Exposiciones fotográficas
Calles de Calcuta
Visiones de Calcuta (por Daniel Padró)
Vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilusión producida por los vertiginosos espectáculos que encerraba. El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño.
Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto...
(Jorge Luis Borges, extractos de El Aleph)
Vi las calles de Calcuta, abarrotadas por una marea humana que iba y venía sin descanso. Millones de hombres y mujeres a la busca de un puñado de arroz que llevarse a la boca para sobrevivir un día más.
Vi niños durmiendo en la calle a la intemperie. Hombres que arrastraban rickshaws a pie. O que portaban pesados fardos sobre sus cabezas. Gente lavando su ropa y haciendo abluciones en el río Hooghly. Quemando desperdicios en la calzada para mitigar un poco el frío de la noche.
Pero en medio de aquella estremecedora miseria se sentía el calor humano, y pude comprobar que aquellas gentes se esforzaban también en abrir un resquicio a la alegría, el optimismo y la solidaridad mutua.
"Calles de Calcuta" es un paseo por las calles de una ciudad desigual, que arrastra una gran población marginal, una población demasiado aglomerada. Gentes y culturas venidas de diferentes partes del mundo: los que comparten la ciudad de siempre y los recién llegados. Diferentes maneras de ver el presente y de encarar el futuro.
Calles llenas de vida y actividad, personas convertidas en personajes, separados por felicidades y sueños diferentes, unidos en común por la esperanza. Su lema es sencillo: vivir una vida humilde, manteniendo la dignidad del día a día y buscando un mañana incierto.
Esta es la naturaleza de una ciudad que imprime un ritmo exasperante, con un continuo ir y venir de sus protagonistas. Aquí se concentra una población local con otra que la invade a diario para abrir cada nueva jornada laboral. Vienen de las afueras, del campo, para vender, trabajar, negociar o simplemente para conseguir alguna cosa que poder llevarse a la boca. Cargados hasta el límite y con un largo trayecto por hacer, a esta gente le espera un largo y agotador camino por delante. Acarrean grandes fardos en sus cabezas, en brazos, carros o carretas. Esta es la cotidianidad de una antigua capital, una ciudad que vive con grandes recuerdos y quizás la nostalgia de tiempos pasados.
Aquí nos encontramos un pueblo que lucha a cada instante, que propaga su esfuerzo, pero que nos muestra sus ganas de vivir, exprimiendo felicidad a sus espaldas, con ilusión de compartir pequeños pero buenos y nuevos momentos. Ofreciendo lo poco que tienen. Aparcando los problemas y preocupaciones naturales de su mundo.
Daniel Padró
FotoCD73
Calles de Calcuta
Fotografías:
Daniel Padró
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Otra exposición de Daniel Padró en fotoAleph
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