbulo y un corredor cubierto de entrada, a la manera de los templos de la India.
   La simbiosis entre arquitectura y escultura es total; no se puede discernir dónde acaba una y empieza la otra. La laterita y la arenisca roja confieren un color tan cálido e intenso a los edificios del santuario, que, con sus juegos de frontones sinuosos y polilobulados, parecen plasmar en piedra las llamaradas de un gran incendio.
   La racionalidad diríase cartesiana con que está planificada la distribución de las dependencias, tanto individualmente como en conjunto, contrasta poderosamente con la prodigalidad y el aparente caos de las escenas escultóricas de los frontones, con sus abigarradas y voluptuosas figurillas de cuerpos redondeados, que cuentan leyendas y epopeyas de dioses, semidioses y hombres, extraídas del Ramayana y de otros textos de la mitología hindú.
   Los relieves de los frontones de esos enigmáticos edificios llamados 'bibliotecas' cuentan entre las obras maestras absolutas de la escultura jemer. El tímpano central del triple frontón oriental de la biblioteca sur escenifica al demonio Ravana sacudiendo el monte Kailasa, en el que están sentados Siva y Uma. En el equivalente de la biblioteca norte, simétrica y casi gemela a la anterior, se pueden distinguir a Indra sobre el elefante Airavata, a Krishna con su hermano Balarama, y a Vishnú en su carro, mientras que el de la fachada occidental muestra a Krishna dando muerte a su tío el demonio Kamsa.
   Otros grupos escultóricos dignos de atención que seleccionamos de Banteay Srei:
   - Frontón de un pabellón perpendicular a la calzada de acceso, con imagen de Narasimha, avatar de Vishnú, destripando al demonio Hiranyakashipu.
   - Frontón y dintel en la cara oriental del gopura occidental del segundo recinto, con una escena del Ramayana: el combate entre los simios Valin (o Bali) y Sugriva, ayudado éste último por Rama.
   Cuenta el Ramayana que Valin había usurpado el trono del rey de los monos a su hermano Sugriva, y que éste pidió ayuda a Rama para recuperar el poder, prometiéndole a cambio ser su aliado en la guerra contra el demonio Ravana, rey de Lanka, que había raptado a Sita, la mujer de Rama.
  
   Cuando el vigoroso Valin oyó los espantosos rugidos de su hermano, se enardeció de cólera y salió de su caverna, furioso, entablándose entre los dos rivales un combate ensordecedor. ¡En horrible duelo se acometían con los puños, duros como diamantes, con los árboles y hasta con las colinas de las montañas!
   En aquel momento, Rama tomó su arco y miró a los combatientes; pero los vio parecidos de cuerpo, exactamente semejantes el uno al otro, e iguales en la bravura y la fuerza; y como era imposible distinguirlos, no quiso lanzar todavía una flecha en lo mejor del combate. (...)
   Sugriva arrancó sin temor un gran árbol y se lo arrojó al pecho a Valin, lo mismo que el rayo cae sobre una alta montaña. Abrumado por la violencia del golpe, Valin vaciló.
   Sin embargo Rama empuñó de repente una flecha, parecida a una ígnea serpiente, y envióla al corazón de Valin, el de enorme fuerza, que cayó con el seno atravesado y sin conocimiento, y la ruta de su vida interrumpida.
   (Valmiki, Ramayana)


  


    

 

La Edad de Oro de Angkor

Ta Keo, el santuario inacabado
ANGKOR  
Fotos 191 y 192
   Templo-montaña inacabado, probable santuario de Estado de la ciudad de Jayendranagari.
   Iniciado en 985 por Jayavarman, y continuado por su sucesor Jayaviravarman.
   Emplazado en un claro de la selva a 500 m al este de los templos gemelos Thommanon y Chau Say Tevoda, y a 1 km de la Puerta de la Victoria, en la muralla oriental de Angkor Thom.
   Su estructura comporta dos terrazas superpuestas (la segunda rodeada por una galería abovedada de circunvalación iluminada por ventanas de balaustres, ciegas las de las fachadas exteriores y verdaderas las interiores), cuya infraestructura es de laterita pero cuyo exterior está completamente revestido de piedra arenisca. Sobre esta terraza se levanta una pirámide escalonada de tres niveles, rematada por el habitual grupo de cinco torres, representación simbólica del sagrado monte Meru.
   Lo más fascinante de este templo no es tanto su distribución general –una variación de la de otros templos-montaña precedentes, aunque con innovaciones como la introducción de corredores abovedados–, como el hecho de que, por motivos que se desconocen, jamás fue terminado. Lo que nos permite observar una imagen congelada del proceso intermedio de construcción de un templo, cuando aún no había sido ornado con un programa iconográfico de esculturas, tallas y elementos arquitectónicos embellecedores como las acróteras y pináculos. Estamos ante un boceto de templo, sin terminar de pulir, despojado y austero, y ello nos permite apreciar cómo los bloques de piedra que iban a ser labrados a niveles de orfebrería, están ya allí colocados, sin desbastar, cada uno en su sitio a la espera del cincel del tallista. Ya sólo nuestra imaginación puede completar el trabajo.
  
   Tenemos otro ejemplo de templo inacabado en Wat Athwea (foto 193), en los arrabales al sudoeste de Siem Reap, un complejo religioso poco conocido que, aunque ya ostenta las características arquitectónicas de la época clásica de Angkor (santuario central precedido de vestíbulo, prasat principal de piedra en forma de 'tiara', pares de 'bibliotecas' gemelas, etc.), está casi desnudo de decoración escultórica, si no contamos unas pocas apsaras talladas en relieve en el interior.
  
 
  
Kbal Spean, el río de los mil lingas
   
Fotos 194, 195 y 196
   Relieves rupestres del siglo XI.
   Enclave situado en un arroyo de montaña, afluente del río Siem Reap, que baja abriéndose paso por las selvas de las estribaciones del monte Kulen. A 18 km al norte de Banteay Srei.
ANGKOR  
    No todo son templos en Angkor. Un poco alejado, escondido en las junglas de una zona montañosa al norte, cerca del lugar donde un rey fundó una ciudad que alternó con Angkor como capital del reino jemer, se puede llegar por una accidentada pista de tierra a este extraño y sugestivo paraje, que no se había podido visitar de nuevo hasta hace pocos años (1998), al hallarse en una zona donde persistía la guerrilla de los jemeres rojos.
   Durante un tramo de un par de kilómetros, si se recorre la orilla de un arroyo que va cayendo en pequeñas cascadas y torrenteras por la ladera de un monte, entre caos de rocas, troncos retorcidos de árboles y un espeso entramado de lianas, el excursionista atento puede ir descubriendo un verdadero museo de esculturas al aire libre. Esculturas y relieves rupestres, cincelados en el lecho rocoso del río y en los peñascos aledaños, con motivos figurativos fácilmente identificables como pertenecientes a la teogonía hindú, así como motivos animales, como cocodrilos, ranas, toros... aparecen aquí y allá, en los rincones más inesperados, escondidos en la fronda, salpicados por el agua, lamidos por la corriente.
   El mismo fondo de roca del río está en algunos enclaves tallado con el motivo repetido del linga y del yoni (símbolos de Siva y de su consorte). El número de lingas se multiplica hasta el punto de que cubren grandes porciones del lecho rocoso. En ocasiones se simplifica su trazado integrando un centenar de lingas compactados en un solo bloque, su forma cilíndrica simplemente insinuada. Se creía que al correr las aguas sobre estos mil lingas, quedaban impregnadas del poder fecundador de Siva y garantizarían con su irrigación una fértil cosecha.
   Este lugar fue en su tiempo (durante el reinado de Udayadityavarman II, 1050-1066) un asentamiento de ermitaños y ascetas, a quienes se atribuye la realización de estas obras escultóricas. Podemos destacar entre ellas dos rocas con relieves, que en temporada de lluvias quedan sumergidos bajo el caudal, donde se puede distinguir a Vishnú recostado sobre la serpiente Ananta, a Brahma, sentado sobre una flor de loto que surge del ombligo de Vishnú, y, completando el grupo, a Siva y su cónyuge sobre el toro Nandi.
   Río arriba destaca otra gran roca tumbada junto a la orilla, con un relieve muy erosionado por el agua, donde se identifica la figura de Brahma, creador del mundo, con cuatro brazos y con sus cuatro cabezas apuntando a los cuatro puntos cardinales, sentado en una gran flor de loto. Es de señalar que las representaciones de Brahma, pese a tratarse de una de las tres divinidades principales de la teogonía hindú, son muy infrecuentes en la iconografía religiosa de la India y de Indochina, que se concentra sobre todo en las personalidades de Vishnú y Siva (con sus respectivos seguidores polarizados en torno a las sectas vishnuita y sivaita).
  
 
  
Phimeanakas, el templo de oro
  
Foto 113
ANGKOR   Phimeanakas = 'Palacio Celestial' (del sánscrito vimana = 'palacio' y akasha = 'cielo').
   Los investigadores no se ponen de acuerdo sobre su datación, pues es atribuido tanto a Rajendravarman (944-968) como a Suryavarman I (1002-1049). En cualquier caso, se trata de un edificio cronológicamente anterior a la fundación de la ciudad de Angkor Thom, aunque quedó posteriormente englobado dentro de sus murallas.
   Está situado en el cuadrante noroccidental de Angkor Thom, accesible desde las escalinatas centrales de la Terraza de los Elefantes, dentro del recinto del palacio real de Jayavarman VII.
   Es un templo en forma de pirámide escalonada de tres niveles, la base edificada en laterita roja y con las superestructuras en arenisca gris, cuyas dimensiones (28 x 36 m de perímetro base, y 12 m de altura) son relativamente pequeñas, pero bien proporcionadas. Está rematado por un prasat de arenisca, con bloques reaprovechados de otras edificaciones.
   Las cuatro escalinatas axiales son muy pendientes (60º), y están flanqueadas por parejas de leones guardianes. En las esquinas de las terrazas quedan vestigios de estatuas de elefantes. La galería del nivel superior, perforada de ventanas verdaderas al exterior y ciegas al interior, es de tan reducidas dimensiones (1,60 m de alto y 1 m de ancho) que no tenía en realidad utilidad práctica, sino más bien estética. Esta galería enmarca a su vez una plataforma escalonada cruciforme de cinco gradas, con una escalera en cada cara cuya anchura disminuye conforme se asciende al prasat central, y que es de construcción posterior.
   Según Zhou Daguan, un embajador chino que visitó el lugar en el siglo XIII, este templo era de oro. Cabe deducir de su testimonio que el Phimeanakas estaba coronado en su tiempo por alguna suerte de cúpula dorada.
  
 
  
Kleang norte y Kleang sur
  
Foto 114
   Kleang = 'Almacén'.
   El Kleang norte está datado entre fines del siglo X y principios del XI, en tiempos de Udayadityavarman I o Jayaviravarman. El Kleang sur es de fechas inmediatamente posteriores.
   Situados en la Plaza Real de Angkor Thom, detrás de las torres conocidas como Prasat Suor Prat. La ciudad de Angkor Thom es de fundación posterior, pero absorbió dentro de sus murallas estas dos edificaciones más antiguas.
   Se trata de dos grandes edificios casi idénticos, de planta rectangular muy oblonga (60 m de largo x 4,7 m de ancho), construidos en piedra arenisca con muros muy gruesos. Están precedidos de sendas terrazas. Las fachadas, que dan a occidente, están horadadas de grandes ventanas cuadradas con celosía de balaustres, y su interior está en ambos casos dividido en dos alas simétricas.
   Pese al nombre que reciben de 'almacenes' todavía se desconoce el verdadero cometido de estas construcciones, de las que no hay otras similares en Angkor. El único edificio conocido que presenta analogías, en su planta y decoración, se halla fuera de Camboya, aunque dentro del radio de dominio del antiguo imperio jemer: el 'palacio' de Vat Phu (en la actual Laos).
  
 
ANGKOR 
Chau Srei Vibol
   
Fotos 198 y siguientes
   Llamado también Prasat Vat Trach, es de la época de Suryavarman I (1002-1049), uno de los grandes reyes constructores jemer, a quien se deben también los templos de Phnom Chisor y el espléndido Preah Vihear, que se asoma al borde de un acantilado en la misma frontera entre Camboya y Tailandia, y cuya propiedad es objeto de disputa entre ambos países.
   A Suryavarman I (y a su inmediato sucesor Udayadityavarman II) se atribuye también la construcción del colosal estanque conocido como Baray Occidental, todavía en funcionamiento, cuyas dimensiones (8 km de largo x 2,2 km de ancho) superan en tamaño a las del Baray Oriental.
   Las ruinas de Chau Srei Vibol se hallan situadas lejos de la zona central de Angkor, a una veintena de kilómetros al este de Banteay Samré. Hasta el momento poco estudiadas, este amasijo de edificios arruinados e invadidos por la vegetación selvática se halla en un fascinante estado de abandono, con fragmentos de piezas arquitectónicas y escultóricas desparramados por los suelos entre los árboles, las naves obstruidas por montones de cascotes que impiden la circulación, y algunos muros apuntalados con andamios para impedir su colapso.
   Pese a todo ello se puede distinguir la típica estructura a base de recintos rectangulares concéntricos, con un templo-montaña en el centro erizado de prasats, al que se asciende por empinadas escalinatas abiertas en los cuatro lados del complejo.
   Los aledaños del templo están aún sembrados de minas antipersona, enterradas en las selvas circundantes en el nefasto periodo de los jemeres rojos, y que aún se hallan en proceso de detección y desactivación.
  
   
 
  
Baphuon
  
Fotos 115 y siguientes
   Finalizado en 1060, bajo Udayadityavarman II.
   Situado a 200 m al noroeste del Bayon, dentro del recinto de Angkor Thom, aunque es anterior a la fundación de esta ciudad.
   Se trata de un templo-montaña emplazado en el centro de la ciudad de Udayadityavarman II, que haría las funciones de templo de Estado. Sus descomunales dimensiones acarrearon que el santuario terminara por colapsarse por el propio peso de la ingente masa de piedras que lo componían. Hoy este edificio es objeto de un ambicioso proyecto de reconstrucción, que todavía durará varios años.
   El Baphuon se encuentra en medio de un gran recinto rectangular de 425 x 125 m, y consiste en una pirámide escalonada de cinco gradas, de 130 x 103 m de lado-base y 24 m de altura, aunque es probable que en su tiempo alcanzara los 50 m de alto. Se accedía a la pirámide por una larga calzada de 200 m, elevada sobre una triple fila de columnillas cilíndricas y flanqueada por cuatro estanques con sus orillas enmarcadas por ghats (o escalinatas) de arenisca. La calzada está cortada en cierto punto por un gopura o pabellón de entrada, de planta cruciforme.
ANGKOR   El primer nivel de la pirámide consta de un enorme plinto moldurado, sobre el que se alzan las ruinas de cuatro 'bibliotecas'. El segundo nivel, articulado en una doble plataforma, exhibe una extraordinaria colección de paneles con relieves de exquisita factura, que están en proceso de restauración. Los restantes niveles, conectados entre sí por escaleras, están hoy impracticables. Las escaleras conducirían a distintos prasats intermedios. En la cumbre se levantaba un solo prasat central, tan arruinado que no se puede concretar su estructura. En la actualidad está prohibido su acceso a los visitantes, a causa de las obras de restauración.
   En la cara oeste del templo se han identificado los vestigios de un enorme Buda tumbado, en la postura llamada de paranirvana (previa a la muerte y extinción total del Iluminado), construido con sillares reaprovechados de otras partes del santuario, que está datado en el siglo XVI. Desde el ángulo noroeste se conecta a través de un gopura con el recinto del Palacio Real de Jayavarman VII.
   
 
  
Mebon Occidental
  
Foto 197
   Mebon: templo sobre una isla en medio de un estanque.
   Atribuido a Udayadityavarman II (1050-1066).
   Del mismo modo que en medio del inmenso embalse desecado que llaman Baray Oriental se halla emplazado un islote con un templo primitivo (el Mebon Oriental), en mitad de las aguas del todavía más grande Baray Occidental emerge otro islote artificial con otro templo, el Mebon Occidental, al que sólo se puede llegar en barco.
   Parte del islote ha desaparecido arrastrado por el movimiento de las aguas, que crecen y decrecen de nivel según estemos en la estación de lluvias o la estación seca. En sus menguados terrenos todavía pueden verse los escasos restos de un edificio de piedra que no era propiamente un templo, sino una construcción consistente en una muralla de planta cuadrada, perforada en cada lado por tres entradas en forma de torres con una profusa decoración escultórica y coronadas por un remate en forma de flor de loto. Actualmente, sólo se conserva el muro de la parte oriental.
   En el centro del recinto se elevaba un pabellón de madera, hoy desaparecido, que se conectaba con el muro este por una calzada, y estaba rodeado por tres de sus lados por un estanque en forma de U. En medio del pabellón se abría un pozo de 2 m de profundidad en forma de linga invertido, alimentado por un tubo de bronce subterráneo. Se supone que este pozo servía para medir el nivel de las aguas del embalse, pero tenía también un propósito simbólico. El linga (símbolo fálico de Siva) fecundaba las aguas del baray, y estas aguas, bendecidas por el dios, irrigaban los territorios cercanos por medio de canales, garantizando de esta manera la fertilidad de los campos y propiciando abundantes cosechas.
  
  


 

   

Angkor Vat. El cénit del arte jemer
  
   Este templo es, sin duda, con el de Bayon, hundido en la selva próxima, la más abrumadora montaña de piedra que los hombres han osado construir, después de las pirámides de Menfis.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
  
Fotos 015 y siguientes
   Angkor Vat = 'La ciudad-monasterio' (en el idioma thai, vat = 'monasterio')
   A 1,5 km al sur de las murallas de Angkor Thom, al sudeste de la ciudad de Yashodharapura. Su entrada estaba excepcionalmente situada al oeste y alineada con la Puerta Sur de la ciudad de Jayavarman VII.
   Mandado construir por Suryavarman II entre 1113 y 1150. Consagrado a Vishnú, 'dios de la conservación' en la trinidad suprema hindú, con el que el monarca se identificaba. El templo fue habilitado como el mausoleo de Suryavarman II, que recibió el nombre póstumo de Paramavishnuloka, 'el que entra en la morada sagrada de Vishnú'. Más tarde se convirtió en un monasterio budista.
ANGKOR 
   Angkor Vat es, con toda propiedad, el monumento más famoso de Angkor, emblema y símbolo señero del esplendor de la cultura jemer. ¿Quién no ha visto imágenes de sus estilizadas torres, flanqueadas de palmeras, que coronan con su perfil en forma de tiaras el nutrido complejo de edificaciones que conforman su vasto reducto? Este icono es omnipresente en Camboya, simboliza al país como si fuera su 'logotipo', y aparece oficialmente en su bandera.
   Su superficie rectangular de 1.500 x 1.300 m semeja, tal y como se puede observar en las fotografías aéreas (foto 015), una isla rodeada por las aguas de un foso (de 200 m de ancho) que lo aisla del resto del país. Albergaba toda una ciudad, de la que han desaparecido las casas, cabañas y construcciones de madera y otros materiales perecederos, quedando sólo las edificaciones de carácter religioso, las realizadas en piedra. Allí se alojaba el rey, la corte, los funcionarios y una población de campesinos que pudo alcanzar la cifra de 20.000 personas.
   El gran templo de Angkor Vat se compone de cuatro recintos rectangulares concéntricos, atravesados por cuatro calzadas axiales, orientadas a los cuatro puntos cardinales. La muralla del cuarto recinto –el externo– mide 1.025 x 815 m. Las calzadas del eje este-oeste se prolongan salvando el foso a modo de puentes, y están parapetadas por larguísimas balaustradas que tienen la forma de nagas o cobras sagradas, sostenidas por columnillas. En los extremos, las serpientes yerguen amenazadoras sus caperuzas de múltiples cabezas abiertas en abanico.
   Cedemos aquí la palabra a Pierre Loti, escritor y viajero francés, miembro de la Academia Francesa, que visitó Angkor en 1901, cuando todavía no había sido desbrozado de la tupida maraña de la jungla, y que nos dejó sus impresiones en la crónica de viajes titulada 'Peregrino de Angkor':
  
   Para llegar a esta basílica-fantasma, un puente de los antiguos tiempos, construído con bloques ciclópeos, se cruza el estanque atestado de cañas y de nenúfares; dos monstruos, roídos por los años y cubiertos de líquenes, guardan su entrada. Al otro extremo se abre una puerta coronada por torreones como tiaras y flanqueada por dos gigantescas serpientes que abren en abanico sus siete cabezas de piedra.
   Una gran calle pavimentada de losas grises alarga ante nosotros su línea fugitiva que avanza recta hasta el santuario cuya masa gigantesca domina ahora todas las cosas.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
   
   Atravesado el muro exterior por un gran gopura turriforme, la larga calzada de piedra conduce en línea recta durante 350 m hacia los recintos principales en el centro del complejo. La calzada está elevada medio metro sobre el terreno, y sus nagas-balaustradas están cortadas a intervalos regulares por escaleras a cada lado que descienden a ras del terreno, cubierto de césped, donde antaño se elevarían las viviendas de la ciudad.
   A medio camino se pueden ver, restauradas, dos 'bibliotecas', enigmáticos edificios en forma de templetes levantados sobre altas plataformas, con pórticos columnados y cubiertos con falsas bóvedas, de los que aún se desconoce la función. Aparecen más adelante, a uno y otro lado, dos estanques, con las orillas escalonadas y flores de loto flotando sobre las aguas, que fueron añadidos en épocas más tardías.
 
  
Relieves, una literatura en piedra
  
Fotos 334 y siguientes
   Tras recorrer una terraza de planta cruciforme, se penetra por fin en el tercer recinto, enmarcado por una galería abovedada de circunvalación. Los muros exteriores de la galería están perforados de ventanas de balaustres, y los muros ciegos del interior, iluminados por las ventanas, exhiben una kilométrica sucesión de bajorrelieves que constituyen una de las joyas del arte de la escultura jemer.
     
   Para alumbrar el despliegue del bajorrelieve que cubre toda la pared interior de la galería, se abren de trecho en trecho, sobre el boscaje del contorno, ventanas que dan paso a una luz atenuada, teñida de verde por el follaje y por las palmas. Suntuosísimas ventanas, en verdad, encuadradas en tan delicadas cinceladuras, que parecen puntillas pegadas a la piedra, con barrotes anillados que parecen columnitas de madera, preciosamente trabajadas a torno; pero que son de arenisca, como el resto de las murallas.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
ANGKOR  
   Estos relieves son una ilustración en piedra de diversos textos sagrados de la mitología hindú que tienen a Vishnú, o a sus diversos avatares, como protagonistas. Recordemos que con este dios se identificaba el rey Suryavarman II, constructor de Angkor Vat.
   Entre los motivos esculpidos destacan, en la galería meridional, una representación del 'Juicio de los muertos', con escenas de las torturas infligidas a las almas de los difuntos condenados; y, sobre todo, la batalla de Kurukshetra, episodio central del Bhagavad Gita, el texto más sublime de la literatura hindú, que forma parte del Mahabharata.
  
   No hay mayor honor para un guerrero que participar en una lucha por el restablecimiento de la virtud.
   ¡Oh, Arjuna! Hay una batalla que ganar antes de que nos sean abiertas las puertas del cielo. ¡Felices son aquellos guerreros cuya actitud es participar en esa guerra!
   (Bhagavad Gita, II, 31-32)
  
   Lo que impresiona ya de entrada es el bajorrelieve sin fin que decora la pared interna de la galería, un bajorrelieve de un kilómetro de longitud por unos cinco metros de alto, que representa una batalla, una prodigiosa refriega de personajes, de torsos, de brazos y piernas, en actitudes de furor; un millón de combatientes, con lanzas, flechas, carros de guerra, elefantes de guerra, caballos y monstruos.
    Un movimiento furioso parece llenar todavía a estos innumerables personajes, que gesticulan desde hace más de mil años.
   (Pierre Loti, Diario íntimo, 1901)
  
   Lo que resulta incomprensible es que la muralla de personajes parece toda ella de una sola pieza, de centenares de metros de longitud; es preciso examinarla muy de cerca para descubrir las junturas de las piedras enormes, colocadas una tras otra sin el auxilio de ningún cemento y acopladas con una precisión rigurosa, como en los monumentos de la antigüedad egipcia.
   Todos los lienzos de muralla, que antaño estaban pintados y dorados, han adquirido con las filtraciones de la humedad eterna un triste color negruzco que, en algunos sitios, tiene brillo de cosa mojada. Además, hasta la altura de un hombre, el bajorrelieve, que tiene cinco metros de altura, está rozado por el frote secular de los dedos, pues en las épocas de peregrinación, es, para toda la muchedumbre, un deber tocarlos. Acá y allá, en las partes iluminadas por las bellas ventanas de columnas torneadas, quedan aún rastros de colorido en los vestidos y en las caras; y, a veces, en las tiaras de las Apsaras continúa brillando un poco de oro, respetado por el tiempo.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
  
   Actualmente los investigadores creen que ese lustre negruzco con el que brillan las innumerables figuras de los paneles se debe, más que al frotado de las manos de los peregrinos, a que en una época más tardía se aplicó a los relieves una capa de algún tipo de barniz protector.
   En la galería oriental se puede ver una deslumbrante recreación del mito del Batido del Mar de Leche, con dos interminables filas de devas y asuras (dioses y demonios) tirando de la serpiente Vasuki enroscada a la montaña Mandara, sobre la que danza Vishnú. En el registro inferior de la pared se ven las criaturas reales e imaginarias que pueblan el océano, y en la parte superior las apsaras surgidas a raíz del 'batido', que danzan flotando por los aires. Aparecen también en escena el demonio Ravana, rey de Lanka, ayudando a los asuras, y su adversario el semidiós mono Hanuman, echando una mano a los devas, pese a que ambos personajes pertenecen a otra epopeya, el Ramayana, lo que evidencia el sincretismo que se dio en tierras camboyanas a partir de los distintos mitos del hinduismo. 
  
  
Prasat central
  
   En el patio enmarcado entre las galerías de circunvalación del tercer y segundo recinto se levantan dos altas 'bibliotecas' simétricas, con pórticos hipóstilos coronados por bellos frontones poblados de figuras en altorrelieve. En medio de estos dos edificios el patio queda interrumpido por un claustro elevado, que a su vez está subdividido en cuatro claustros, cada uno de los cuales estaría inundado por estanques sagrados de purificación, un elemento muy común en la arquitectura religiosa hinduista. La estructura del templo va ganando en elevación a medida que penetramos más y más en su interior, ascendiendo escaleras bajo galerías abovedadas. Atravesando la galería de circunvalación del segundo recinto se entra en un penúltimo patio, que contiene otras dos 'bibliotecas' conectadas entre sí por una calzada elevada y, sobre todo, la inmensa mole del santuario central, con sus cinco torreones representando el monte Meru.
ANGKOR  
   Esta galería exterior, por varias puertas, da al patio central, donde se alza el templo propiamente dicho, cúmulo indestructible de grandes piedras, conjunto casi tan eterno como un accidente orográfico, como un elemento geológico.
   En medio se alza el cúmulo de piedras, las grandes torres en forma de tiara que se ven desde tan lejos. Se sube a ellas por escaleras de peldaños muy altos, muy estrechos, muy difíciles de ascender, pero que, precisamente por su altura, son de un efecto arquitectónico sorprendente. Las proporciones, la disposición de los bloques y las columnas, todo es de un arte exquisito en su enormidad, de una armonía perfecta que da la sensación de solidez, de duración, de inmutabilidad sosegada.
   (Pierre Loti, Diario íntimo, 1901)
  
   Este templo es uno de los lugares del mundo en que los hombres han amontonado más piedras y acumulado más esculturas, más ornamentos, más relieves de follajes, flores y caras. No es sencillo como las bellas líneas de Tebas o de Baalbeck; es desconcertante de complicación al mismo tiempo que de enormidad. Todas las escalinatas, todas las entradas, están guardadas por monstruos; las divinas Apsaras, en grupos repetidos indefinidamente, aparecen por doquier entre las lianas colgantes.
   Pero cuando se contempla con un poco de atención, una simetría perfecta se afirma, por el contrario, de arriba abajo. La colina de esculturas forma una pirámide cuadrada de tres gradas, cuya base tiene más de un kilómetro de perímetro; y en el tercero de los tres cuerpos, en lo más alto de todo, es donde, sin duda, se halla el lugar sagrado por excelencia.
   Cada una de las torres colosales de perfil de tiara que desde tan lejos se divisan en la planicie se eleva en cada extremo de la cruz formada por las cuatro naves; y, encima del Sancta-Sanctorum, en el que estas naves se juntan, se alza aún una quinta torre, la más asombrosa y la más complicada de todas, sobrepasando a las demás, dominando desde una altura de setenta metros el inmenso lienzo verde de la selva.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
  
 
  
Apsaras, ninfas celestiales
  
Fotos 044 y siguientes
   Nos queda por mencionar uno de los elementos decorativos que más contribuyen al hechizo que indefectiblemente atrapa a todo aquél que se sumerge en este universo llamado Angkor Vat: los relieves de las apsaras, o ninfas celestiales, relieves que hacen acto de presencia por todas las paredes y rincones del santuario, sumando aún más belleza a su fascinante belleza.
ANGKOR 
    Las apsaras se muestran en solitario, o en parejas, o en grupos de tres, cuatro, cinco, agarrándose de las manos, abrazándose de las caderas. Son jóvenes doncellas de encantadora hermosura, que alegran con sus sonrisas y con sus gráciles cuerpos de senos desnudos los distintos edificios del complejo, dando la sensación de que esta ciudad muerta está en realidad superpoblada de seres femeninos, que reparten su gracia y su benéfica influencia entre todos los fieles que la visitan.
   Sólo en Angkor Vat existen casi dos mil apsaras, y no hay dos iguales. Observemos sus agraciados rostros: podemos identificar los mismos ojos ligeramente rasgados, la misma piel tersa y suave, las mismas sonrisas que iluminan las miradas de las mujeres de la población actual de Camboya. Transmiten simpatía, feminidad y un indefinible toque de ironía. Sus vestidos, peinados, joyas y tocados son de una fantasía abrumadora. Se las ve enmarcadas en nichos recubiertos de un follaje delicadamente esculpido como un minucioso bordado. Son auténticos retratos de divinidades, de deidades femeninas que se han encarnado en este mundo sensorial para colmar de dones y hacer más placentera la vida a sus habitantes.
     
   ¡Cuán bellas y graciosas las Apsaras, sonrientes bajo sus tocados de diosas, siempre, no obstante, con su expresión de enigma y de misterio, que no acaba de ser tranquilizadora!... Muy alhajadas, con brazaletes, collares y randas de pedrería, con altas tiaras puntiagudas o con penachos de plumas, muestran entre sus delicados dedos ya una flor de loto, ya emblemas enigmáticos. Todas las que pueden ser alcanzadas al pasar, han sido con tanta frecuencia acariciadas en el transcurso de los siglos, que sus bellos pechos desnudos relucen como bajo un barniz –son las mujeres las que, durante sus peregrinaciones, las tocan apasionadamente, para obtener la gracia de ser madres–. En sus nichos bordados y cincelados, permanecen adorables.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
ANGKOR
   Las apsaras no son sólo seres mitológicos. Existen en la realidad. Viven en Camboya y se las puede ver danzar, hoy como antaño, en distintas ceremonias religiosas o fiestas civiles, con los mismos tocados de fantasía, las mismas joyas de oro y piedras preciosas, las mismas elegantes vestimentas que lucían en los tiempos dorados de Angkor Vat.
   Así lo pudo comprobar Pierre Loti, cuando en su viaje por Camboya en 1901 fue invitado a una fiesta oficial en honor del rey Norodom, que tuvo lugar en su palacio de Phnom Penh. He aquí cómo lo describió:
  
   De pronto, la música se hace más sorda y misteriosa, como para anunciar algo sobrenatural. Ábrese una de las puertas del fondo y una criatura adorable y casi quimérica se precipita en medio de la sala. ¡Una Apsara del templo de Angkor! Imposible dar una ilusión más perfecta de ello. Tiene los mismos rasgos, porque pertenece a la misma raza pura; tiene la misma sonrisa de enigma; inclinados y casi cerrados los párpados, el mismo pecho de virgencita joven, velado apenas por una tenue redecilla de seda. Su traje está minuciosamente copiado de los viejos bajorrelieves, pero copiado con joyas verdaderas, con telas magníficas. Una especie de vainas de oro aprisionan sus piernas y sus caderas. El rostro blanco por maquillajes y los ojos artificiosamente alargados. Ostenta una alta tiara de oro salpicada de rubíes, cuya punta se afila como la de los techos de las pagodas. Igualmente de pedrerías y de oro, su ancho cinturón, las ajorcas que adornan sus tobillos y sus desnudos brazos de color de ámbar un poco rosa.
   (Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
  


  
  
  
 
ANGKOR 
Thommanon y Chau Say Tevoda, dos templos gemelos
   
Fotos 205 y siguientes
   Los templos de Thommanon y de Chau Say Tevoda, aunque con ciertas diferencias, son casi idénticos en sus elementos constructivos, y se levantan en disposición simétrica a uno y otro lado de la ruta que conduce a la Puerta de la Victoria, abierta en la muralla oriental de Angkor Thom, y situada a medio kilómetro de los mismos.
   Ambos fueron erigidos en el siglo XII, durante el reinado de Dharanindravarman I o de Suryavarman II, el artífice de Angkor Vat, en el apogeo del periodo clásico de Angkor.
   Los dos templos, aunque relativamente pequeños de tamaño, destacan por la elegancia y belleza de sus proporciones, y por la delicadeza de su decoración escultórica, cuyas apsaras y devatas rivalizan en preciosismo con las que pueblan los edificios de Angkor Vat.
   Thommanon ha sido relevantado a partir de sus materiales originales, y Chau Sey Tevoda se halla actualmente en proceso de reconstrucción.
   Constan cada uno de un solo recinto rectangular, enmarcado por una muralla de laterita que se puede traspasar por gopuras cruciformes muy elaborados, con juegos de dos y tres frontones superpuestos de contorno lobulado y decoración de aspecto flamígero, rematados por nagas. Los tímpanos exhiben profusos grupos escultóricos; señalemos en el gopura occidental de Thommanon la imagen de Siva Mahayogin, o 'Gran Asceta', meditando en la postura de loto.
   Dentro del recinto se alinean de este a oeste, conectados sin solución de continuidad, los tres componentes clásicos de la arquitectura hindú: un mandapa o sala de reunión de fieles, un antarala o vestíbulo-corredor de transición, y el prasat central sobre la cella o garbagriha, con su torre de niveles de tamaño menguante. En ambos casos el prasat está rodeado de tres porches que dan acceso a falsas puertas ciegas. Mencionemos también la terraza elevada que precede a la entrada oriental, y las 'bibliotecas' (una en Thommanon, dos en Chau Say Tevoda), con las puertas orientadas al oeste.
   Cerca de estos dos templos se pueden descubrir las ruinas de Spean Thma, un puente de piedra construido por los jemer en el siglo XVI, medio comido y reventado por los árboles (foto 211). Los ojos del puente se componían de túneles cubiertos con falsas bóvedas de aproximación de hiladas.
  
 
  
Beng Mealea, ruinas en la jungla
  
Fotos 212 y siguientes
   Las ruinas de este templo se hallan alejadas del parque arqueológico de Angkor, unos 50 km al este, a medio camino entre la ciudad muerta de Angkor Thom y el gran templo de Preah Khan, en el centro de Camboya.
   Construido por mandato de Suryavarman II, presenta características muy similares a la arquitectura de Angkor Vat, aunque, a diferencia de este santuario, se hallan distribuidas en un solo nivel horizontal.
   Se trata de uno de los templos de Camboya que más ha sufrido la acción invasora de la jungla. Sus ruinas están prácticamente sin tocar, en un caótico estado donde a los amontonamientos de sillares y cascotes, que hacen casi imposible la circulación por su interior, hay que añadir la espesa maraña de vegetación que todo lo cubre, y que hace muy difícil la identificación e interpretación de los distintos componentes del edificio. El visitante se pierde por un laberinto de patios y de oscuros corredores semiobstruidos por escombros y atenazados por las raíces de los ficus, que estrangulan con sus tentáculos los muros, bóvedas, dinteles de las puertas y celosías de las ventanas.
   El templo estaba resguardado por un foso, hoy casi seco, de 1.200 x 900 m de longitud.
 
 
ANGKOR  
Banteay Samré, el pequeño Angkor Vat
  
Fotos 221 y siguientes
   Banteay Samré = 'Ciudadela de los Samré' (de los samré, un grupo étnico que habitaba en torno a Phnom Kulen).
   Este templo, que está muy bien conservado, se halla en el extremo este del Baray Oriental.
   Fue construido en tiempos de Suryavarman II, aunque también es atribuido por algunos investigadores a su sucesor Yashovarman II (1160-1165). Por la belleza y perfección de su arquitectura, y por su excelente estado de conservación, ha sido comparado con Angkor Vat, aunque su trazado general tiende más a la horizontalidad.
   Una calzada procesional elevada de 140 m de largo, defendida en su arranque por parejas de leones guardianes y parapetada a ambos lados por balaustradas de nagas, da acceso a su entrada principal, abierta como casi siempre al este.
   Su planta consta de dos recintos rectangulares concéntricos, formados por galerías de circunvalación. La galería externa es doble, cortada por cuatro elaborados gopuras cruciformes, y sus muros de roja laterita estaban cubiertos originalmente por un techo de madera y tejas. El muro de la galería interior está perforado por una sucesión de bellas ventanas de balaustres.
   La galería que enmarca el recinto interior ostenta en sus esquinas pabellones con falsas puertas coronadas por frontones lobulados, y también puede ser atravesada por cuatro gopuras. Los edificios del interior de este recinto tienen una distribución tan compacta que casi se tocan entre sí. Distinguimos dos 'bibliotecas', un mandapa, un vestíbulo y un prasat central. Estas tres últimas estancias forman un continuum con los gopuras oriental y occidental del recinto interior, y todos estos edificios están bordeados de una terraza continua, también parapetada con balaustradas de nagas.
  
  


   

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FotoCD55
   
Angkor
Una civilización devorada por la jungla

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Fotografías: Eneko Pastor 
Realizadas en Angkor (Camboya) 
   
   
  


 

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