La fotografía es un arte poliédrico cuyo sentido profundo no se agota en una sola faceta, sino que apunta siempre en direcciones múltiples. A veces este arte sirve al fotógrafo para su propio proceso de autoconocimiento. Al enfocar su objetivo hacia la realidad circundante con el fin de plasmar visualmente su entorno más cercano, el sujeto se transmuta en objeto y el mismo fotógrafo es, en su interioridad, el motivo de fondo retratado.
   Tal es la propuesta que nos brinda en esta exposición la excelente fotógrafa Gloria Cadenas, en la que ejerce de cicerone en un viaje alrededor de su habitación, abriéndonos su alma para enseñarnos recuerdos, fantasías, objetos entrañables y retazos de su mundo personal. Y lo hace sin encadenarse a ningún academicismo, demostrando una extraordinaria sensibilidad a la hora de captar los matices cálidos, las luces tamizadas y los etéreos ambientes que arropan su intimidad.
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