Córdoba. Encrucijada de culturas
Medina Azahara
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90. Capitel árabe
Se dice que en su tiempo el salón tenía tejados de oro, plata y cristal, y en medio del suelo había instalado un estanque lleno de mercurio. Así lo podemos leer en un texto del geógrafo andalusí del siglo XII al-Zuhri que describe el Salón Rico:
"Su techumbre era de oro y grueso y puro cristal, lo mismo que sus muros; sus tejas eran de oro y plata. En el centro tenía un estanque lleno de mercurio y a cada lado del salón se abrían ocho puertas, formadas por arcos de marfil y ébano que reposaban en columnas de cristal coloreado, de forma que los rayos del sol, al entrar por esas puertas, se reflejaban en su techumbre y en sus paredes, produciéndose entonces una luz resplandeciente y cegadora. Cuando al-Nasir (Abderramán III) quería sorprender a los presentes o recibía la visita de algún embajador, hacía un gesto a sus esclavos y éstos removían ese mercurio, con lo que el salón se llenaba de sobrecogedores fulgores semejantes al resplandor del rayo, creando a los que allí se hallaban la impresión de que el salón giraba en el aire mientras el mercurio seguía en movimiento. Ningún otro soberano, ni entre los infieles ni en el Islam, había construido antes nada parecido, pero a él le fue posible hacerlo por la abundancia de mercurio que allí tenían."
(Al-Zuhri)
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