Exposiciones fotográficas

Las inclinaciones peligrosas

El Campo de los Milagros


   La prosperidad de Pisa entre los siglos XI y XIV tuvo su reflejo en la espléndida arquitectura que ha llegado hasta nosotros de aquel periodo. El horizonte urbano estaba erizado de altísimas casas-torre, construidas en ladrillo o piedra, que pugnaban con su altura por demostrar la primacía de tal o cual linaje nobiliario, como ocurre en toda la Toscana. Pero la gloria de Pisa reside en su arquitectura religiosa, en particular el complejo formado por la catedral, el baptisterio, el campanario (la célebre torre inclinada) y el cementerio, en el llamado Campo de los Milagros o Plaza del Duomo (foto26), que forma un conjunto arquitectónico único en el mundo, con una peculiar y armoniosa mezcla de los estilos románico y gótico.
   Pisa contaba con la ventaja de estar cerca de Carrara y sus canteras de blanco mármol de excelente calidad. El mármol es de hecho el elemento unificador del conjunto de edificios de la plaza, todos tan diferentes en su volumetría que semejan una colección de sólidos geométricos depositados en un campo de hierba: el prisma, el cilindro, la esfera...
Las inclinaciones peligrosas   El románico y el gótico en Italia exhiben unos rasgos estéticos propios e inconfundibles, distintos a los de la arquitectura coetánea del resto de Europa. La profusa utilización del mármol para revestimientos de fachadas e interiores y en la decoración escultórica, la distribución de espacios, el equilibrio de las proporciones, los volúmenes marcadamente geométricos revelan una fuerte influencia del arte grecorromano clásico, que siempre estuvo muy presente en la península y no llegó a olvidarse en los siglos medievales.
   Además de la Roma clásica, hay que consignar otras dos fuentes de influencia en la arquitectura pisana. La del románico lombardo, con sus características arquerías de arcos ciegos; y la del arte musulmán del Levante, con el que los pisanos habían entrado en contacto en las Cruzadas, detectable en el diseño de 'cebra', que alterna franjas de mármol claras y oscuras en los revestimientos decorativos de arcos y bóvedas (foto18).
    La piazza del Duomo se utilizaba para fiestas, procesiones y ceremonias religiosas. Estaba ubicada fuera del recinto de las murallas medievales de la ciudad, en una amplia esplanada protegida por las marismas del norte, a un nivel por encima del alcance de las inundaciones. Separados, pero reunidos en un espacio común, la catedral, el baptisterio, el campanario y el camposanto mantienen, pese a sus diferencias estructurales y cronológicas, una unidad de estilo, y cada una de estas construcciones es a su vez una obra maestra de la arquitectura cristiana medieval.
   Los monumentos del Campo de los Milagros ejercieron una duradera influencia sobre la arquitectura y escultura tardomedievales y renacentistas de Italia. La Plaza del Duomo de Pisa fue incorporada a la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO el año 1987.


Catedral
    
   La Catedral de Pisa (bajo la advocación de Santa María Asunta) fue proyectada en 1063 por el arquitecto Burcheto en estilo románico, consagrada por el Papa en 1118, y no fue terminada hasta el siglo XIII.
   De planta de cruz latina, con cinco naves y un transepto de tres naves, el crucero está rematado por una cúpula elíptica (foto14). Sus fachadas están ornadas con austeros arcos ciegos en el nivel bajo, y por logias o galerías columnadas en forma de arquerías superpuestas, que confieren al edificio un aspecto grácil y ligero. Las columnas monolíticas y capiteles del interior son piezas reaprovechadas de origen romano.
    La decoración de la catedral y el baptisterio fue encargada a una serie de excelentes escultores. Guglielmo Pisano esculpió el primitivo púlpito de la catedral, en 1162. Bonanno Pisano fue el artífice de la puerta de bronce de San Raniero (1180), que constituyó la entrada principal de la catedral hasta que fue reinstalada en el ala derecha del transepto (hoy sustituida por una réplica, custodiándose la original en el museo de Pisa). Nicola Pisano talló el púlpito del baptisterio en 1260. Y su hijo Giovanni Pisano fue el escultor del actualmente existente púlpito de la catedral, en 1310.
   A Nicola Pisano se le considera el responsable de haber introducido en las corrientes artísticas medievales un estilo inspirado en el arte clásico de la antigüedad. Su hijo Giovanni Pisano desarrolló con su propia personalidad artística las técnicas heredadas de su progenitor y maestro. Ambos escultores, con sus talleres, crearon un nuevo estilo escultórico en la Italia de fines del XIII y el XIV, en pleno auge del gótico en Europa, y sus reminiscencias pueden detectarse a lo largo de todo el Renacimiento italiano.
Las inclinaciones peligrosas   La actual puerta principal de la catedral, de bronce macizo, fue fundida en el taller de Giambologna o Juan de Bolonia (1529-1608), escultor francés que trabajó en la Italia de finales del Renacimiento. Son admirables sus paneles, de marcado aire clásico, con su juego de altorrelieves y bajorrelieves para conferir profundidad a la escena (fotos 22, 23, 24). Es curioso el detalle de la figura de un rinoceronte, claramente basado en el grabado de Durero de 1515 (foto26). Durero se basó a su vez en apuntes realizados por terceros y no llegó a observar directamente el rinoceronte real, que había sido traído a Portugal desde la India y era el primer ejemplar vivo visto en Europa desde los tiempos del imperio romano.

  
Baptisterio
     
   El baptisterio, un edificio exento (al igual que el baptisterio de la catedral de Florencia), es de planta circular coronado por una cúpula hemisférica con remate cónico. Fue comenzado en 1153 sobre planos del arquitecto Diotisalvi, y concluido en el siglo XIV en estilo gótico. Se cree que su estructura circular fue inspirada por la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, que los pisanos conocían gracias a su participación en las Cruzadas.
   Nicola Pisano fue quien introdujo hacia 1260 los elementos ojivales, como el añadido de gabletes triangulares sobre los arcos de medio punto románicos. Su hijo Giovanni fue encargado de la decoración interior en 1278. La cúpula no fue construida hasta 1359 y su instalación exigió nuevas reformas estructurales en el edificio, que creció en altura.
   En el centro de su espacio interior se alza la pila bautismal octogonal realizada por Guido Bigarelli da Como en 1246. Hay también cuatro pilas más pequeñas, para bautizar niños. El púlpito de estilo gótico, aunque de marcada influencia clásica, es de Nicola Pisano (1260).

  
Torre inclinada
     
   El campanario (campanile) de la catedral es la célebre Torre inclinada de Pisa. También exento (como ocurre con el de Florencia), fue levantado de 1173 a 1350 en forma de una esbelta torre cilíndrica, cada uno de cuyos pisos está rodeado de una logia con arcos de medio punto, siguiendo el mismo modelo que la catedral. La torre padece una fuerte inclinación sur-este, por la que es famosa en el mundo.
   Las obras de construcción dieron comienzo en agosto de 1173, sobre diseños del escultor Bonanno Pisano, que trataban de armonizar el aspecto exterior del campanario con el del Duomo, utilizando el mismo juego de arquerías superpuestas que reviste sus fachadas. Al colocar los cimientos no se tuvo en cuenta la escasa firmeza del suelo compuesto de arcillas y arena, lo que acarreó problemas estructurales que desnivelaron el edificio y obligaron en 1178 a la paralización de las obras, cuando la torre tenía ya una altura de tres pisos.
   En 1275 se reanudaron los trabajos, esta vez bajo la dirección de Giovanni di Simone, que intentó contrarrestar la inclinación previa curvando ligeramente el cilindro en dirección contraria. Inicialmente la torre presentaba un ángulo de 0,2 grados con respecto a la vertical, pero hacia 1278, cuando el edificio alcanzaba los siete pisos, la construcción se paralizó de nuevo. La inclinación de la torre era ya de aproximadamente 1 grado, y siguió aumentando a lo largo del siglo siguiente, hasta alcanzar 1,6 grados.
   Pese a ello, en 1360 se empezaron las obras del campanario propiamente dicho que remata la torre, esta vez bajo la dirección de Tommaso di Andrea Pisano, que supo armonizar el estilo gótico del campanario con el románico del cuerpo de la torre. Para compensar la oblicuidad, los constructores se vieron obligados a colocar seis escalones para acceder del séptimo piso al campanario por el lado sur, mientras que por el lado norte colocaron solo cuatro escalones.
   La torre quedó definitivamente terminada en 1372, e instaladas las siete campanas (una por cada nota de la escala musical), pero la inclinación del edificio continuó poco a poco aumentando a lo largo de los siglos. Las diferentes intervenciones que se fueron poniendo en práctica para intentar consolidar la torre no hicieron más que agravar el problema.
   En 1964 el gobierno italiano convocó a ingenieros, matemáticos e historiadores para estudiar un proyecto de estabilización de la torre. El monumento fue cerrado al público de 1990 a 2001, periodo en el que se ensayaron distintos métodos para evitar su caída; la solución definitiva consistió en extraer 38 metros cúbicos de tierra de debajo de la base.
   En la actualidad el ángulo de inclinación de la Torre de Pisa es de 3,97 grados, alejándose 3,99 m de la vertical. La torre ha sido declarada estable para al menos otros 300 años.
   Altura: 55,8 m.
   8 niveles: la planta baja de arcos ciegos, seis pisos de logias con columnatas de arcos de medio punto, y un nivel superior para las campanas.
   Peso: 14.700 toneladas.

  
Camposanto
Las inclinaciones peligrosas     
   El Camposanto o cementerio del Campo de los Milagros de Pisa fue iniciado en 1278 por Giovanni di Simone (uno de los arquitectos de la Torre) y acabado en el siglo XV.
   La historia del cementerio tiene, sin embargo, sus antecedentes en el siglo XII, cuando Pisa participaba en las Cruzadas. El arzobispo Ubaldo Lanfranchi (1108-1178) envió por barco de Jerusalén a Pisa porciones de tierra recogidas en el Gólgota, el monte donde según la tradición evangélica Cristo había sido crucificado.
   Giovanni di Simone proyectó un claustro de mármol para rodear y proteger esta tierra, que al ser considerada sagrada, se convirtió en un adecuado 'campo santo' para el enterramiento de los miembros de las clases altas de Pisa.
   De planta rectangular muy oblonga, los muros exteriores del Camposanto están ritmados con arquerías ciegas (foto29) y el elegante patio interior está rodeado de un claustro con ventanales de tracerías góticas (foto30), coronado por una cúpula en uno de los extremos. Las naves del claustro albergan numerosos monumentos funerarios de distintas épocas, algunos de los cuales reaprovechan antiguos sarcófagos romanos, y en los suelos se ven lápidas con relieves de bronce y placas conmemorativas.
   A partir del siglo XIV, la decoración del Camposanto fue encargada a escultores romanos, que crearon una de las más importantes colecciones de arte clásico en Europa e inspiraron algunas de las mejores esculturas de fines de la Edad Media y principios del Renacimiento en Pisa.
   En los siglos XIV y XV, los muros de las naves del Camposanto fueron embellecidos con frescos (fotos 31, 32, 33), en el avanzado estilo renacentista italiano del trecento y quattrocento, por pintores de la talla de Taddeo Gaddi, Spinello Aretino, Benozzo Gozzoli, Andrea Bonaiuti, Antonio Veneziano y Piero di Puccio.
   Estos frescos quedaron casi completamente destruidos tras sufrir un bombardeo aéreo en 1944, durante la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente el Camposanto fue reconstruido, y la mayoría de los frescos supervivientes, así como los bocetos preparatorios en grisalla subyacentes (sinopie, fotos 34 y 35), fueron trasladados al Museo delle Sinopie de Pisa. En la galería norte del Camposanto aún se conservan algunos de los frescos originales, como el del Triunfo de la Muerte, del siglo XIV.
  
   Además de los soberbios monumentos del Campo de los Milagros, Pisa tiene muchos más placeres que ofrecer al amante de la arquitectura.
   Mencionaremos una pequeña joya del gótico que se levanta en la orilla sur del Arno: la iglesia de Santa Maria della Spina (foto36). Aunque de reducidas dimensiones, son prodigiosas la gracia de sus proporciones y la riqueza de su decoración escultórica, con un estilo que parece adelantar en un siglo el flamígero. Fue construida en 1323, a modo de relicario para custodiar una espina de la corona de Cristo. 

 

 

FotoCD84
   
Las inclinaciones peligrosas
La torre de Pisa

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