Colecciones fotográficas

Lalibela. Etiopía rupestre

Las iglesias monolíticas de Lalibela

 

   La tipología más común de iglesia en Etiopía –aún hoy– es la de planta redonda, cuya forma básica deriva del tukul, la cabaña cilíndrica con tejado cónico de paja que constituye la vivienda tradicional de los nativos etíopes y africanos en general.
   Las once iglesias rupestres medievales de Lalibela, la 'Nueva Jerusalén', constituyen una notable excepción. Están excavadas en el suelo rocoso de las faldas de un monte, rodeadas de un pueblo tradicional de tukuls de dos pisos de altura.
Lalibela    Las iglesias excavadas en roca de Lalibela son ejemplares excepcionalmente bellos y complejos de una tradición de arquitectura rupestre arraigada desde siglos antes en Etiopía. Un viajero al que no le asusten las caminatas de montaña puede disfrutar en Etiopía de la rara oportunidad de visitar iglesias y monasterios monolíticos, escondidos y casi ignotos, cincelados en las vertiginosas alturas de los afilados riscos y agrestes acantilados del centro-norte del país, sobre todo en el estado de Tigray, donde se han contabilizado más de 150 templos de este tipo, algunos de los cuales se remontan al siglo VI y podrían ser los más antiguos edificios cristianos de África.
    Pero no cabe duda de que el conjunto rupestre más grandioso y estilísticamente más desarrollado de Etiopía es el de Lalibela. No existe en el continente africano nada equivalente (si exceptuamos Egipto, que en la época de los faraones tuvo una larga tradición de arquitectura rupestre; véanse, entre otros muchos ejemplos, los templos rupestres de Abu Simbel, en la colección de fotoAleph 'Abu Simbel y otros templos salvados de las aguas').
   El sacerdote portugués Francisco Álvares, capellán de una embajada portuguesa, se refirió en los siguientes términos al complejo eclesiástico de Lalibela en una crónica de 1521: "Me es penoso escribir más sobre estos edificios, puesto que no se me va a dar crédito si escribo más (...) Juro por Dios, en cuyo poder estoy, que todo lo que he escrito es verdad".
   Las iglesias rupestres de Lalibela fueron excavadas en la masa rocosa de la montaña, íntegramente bajo el nivel del suelo, con una variedad de formas muy diferentes. Se dice que Lalibela es una especie de antología de los estilos de iglesias que existían en Etiopía en esa época (coincidente con el románico y principios del gótico europeo).
   Se cavaban de arriba abajo profundas hondonadas en forma de rectángulo, aislando en el centro un bloque sólido de roca, que era luego tallado por el exterior y el interior para dar forma a la iglesia. Ésta quedaba como enclaustrada dentro de un profundo patio, en cuyas paredes circundantes se horadaban a su vez grutas (foto024) que servían de tumbas o de celdas para monjes, muchas de las cuales están todavía en uso (foto025).
  Lalibela  Las iglesias de Lalibela se distribuyen en dos grupos, comunicadas en cada uno por un intrincado laberinto de corredores, escaleras, pasadizos y pasillos subterráneos (foto023). La única excepción es la iglesia Bet Giorgis, que fue cavada aislada en un peñasco aparte (foto003).
   La maestría técnica con que fueron esculpidas las iglesias rupestres de Lalibela ha sido relacionada con el estilo arquitectónico de la iglesia del monasterio de Debre Damo, la más antigua iglesia de Etiopía que se conserve intacta, construida en un escarpado cerro no lejos de Axum, reforzando la hipótesis de la existencia de una tradición nativa etíope de arquitectura. Se especula también sobre posibles influencias egipcias, armenias e incluso de la India. Si hay una influencia clara es la bizantina, transmitida a través de Siria, que se detecta en el frecuente uso de la planta basilical cristiana.
   Aunque no se sabe con exactitud en qué época fueron realizadas, probablemente lo fueron a lo largo de un dilatado periodo de tiempo, comenzando hacia 1187, año en que los musulmanes al mando de Saladino tomaron Jerusalén, abortando las peregrinaciones a Tierra Santa. La tradición afirma que fue el rey Lalibela quien mandó tallar (a principios del siglo XIII) estas estructuras, con el propósito de crear un lugar sagrado y de alto valor simbólico. 
   Dice la leyenda que las obras se llevaron a cabo a gran velocidad, pues los ángeles ayudaban a los hombres durante el día, y por la noche duplicaban la cantidad de trabajo realizada por los obreros en las horas diurnas. Una de las iglesias (Bet Abba Libanos, foto105) fue terminada en una sola noche.
   Las once iglesias de Lalibela, con sus capillas y dependencias adyacentes, pasillos de interconexión, murallas y fosos fueron cinceladas en una roca de origen volcánico y color rojizo. Todos sus elementos arquitectónicos, puertas, ventanas, columnas, bóvedas, suelos y techos, exteriores e interiores, forman parte de una sola y única roca, una gigantesca escultura cincelada en un monolito. Cuatro de las iglesias fueron acabadas como estructuras exentas, unidas a la roca madre solo por sus bases. De las restantes, algunas son semi-exentas, y en otras la única parte tallada visible en el exterior de la roca es la fachada (foto091).
   No será preciso subrayar que todas las columnas y bóvedas mencionadas son estructuralmente innecesarias, como ocurre siempre en la arquitectura rupestre, pues no soportan nada, no contrarrestan ningún empuje de las masas en juego. Si se suprimieran de un plumazo, los techos seguirían sustentándose de igual manera, pues son parte integrante de un todo monolítico.


Lalibela  
   Determinados rasgos estilísticos de las iglesias de Lalibela han sido heredados del arte del antiguo imperio de Axum. Por ejemplo, los vanos de muchas puertas y ventanas poseen una forma característica, consistente en un rectángulo coronado por un arco semicircular descansando sobre dos salientes prismáticos a modo de ménsulas, en un diseño que recuerda el ojo de una cerradura (foto093). Esta morfología reproduce en hueco el perfil de la parte superior de los más altos obeliscos precristianos de Axum, que datan de los siglos III-IV d C, de poco antes de la cristianización de Etiopía. Llamaremos a este elemento arquitectónico 'arco axumita'. En los ejemplos más desarrollados, el arco puede ser apuntado, como si fuera ojival, o puede adoptar incluso una silueta que recuerda al arco conopial de la arquitectura gótica tardía (foto120).
   Obsérvense también los cuatro paralelepípedos que sobresalen en las cuatro esquinas de los marcos de muchas puertas y ventanas (foto116): están calcados de un recurso ornamental que aparece sistemáticamente en las antiguas ruinas de Axum, en los motivos arquitectónicos tallados en relieve en los fustes de los obeliscos axumitas, o en las puertas a las cámaras de las tumbas reales de la dinastía salomónica. Repetían en piedra un detalle constructivo de la arquitectura de madera (se pueden ver en Etiopía ejemplos de edificios rupestres que hacen uso de jambas, dinteles y vigas de carpintería ensamblados en la estructura rocosa, foto129): los cuatro cubos salientes imitarían cabezas de vigas de madera. Denominaremos a este elemento 'marco axumita'.
   Una de las iglesias monolíticas de Lalibela (Bet Emanuel) muestra una curiosa fachada estriada a base de bandas horizontales superpuestas, configuradas mediante ligeros entrantes y salientes, como si fueran estratos o capas (foto096). Es un intento de imitar en el monolito las formas de una tipología de iglesias cuyos muros se construían alternando hiladas de mampostería y de madera. El modelo original de este estilo constructivo era la primitiva catedral de Santa María de Sión en Axum, el primer templo cristiano que se construyó en Etiopía (s. IV d C), erigido por el converso rey Ezana para albergar el Arca de la Alianza, y que fue siglos más tarde destruido. No obstante, aún subsisten no lejos de Lalibela iglesias edificadas en esta modalidad, como la de Mekina Medhane Alem y la del monasterio de Yeremhanna Kristos, consideradas como el vínculo que conecta la arquitectura 'salomónica' de Axum con la arquitectura zagüe de Lalibela.
   A partir del siglo XV, los interiores de las iglesias de Lalibela fueron totalmente recubiertos de pinturas al fresco, plasmando motivos tanto vegetales y geométricos como figurativos. Los iconos murales describían a modo de relato gráfico distintos episodios del Antiguo y Nuevo Testamento, y de la historia temprana del cristianismo etíope, en sucesiones de cuadros distribuidos en registros superpuestos. Por las pinturas que han sobrevivido (sobre todo en Bet Mariam y Bet Mercurios), podemos apreciar que responden a ese estilo naif, Lalibelade tosca factura pero de gran colorido y expresividad, que es el denominador común a toda la pintura religiosa etíope, incluso la ejecutada en nuestros días. Los fondos son planos y las composiciones no tienen en cuenta la perspectiva. Los ángeles, santos, reyes, patriarcas y demás personajes bíblicos son dibujados con rostros hieráticos de expresión impávida y grandes ojos negros de mirada penetrante (foto099). Sus rasgos anatómicos, sus posturas, los pliegues de sus vestimentas, el trazo en general, evocan el estilo de las pinturas románicas, bizantinas y mozárabes.
   Su iconografía difiere en no pocas ocasiones de la católica. Por ejemplo, la Trinidad (Selassie) es representada como un trío de venerables ancianos de luengas barbas blancas (foto008).
  
   La cruz, emblema de Cristo y símbolo supremo del cristianismo, es ubicua en Lalibela, por no decir en toda Etiopía. Hace su aparición en las plantas de las iglesias, en las bóvedas, en los pilares, en las cisternas bautismales, en las puertas y ventanas, en los rayos de sol que se filtran por las ventanas cruciformes e iluminan el suelo alfombrado de los templos salpicándolos de cruces de luz (foto001). Los cristianos etíopes llevan siempre una pequeña cruz colgada de una cadena al cuello, y no pocas veces una cruz tatuada en la frente. Una de sus celebraciones religiosas más importantes es la fiesta del Meskal (= Cruz).
   Toda iglesia o monasterio de Etiopía posee un almacén (a veces lo llaman museo) que guarda los tesoros del santuario, muchas veces donados por soberanos y grandes señores. El sacerdote guardián mostrará con placer al visitante interesado esos tesoros, uno a uno, que indefectiblemente incluyen manuscritos iluminados en libros de piel de cabra (foto061), suntuosas coronas ceremoniales, sistros, tambores, cálices, casullas, incensarios, parasoles, mekuanias y, sobre todo, elaboradas cruces procesionales de metal o madera, encastradas en la punta de un largo mango.
   Las cruces de metal están forjadas en oro, plata o bronce según la antigua técnica de la cera perdida, por lo que no hay dos iguales. En los cuatro ángulos delimitados por los ejes que se cruzan se añaden adornos afiligranados rellenando todo el espacio disponible con un abigarrado diseño que llega a desdibujar la cruz original (foto062). Por las características del diseño se puede diferenciar la llamada 'Cruz de Axum' de la llamada 'Cruz de Lalibela'.
   En determinadas ceremonias, el sacerdote restriega físicamente la sagrada cruz de Lalibela sobre los cuerpos de los devotos con el fin de transmitirles su influjo benéfico e impartirles su bendición (fotos 051 y 052). A continuación los fieles besan la cruz por ambos lados.
   Perforados en los gruesos muros de las iglesias, podemos ver en las ventanas todo un despliegue de diseños en forma de cruz, tallados a modo de celosías: cruces latinas, griegas, de Malta, de San Andrés, foliadas, cruces del Calvario, cruces en Tau y cruces gamadas (fotos 109 y siguientes). Algunas ventanas son ciegas, de función meramente decorativa. Por mucha repugnancia que nos suscite la visión de la cruz gamada o esvástica (foto113), símbolo del III Reich, no podemos olvidar que este tipo de cruz no tiene en su origen absolutamente nada que ver con la ideología nazi, sino que aparece desde la antigüedad en muchas culturas (por ejemplo en el hinduismo y el budismo: la palabra svastika proviene del idioma sánscrito) y simboliza la vida.
   Las iglesias rupestres de Lalibela fueron incluidas como bien cultural en la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1979. Esta institución promovió recientemente la instalación en los grupos noroeste y sudeste de unas grandes cubiertas traslúcidas con el fin de proteger a estas viejas iglesias rupestres de la erosión provocada por las lluvias (foto107). 
  
 

Relación de iglesias rupestres de Lalibela

Grupo noroeste
Bet Debre Sina - Bet Gólgota - Selassie
Bet Mariam
Bet Danaghel
Bet Meskal
Bet Medhane Alem

Grupo sudeste
Bet Emanuel
Bet Mercurios
Bet Lehem
Bet Gabriel-Rafael
Bet Abba Libanos

Aislada
Bet Giorgis

   
  
Grupo noroeste
  
   El grupo noroeste de iglesias, que simboliza la Jerusalén terrenal, está rodeado de una muralla rupestre y un foso de 11 m de profundidad. Todas sus iglesias, capillas, celdas, murallas y demás dependencias están esculpidas en un único bloque rocoso, formando un conjunto monolítico.
   En este grupo, los edificios se distribuyen en una secuencia ordenada, alineados siguiendo el eje este-oeste. De este modo el visitante que acceda al recinto por la entrada principal al oeste puede efectuar un recorrido espiritual que, partiendo del pecado original (Tumba de Adán), culmine en la redención (Bet Medhane Alem, iglesia del Redentor del Mundo).
  
  
Tumba de Adán
Foto082
     
   Entrando al recinto noroeste por la puerta occidental, el visitante ha de recorrer un estrecho y profundo desfiladero artificial de 25 m de largo, al fondo del cual se topará con la 'Tumba de Adán'. Llaman así a un monolito prismático de 5 m de alto, ahuecado en su interior, con una escalera de siete peldaños que lleva a la puerta, y una ventana en la parte superior en forma de cruz foliada. Algunos estudiosos afirman que este monolito representa un altar de sacrificios pagano. La interpretación más aceptada es la de que fue esculpido como una especie de introducción al complejo de iglesias, ya que Cristo es el nuevo Adán, y la cruz de Cristo fue plantada sobre la tumba de Adán.
Lalibela   En este punto el corredor se bifurca a izquierda y derecha. Por la izquierda se accede a las grutas de Petros y Paulos, y por la derecha se llega a la puerta que permite la entrada al núcleo principal del complejo.
 
   
Bet Debre Sina ('Casa del Monte Sinaí)
  
   Forma un conjunto unitario con Bet Gólgota y la Capilla Selassie, simbolizando la unión entre la Ley dada a Moisés en el monte Sinaí (Antiguo Testamento) y la Ley de Cristo, que fue crucificado en el monte Gólgota (Nuevo Testamento).
   El exterior, un bloque rectangular de 9,5 x 8,5 m y 5 m de alto (aunque en Lalibela, cuando nos referimos a la altura de los edificios, sería más apropiado hablar de profundidad), no tiene más adornos que unas pequeñas aunque muy elaboradas ventanas en celosía, de distintos diseños. Su interior se divide en tres naves por dos arquerías de cuatro pilares de sección cruciforme, de capiteles decorados con cruces griegas.
   Bet Gólgota, llamada también Bet Mikael ('Casa de San Miguel'), es una iglesia gemela y contigua a la anterior, dividida en dos naves por tres pilares cruciformes. Aquí se encuentra la tumba donde se supone reposan los restos del rey Lalibela. Al menos así lo afirmaba el portugués Francisco Álvares en 1521, que quizá exageró un poco al comparar esta iglesia con la catedral de Santiago de Compostela.
   Como hecho insólito, las paredes de Bet Gólgota exhiben relieves figurativos (foto083). Representan a siete santos, en pie y de tamaño mayor que el natural, enmarcados en nichos arcados. Se desconoce la identidad de estos santos. Uno de ellos lleva un turbante (foto007), pero la inscripción que lo identifica como Qirqos (San Ciriaco, mártir del siglo IV) ha sido puesta en duda por los investigadores. Se conjetura que podría ser, en base a las ricas vestimentas con que va ataviado, el abuna que financió la realización del complejo, o quizá el mismo Patriarca de Alejandría.
   Por una norma de antiguo cumplimiento y aún vigente, no se permite a las mujeres entrar en esta iglesia.
   Perforada en un muro de Bet Gólgota, detrás de una cortina, se abre una puerta que da a una capilla, llamada Selassie (= 'Trinidad'), que muy pocas personas en la historia han podido visitar. Es el lugar más sagrado de Lalibela. La capilla está totalmente sepultada en la roca, como una cripta, sin ventanas al exterior. De planta trapezoidal, sus muros y techos están redondeados, formando el conjunto una bóveda de perfil de herradura. Un solo pilar de 5 m de alto simula sostener la bóveda. Tres altares monolíticos emergiendo de una plataforma elevada y dos figuras humanas talladas en relieve en sendos nichos del muro de fondo presiden el lugar. Estas dos figuras, con los brazos cruzados sobre el pecho en actitud de oración, tienen cabezas de burro y de buey respectivamente: son representaciones antropomorfas del burro y el buey del portal de Belén.
   Desde el complejo Debre Sina-Gólgota-Selassie, tras caminar por un estrecho corredor de 50 m de largo terminado en una escalera, se llega por un pasadizo a un atrio con un campanario (foto086) y dos puertas por las que se accede al patio de Bet Mariam (foto084).
 
Lalibela  
Bet Mariam ('Casa de María')
Foto085
    
   Esta iglesia, de dimensiones relativamente modestas (17 x 16 m, con 10 m de altura), es la más popular y concurrida de todas las de Lalibela, y su interior queda abarrotado de feligreses (foto029) cuando se celebran misas y ceremonias religiosas: la figura de la Virgen María, madre de Jesucristo, despierta gran devoción entre los cristianos etíopes.
   Ubicada en el centro de un amplio y profundo patio trapezoidal vaciado en la roca, provisto de tres cisternas de planta en forma de cruz, es un símbolo del huerto de Getsemaní.
   La iglesia es de planta rectangular, elevada sobre un pedestal, con tejado a dos aguas muy erosionado por las lluvias. Sus fachadas están perforadas por ventanas cruciformes en celosía (foto111), exhibiendo un extenso repertorio de tipos de cruces: latinas, griegas, gamadas...
   Se puede penetrar al templo a través de tres porches de arcos axumitas (foto028), situados en las fachadas norte, oeste y sur, algunos de ellos muy reconstruidos.
   Encima del porche occidental sobresale de la pared un bajorrelieve con dos figuras ecuestres cazando animales, entre los que se pueden identificar un gran pájaro, un león alado y un reptil parecido a un cocodrilo (foto087); hay quienes dicen que el jinete de la derecha es San Jorge combatiendo al dragón, un motivo muy popular en la iconografía cristiana etíope.
   Posee un interior dividido en tres naves por dos series de arcadas sobre cinco pilares (foto088), profusamente decorado de relieves geométricos y figurativos (foto090), y de pinturas, tanto en murales al fresco como en lienzos. Los motivos describen escenas como el Anuncio de Zacarías del nacimiento del Bautista, la Visita de María a su prima Santa Isabel, la Cena en la casa de Simón, y el Paralítico Sanado con su cama. Se pueden ver también temas simbólicos, como la estrella de Salomón, el águila de dos cabezas, la cruz de Malta, la esvástica... Y todo un bestiario de animales reales y fantásticos, como el fénix, el pavo real, la paloma de la Eucaristía, un elefante, un camello y unos cebúes luchando.
   Los arcos conectan todos los pilares, tanto transversal como longitudinalmente. Por encima de las arcadas de la nave central corre un friso de ventanas ciegas rectangulares de marco axumita con sus características cabezas de viga salientes, en algunas de las cuales hay pintadas figuras de personajes que parecen asomarse a las ventanas (foto089). En el segundo piso hay excavada una galería para mujeres, que ocupa la parte superior de las dos naves laterales.
   En mitad de la iglesia se yergue un pilar central aislado más alto que los demás que se topa con la bóveda principal en el punto medio de su curvatura, una licencia arquitectónica que se puede permitir la arquitectura rupestre, pero que sería aberrante en la arquitectura 'construida'. El pilar, denominado Amd o 'Pilar de la Unidad de la Fe', está enteramente cubierto con una tela de algodón, oculto a los ojos profanos. Según los sacerdotes, contiene inscritos en su fuste el pasado, el presente y el futuro. Dicen que un monje vio en sueños a Cristo besando este pilar, aunque otra leyenda afirma que fue el rey Lalibela quien vio a Jesucristo oficiando la misa en este lugar vestido de sacerdote, y mandó consagrar el pilar, que había sido tocado por la mano divina. Hay quien afirma que simboliza la conexión entre el cielo y la tierra, una especie de 'eje cósmico'.
 
  
Bet Meskal ('Casa de la Cruz')
Foto091
    
   Se trata de una iglesia perforada en la masa rocosa de la pared norte del patio que rodea a la iglesia Bet Mariam. Su fachada está ornada por una sucesión de lunetos semicirculares tallados en bajorrelieve. Los sacerdotes, que poseen autonomía litúrgica respecto a Bet Mariam, explican que los diez lunetos simbolizan los Diez Mandamientos.
   Su reducido y elongado interior (de 9 x 4 m) se divide en dos naves separadas por tres pilares que sostienen arcos. La iglesia alberga un altar de madera muy antiguo, y comunica con otras oscuras grutas que no se sabe si son criptas o almacenes.
  
Lalibela  
Bet Danaghel ('Casa de las Vírgenes')
Foto037
    
   También de reducidas dimensiones (8 x 8 m de lado y 3,6 m de alto), tallada en la pared sur del patio de Bet Mariam, opuesta a Bet Meskal, esta iglesia se realizó en memoria de las vírgenes martirizadas bajo el emperador romano Juliano el Apóstata.
   El suelo del templo, burdamente cincelado en la roca madre, está por debajo del nivel del suelo del patio. Cuatro pilares unidos por arcos de medio punto sostienen un techo plano sobre el altar. Esta iglesia se usa también como sala de cánticos.
 
 
Bet Medhane Alem ('Casa del Redentor del Mundo')
    
   Es la iglesia más grande de Lalibela, con 34 x 24 m de planta, 11 m de altura, y 2 m de grosor máximo de muros. De hecho, está considerada como la iglesia rupestre más grande del mundo. Simboliza la tienda de la Alianza, y se cree que es una réplica en roca de la desaparecida catedral paleocristiana de Santa María de Sión en Axum, que albergaba el Arca de la Alianza.
   Se levanta en el centro de un patio adyacente al de Bet Mariam, ambos conectados por un pasadizo, que es una prolongación del foso perimetral que rodea la totalidad del complejo noroeste.
   La masa del edificio está ritmada por un peristilo de pilares cuadrangulares que, junto al tejado a dos aguas, le confiere un aspecto que recuerda lejanamente a los templos clásicos griegos (foto092). Sólo los pilares del lado oriental son los originales rupestres; los restantes, desaparecidos, han sido sustituidos por columnas construidas en sillares. Un friso de arquillos ciegos separa los pilares del tejado.
   El interior, de planta basilical, está dividido en cinco naves por medio de 30 pilares de sección cuadrangular, la nave central con bóveda de cañón y las laterales con techo plano, sin ninguna decoración escultórica o pictórica en sus paredes. El lado oeste está ocupado por una antesala o vestíbulo a modo de nártex, mientras que el Santo de los Santos, al lado este, queda semioculto tras unos muros que hacen de iconostasio.
   La oscuridad es apenas atenuada por las pequeñas ventanas perforadas en los muros, realizadas con distintos diseños y dispuestas a dos niveles. Las ventanas del nivel superior son de arco axumita (imitan el perfil de los remates de los obeliscos de Axum). Las ventanas del nivel inferior muestran distintos tipos de cruces labradas en celosía (foto093). Dicen que las ventanas altas simbolizan el Antiguo Testamento (recuérdese la conexión Axum-Salomón) y las bajas el Nuevo Testamento, con la omnipresencia del signo de la cruz.
 
  
Grupo sudeste
  
   El grupo sudeste de iglesias de Lalibela simboliza la Jerusalén celestial. Las excavaciones más recientes sugieren que algunas de las iglesias de este grupo han podido ser previamente fortificaciones militares y residencias reales. Así se explicaría la existencia de los profundos fosos defensivos que rodean algunas estructuras (como Bet Gabriel-Rafael), que han de ser salvados por un puente de madera. Y el hecho de que algunas iglesias no guardan la preceptiva orientación este-oeste, ni contienen determinados elementos propios de la arquitectura religiosa que sí aparecen sistemáticamente en el otro grupo de iglesias. 
   El trazado general del complejo es más caótico y laberíntico que el del grupo noroeste, acribillado como está por galerías y corredores subterráneos, oscuros como cuevas, que a veces quedan inundados (foto046). El recinto dispone asimismo de una muralla rupestre perimetral con profundos fosos que se llenan de agua en la época de lluvias.
  
   
Bet Emanuel ('Casa de Emanuel')
Fotos 095 y siguientes
Lalibela    
   Esta iglesia monolítica, esculpida en el centro de un profundo patio vaciado en la roca al que se puede acceder por una pequeña puerta ahuecada a media altura de una pared, es de planta basilical (17,5 x 11,5 m), con tres niveles de altura (11 m máximo) y tejado a dos aguas. El edificio se levanta sobre un pedestal de tres escalones. Su decoración externa, a base de bandas horizontales en entrantes y salientes pretende reproducir en piedra la tipología de los antiguos palacios e iglesias axumitas, que alternaban hiladas de sillares y de madera.
   Tres hileras de ventanas se abren a la altura de los tres pisos. Las de los niveles superior e inferior son rectangulares, con el típico marco axumita de cabezas de viga salientes y una cruz inscrita en el vano, mientras que las del nivel central son de arco axumita (foto097). Las siete ventanas perforadas en el nivel superior simbolizan los Siete Cielos.
   Dividida en tres naves por dos hileras de cuatro pilares, la nave central es abovedada y las laterales de techo plano. Las zonas del vestíbulo y del santasantórum están claramente diferenciadas por pilares más gruesos y muros de separación. El altar está coronado por una cúpula, y un doble friso de ventanas ciegas embellece la zona superior, donde se hallaba la galería para mujeres.
   Dada su situación dentro del complejo, muy escondida y de difícil acceso, y teniendo en cuenta los últimos datos que apuntan a que algunas de las iglesias de este grupo habrían podido ser previamente residencias reales, se ha conjeturado si Bet Emanuel no sería en origen una capilla de palacio para uso privado del rey y su familia.
   Una trampa en el suelo de la nave sur da a un oscuro túnel subterráneo que conduce a la vecina Bet Mercurios (a 15 m de distancia) y, tras otro pasadizo ascendente de 55 m, a Bet Lehem.
 
Lalibela 
Bet Mercurios ('Casa de San Mercurio')
  
   Esta iglesia no tiene una planta convencional (es un triángulo irregular), ni está orientada de este a oeste como las demás, por lo que se estima que no fue en origen un edificio religioso. Tal vez fue una residencia real, o una sala de banquetes, o algún tipo de edificio público importante. Posee una zona más elevada, donde se cree podría estar ubicado el palacio del rey Lalibela. El sector que se utiliza hoy como iglesia ocupa el extremo oriental de una sala subterránea que se abre a un patio.
   El sobrio exterior, carente de una fachada propiamente dicha, mide 31 x 25 m, con un altura de 6 a 8 m.
   El interior (foto012), consistente en una gran sala hipóstila con dieciocho gruesos pilares irregulares que abarrotan el espacio como un denso bosque, más tres celdas rupestres separadas por un muro perforado por tres puertas, está casi desnudo de decoración, con la sola excepción de un bello mural en la parte baja de un pilar, mostrando seis reyes o santos con vestiduras reales (foto099), sosteniendo en las manos unas elaboradas cruces. Es la única pintura que queda in situ de la rica decoración pictórica que embellecía Bet Mercurios: los murales fueron arrancados y trasladados al museo de Addis Abeba para su conservación, pero sufrieron un gran deterioro en el proceso.
   En esta iglesia, dedicada a San Mercurio, un mártir del siglo III, se custodia una cruz procesional de madera que, según la tradición, fue traída de Jerusalén por el rey Lalibela.
 
  
Bet Lehem ('Casa del Pan Bendito')
  
   Más que una iglesia, se diría una capilla, a la que se llega tras recorrer un oscuro pasadizo subterráneo de 50 m.
   La estructura tiene una forma acampanada en medio de un profundo patio. El interior, de planta circular, está iluminado por una hilera de ventanucos (foto100) y tiene un tronco de árbol a modo de pilar central.
   Se ignora la función original de esta capilla, aunque una tradición localiza aquí el refugio monástico del rey Lalibela. Según algunos investigadores, podría haber sido un horno de pan (los ventanucos serían salidas de humos), teniendo en cuenta que muchas iglesias etíopes cuentan con una 'casa del pan', donde se cuece el pan destinado a la eucaristía.
 
Lalibela  
Bet Gabriel-Rafael ('Casa de Gabriel y Rafael')
  
   Extraña iglesia que no está orientada como las demás y posee una planta totalmente atípica, compuesta de dos salas columnadas entre dos patios, el conjunto circunscrito en gruesas murallas, lo que ha llevado a deducir que este edificio no se proyectó en un principio como iglesia. Podría haber sido una residencia para altos dignatarios, o tal vez un tribunal de justicia.
   Su imponente fachada está antecedida por un enorme foso de más de 10 m de profundidad (foto101), que hay que salvar por un puentecillo de madera. Se compone de una hilera de grandes nichos en forma de arco axumita, ubicados sobre altas plataformas que emergen del foso, en cuyas paredes de fondo están taladradas la puerta y las ventanas. Nichos, puerta y ventanas repiten a distintos tamaños el perfil del arco axumita (foto110), con la variante de que en la parte superior del semicírculo se recorta un adorno curvo y puntiagudo que le confiere un aspecto de arco conopial. Este detalle lo veremos también en las ventanas de la iglesia Bet Giorgis (foto119).
   El interior es de trazado muy irregular, compuesto de dos capillas con dos pilares cada una (foto009). La capilla occidental, de planta triangular, es Bet Rafael. La capilla oriental, de planta rectangular, es Bet Gabriel. Ambas se comunican por una puerta. La única decoración interna consiste en tres cruces latinas talladas en los muros. La estructura posee también otras pequeñas celdas interconectadas, una de ellas con tres profundas ventanas que dan al patio trasero (foto103). En las paredes de este patio se abren numerosas celdas eremíticas y nichos funerarios.
   Debajo de Bet Gabriel-Rafael existe oculta una gran sala subterránea, parcialmente inundada, que muy pocas personas han podido visitar.
   El tejado de este edificio ha sido considerado tradicionalmente como un símbolo del cielo. Un estrecho y empinado tramo de muralla conduce entre dos precipicios al tejado. Se dice que es el 'camino al cielo' (foto047).
 
Lalibela  
Bet Abba Libanos ('Casa del Padre Líbano')
  
   La creación de esta iglesia, la que hace el número 11 entre las de Lalibela, se atribuye a la reina Meskal Kebra, esposa del rey Lalibela. Dice la leyenda que fue terminada en una sola noche, con la eficaz intervención de unos ángeles.
   Está dedicada a uno de los Nueve Santos que llegaron en el siglo V a Axum para predicar el Evangelio en Etiopía: Abba Libanos.
   El exterior está cavado como un bloque prismático (9,5 x 7,5 m y 7 m de alto) cuyo techo no está desgajado del macizo rocoso (foto105), aunque sí los muros laterales, de forma que la iglesia puede circunvalarse por un amplio pasillo a modo de túnel que la rodea. La fachada está ritmada con una sucesión de platabandas verticales.
   El angosto interior, de planta rectangular, está dividido en tres naves por dos filas de pilares de esquinas redondeadas y capiteles cúbicos biselados (foto069). La nave central es de bóveda de medio cañón y las laterales de techos planos. Un friso de ventanas ciegas recorre todo el perímetro del segundo piso. El Qeddus Qeddusan o santasantórum, a un nivel más elevado que el resto de dependencias, tras un arco triunfal y coronado de una cúpula, queda semicerrado tras unos muros en los intercolumnios que hacen las veces de iconostasio. La luz penetra a través de una hilera de ventanas cruciformes de marcos axumitas en el primer piso, y otra hilera de ventanas con arcos apuntados de perfil 'conopial' en el segundo piso.
   El sacerdote llamará la atención del visitante sobre una 'pequeña luz' en medio del muro del altar que 'brilla día y noche por su propio poder'.








  
 
  
Lalibela 
Bet Giorgis ('Casa de San Jorge')
Fotos 073 y siguientes
    
   Separada de los dos grupos descritos, en la orilla derecha del río Jordán, Bet Giorgis es una iglesia de planta cruciforme, esculpida en el interior de un macizo rocoso con la superficie cimera en pendiente. Está dedicada a San Jorge, santo patrón de Etiopía.
   Cuenta la leyenda que, concluida la realización de nueve de las iglesias, San Jorge reprochó al rey Lalibela que no hubiera erigido una iglesia en su honor. Lalibela prometió al santo que edificaría y le dedicaría la más hermosa de todas. El mismo San Jorge se encargó de supervisar las obras. Las huellas de su caballo pueden verse en el corredor que conduce a la iglesia desde el sur.
   Bet Giorgis es un monumento de gran esbeltez, de unos 12 m de altura (o profundidad), que se yergue sobre una plataforma escalonada, aislado en medio de un patio cerrado al que se accede por estrechos túneles excavados en la roca (foto081). En las paredes del patio se abren pequeñas celdas redondeadas para uso de monjes y peregrinos (foto080), y asimismo algunos nichos funerarios donde aún reposan cadáveres.
   El tejado de la iglesia está ornado con tres cruces griegas inscritas unas en otras que, amén de su función decorativa, componen un sistema de caños y canaletas que drenan las aguas del tejado (foto073). Quizá gracias a ello, y a la mayor resistencia de la roca, se debe el que esta iglesia sea la mejor conservada entre las de Lalibela. Lo cierto es que es la única que no ha necesitado ser protegida con una cubierta moderna.
   La forma de cruz griega configura doce fachadas para el edificio. En las que miran al sur se abren las tres puertas. Una serie de bandas molduradas horizontales circunda todas las fachadas y las divide visualmente en diferentes niveles. Estas bandas tienen el efecto de camuflar una peculiaridad estructural del edificio: el grosor variable de los muros, que va creciendo de arriba abajo.
   Las ventanas rectangulares del nivel inferior son ciegas y de marco axumita, con sus cabezas de viga esquineras. Las ventanas del nivel superior, de arco axumita 'conopial' rematado de adornos florales (foto120), son, junto a las muy similares de Bet Gólgota (foto118), las más ornamentadas de Lalibela.
   Una escalera de siete peldaños conduce a la puerta principal (foto079). La planta de la iglesia, en forma de cruz griega de brazos iguales, está correctamente orientada, con la puerta al oeste y el Santo de los Santos al este.
   El interior, angosto y de gran altura, carece de pilares, sustituidos por pilastras con ménsulas que emergen de los mismos muros. Sostienen los cuatro arcos que separan el espacio central de los cuatro brazos laterales de la planta cruciforme. La bóveda del presbiterio y los techos planos de los restantes brazos están ornados con cruces en relieve. Una sencillas molduras corren a lo largo de los muros, en correspondencia con las bandas horizontales externas.
   La iglesia Bet Giorgis, con sus armoniosas proporciones y su preciosismo decorativo, está considerada como la obra maestra de la arquitectura rupestre de Lalibela, y es el monumento más emblemático y reproducido de la localidad.
 
  
Otras iglesias y lugares rupestres cerca de Lalibela
  
Asheton Mariam
Bilbilla Qirqos
Bilbilla Giorgis
Bilbilla Arba Tenza
Sarsana Mikael
Trono de Imrahana
Ghenneta Mariam
Camcanit Mikael
Kiddist Arbuta Washa (la cueva donde supuestamente nació el rey Lalibela).
    
  
Un monasterio en la montaña
  
   A 5 km de Lalibela y cavado a casi 4.000 m de altura en los abruptos peñascos del monte Asheton, que domina con su mole escarpada la comarca entera de Lalibela, se esconde el remoto monasterio rupestre de Asheton Mariam. Se llega a este paraje, auténtico nido de águilas desde el que se otea una vasta panorámica de las montañas de Lasta, tras una dura y empinada caminata de dos horas monte arriba (foto121). Por el sendero de ascenso surgen aquí y allá pequeños manantiales, que los nativos aseguran ser de agua bendita. El acceso final se realiza atravesando la montaña por un estrecho túnel-desfiladero natural que traspasa de lado a lado un farallón.
   El complejo es propiamente hablando un eremitorio, un macizo rocoso acribillado de un gran número de celdas rupestres (foto122) habitadas aún hoy por monjes y ermitaños. La iglesia principal, en proceso de consolidación y restauración, remeda, aunque con formas más toscas, el modelo de la iglesia Bet Medhane Alem de Lalibela, con un peristilo exterior de columnas monolíticas irregulares rodeando el núcleo del santuario (foto123).
   El interior es sencillo y prácticamente desprovisto de decoración, aparte de unas cruces talladas en las falsas bóvedas. Un deambulatorio da paso a la iglesia, dividida en tres naves por dos pilares de tosca ejecución. El suelo está cubierto de alfombras y los cortinajes ocultan diversos lienzos (foto124). En este templo se custodian diversos objetos sacros, como manuscritos iluminados, coronas ceremoniales y cruces de plata, que el monje guardián muestra a los visitantes a cambio de un donativo (foto125).
   La fundación de este monasterio se atribuye a Nakuta Laab, sobrino del rey Lalibela y quien le sucedió en el trono de la dinastía zagüe.

 

Continuar:  Otros parajes rupestres de Etiopía >>

 

 

Lalibela
Etiopía rupestre

Bibliografía consultada
    
- Batistoni, Milena. A guide to Lalibela (Arada Books, Addis Ababa, 2008)
- Gozálbez, Javier. Cebrián, Dulce. Etiopía. Un rostro con tres miradas (Altaïr, Badalona, 2007)
- Unesco. El Patrimonio Mundial (Incafo. Ediciones San Marcos)
- V.V.A.A. Bellezas del mundo. Vol. 6: África (2). (Larousse-Sedmay, Madrid, 1978)

 

 

FotoCD97
   
Lalibela
Etiopía rupestre

Fotografías: Agustín Gil, Eneko Pastor
Realizadas en Lalibela y la región de Adigrat (Etiopía)

© fotoAleph
© Copyright fotoAleph. All rights reserved
www.fotoaleph.com



 

Otras exposiciones de fotos de Etiopía en fotoAleph
 El país del Nilo Azul
   
Nilo Azul
Etíopes
Retratos étnicos

   
Etiopes

  

Otros parajes con arquitectura rupestre en fotoAleph
     
Abu Simbel
y otros templos salvados de las aguas

   
Abu Simbel
India rupestre
Los comienzos del arte budista e hindú

   
India rupestre
Persia rupestre
El arte de los sasánidas

   
Persia rupestre
     
Turquía rupestre
El arte de los acantilados

   
TURQUIA RUPESTRE
Capadocia
La tierra de los prodigios

   
Capadocia
Petra
El tesoro oculto en el desierto

   
Petra
     
Los incas
Perú rupestre

   
Los incas

España rupestre

España rupestre