Exposiciones fotográficas

El jardín de la Patagonia

El jardín de la Patagonia argentina


   Vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilusión producida por los vertiginosos espectáculos que encerraba. El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño.

   Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto...
   (Jorge Luis Borges, extractos de El Aleph)



   Vi las montañas de los Andes reflejando su collar de níveas cumbres, sonrosadas al sol poniente, en el espejo de los lagos que reposaban a sus pies.
   Eran siete lagos de aguas profundas escondidos entre frondosos bosques de álamos y arrayanes. Bosques transitados por ríos torrenciales, que se embravecían con los rápidos y caían al vacío en rugientes cascadas. Y el cóndor sobrevolaba por sus alturas.
   Vi caer la nieve y cubrir con su capa de silencio los montes, prados y aldeas de aquel paraíso perdido en medio de la desolación del desierto patagónico.
   Vi las maravillas naturales del parque Nahuel Huapí, la 'isla de los jaguares', el jardín de la Patagonia argentina.

 El jardin de la Patagonia

   Los primeros pioneros que se aventuraron en la Patagonia llegaban en busca de la mitológica "Ciudad de los Césares", un pueblo oculto en la cordillera patagónica construido íntegramente en oro macizo, el cual nunca fue encontrado pero sigue presente entre las leyendas regionales. 

   De esta misma manera, nos moviliza seguir buscando tesoros, pero con la satisfacción de, en ocasiones, hallarlos, conservarlos y poder compartirlos a través de la fotografía. 
   La Patagonia representa un tesoro en sí mismo y una fuente inagotable de emociones. Es así como querríamos que se vieran estas imágenes, que, después de tanto 'atesorarlas', podemos compartir con la comunidad global a través de fotoAleph. Nuestros mayores deseos de placer para todos los que tomen contacto con esta humilde muestra de una de las riquezas naturales más puras del planeta. 
   Nos encantaría que estas imágenes del Jardín de la Patagonia llegasen a todos los que creen que los sueños están en la tierra y al alcance de la mano, o de la cámara. 
   Julián Isacch y Andrés Larrovere

  

 
 
El Parque Nacional Nahuel Huapí
  
   Se divide entre las provincias de Río Negro y Neuquén, en la Patagonia argentina, en plena cordillera de los Andes y no lejos de la frontera con Chile. 
   En sus territorios se halla el Lago Nahuel Huapí, el mayor de la Zona de los Siete Lagos, cuyas recortadas riberas se abren paso entre los agrestes valles y barrancos de las estribaciones andinas, a una altitud de 767 m (foto02). 
   Nahuel Huapí significa en el idioma de los nativos de la Pampa "Isla de los Jaguares". El lago fue redescubierto en 1670 por el jesuíta Nicolás Mascardi, que construyó una capilla en la Península Huemul y fundó en el lugar una "reducción" (misión) indígena. Sus profundas (más de 400 m) y frías aguas están El jardin de la Patagoniatachonadas de islas, incluyendo la Isla Victoria, donde hay instalado un centro de investigación forestal. El lago se alimenta de los caudales de diversos arroyos y torrentes que caen de las montañas, y desagua formando el río Limay, que confluye más tarde con los ríos Neuquén y Negro para ir a parar al Océano Atlántico. 
   Esta región lacustre, calificada en 1934 como el primer parque nacional de Argentina, fue declarada Monumento Nacional en 1943, y abarca un área de 8.000 kilómetros cuadrados. Es un terreno montañoso y accidentado, de espesos bosques y abundante vegetación (que contrasta con la aridez general del desierto patagónico), salpicado de lagos y lagunas con sus islotes (foto03), penínsulas, istmos y bahías, surcado por ríos torrenciales que caen a veces en cascadas (foto16), con el telón de fondo de los picos nevados y los glaciares de la cordillera andina. Entre las montañas cercanas destacan el Cerro Tronador, con sus 3554 m de altura, y los Cerros Catedral, López y Otto. 
   La región de Nahuel Huapí es un paraíso para los pescadores. Sus ríos (como el Correntero) son afamados por sus copiosas capturas de salmones y truchas (foto30). El parque ha sido pionero en América del Sur en lo referente a la protección del medio ambiente y la fauna silvestre. Entre las especies de animales terrestres propias de la zona se pueden citar el guanaco (cuadrúpedo parecido a la llama, en peligro de extinción), el zorro, el puma, el ciervo, y entre la fauna avícola, el cóndor, el cormorán (foto04) y la gaviota. 
   A orillas del lago se concentran las poblaciones de San Carlos de Bariloche y Villa de Angostura (foto21), que toma su nombre de un angosto istmo natural (foto05) que separa dos bahías.  

 

 

 

FotoCD26

El jardín de la Patagonia

Fotografías:
Julián Isacch
Andrés Larrovere

© Julián Isacch
© Andrés Larrovere
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