Jordi Moliner Segura (Sant Feliu de Llobregat, Barcelona, 1957) presenta una obra que oscila de lo surreal a la figuración contemporánea pasando por creaciones simbólicas y matéricas. Su obra es claramente matérica, con presencia de texturas, que potencian contrastes cromáticos, acentuando la expresividad y variedad de los temas, que, poco a poco, se van hilvanando de forma espontánea. De ahí que su discurso no sea unidireccional y que su capacidad de asombrarnos sea generosa.
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