Vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilusión producida por los vertiginosos espectáculos que encerraba. El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño.
   Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto...

   (Jorge Luis Borges, extractos de El Aleph)

   Vi la luz dorada del sol poniente proyectando un teatro de sombras sobre el muro de un parque infantil.
   Estaciones desiertas esperando en vano a un tren que nunca llegaba, en el que viajaban pasajeros que nunca existieron.
   Callejones poblados de casas muertas como esqueletos de ilusiones perdidas. Ventanas cerradas por cuyos resquicios se filtraban tenues luces que no conseguían extinguir las penumbras. Pasillos vacíos que llevaban de la nada a ninguna parte.
   Vi los paisajes interiores de la soledad del ser humano. Pero en medio de la desolación se veía brillar una sonrisa revoloteando con alas prestadas.

   Eba RGamee hace gala de una sutil sensibilidad a la hora de captar luces, de jugar con brillos, espejos y efectos ópticos, pero sobre todo consigue transmitir ambientes y emociones. La sensación desoladora de un apeadero desierto, que cuenta en silencio historias de viajes que nunca han existido. La luz dorada de un pretérito perfecto simple proyectando sus sombras sobre el muro de un parque infantil. La metamorfosis en tiempo indefinido de una flor cuyo reflejo se quiebra en las ondulaciones del agua. La soledad de las calles muertas por donde se van todas las ilusiones. El horror vacui de un pasillo en penumbra que no lleva a ninguna parte. 
   De la contemplación atenta de la cosa nace la percepción profunda de su esencia. El sujeto se hace uno con el objeto observado, y ambos con el mundo. Lo que siempre dábamos por conocido, lo descubrimos con nuevos ojos, en su máxima simplicidad. Despojado de hojarasca y atributos superficiales, lo vemos desde una nueva dimensión y cargado de significados. Al hilo de este proceso, las imágenes de Eba Ramirê evolucionan hacia una cada vez mayor desnudez expresiva, camino de la abstracción total. 

   "Algunas de las fotografías están tomadas en exteriores, otras están tomadas en el interior de una vivienda. Sin embargo, aquí lo importante no son los lugares donde se hayan captado las distintas imágenes, sino los diferentes estados de ánimo que refleja cada una de ellas. Fundamentalmente, trato de reflejar la soledad y el hastío." 

   Eba RGamee 

   "Su trabajo es estimable, sobre todo cuando investiga y explora el fenómeno de la luz y la presencia del vacío, como puede observarse en las fotografías con bombillas eléctricas, otra en la que se ve como único tema una ventana y, la más inquietante de todas, aquella en que se captura un corredor o pasillo de una casa completamente vacío." 

   Enrique Castaños, crítico

FotoCD22

Paisajes de mi interior

Título original de la exposición: "Paizahê de mi interió"
Fotografías: Eba RGamee

© Eba RGamee
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Otra exposición de fotografías de Eba RGamee en fotoAleph

Esta oscuridad