Exposiciones fotográficas

Gentes del Yemen

El pueblo yemení


   La población del Yemen ascendía en 2005 a unos 20 millones de habitantes, desigualmente repartidos por el país, y sin contar con los yemeníes emigrantes que trabajan y residen en el extranjero. Las superpobladas provincias del norte contrastaban con el muy escasamente poblado Yemen del Sur, con sólo dos millones de súbditos. A grandes rasgos, esta población podría encuadrarse en tres grandes grupos: los agricultores sedentarios en pueblos, los Gentes del Yemenresidentes urbanos en ciudades, y los pastores nómadas que habitan en tiendas de campaña. 
   El Yemen es un país todavía eminentemente rural, cuyos principales recursos dependen de la agricultura y el pastoreo. La mayoría de sus gentes –en torno a un 85%– habita en pequeños pueblos, aldeas y caseríos de muy reducido número de vecinos. Sus principales ciudades son la capital administrativa Sana'a, con un millón escaso de habitantes, y Adén, ex-capital del antiguo Yemen del Sur y el más activo centro económico del país, que no llega al medio millón, seguidas de Ta'izz y Al-Hudayda. 
   Un pueblo típico del Yemen se compone de un apretado conglomerado de casas construidas muy juntas entre sí. Algunos pueblos constituyen de hecho auténticas reliquias de asentamientos antiguos más prósperos. En las tierras montañosas, la casa típica está construida en piedra o ladrillo, cimentada a veces de forma inverosímil sobre las más accidentadas escarpaduras, y con una altura de tres a cinco pisos; mientras que en la planicie de la Tihama o en el valle de Hadramaut las casas son de adobe, llegando a alcanzar en Shibam del Hadramaut hasta ocho pisos de altura, verdaderos rascacielos en barro. Un pequeño pueblo puede estar habitado por un solo clan familiar, siendo todos sus vecinos descendientes por línea masculina de un patriarca común. 
   La esperanza media de vida de los yemeníes era hasta hace poco de unos 45 años, y en 1990 se daba aquí una de las tasas de mortandad infantil más elevadas del planeta: de cada mil niños, 192 no llegaban Gentes del Yemena alcanzar los cinco años, aunque este índice afortunadamente tiende a disminuir, gracias a las sustanciales mejoras en sanidad e higiene que han tenido lugar en las últimas décadas. 
    Una mujer yemení tiene a lo largo de su vida como media 7,7 hijos. La tasa de crecimiento poblacional es del 3,7%, por lo que el número de habitantes del país se duplica cada veinte años. Algunos de los factores que pueden influir en esta explosión demográfica son los matrimonios precoces, la poligamia, la ausencia de medios de control de natalidad y el hecho de que los yemeníes consideran motivo de orgullo el tener gran cantidad de hijos. El rejuvenecimiento de la población general es considerable: el 52% de los yemeníes tiene menos de 15 años, fenómeno que se produce también en otros países del entorno. 
   El promedio de edad de la mujer a la hora de casarse era hasta hace poco de 18 años (22 para el varón), dándose con frecuencia casos de chicas casadas antes de los 14 años. El divorcio es también común en el Yemen, habiendo un alto porcentaje de mujeres divorciadas y vueltas a casar, sin que esto constituya un oprobio para la familia, por contraste con lo que ocurre en otros países árabes de la zona. 
   Las dos principales divisiones del islam, el sunnismo y el chiismo, están presentes en el Yemen, país de abrumadora mayoría musulmana. La mayor parte de sus habitantes son sunníes de la escuela shafi'i (una rama ortodoxa de la jurisprudencia mahometana, cuyo nombre proviene de ash-Shafi'i, notable jurista del islam que vivió entre 767 y 820), mientras que la minoría zaydí que habita en las provincias del norte, en torno a Sa'da, son chiíes. Se da también una pequeña representación de ismailitas (secta dentro del chiismo), de en torno al 1% de la población. Las diferencias entre las varias facciones religiosas se basan en distintas interpretaciones de la Shari'a o jurisdicción islámica. Existen pequeñas minorías de no-musulmanes, como los cristianos (en torno a un 4%), los hindúes y los judíos, todas ellas remanentes de las comunidades que abandonaron el país tras su independencia.
  
  
  

  
Sistema tribal
Gentes del Yemen 
   Desde un punto de vista sociológico, el Yemen se caracteriza por poseer una estructura social de tipo tribal. El pilar básico de la sociedad yemení es la familia. Además del núcleo familiar básico ('ayla'), compuesto por unas seis personas de media, hay que tener en consideración el concepto más amplio de 'familia extensa' (o 'bayt' = casa), compuesta por varias generaciones que residen en una misma mansión, incluyendo al varón, sus esposas, sus hijos, sus hijas solteras, y las esposas y prole de sus hijos varones. Estas familias extensas forman a su vez, por genealogía, parte de unidades más grandes descendientes de un patriarca común, que a su vez se agrupan en un orden superior de la jerarquía social llamado 'qabila' o tribu. Las tribus y subtribus tienden históricamente a ocupar cada una un determinado territorio, siendo independientes unas de otras, sobre todo desde un punto de vista jurídico, y autoabasteciéndose con sus propios recursos agrícolas. Se da también al Este, como excepción a la regla, el fenómeno del nomadismo, con tribus beduinas que recorren incansables las estribaciones del desierto arábigo. 
   Ciertas costumbres y signos externos, adquiridos por las distintas tribus a lo largo de los siglos, permiten distinguir a un ojo experto la tribu a la que pertenece determinada persona, como por ejemplo el diseño de la yambía (o jambiya, puñal ceremonial curvo que los varones portan a la cintura como parte imprescindible de su atuendo) o la forma de anudarse la kuffiya o pañuelo de cabeza. Los vestidos femeninos también varían considerablemente de tribu a tribu. Las bodas y nacimientos constituyen pretexto para importantes celebraciones, teniendo cada tribu sus propios festejos folclóricos y sus tipos de música y danza. Algunas tribus de la provincia de la Tihama practican aún mutilaciones genitales femeninas, aunque esta atávica costumbre está oficialmente perseguida y tiende a ser erradicada. 
   Cada tribu elige un jeque (o sheikh), un hombre veterano, respetado, y con reputación de sabio, que media en los conflictos tribales con base a su interpretación de la shari'a o ley islámica. 
   Las tribus se agrupan a veces en una unidad superior a modo de 'confederación de tribus'. Tales unidades existen sobre todo al norte del país, como los Hashids, los Bakils o los Zaraniqs, que tienen gran influencia en la política del gobierno, y han de estar cuidadosamente representadas a la hora de formar cada nuevo parlamento. El influjo del sistema tribal disminuye hacia el sur del país, siendo casi inexistente en el antiguo Yemen del Sur, donde se combatió desde el gobierno el poder de los jeques y las tribus locales. 
Gentes del Yemen   Sujetos también los yemeníes a un sistema jerárquico de clases sociales, las élites religiosas ocupan el rango más alto de la escala, siendo la clase 'sayyid', cuyos miembros descienden directamente del profeta Mahoma, altamente respetada hasta nuestros días. Los del grupo 'qadhi', formado por 'manqads' o especialistas en cuestiones jurídicas y legales, son también muy apreciados por sus conocimientos. Están también los 'shaykhs', sucesores de familias sacerdotales de la época preislámica. En los niveles más bajos de la escala social yemení están los 'ajdam' o servidores, que pueden verse en las ciudades barriendo las calles, limpiando baños públicos y realizando todos los trabajos tenidos como de inferior categoría; incluso los 'abid', individuos de tez oscura, descendientes de esclavos, son considerados de más alto rango. 
   Este sistema tradicional de clases ha ido perdiendo peso a lo largo del siglo XX, y ha contribuido a ello el mayor grado de alfabetización y educación social, ya no restringido a las clases sayyid y qadhi; hoy en día es más fácil para cualquier yemení, sobre todo en las ciudades, obtener una emancipación social al margen del férreo sistema de tribus y clases, aunque las restricciones en materia de casamientos siguen prácticamente intactas. 
   Queda por mencionar también el fenómeno de la emigración, que en Yemen se da desde tiempos antiguos. Gran cantidad de yemeníes (entre el 20 y el 25% de la población) emigran para trabajar a distintos países, y sus ahorros son enviados a las familias que esperan en su tierra natal, siendo ésta una de las principales fuentes de ingresos del Yemen. En el remoto valle del Hadramaut, en el ex-Yemen del Sur, se dio en siglos pasados una fuerte emigración a África oriental, Malasia e Indonesia, y esto puede apreciarse a simple vista al contemplar los palacios 'indianos' de arquitectura javanesa que emigrantes con éxito hicieron construir al regresar a su madre patria. Hoy estas migraciones se han desviado en su casi totalidad a otros países árabes enriquecidos con sus recursos petrolíferos, como es el caso de Arabia Saudí.

 

FotoCD13

Gentes del Yemen 
Retratos de la 'Arabia Feliz'

Fotografías: Eneko Pastor

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