Exposiciones fotográficas
El Japón y sus contrastes
El Japón y sus contrastes (por Ramon Pouplana)
Violentamente occidentalizado, Japón está marcado a pesar de todo por algunas características inmutables.
Marguerite Yourcenar
Al viajero occidental el país nipón le sorprende por la amplia gama de colores de sus paisajes, pero la sociedad japonesa le resulta estéticamente curiosa y muy difícil de interpretar.
Los japoneses muestran un sentido tan estricto del deber y un respeto tan profundo a la intimidad del resto de conciudadanos que les impide cualquier contacto físico (besos, abrazos...) entre sí. Todo ello les provoca una timidez que les hace sentirse aislados socialmente. En sus rostros se observa la muesca profunda de una soledad no deseada.
Mezclan la doctrina budista con leyendas medievales, sortilegios y una tendencia inmoderada por las artes adivinatorias. Anhelan descubrir un futuro social venturoso en las papelinas distribuidas por los templos y, si no les resultan favorables, siempre pueden acudir con plegarias a los dioses para transmutar los malos augurios.
Desean la perfección en los paisajes, en la localización de los templos y en sus jardines envolventes, para contemplarla envuelta en un escenario bucólico, pero siempre en silencio.
Yuxtaponen una veneración por el orden en todos sus actos, tal como se puede observar en su auto-exigencia por formar colas en los lugares públicos (andenes, semáforos, tiendas...) y en su férrea puntualidad, que les propicia un ritmo de vida inquietante.
Es curioso contemplar la pluralidad de castillos diseminados por todas las regiones, exponente del poder militar de un imperio con una historia milenaria, pero siempre rodeados de unos estáticos jardines que inspiran un deseo de paz y bienestar.
Todo debe permanecer controlado y en un estado de máxima pulcritud. Su lema genético es el deseo de que la razón debe reprimir la emoción en todo y para todos. La dignidad humana solo debe manifestarse con una rectitud de conducta. Ni un grito, ni una palabra fuera de tono, ni un sonido extraño en público. Para expresar sus deseos de rebeldía tan sólo cuentan con ciertos antros donde practicar el karaoke y liberar los sentimientos sin tanto control.
Promover tanta necesidad de perfección, en mezcla con un esclavizador progreso tecnológico y sin abandonar el rigor de la mitología ancestral, requiere de una válvula de escape para expresar el desorden de los sentimientos humanos, que la mayoría de ciudadanos no se puede permitir y que puede provocar graves desequilibrios psicosomáticos.
El japonés evita mirar a los ojos del prójimo para no ofender y mantiene siempre una actitud de respeto inclinando la cabeza. Tal vez Japón sea un país de colores verdes, ocres, rojos y azules, resignado a vivir con el orgullo imperialista pisoteado por sus derrotas en la Segunda Guerra Mundial.
Ramon Pouplana
Ramon Pouplana Solé
Natural de Barcelona y licenciado en Historia y Teoría del Arte por la Universitat de Barcelona.
Ha ejercido de colaborador gráfico en diversas revistas: Orbe Médico, A bordo, Primer Acto, Yorick...
Ha participado en la aportación fotográfica junto con fotógrafos como A. Fortuny, O. Maspons y otros a la edición de libros temáticos: Imatges de Catalunya, Castillos de España.
Ha desarrollado 3 exposiciones individuales a finales de los ochenta:
Imatges Teatrals (Teatro Municipal de Vilanova i Geltrú, Barcelona)
Teatre i Imatge (Escuela de Imagen y Diseño IDEP, Diagonal, Barcelona)
Imatges Teatrals (Creperie Maple Syrup, Barcelona)
Ha colaborado con diversas fotografías al Fondo Fotográfico del Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, con motivo de la Exposición de Fotografía Contemporánea Española 1970-1990, Madrid, setiembre de 1991.
Ha sido premiado en diferentes concursos de Fotografía especializada en Farmacia y el Medicamento (Premio Facultat de Farmácia de Barcelona de 1992, 1993 y 1994).
E-mail
rpouplana@gmail.com
FotoCD151
El Japón y sus contrastes
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