Exposiciones fotográficas

Portugal, patrimonio mundial

Otros tesoros culturales y naturales


   Además de los clasificados por la Unesco como patrimonio mundial, Portugal atesora un sinfín de bienes culturales y artísticos diseminados por toda su geografía, que dan fe de la potencia creativa desplegada por este país a lo largo de su historia. Los portugueses han sabido además preservar prácticamente intactos entornos naturales de rica biodiversidad e incomparable belleza. Presentamos aquí unos pocos ejemplos.


Tres iglesias prerrománicas


São Pedro de Balsemao
Balsemao  
   Localizada en una remota aldea encajonada en la margen derecha del profundo valle del río Balsemao, cerca de la ciudad de Lamego, la pequeña iglesia de São Pedro de Balsemao (foto108) es uno de los escasos ejemplares de arquitectura prerrománica sobrevivientes en Portugal, protegida con el rango de Monumento Nacional.
   Su origen se remonta a los tiempos de la reconquista cristiana de la región, en el siglo X, época en que la localidad, bajo la tutela de su castillo, se transformó en un importante foco estratégico y administrativo. En la época románica llegó a ser sede parroquial. En el siglo XIV, el obispo de Oporto D. Afonso Pires escogió la iglesia para albergar su sepultura, y le añadió un altar en honor de Santa María. En los siglos XVII y XVIII el templo sufrió drásticas transformaciones y fue integrado en el solar de los vizcondes de Balsemao, confiriéndole el aspecto externo que actualmente presenta en estilo barroco. Los muros tienen empotradas varias estelas funerarias romanas con inscripciones y un término augustal (delimitatorio entre pueblos) del emperador Claudio, fechado en el año 43 d C.
   Formada por dos volúmenes cuadrangulares escalonados, con coberturas diferenciadas, la iglesia tiene dos accesos por portales laterales con escalinatas. Es de planta basilical, con tres naves separadas por dos triples arcadas sobre columnas con capiteles corintios, e impostas de rollo insertas en las paredes. Algunas basas de las columnas están formados por capiteles (dos toscanos y uno jónico) en posición invertida. En la entrada de la cabecera, un arco de herradura con molduras en el intradós remite a otros modelos mozárabes, apoyándose sobre impostas de rollos y columnas con capiteles corintios profundamente trepanados.
   Las impostas de rollos y los frisos ornamentados que recorren los muros exhiben motivos helicoidales, cruciformes, círculos, meandros, rosetas y ornamentos de dientes de lobo o de cuerdas, típicos de las tradiciones visigótica y asturiana.
   (Fuente: Instituto Portugués do Património Arquitectónico, IPPAR)
Montelios


São Frutuoso de Montélios
  
   En el extrarradio de Braga, a 3 km del centro, en la localidad de São Jerónimo Real, se encuentra la pequeña capilla de São Frutuoso de Montélios, uno de los escasos santuarios prerrománicos de Portugal. Este singular monumento es único en su género en toda la península, si bien su datación es objeto de controversia. Por algunos estudiosos es considerado como visigótico del siglo VII, por otros románico-bizantino, y los hay que postulan que es mozárabe, parcialmente reconstruido en el siglo XI tras haber sido gravemente dañado por los musulmanes. 
   Su advocación hace referencia a Fructuoso, una de las personalidades más relevantes del monaquismo del siglo VII, que recibió de Recesvinto el cargo de abad-obispo del monasterio de Dume y más tarde fue nombrado obispo de Braga y metropolitano de la provincia de Galicia por el X Concilio de Toledo (656).
   El edificio, que sufrió diversas reconstrucciones y modificaciones a lo largo de su historia, está adosado a media altura de una pared lateral de una gran iglesia barroca del siglo XVIII (foto109), desde la cual se accede a su interior. 
   De planta en forma de cruz griega, con una cúpula central (foto110), tres de los ábsides son en su interior de planta en arco de herradura y en su exterior prismáticos. Desde los cuatro brazos de la cruz griega se pasa a la sala cuadrada central por un arco ciego de herradura en el que se inscriben tres pequeños arcos abiertos, también de herradura, separados por columnas cilíndricas de hechura clásica (corintio tardío). Las plantas circulares sobrepasadas de los ábsides este y oeste están demarcadas cada una por cuatro columnas que sostendrían sendas cúpulas. En el ábside norte son seis las columnas, dispuestas formando un círculo circunscrito en su planta. 
   Los muros exteriores presentan un juego de arcos ciegos alternando el arco de medio punto con el angular o mitrado. Las naves están cubiertas por tejados a dos aguas, sus fachadas rematadas con frontones triangulares enmarcados por finas cornisas. Otra cornisa de pequeñas arquerías ciegas rodea las caras externas de la torre central. El exterior del edificio es muy semejante en su estructura al del mausoleo paleocristiano de Gala Placidia, en Ravena (siglo V).

  


São Pedro de Lourosa
Lourosa  
   Lourosa es una pequeña población cercana al municipio de Oliveira do Hospital, distrito de Coimbra, en el centro-norte de Portugal. A lo largo de la historia estuvo sometida al dominio de diversos pueblos invasores: los romanos, los visigodos y los árabes. Durante la reconquista cristiana se estableció en el lugar una comunidad mozárabe cuyo origen es difícil de precisar. El lugar fue donado a la catedral de Coimbra en 1119 por la reina Doña Teresa.
   La iglesia matriz de Lourosa es uno de los escasos ejemplares de templos prerrománicos existentes en Portugal, y la única iglesia mozárabe del país (foto112). Su sobria arquitectura, con elementos decorativos prácticamente inexistentes, es de rasgos típicamente mozárabes, aunque de tradición visigótica. Se caracteriza por la utilización de arcos de herradura sustentados sobre columnas romanas. Son también de destacar los ajimeces, o ventanas geminadas de arcos de herradura, situados en lo alto de los muros que delimitan la nave central. De tres naves con transepto poco saliente, la nave central es de mayor longitud que las laterales. La cabecera está formada por tres capillas, abriéndose las laterales por medio de arcos de herradura. Casi todos los materiales de construcción son reaprovechamientos de construcciones romanas, visigodas o árabes. La pila bautismal y el confesonario están toscamente tallados en la roca viva. Bajo el suelo de madera y en el exterior del templo se encuentran un buen número de sepulturas, algunas antropomórficas, utilizadas en épocas diversas. Exento del edificio, se levanta un campanario-espadaña del siglo XV.
   Su advocación es a San Pedro. Una lápida en la puerta principal ostenta la fecha de fundación ("año 950", correspondiente al año 912 de la era cristiana).   




Óbidos
Obidos   
   El topónimo Óbidos deriva de la palabra latina oppidum, con que se designaba en tiempo de los romanos a una ciudad fortificada. Y de hecho Óbidos sigue respondiendo a esa definición: es un pequeño burgo de intenso sabor medieval, cuyas casas encaladas de blanco se escalonan por un promontorio completamente cercado por una alta y larguísima muralla que recorre el accidentado perímetro de la ciudad, y la abraza en su totalidad (foto 113 y siguentes).
   En 1148 fue reconquistada a los árabes por D. Afonso Henriques. En 1195, durante el reinado de Sancho I, se le concedió la carta foral. Luego pasó a formar parte de la dote de las reinas portuguesas.
   Un gran castillo de esbeltas torres domina la población desde su punto más alto. La iglesia de Santa María fue de orígenes visigóticos, transformada en mezquita por los árabes y restaurada como iglesia por los cristianos. Fue totalmente reconstruida en 1571.



Monsanto
Monsanto  
   Aldea histórica de Portugal, el caserío de Monsanto de Beira, freguesía al nordeste de Idanha-a-Nova, está construido trepando por un gran afloramiento de piedra granítica que surge aislado en medio de una llanura (lo que se conoce como un inselberg), llamado Cabeço de Monsanto. Los sillares de las casas se funden en intrincada simbiosis con las enormes rocas de granito que salpican la colina en caprichosos apilamientos que conforman rincones, grutas y recovecos (foto121). En el punto más alto, a 758 m, subsisten las bien conservadas ruinas de un castillo medieval, con muros en parte naturales y en parte de aparejo (foto123).
   Los más antiguos rastros de presencia humana datan del paleolítico. El lugar fue habitado, al pie del monte, por los romanos. También existen vestigios de presencia visigoda y árabe. Los moros serían derrotados por D. Afonso Henriques y, en 1165, el lugar de Monsanto fue donado a la Orden de los Templarios que, siguiendo las orientaciones de Gualdim Pais, construyeron el castillo en la cumbre. En 1174 el rey portugués Sancho I le concedió por primera vez la carta foral, y reedificó y repobló la fortaleza, que había sido entre tanto destruida en medio de las luchas contra el reino de León. Nuevamente sería restaurada un siglo más tarde por los templarios.
   En 1308, el rey D. Dinis le concedió la Carta de Feira y, en 1510, sería el rey D. Manuel I quien le otorgaría de nuevo la carta foral y promovería la población a la categoría de villa.



Viseu
Viseu  
   Capital del distrito de Viseu y de la provincia de Beira Alta, en el norte de Portugal.
   Cuando los romanos llegaron al lugar, Viseu era ya una importante población indígena, que finalmente quedó enclavada en un importante cruce de caminos de la red viaria romana. Se dice que en Viseu nació el famoso caudillo lusitano Viriato, que se enfrentó a la invasión romana (de hecho hay en Viseu una cueva llamada 'de Viriato'). Tras los romanos llegaron los visigodos, y luego los musulmanes, hasta que la ciudad fue reconquistada por Fernando I de Castilla y León.
   En 1123 Enrique de Borgoña, conde de Portugal, le concedió su carta foral, más tarde ratificada por Alfonso I de Portugal.
   Durante las guerras de 1383-85, Viseu fue atacada por los castellanos, por lo que el rey João I mandó construir sus murallas defensivas. El apogeo de la ciudad llegó bajo el reinado de Dom Manuel I.
   Sus edificios más notables comprenden la catedral y el Museo Grão Vasco, donde se custodia un buen número de obras pictóricas de Vasco Fernandes (1475-1542), considerado como el mejor pintor de la historia del arte portuguesa, que nació en esta ciudad (foto125).
   En las cercanías están los yacimientos de la antigua ciudad de Vaca y la Cava de Viriato, una colonia militar romana fundada en el siglo II a C.
   La principal actividad económica de Viseu es la agricultura, celebrándose cada año una concurrida feria agrícola. La localidad es famosa por su vino (el Dão).
 


Sierra de Buçaco
  
   Clasificado como un bien de interés histórico, el conjunto monumental de la Sierra de Buçaco (Mata do Buçaco), a 32 km al noroeste de Coimbra, alberga un patrimonio natural de extraordinaria biodiversidad.
Buçaco   Rodeado de una kilométrica muralla perforada de portalones, en la zona central de este promontorio boscoso (el Sacromonte) se levantan a media ladera el Palacio de Buçaco y el convento de Santa Cruz (foto130).
   La Sierra de Buçaco pertenecía desde 1094 al obispado de Coimbra. En 1628 sus terrenos fueron donados por el obispo de Coimbra D. João Manuel a la orden de los carmelitas descalzos para la construcción de su 'desierto' en Portugal. La muralla y el convento fueron terminados en 1630, año en que comenzó la vida monástica regular en el convento. En 1810 este lugar fue escenario de la Batalla de Buçaco, uno de los episodios más sangrientos de las invasiones napoleónicas de Portugal. La desamortización de 1834 y la abolición de las órdenes religiosas dio fin a la presencia de los carmelitas en Buçaco.
   Los bosques, dotados de árboles exóticos, muchos de ellos centenarios, están salpicados de ermitas de retiro, cruceros, fuentes y estanques, además de catorce capillas de las estaciones de un Vía Crucis que asciende zigzaguenado por el Sacromonte, que simboliza el monte Carmelo de Palestina, foco original de la orden de los carmelitas.
   El palacio (1888-1927), un proyecto del escenógrafo italiano Luigi Manini, es un exuberante alarde arquitectónico del estilo llamado neo-manuelino (foto131).
   El área ajardinada circundante incluye el Valle de los Helechos, cuyo nombre se debe a los insólitos ejemplares de helechos arborescentes, plantados en este umbrío y bien irrigado lugar en 1888 (fotos 127 y 128). El Bosque Relicto es una formación vegetal de plantas autóctonas que, según algunos estudiosos, conserva las características propias del bosque primitivo antes de la ocupación humana.
   (Fuente: Fundaçao Mata do Bussaco)



Nazaré
  
   Puerto de pesca del Atlántico y ciudad de veraneo, en el distrito de Leiria, Portugal occidental. El casco urbano de Nazaré se levanta a dos niveles. El superior, sobre una colina llamada el Sitio cortada por acantilados que se desploman en el mar, está comunicado por funicular con el nivel inferior, que se extiende a lo largo de la playa (foto134). Una capilla de peregrinación domina la ciudad desde los 110 m de altura.
   Sostiene la tradición que los habitantes de Nazaré son de origen fenicio; lo cierto es que es una población con características propias: los trajes folclóricos de los pescadores, la peculiar vestimenta de las mujeres, y las ceremonias religiosas asociadas con sus medios de vida son atracciones locales.

 

 

FotoCD135
   
Portugal, patrimonio mundial

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Fotografías: Eneko Pastor, Agustín Gil

   


   

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