Exposiciones fotográficas

Fez. Un viaje al medievo musulmán

La ciudad-madre de Marruecos

 

   "Una geoda de amatista llena de miles de cristales y rodeada de una cinta de color verde plateado: así era Fez, la ciudad antigua de Fez, a la luz del crepúsculo".

   (Titus Burckhardt. Fez, ciudad del Islam)

 

   Fez (o Fès, en árabe Fas), situada en la cuenca del río Sebú, es la capital de la provincia de Fez, en Marruecos.
   Es la cuarta ciudad más poblada de Marruecos y la más antigua de sus cuatro ciudades imperiales (las otras son Marrakesh, Rabat y Mequínez). Su posición geográfica privilegiada, al extremo oriental de la fértil llanura del Sais, en un cruce de importantes rutas norte-sur y este-oeste, propició el inusitado crecimiento de la ciudad y su consagración como capital política del sultanato idrisí (siglo IX), el primer imperio que surgió en el Magreb occidental desde la caída del Imperio Romano.
Fez (Amaya Gurpide)   Trepando y destrepando verdes colinas tapizadas de huertos y olivares, las murallas medievales de Fez, jalonadas de torreones de piedra (foto01), todavía circundan la mayor parte de la antigua ciudad, llamada Fas el-Bali (Vieja Fez).
   El trazado urbano de la medina antigua de Fez, un inmenso laberinto de estrechas calles, pasajes cubiertos, escaleras, callejuelas, pasadizos y culs-de-sac que se abren paso ramificándose entre apretadas y verticales casas (foto03), fue organizado desde sus orígenes de modo que la urbe se integrara en el medio natural que la rodea, asentándose sobre las faldas de las colinas en torno al ued Fez (hoy un exiguo y polucionado riachuelo), y facilitando por medio de puentes la comunicación entre sus dos orillas.
   Una red subterránea de obras hidráulicas, canales y conducciones abastece de abundante agua fresca a la ciudad, que brota por sus numerosas y bellas fontanas públicas (fotos 14, 22, 60), o por las pilas de abluciones de mezquitas y madrasas (fotos 47, 56), y por otro lado efectúa el drenaje de las aguas residuales de las viviendas. La calidad del agua de la región es renombrada en todo Marruecos, donde se consume masivamente el agua mineral embotellada en los manantiales de Sidi Harazem (un balneario a 15 km). Las familias de Fez organizan con frecuencia excursiones al balneario de Mulay Yaqub, situado a 20 km en las montañas, para bañarse en sus piscinas de aguas termales y seguir tratamientos contra el reumatismo.
  
   Fez, además de un importante centro comercial, es la metrópolis espiritual de Marruecos, una ciudad noble, instruida y creativa, poblada por artesanos, mercaderes, estudiantes y gentes letradas, y celosa guardiana de la herencia cultural de la civilización hispano-morisca.
   El patrimonio cultural del antiguo Fez (Fas el-Bali) se concentra dentro y en torno a su vieja medina, una inmensa, abigarrada y fascinante ciudad medieval islámica que sigue estando viva y  ha sabido mantener vivas sus tradiciones. La medina de Fez fue incluida en 1981 como bien cultural en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.
   Sus numerosos monumentos y manifestaciones se podrían clasificar como:
   - obras militares defensivas: murallas, baluartes, fortalezas...
   - obras civiles: puertas monumentales, puentes, hammams, canalizaciones de agua, fuentes públicas...
   - edificios religiosos: mezquitas, madrasas, zauias, mausoleos...
   - grandes mansiones: palacios, casas señoriales ricamente decoradas y con extensos jardines o riads...
   - centros de difusión del pensamiento islámico y científico, como la universidad Qarauin;
   - talleres artesanales, que perpetúan las técnicas artísticas medievales distribuyéndose en distintos gremios especializados: marroquineros, guarnicioneros, curtidores, tintoreros, alfareros, ceramistas, carpinteros, ebanistas, herreros, orfebres, tejedores, bordadores, zapateros...
   - mercados o zocos callejeros, con sus distintas calles dedicadas a diferentes actividades comerciales: alimentación, especias, perfumes, tejidos, joyas, alfarería, ferretería, artesanía...
Fez  
   Una casa tradicional de Fez, una entre las miles que se apiñan en la aglomeración de su medina medieval, consiste en un alto edificio de planta cuadrangular, de tres o cuatro pisos de altura, construido por lo general en sillarejo, ladrillo y madera, con los muros exteriores enlucidos. Si los edificios estuvieran exentos parecerían casas-torre, pero aquí en la medina las casas se abrazan, se apoyan unas en otras, se funden entre sí para formar un rompecabezas de compactos bloques poliédricos como las cristalizaciones del interior de una geoda (foto04). La medina crece y se propaga como se multiplican las células de un tejido orgánico, por acumulación, en todas las direcciones, ocupando todo espacio libre, renovándose de continuo.
   La sobriedad de las fachadas exteriores de las viviendas, como es habitual en el urbanismo islámico, no deja entrever el refinamiento de sus interiores, que queda reservado a la intimidad de la familia. Estrechas y empinadas escaleras embebidas en los muros conectan los pisos de la vivienda y suben hasta la azotea. Los pisos se articulan en torno a un angosto patio central, a cielo abierto, que ilumina con luz natural el interior del edificio. En los cuatro lados de cada planta se distribuyen las habitaciones, cuyas puertas se abren a un corredor en forma de balconada que rodea el hueco del patio. FezLa estancia más grande se destina a sala de estar, comedor y sala de recepción de invitados. Se accede a ella por un portalón cuyas batientes de madera pueden estar talladas y policromadas con ornamentos entrelazados, y sus goznes girar sobre elaborados quicios de madera de cedro. Las sillas están ausentes: una bancada corrida a lo largo de las paredes, bien provista de cojines, permite sentarse o recostarse como en un cómodo diván. Una mesa, un gran armario-alacena y una alfombra completan el mobiliario. La entera casa está ocupada por una familia, entiéndase en el sentido de 'familia extensa', que incluye hermanastros, yernos, nueras, cuñados, tíos y primos, cuyas respectivas familias van ocupando las dependencias. Vigente en Marruecos la poligamia (un varón puede tener hasta cuatro esposas), los árboles genealógicos se ramifican y complican hasta niveles inextricables.
   Entre los ocres del denso conglomerado de casas de la medina contrasta el verde esmaltado de los tejados de la mezquita Qarauin (Qarawiyin, foto44), fundada en 859 d C, pocos decenios después de la fundación de la ciudad. No sólo es la mezquita más antigua de Africa del norte, sino también sede de la famosa Universidad de Qarauin, el más antiguo centro universitario todavía en activo del mundo (según se registra en el libro Guinness). Durante más de diez siglos ha mantenido su actividad docente como un poderoso faro de enseñanza y meditación, y todavía hoy provee al gobierno de Marruecos de gran parte de sus cuadros y personal cualificado.
   En el corazón del laberinto, encajonada entre los bloques de casas, disparando su minarete al cielo, se encuentra la zauia de Mulay Idris II, un santuario o mezquita sepulcral que alberga la tumba de Idris II, co-fundador de la ciudad de Fez. Una verde pirámide protege la cúpula sobre el sepulcro. Es éste uno de los enclaves más santos de la urbe, siempre concurrido por los fieles que acuden a empaparse de la baraka, la beneficiosa influencia del lugar. Una viga de madera colocada transversalmente a baja altura en las callejuelas de acceso impide el paso de los animales de carga y obliga a los fieles a inclinar el cuerpo para entrar en el santuario.
   Fas el-Jedid (o Fez Nueva) fue fundada en el siglo XIII por los meriníes. Siglos más tarde los alauitas construyeron o restauraron en Fas el-Jedid grandes mezquitas, madrasas y palacios. Es impresionante el mechuar, una gran plaza accesible por grandes portales, rodeada de altas murallas almenadas, donde el sultán concedía las audiencias. En este amplio espacio se congregaban las gentes para presenciar espectáculos populares de saltimbanquis, titiriteros, contadores de cuentos y encantadores de serpientes. El barrio de Fas el-Jedid incluye en su territorio la Gran Mezquita, de policromado minarete, y el Dar el-Majzen o Palacio Real, vasto complejo palaciego de 80 hectáreas, apodado irónicamente por la población como 'barrio de los alauitas', uno de los muchos palacios que el actual monarca alauí posee en Marruecos.
   La ciudad moderna (Ville Nouvelle), en un altiplano al sudoeste, fue construida por los franceses y fundada por el mariscal Lyautey en 1916. El barrio industrial y la estación de trenes se hallan en este distrito. Con su cartesiano trazado urbanístico a base de cuadras ortogonales delimitadas por calles rectas y amplios bulevares, la Ville Nouvelle de Fez es la antítesis de la laberíntica medina antigua.

 

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FotoCD80
  
Fez
Un viaje al medievo musulmán

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Fotografías: Eneko Pastor / Agustín Gil
Realizadas en Fez (Marruecos)

  


 

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