Colecciones fotográficas

Abu Simbel y otros templos salvados de las aguas

Ese lago sacrílego

 

   ...ese lago sacrílego que se ha tragado en sus negras aguas ruinas de un valor incalculable, templos de las divinidades egipcias, iglesias de los primeros siglos de la era cristiana, columnas, inscripciones y símbolos.
   Pierre Loti. La mort de Philæ

 

   Tradicionalmente se conoce como Nubia a la antigua región de África nororiental que comprende la porción de Egipto al sur de la primera catarata del Nilo y la mitad norte del actual Sudán. Es una tierra predominantemente desértica, con parecidas características físico-climáticas a las del Egipto meridional y cuya población estaba vertebrada a lo largo de una de las escasas zonas cultivables del país: la fértil cuenca del río Nilo. Geográficamente se dividía en la Baja Nubia (los territorios entre la primera y segunda catarata) y la Alta Nubia (entre la segunda catarata y Jartum, la actual capital de Sudán, punto donde el Nilo Blanco y el Nilo Azul confluyen para formar un solo Nilo).
   En la antigüedad este país era conocido por los egipcios con el nombre de Kush. Los griegos lo llamaban Etiopía ('país de los negros').
Abu Simbel   Nubia era el país que suministraba a Egipto oro, marfil, pieles de animales y otras materias primas usadas para fabricar artículos de lujo, por lo que los faraones del Imperio Nuevo tuvieron gran interés en controlar la zona. Egipto ya había organizado expediciones comerciales a Nubia en el Imperio Antiguo, y la había ocupado parcialmente en el Imperio Medio, como queda testimoniado por las abundantes fortificaciones fronterizas y centros comerciales establecidos por los egipcios en la región. Kush fue finalmente anexionado a Egipto en el Imperio Nuevo por Tutmosis I, que nombró un virrey cuyo principal cometido era recaudar los tributos de los nubios. Tutmosis I extendió sus dominios hasta la tercera catarata del Nilo, en las proximidades de la cual, durante el reinado de Tutmosis III, se fundó la ciudad de Napata. Bajo Amenhotep III y Ramses II, se construyeron y reconstruyeron numerosos monumentos en toda Nubia. Ramses II hizo además erigir templos rupestres monolíticos (speos) tallados en las montañas y acantilados de Nubia, como los dos célebres templos de Abu Simbel.
   El control sobre Kush se perdió durante la XX Dinastía con el desmembramiento territorial de Egipto posterior al Imperio Nuevo, y Nubia se reorganizó como un reino independiente con capital en Napata. Para entonces los nubios habían adoptado el idioma y la cultura egipcios. El culto de Amón penetró con intensidad en aquellas tierras, al igual que lo había hecho en Tebas.
   En medio de la crisis posterior al Imperio Nuevo, los reyes kushitas empezaron a efectuar incursiones hacia el norte, hasta que el rey Kashta logró conquistar Tebas. Hacia 730 a C, su sucesor Piy o Pianji extendió la conquista al resto de Egipto, y se hizo coronar faraón, inaugurando así la XXV Dinastía, o Dinastía Nubia. Pianji adoptó los usos, protocolo e indumentaria de los antiguos faraones egipcios.
   Su sucesor Shabaka estableció su capital en Tebas haciéndose reconocer como rey de Kush y de Egipto. Cuando los asirios invadieron el valle del Nilo hacia 680 a C, los reyes nubios se vieron forzados a abandonar Egipto retirándose a Napata, y cuando esta ciudad fue a su vez conquistada, trasladaron la capital más al sur, a Meroe, al norte de la sexta catarata, donde el reino kushita se mantuvo por otros 350 años.
   Los faraones nubios se hicieron enterrar en pirámides, cuando esta costumbre había sido abandonada ocho siglos antes. Solo que esta vez las pirámides no estaban enclavadas en Egipto, sino en la Alta Nubia (actual norte de Sudán). También en Nubia eran enterrados en pirámides individuales los diferentes miembros de la familia real. Como resultado de este proceso, hay un mayor número de pirámides en Sudán que en el mismo Egipto.
   Los numerosos templos de estilo egipcio que subsisten en el actual Sudán dan testimonio de la asimilación de la antigua cultura egipcia por parte de las poblaciones nubias. En sus muros están retratados los dioses locales (Mandulis, Deduén, Anukis...) en plano de igualdad con los ancestrales dioses del panteón egipcio venerados en Menfis, Heliópolis o Tebas. Durante la dominación romana, un gran número de estos antiguos templos, que ya habían caído en la ruina, fueron restaurados, ampliados o enteramente reconstruidos, siguiendo siempre los modelos arquitectónicos tradicionales de Egipto.
Lago Nasser  
   Los antiguos egipcios celebraban con alegría y grandes festejos la llegada anual de la inundación del río Nilo, la puntual y beneficiosa crecida que tenía lugar todos los años hacia el mes de julio (anunciada por la estrella Sirio cuando despuntaba por el horizonte), para irrigar sus campos y abonar sus tierras con fértil limo rojo. A este fenómeno debemos, en el fondo, el origen y el esplendor de la antigua civilización egipcia. Casi toda la economía del Egipto de los faraones, Nubia incluida, dependía del Nilo y estaba condicionada por el Nilo y sus crecidas, hasta el punto de que los impuestos gravados a los campesinos se determinaban en función del nivel alcanzado por las aguas en cada inundación, registrado mediante pozos con escalas de medida llamados nilómetros.
   El misterio del origen y causa de las periódicas inundaciones del río no logró aclararse hasta la época moderna, cuando se descubrieron las fuentes del Nilo Blanco y el Nilo Azul, que, por estar situadas en el África subsahariana, se nutrían con un régimen de lluvias distinto al del Mediterráneo, llegando las crecidas a tierras egipcias en pleno verano.
   En un intento de regular las crecidas del Nilo para mantener todo el año un caudal constante, en 1902 se construyó una presa cerca de Asuán, un poco más arriba de la primera catarata, que trajo como consecuencia la desaparición bajo el pantano resultante de numerosos núcleos de población nubios y de muchos de los sitios arqueológicos de la Baja Nubia. Nuevos pueblos fueron construidos un poco más arriba de las tierras inundadas para realojar a los nativos que habían quedado sin viviendas.
   Pero este plan hidrológico se reveló al cabo de unas décadas insuficiente para abastecer a las necesidades del superpoblado valle del Nilo. Fue el carismático líder árabe Gamal Abdel Nasser quien, tras nacionalizar el Canal de Suez, promovió en 1956 el ambicioso "proyecto nacional" de construir una nueva y más grande presa en un lugar más alto de la cuenca.
   La construcción de la Gran Presa de Asuán (Sadd el-Ali), que contó con la ayuda financiera y técnica de la Unión Soviética, implicaba la práctica desaparición de la Baja Nubia tragada por las aguas del vasto lago artificial que se generaría.
   La Gran Presa de Asuán supera con creces las dimensiones de la vieja presa: 111 metros de altura, 980 m de espesor en la base y una longitud en la cima de 3.600 m. Un canal de derivación alimenta una central hidroeléctrica con una potencia de 2 millones de kilovatios.
   A la postre la regulación del caudal del Nilo ha demostrado ser más perjudicial que beneficiosa para el desarrollo agrícola de Egipto. Si bien es cierto que ha permitido la irrigación continuada de los campos a lo largo de todo el año, mitigando las sequías, una de las consecuencias indeseadas es que la presa retiene el limo rojo que desde tiempos inmemoriales fertilizaba las tierras del Valle del Nilo con las crecidas del río. Lo que ha llevado a un empobrecimiento de los terrenos y a que los labriegos egipcios hayan de recurrir a abonos artificiales para fertilizar sus campos y huertas, y a pesticidas para combatir las nuevas plagas surgidas tras el brutal impacto medioambiental sobre la flora y fauna de Egipto y la Baja Nubia, con lo que a largo plazo se prolonga y agudiza el problema. El Delta del Nilo ha sufrido un proceso de salinización, al penetrar tierra adentro las aguas saladas del Mediterráneo. Pero el mayor perjuicio ha sido para los habitantes de la Baja Nubia, que han perdido sus casas y sus medios de vida.
   El inmenso pantano que se generó en la parte nubia de la cuenca del Nilo tiene 500 kilómetros de largo, de los que 150 caen en territorio sudanés. Su superficie es de 5.000 kilómetros cuadrados y almacena 157.000 millones de metros cúbicos de agua, siendo el segundo lago artificial más grande del mundo después del de Kariba en el río Zambeze. Fue bautizado como Lago Nasser.
   La inundación de la Baja Nubia por el lago Nasser supuso un nuevo desplazamiento de sus habitantes, cuyos pueblos y aldeas quedaron totalmente sumergidos bajo la masa de agua a muchos metros de profundidad. Esta vez los nativos fueron trasladados a poblados de nueva construcción en las cercanías de Kom Ombo (al norte de Asuán), que fueron bautizados con los nombres de los pueblos originales, añadiéndoles el epíteto de 'Nuevo'. Los nubios realojados en estos asentamientos se quejan de la escasez de agua, la aridez del terreno y la precariedad de medios con que viven en sus nuevas aldeas. Muchas canciones populares nubias que se escuchan hoy en el sur Egipto lamentan en sus letras la devastación de Nubia y expresan la nostalgia por aquella tierra perdida.
Templo de Dendur 
   El lago Nasser hubiera supuesto la destrucción definitiva de los antiguos templos nubio-egipcios, si no fuera por la intervención de la Unesco, que, dentro de su campaña de salvamento de los templos de Abu Simbel y la Baja Nubia en los años 60-70, trasladó piedra por piedra los templos a islas no inundables y a otros lugares.
   Los veinticuatro templos salvados de las aguas fueron reinstalados en cinco zonas y, en la medida de lo posible, acondicionados en entornos naturales similares a los de origen.
    En Abu Simbel, los templos rupestres de Ramses II y de Nefertari fueron desplazados 60 m más arriba, para dejarlos fuera del alcance de las aguas (foto 01 y siguientes).
   A un kilómetro al sur de la Gran Presa, se reunieron en una isla, rebautizada como Nueva Kalabsha, los templos de Kalabsha, Qertasi, Beit el-Wali y una pequeña parte del templo de Gerf Hussein (foto 37 y siguientes).
   El templo de Isis en la isla de Filé fue trasladado a otra isla cercana (Agilkia), situada en el embalse encajonado entre las dos presas de Asuán (foto 61 y siguientes).
   En el nuevo emplazamiento de Sebua, a 2 km del antiguo sitio, se reubicaron los templos de Wadi es-Sebua, el-Dakka y el-Maharraqa.
   En el nuevo emplazamiento de Amada, a 2,5 km al norte del antiguo sitio, fueron reedificados el templo de Amada, el speos de el-Derr y la tumba rupestre de Pennut (un dignatario de Ramses VI) en Aniba.
   Todo ello es muy meritorio y digno de admiración, pero como comenta el escritor y periodista francés Robert Solé en su Diccionario del amante de Egipto (Paidós, Barcelona, 2003):
   "¡Tanta imaginación demostrada en lo que se refiere a los templos y tan poca con relación a los habitantes! Los nubios han pagado muy caro los servicios que se vieron obligados a prestarle a Egipto."
   Cuatro de los templos recuperados fueron donados por el gobierno egipcio a países extranjeros, como reconocimiento por la ayuda aportada en las obras de salvamento:
   - el speos de el-Lesiyya, donado a Italia, exhibido en el Museo Egizio de Turín;
   - el templo de Tafa, donado a los Países Bajos, reinstalado en el Museo de Leiden;
   - el templo de Debod, donado a España, reconstruido en el Parque del Oeste en Madrid (foto059);
   - el templo de Dendur, donado a los Estados Unidos, que se exhibe en el Museo Metropolitano de Nueva York (foto060).
   Un portal reconstruido del templo de Kalabsha fue a parar al Museo Egipcio de Berlín.
   Desgraciadamente, no todos los templos nubios se pudieron salvar. Algunos, como el speos de Gerf Hussein, un templo semirrupestre erigido en tiempos de Ramses II por el virrey de Kush, han quedado sumergidos para siempre, profanados por las aguas de ese lago sacrílego al que Nasser dio su nombre.
   Los antiguos monumentos de Nubia, de Filé a Abu Simbel, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.

 

Continuar:  El santuario rupestre de Ramses II >>

 

FotoCD101
  
Abu Simbel
y otros templos salvados de las aguas

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Fotografías: Eneko Pastor
Realizadas en Nubia (Egipto)

   
 


 

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