Aunque se suele describir a los visigodos como uno de los pueblos bárbaros de origen germánico que invadieron Hispania tras el hundimiento del Imperio Romano, justo es reconocer que inyectaron una nueva savia en la decaída sociedad hispanorromana, y que poco tiene de bárbaro el floreciente legado cultural que dejaron en aquellas tierras.
   Un legado cuyas más excelsas manifestaciones aún podemos apreciar en las escasas pero sugestivas obras de arquitectura visigótica que han sobrevivido al paso del tiempo, caracterizadas por su gran originalidad y su marcado influjo oriental.
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Fotografías: Agustín Gil, Eneko Pastor