Exposiciones fotográficas

Las dunas gigantes del Namib

El desierto del Namib (Namibia)

 

   Vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilusión producida por los vertiginosos espectáculos que encerraba. El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño.
   Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto...
   (Jorge Luis Borges, extractos de El Aleph)


   Vi un desierto de dunas altas como montañas.
   El viento las peinaba y las moldeaba en mil sinuosas formas. El sol jugaba con sus crestas y hondonadas dibujando claroscuros.
   La sensación de soledad era total. El silencio era absoluto. La paz invadía el espíritu de quienes se acercaban al lugar.
   Vi que las arenas del desierto llegaban hasta el mar. Y en sus playas cubiertas de brumas campaban a sus anchas los leones marinos.
   Vi el Namib, uno de los desiertos más bellos del planeta, que dio su nombre al país de Namibia.

 

   El desierto del Namib está situado en Namibia, en el sudoeste de África. Es conocido básicamente por las impresionantes dunas de Sossusvlei, que son consideradas las más altas del mundo. Muchas de ellas sobrepasan fácilmente los 100 m de altitud y la más alta tiene más de 300 m. Limita al este con el desierto del Kalahari, que posee más vegetación que el del Namib debido a los vientos húmedos que provienen del este; al oeste con el Océano Atlántico, con sus corrientes frías provenientes de la Antártida. Al norte se mezcla el límite con el Parque Nacional de Etosha, uno de los parques naturales más importantes del Africa austral; y al sur limita con el noroeste sudafricano. Las dunas gigantes del Namib
   Es uno de los desiertos más secos del mundo, y eso es debido principalmente a una corriente muy fría proveniente de la Antártida, la corriente de Benguela, que baña toda la costa de Namibia hacia el norte y no deja que se produzca la evaporación necesaria para la formación de lluvias, aunque no evita que se formen unas densas nieblas, que pueden llegar varios kilómetros tierra adentro, y cuya humedad permite la poca vida vegetal que hay en el desierto. Estas nieblas también han contribuido a alimentar el mito de Costa Esqueletos o Costa de la Muerte, ya que, debido a la poca visibilidad de la zona, muchos barcos han naufragado en estas costas.
   Aprovechando la poca humedad existente, una de las plantas más sorprendentes del desierto del Namib, de hecho es endémica de la zona, es la “Welvistchia mirabilis” (foto22). Es una planta bastante extraña, con largas hojas y forma abultada, y que parece más muerta que viva. Lo más increíble del caso, es que hay ejemplares que tienen más de 500 años de edad, incluso se supone que algunos podrían llegar a vivir más de 1000 años. Un caso asombroso teniendo en cuenta que vive en un desierto y que las precipitaciones son mínimas.
 
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   Si nos cuentan que en un desierto existe una colonia de leones marinos, seguramente nos mostraríamos bastante escépticos. Pero en el Desierto del Namib es así. La principal colonia en Namibia es la de Cape Cross (fotos 30 y siguientes), que puede llegar a albergar en según qué época del año a casi 100.000 individuos, y eso es debido a la corriente fría de Benguela (que antes comentábamos), que sube por la costa desde la Antártida, provocando que exista gran cantidad de plancton y pesca en la zona, con la consiguiente cadena de alimentación de las especies marinas. Si a esto añadimos que la costa está generalmente envuelta en nieblas, se crea el ambiente ideal para el apareamiento y cría de estos animales.
   Además de los leones marinos, también hay gran cantidad de aves acuáticas y hasta incluso es posible ver algunos pingüinos.
  
   De todas maneras, la zona de Sossusvlei, es la que más sorprende al viajero: las inmensas dunas, algunas de más de 100 m de altura, que van cambiando de color y proyectan sombras caprichosas a medida que va pasando el día; plantas o pequeños animales que habitan en el desierto, o formaciones naturales como el cañón de Sesriem (foto24), que se hunde en una garganta estrecha y profunda y que es uno de los atractivos de la zona, aparte de la laguna seca de Sossusvlei; la duna 45, conjunto de dunas situado a 45 km de la entrada del parque, algun lecho seco de río o viajar en globo sobre las dunas.
   Como se puede comprobar, el turismo es una de las principales fuentes de ingresos del país. Sin embargo han conseguido no masificarlo, ya que hay unas normas muy estrictas para visitar los parques, y unas leyes que preservan al máximo el entorno y los ecosistemas de los espacios naturales de que disponen lo cual siempre es de agradecer para los que amamos la naturaleza.
  
   Esta colección de fotografías, es una pequeña muestra de lo que el viajero puede encontrar en el Desierto del Namib, unas imágenes sugestivas y agradables, pero que nunca sustituirán las sensaciones y emociones que se experimentan cuando se viaja a un destino como éste.

   Jaume Sancho

 

FotoCD32

Las dunas gigantes del Namib

Fotografías:
Jaume Sancho

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