Exposiciones fotográficas
Pirineos. Cumbres de belleza
Los peregrinos de Lourdes
La ciudad y comuna de Lourdes es un centro de peregrinación situado al pìe de la cordillera pirenaica, en el departamento francés de Altos Pirineos (Hautes-Pyrénées), a orillas del río Gave de Pau, que baja de Gavarnie.
Lourdes fue durante la Edad Media una población fortificada, cuya situación geográfica la convirtió en una importante plaza fuerte del condado de Bigorre. Durante la Guerra de los Cien Años (1337-1453) entre Francia e Inglaterra, los franceses la reconquistaron a los ocupantes ingleses. La plaza había sido cedida a los ingleses en 1360 por el tratado de Brétigny y fue recuperada, tras un asedio de 18 meses, en 1406. Su castillo medieval data del siglo XIV, reconstruido en el XVI, y desde el reinado de Luis XIV (1643-1715) hasta principios del siglo XIX fue utilizado como una prisión estatal.
La importancia contemporánea de Lourdes data de 1858, cuando, del 11 de febrero al 16 de julio, una muchacha de 14 años, Bernardette Soubirous, tuvo una serie de visiones en la cercana gruta de Massabielle (foto77) en las que, según confesaba, se le aparecía la Virgen María. Estas visiones fueron declaradas como auténticas por el papa Pío IX en 1862, y se autorizó el culto a Nuestra Señora de Lourdes. Las aguas del manantial subterráneo de la gruta, revelado a Bernardette, fueron declaradas como de propiedades milagrosas, y desde entonces Lourdes creció y se transformó en un gran centro de peregrinación. Millones de peregrinos, muchos de ellos enfermos o discapacitados, acuden cada año a Lourdes (foto64 y siguientes). La basílica fue construida en 1889 en estilo neogótico (foto55), pero pronto se quedó demasiado pequeña para acoger al creciente número de peregrinos que la visitaban. En 1958 fue inaugurada una inmensa iglesia subterránea de hormigón armado, que podía congregar a 20.000 personas.
Andorra. Un país entre montañas
Andorra es un pequeño (464 km cuadrados) principado soberano de Europa, situado en las montañas centro-orientales de la cordillera de los Pirineos, haciendo frontera con Francia y España. Es el mayor de los pequeños Estados independientes de Europa, entre los que se incluyen Mónaco, San Marino y Liechtenstein.
Con un paisaje compuesto de afilados picos y profundos valles, las cotas de altitud de Andorra varían entre los 900 y los 2.900 m. El río Valira, que se bifurca en la capital Andorra-la-Vella, divide el país en tres regiones naturales: los valles del Valira oriental, Valira del norte y Gran Valira. El clima es habitualmente seco, con fuertes precipitaciones en primavera y otoño, y con abundante nieve que permanece en las alturas durante varios meses. Las condiciones climáticas favorecen el crecimiento del pino, los bosques de coníferas y abedules.
Andorra es una singularidad histórica. Ha sido principado autónomo durante 1.200 años, manteniéndose desde la época feudal al margen de las transformaciones políticas de sus países colindantes. Hasta la llegada de las modernas redes viarias, la población andorrana vivía aislada y protegida en sus inaccesibles valles, sobre todo desde que Carlomagno expulsó a los invasores musulmanes en el año 803. La pervivencia como un Estado independiente desde la Alta Edad Media europea se atribuye tradicionalmente a la donación de las tierras de los condes de Urgel, realizada por Ludovico Pío, hijo y sucesor de Carlomagno, al obispo de Urgel en 819. A partir del siglo XI se estableció un doble vasallaje a co-príncipes, uno en España y otro en Francia. Andorra ha sido desde entonces gobernada –con una única interrupción durante la Revolución Francesa– conjuntamente por la diócesis de la Seo de Urgel y el jefe de Estado de Francia. El actual gobierno se define como un coprincipado parlamentario. El idioma oficial es el catalán. Sus instituciones son muy afines a las de Cataluña.
Desde los años 50 del siglo XX Andorra ha experimentado profundos cambios, pasando de la ancestral economía agrícola –solo el 4% de la tierra es cultivable– ganadera y de pastoreo, a una economía basada en la banca, las finanzas, el comercio y el turismo como principales fuentes de ingresos. Tiene también industrias maderera y de tabaco, y buenos recursos hidroeléctricos. El comercio es potenciado por acuerdos arancelarios favorables con Francia y España y sus habitantes disfrutan de ventajas fiscales como la ausencia de impuestos personales sobre la renta. Todo ello ha contribuido a convertir Andorra en un mercado internacional para productos de países industrializados. El turismo goza de excelentes instalaciones para el esquí y los deportes de invierno, así como de una densa red de servicios de hostelería.
El fuerte crecimiento económico ha dejado su impronta en los modernos edificios de los pueblos y ciudades andorranos (las mayores son Andorra-la-Vella y Les Escaldes, con su carácter internacional), que contrastan vivamente con la arquitectura tradicional de los pequeños pueblos, con sus casas de granito, pizarra y madera. La población es mayoritariamente católica y ha sabido preservar su espléndido patrimonio de iglesias prerrománicas y románicas, caracterizadas por sus altos campanarios de estilo lombardo y catalán (foto67 y siguientes). Subsisten también buenas pinturas románicas atribuidas al Maestro de Santa Coloma (s. XII) y al Maestro de Andorra (s. XIII), así como retablos y trípticos de época gótica.
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Pirineos. Cumbres de belleza
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