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Bazares de Pakistán

Rawalpindi, encrucijada de caminos

   
   A una treintena de kilómetros de Taxila, la antigua capital del reino greco-búdico de Ghandara (ver en fotoAleph la colección Vislumbres de Pakistán), se extienden las ciudades de Rawalpindi e Islamabad, respectivamente la vieja y la nueva capital del actual Estado de Pakistán. Si Islamabad es un ejemplo de moderna planificación urbana y arquitectura vanguardista, Rawalpindi responde más al modelo de vieja ciudad superpoblada, de crecimiento incontrolado, cuyos barrios han ido sumándose espontáneamente hasta crear una conurbación de trazo laberíntico rodeada de arrabales degradados.  

Bazares de Pakistan   Rawalpindi (Pindi en el habla coloquial) disfrutó del rango de capital de Pakistán Occidental entre 1959 y 1969, antes de la creación de Islamabad. Su núcleo urbano se eleva sobre la meseta de Potwar, y un curso de agua, el Leh Nala, separa el centro del Acantonamiento, el antiguo barrio británico. La ciudad vieja ocupa el emplazamiento de un antiguo poblado habitado por los Rawals, una tribu de yoguis o ascetas, de donde procede el nombre Rawalpindi o Pueblo de los Rawals. Ciertas ruinas en la zona del Acantonamiento han sido identificadas como pertenecientes a la antigua ciudad de Gajipur o Gajnipur, capital en la era pre-cristiana de la tribu de los Bhatti. Destruída durante la invasión de los mongoles (s. XIV d C), fue restaurada por el jefe gakhar Jhanda Khan, que le dio su actual nombre. Creció rápidamente en importancia cuando Milka Singh, un aventurero sij, la ocupó en 1765 e invitó a colonos de los distritos de Jhelum y Shahpur a instalarse allí. En 1849 fue anexionada al Imperio británico. 
   La ciudad, a medio camino de la ruta entre Peshawar y Lahore, que forma parte de la Grand Trunk Road, y punto de partida de la carretera a Cachemira, se halla enclavada en una encrucijada de rutas cuya posición estratégica la ha llevado a convertirse en un gran centro industrial y comercial. Las actividades industriales abarcan el ferrocarril, gas, refinerías de petróleo, fundición de hierro, fabricación de tejidos, calzado, artículos de cuero y alfarería. En abril se celebra una feria anual de caballos. Es sede principal de la Universidad del Punjab. 
   La zona es agrícola y depende del régimen anual de precipitaciones: el monzón estival y las lluvias de invierno. El trigo, el centeno, el maíz y el mijo constituyen los principales cultivos. El producto de las cosechas puede verse a diario expuesto a la venta en los innumerables puestos de alimentación de los bazares de la ciudad.  

Bazares de Pakistan    
   Rajah Bazaar es el más grande de los muchos bazares de Rawalpindi. Incluye varios bazares en uno, con multitud de tenderetes de toda clase de mercancías que van invadiendo calles y bocacalles, siempre transitadas por una abigarrada muchedumbre. Al barrio viejo le queda muy poco de viejo (destartalado en todo caso), con muy pocas casas supervivientes, y estas pocas, que lucían tradicionales balconadas de madera tallada, se hallan en un estado de total abandono, semiocultas tras pancartas, carteles, cables y generadores eléctricos conectados en el más caótico de los revoltijos. Pintorescos vehículos de fantasioso y polícromo diseño reclaman a los peatones que suban, pues no salen hasta que se llenan, y se abren paso a duras penas por las callejas colmadas de transeúntes, formando largas filas que terminan por obstruir completamente las carreteras.
   Puestos de mandarinas, de almendras, de zanahorias, de guindillas vendidas a peso en grandes balanzas, dan fe de la abundante producción agrícola de la zona. Las verduras están a veces expuestas en plásticos colocados sobre los barrizales del suelo. Especias de todos los tipos (foto05), jengibre, cebollas, tomates, ajos, patatas, coliflores (fotos 01, 02 y 06). Pescados. Jaulas con gallinas. Patas de cordero o de cabra (foto 03). Criadillas y vísceras de ternera colgando de ganchos. Todo se mezcla en un maremágnum de colores y de olores que desborda las calles en todas las direcciones.
   Los tenderos vocean las mercancías y los precios. Casi todos los vendedores son varones, así como la mayoría de los compradores. Se ven pocas mujeres por los mercados de comestibles: se las ve más por los bazares de ropa, tejidos, calzado, juguetes, joyas y abalorios. Hay tiendas dedicadas a la venta de guirnaldas de plástico o papel de aluminio de colores brillantes, para decoración de fiestas de cumpleaños. Tiendas de maletas y baúles de aluminio y de chapa. De vetustos aparatos de radio y televisores en blanco y negro. En las aceras, palmistas sentados en el suelo leen el porvenir en las rayas de la mano (fotos 07 y 08).

 

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FotoCD07

Bazares de Pakistán 
La ruta de los mercaderes de Oriente

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