Colecciones fotográficas

El Cairo

El Cairo. Breve historia

 

Dinastías islámicas en Egipto
639-661
661-750
750-868
868-906
934-969
969-1171
1171-1250
1251-1382
1382-1517
1517-1805
1805-1879
1879-1918
1918-1952
1952
Periodo califal
Omeyas
Abasíes
Tuluníes
Ijsidíes
Fatimíes
Ayyubíes
Mamelucos bahríes
Mamelucos circasianos
Otomanos
Mehmet Ali y sucesores
(Protectorado inglés)
Reino de Egipto
Proclamación de la República


   Cerca de la desaparecida Menfis, capital de los faraones del Imperio Antiguo, ligeramente al sudoeste de la desaparecida Heliopolis, complejo religioso dedicado al culto al sol, existía hace más de dos mil años a orillas del Nilo una fortificación de origen persa conocida como Babilonia (no confundir con la Babilonia mesopotámica), que fue ocupada por los romanos cuando, tras la muerte de Cleopatra, Egipto pasó a ser provincia de Roma. En este sitio, Amr ibn al-As, comandante de los árabes que introdujeron la religión islámica en Egipto, fundó en 641 la ciudad de Fustat. 
   Fustat iba a ser el núcleo originario de la urbe que con los siglos se expandió hasta convertirse en El Cairo. Situada en el lugar que hoy ocupa el barrio llamado 'Viejo Cairo', apenas quedan vestigios de la antigua ciudad: unos montículos a medio excavar, las torres de Trajano, algunas iglesias paleocristianas y la mezquita de Amr, la más antigua del Cairo (641 d C).
   Las dinastías que sucedieron a Amr fueron añadiendo suburbios a la cada vez más próspera ciudad portuaria de al-Fustat. Los omeyas fundaron en 750 el barrio de al-Askar. Los tuluníes, bajo Ahmad Ibn Tulun, fundaron en 870 el barrio de al-Qatai.

Cairo   El Cairo (topónimo derivado de Madinat al-Qahirah = Ciudad de la Victoria) fue fundado oficialmente por los fatimíes en el año 969. Los fatimíes o fatimidas eran una dinastía árabe adscrita al ismailismo, una secta disidente dentro de la rama chií del islam, que gobernó en Tunicia y Sicilia antes de invadir y conquistar Egipto en 969. El califa Al-Muizz la convirtió en capital de una dinastía que iba a perdurar 200 años. A partir del núcleo urbano inicial, ubicado al nordeste de Fustat y enclaustrado en una muralla de planta rectangular franqueable por puertas monumentales, se construyó El Cairo medieval.
   La ciudad de al-Fustat, que no estaba amurallada, fue deliberadamente incendiada en 1168 para proteger al-Qahirah del asedio de los cristianos en las Cruzadas. Los cruzados fueron vencidos por un ejército procedente de Siria, bajo el mando del kurdo Saladino. Tras su victoria, Saladino fue nombrado visir y más tarde proclamado sultán de Egipto y Siria. El califato fatimí fue erradicado, dando paso al reinado de la dinastía ayyubí, que implantó en Egipto el credo sunní, y desde El Cairo dominó un vasto imperio.
   El Cairo creció hasta convertirse en una metrópolis imperial. Saladino amplió su recinto de murallas, de las que aún subsisten grandes tramos con torreones semicirculares (foto121), y construyó la Ciudadela sobre un promontorio que domina la ciudad, coronado hoy por la fastuosa mezquita de Mehmet Ali (siglo XIX, foto154).
   En 1260, Baybars I se erigió como el primer sultán de la dinastía de los mamelucos ('mamelucos' = esclavos de origen turco instruidos militarmente para combatir a favor de los califas). El imperio mameluco, con El Cairo como capital, abarcó Egipto y Oriente Próximo hasta 1516. En este periodo El Cairo alcanzó el cénit de su magnificencia. La mayoría de las grandes obras arquitectónicas de su casco medieval fue construida en esta época. No en vano El Cairo era una etapa clave en el floreciente comercio de especias entre oriente y occidente, y receptor de los tributos de un próspero imperio. Hacia 1340, su extensión quintuplicaba la del Cairo fatimí original y albergaba medio millón de habitantes, siendo la ciudad más grande de África, Europa o Asia Menor. La universidad de Al-Azhar era el principal centro de enseñanza islámica en el mundo árabe.
   A principios del siglo XIV, en tiempos del sultán mameluco Al-Malik an-Nasir, tuvo lugar la famosa visita al Cairo, etapa en su peregrinación a la Meca, de Mansa Musa, el máximo soberano del imperio de Mali en África occidental. Mansa Musa iba acompañado de una caravana de 60.000 hombres, incluyendo 12.000 esclavos, lujosamente vestidos, y 80 dromedarios con las alforjas llenas de oro. Esta peregrinación descubrió al mundo las ingentes riquezas y el inmenso poderío del imperio de Mali.
  
   La decadencia del imperio mameluco comenzó cuando la población egipcia fue diezmada por sucesivas hambrunas y epidemias, incluyendo la Peste Negra de 1348. Hacia 1400, el conquistador turco-mongol Timur, conocido también como Tamerlán, arrasó la frontera oriental del país. El viaje de Vasco de Gama a la India en 1498 circunvalando el continente africano acabó con el monopolio del tráfico de especias. Finalmente los turcos otomanos, con su poderoso imperio en proceso de expansión, conquistaron Egipto en 1517, y rebajaron El Cairo al rango de capital de provincia.
   En 1798, cuando Napoleón llegó al Cairo en su expedición de conquista de Egipto con el fin de cortar a los británicos su ruta a la India, la población de la antaño floreciente ciudad había quedado reducida a 300.000 habitantes. Los franceses fueron derrotados y expulsados en 1801 y los turcos reconquistaron Egipto. En 1805 fue proclamado pachá Mehmet Ali, comandante de un ejército albanés. Fue el primer soberano de la última dinastía monárquica que gobernó Egipto, hasta que su descendiente Faruk I abdicó en 1952 tras un golpe de estado militar, instaurándose la república. Mehmet Ali, aunque gobernaba en nombre del sultán de Turquía, mantuvo cierto grado de independencia respecto al imperio otomano e introdujo grandes reformas políticas y administrativas en el país, por lo que es considerado el padre del Egipto moderno.
Cairo   El imparable crecimiento urbanístico del Cairo moderno empezó a principios del siglo XIX, pero fue durante el reinado del jedive Ismail (1863-79) cuando la capital experimentó las mayores transformaciones. Ismail compró a Abdin Pachá un lujoso palacio, en el que fijó su residencia; desde entonces, el palacio Abdin, cercano a la plaza El-Tahrir, es la residencia oficial de los jefes del Estado egipcio. Deseando occidentalizar El Cairo, e influido por la renovación de París llevada a cabo por el barón Haussmann, el jedive Ismail mandó construir una ciudad de estilo europeo al oeste del casco medieval. Se aplicaron métodos franceses de planificación urbana para levantar los barrios que hoy componen la zona central del Cairo (Azbakiyah, Abdin e Ismailiyah). Esta 'ciudad europea' fue convertida bajo el protectorado inglés (1879-1918) en un enclave colonial.
  
   Durante el siglo XX El Cairo siguió creciendo en población y superficie, fenómeno que no tiene visos de parar a principios del siglo XXI. La afluencia de gentes del campo a la ciudad generó una superpoblación urbana tan congestionada que hasta las antiguas necrópolis reales fueron ocupadas por familias de inmigrantes empobrecidos; sus bloques de viviendas están integrados en estos vastos cementerios, y las casas se levantan entre tumbas y mausoleos en la llamada 'Ciudad de los Muertos' (foto170 y siguientes). Los suburbios y arrabales se expandieron desordenadamente, espoleados por la industrialización. Las islas fluviales del Nilo (Roda y Gezira) fueron urbanizadas y conectadas por puentes a la capital. La orilla izquierda del Nilo no escapó a esta inundación urbanística y las barriadas occidentales del Cairo llegan ya hasta Giza, amenazando a las mismísimas pirámides (foto072). Al mismo tiempo se fueron desarrollando y mejorando los medios de transporte, incluyendo una red de tranvías, trenes de cercanías y un metro subterráneo.
   El militar y estadista egipcio Gamal Abdel Nasser fue presidente de Egipto desde 1956 hasta su muerte en 1970. Nasser nacionalizó el Canal de Suez, una de las principales fuentes de ingresos de Egipto, y construyó con ayuda de la Unión Soviética la nueva presa de Asuán, que regulaba el caudal del Nilo. En su época, Nasser fue el principal y más carismático líder político del mundo árabe. Tras morir de un ataque al corazón, fue sucedido por Anwar el-Sadat como primer ministro de Egipto. Sadat fue uno de los firmantes de los Acuerdos de Camp David en 1978, en los que por primera vez un país árabe reconocía al Estado de Israel, por lo que recibió, junto a Beguin, el Premio Nobel de la Paz. Esta política le reportó una fuerte oposición, y en 1981 fue muerto en atentado a manos de militares.
   Le sucedió en el poder Hosni Mubarak, cuyo mandato, perpetuado en sucesivas elecciones, duró hasta 2011. La corrupción a todos los niveles y el malestar social fueron la tónica de estas décadas. En la primavera de 2011 El Cairo fue escenario, con la plaza El-Tahrir como epicentro, de las revueltas populares conocidas como la Primavera Árabe, que desembocaron en el derrocamiento de Mubarak. La continuación de esta historia está todavía por escribir.

 

 

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FotoCD95
   
El Cairo
Entre la gloria y el caos

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Fotografías: Eneko Pastor
Realizadas en El Cairo (Egipto)

   


 

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