Vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilusión producida por los vertiginosos espectáculos que encerraba. El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño.
   Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto...
   (Jorge Luis Borges, extractos de El Aleph)

   Vi una montaña artificial de piedra, en medio de un valle rodeado de volcanes, en la remota isla de Java. La montaña era toda ella un inmenso santuario, que antaño llamaban el Templo de los Mil Budas, porque el número de estatuas de Buda que la habitaban era incontable.
   Vi peregrinos que ascendían al templo-montaña siguiendo un camino ritual que atravesaba tres niveles superpuestos de terrazas decoradas de esculturas, simbolizando los tres niveles de conocimiento en la senda hacia el nirvana.
   En el piso más bajo las estatuas estaban ocultas a los ojos humanos tras una gruesa masa de piedra. En los siguientes, una multitud infinita de figuras ilustraba los textos sagrados de la literatura budista. En la cumbre, toda imagen figurativa desaparecía y el espíritu del visitante penetraba en la Esfera de la No-Forma.
   Vi Borobudur, el más grande monumento que ha legado al mundo el budismo.

 

   Borobudur es mucho más que una construcción arquitectónica. Es un símbolo en sí mismo. Una magna creación del arte religioso, en el sentido estricto de la palabra, pues supone no sólo un foco de transmisión de enseñanzas místicas, sino que es en sí mismo herramienta o instrumento para lograr la transformación espiritual del visitante. 
   Borobudur conjuga los rasgos simbólicos de un stupa (originalmente un relicario en forma de montículo que alberga reliquias de altas personalidades del budismo, erigido en honor a Buda), de una montaña-templo y, visto en planta, de un mandala (o diagrama ritual, microcosmo esquematizado del universo, que se utiliza como objeto de meditación en el budismo y el hinduismo). 
   Mientras que los templos hinduistas de Java central están concebidos como simples capillas para albergar la representación icónica de una divinidad, los 'chandis' del budismo mahayana y tántrico van más lejos, e intentan transmitir ya desde su misma estructura arquitectónica conceptos metafísicos propios de la cosmovisión budista, que pueden llegar al más alto grado de abstracción. Este afán de transmisión de significados simbólicos a través de los juegos espaciales de la arquitectura y las potencialidades expresivas de la escultura supuso un reto sin precedentes para los constructores de Java central, y dio como resultado un conjunto de obras maestras del arte religioso, cuya culminación sería el gran stupa de Borobudur. Un monumento sin parangón entre los grandes logros artísticos del budismo de su época y de todas las épocas, y único por su originalidad, belleza y trasfondo simbólico, la sutileza y refinamiento de su estructura arquitectónica y su decoración escultórica no fueron igualados en ningún otro lugar del mundo, ni siquiera en Angkor. 
   El estilo arquitectónico y escultórico del que antaño fue llamado Templo de los Mil Budas está influenciado por los estilos clásicos hindúes definidos como 'gupta' (que alcanzó su apogeo en la India central en el siglo V d C) y 'post-gupta'. Puede apreciarse también una gran influencia del arte que floreció bajo los reinos 'pallava', del sur de la India, y 'pala', del Golfo de Bengala, civilizaciones que gracias a su expansión naviera extendieron su cultura por todo el océano Índico, hasta Indonesia e Indochina. 
   Actualmente Indonesia es el mayor país musulmán del mundo en número de habitantes. El islam de los indonesios es de tradición abierta y tolerante, y los habitantes del país respetan su herencia pre-islámica. La influencia hindú en Java no es mera arqueología, sino que impregna muchos aspectos de la vida social de los isleños. La música, la danza, el 'wayan-kulit' o teatro de sombras con marionetas, reproducen todavía hoy las aventuras de Rama, Sita, Lakshmana y Hanuman, y los espectadores, desde los ancianos hasta los niños, se saben de memoria capítulos enteros del Ramayana. El legado budista de la historia de Indonesia goza también de interés y estima por parte de los ciudadanos del país. El sitio de Borobudur ha sido reconstruido y acondicionado por el gobierno, con ayuda internacional, y es visitado cada día por centenares de indonesios y viajeros del mundo entero, que no dudan en rendir tributo de admiración ante tan magno hito del arte universal (foto01). 
   Borobudur fue incluido como bien cultural en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en el año 1991.

 
 

Emplazamiento

   En la zona central de la isla de Java (archipiélago de Indonesia), a 70 km al nordeste de la ciudad de Yogyakarta, y a 80 km del complejo budista-hinduista de Prambanan. Ubicado en el fértil valle de Kedu (foto07), junto a la confluencia de los ríos Elo y Progo, en una planicie cubierta de exuberante vegetación tropical y rodeada de volcanes, desde aquí se divisa hacia oriente, elevando su afilado pico coronado de un penacho humeante, el volcán Merapi, uno de los más activos y peligrosos del planeta (ver fotografías en fotoAleph: 'Volcanes de Indonesia'); hacia occidente, el volcán Sumbing y, hacia el norte, el volcán Sindoro, ambos apagados. 
   El complejo de Borobudur está formado por tres edificios, alineados en línea recta a lo largo de un kilómetro. El más importante y de mayor tamaño se denomina Borobudur, y los otros dos, de pequeñas dimensiones, son el Chandi Pawon y el Chandi Mendut. 
  

Dimensiones
   
   - Longitud de cada lado de la base cuadrangular: 123 m. 
   - Altura original: 42 m. 
   - Altura actual: 35 m. 
   - Material utilizado, incluyendo el plinto: 55.000 m³ de piedra de andesita (roca de origen volcánico). 
   - 504 estatuas de Buda, de las cuales 72 están dentro de stupas perforados a modo de celosías, y las 432 restantes bajo pabellones abiertos en las balaustradas de las galerías entre terrazas. 
  

Estructura general

   El stupa de Borobudur está compuesto por tres grandes secciones superpuestas que se corresponden con las tres esferas del conocimiento en el camino hacia el nirvana: 
   1. Kamadhatu o Esfera del Deseo: base del monumento con un friso corrido en su pie con 160 relieves, oculto tras un plinto adosado de 13.000 m³ de piedra. 
   2. Rupadhatu o Esfera de la Forma, compuesta de cuatro galerías en la zona intermedia que despliegan en sus muros 1.300 relieves escultóricos en 1.212 paneles decorativos, con una longitud total de 2,5 kilómetros. 
   3. Arupadhatu o Esfera de la No-Forma. Cúspide y centro del monumento. 72 stupas campaniformes con pared de celosía en piedra, escondiendo en su interior otras tantas estatuas de Buda en postura 'padmasana' o de loto. Un gran stupa central en el eje, con estatua inacabada de Buda en una cámara interna inaccesible.  

 

Breve historia

   A pesar de las referencias a las incursiones marítimas y conexiones extranjeras de la dinastía de reyes javaneses conocida como Sailendra (siglos VIII y IX), no existe evidencia sólida de que el territorio controlado por estos soberanos abarcara más allá de las regiones de Java central y su costa norte. No obstante, la riqueza agrícola de este pequeño reino bastaba para financiar grandes empresas religiosas, como la construcción de los templos de la llanura de Kedu o el inmenso complejo de Borobudur. La estructura de la sociedad javanesa en aquel tiempo era de tipo feudal, y los templos eran erigidos con el patrocinio de los reyes y los nobles acaudalados, combinado con el trabajo obligatorio de campesinos y esclavos, cuyo fervor religioso probablemente contribuiría a llevar a buen término el proyecto. Según ciertas estimaciones, hicieron falta más de 10.000 artistas, artesanos, canteros y obreros trabajando por un periodo de 100 años para concluir el colosal edificio. Es de suponer que toda la comunidad budista de su tiempo en la isla habría concentrado sus esfuerzos para crear este símbolo imperecedero de su fe. 
   Tras descifrar un documento del siglo IX, el profesor Dr. J. G. Casparis pudo determinar el árbol genealógico de tres familias Sailendra que reinaron sucesivamente en Java: el rey Indra, su hijo Samaratungga, y la hija de éste último Pramodawardhani. Se afirma que bajo la regencia de Samaratungga fue iniciada la construcción de un templo llamado Bhumisam-Bharabudhara, que podría traducirse libremente como 'la Montaña de la Acumulación de Virtud en las Diez Etapas del Bodhisattva', lo cual sería la explicación más plausible del origen del nombre Borobudur, adaptación de 'Bharabudhara' a la lengua javanesa. 
   La iconografía de Borobudur sugiere que la leyenda cuyo protagonista es un rey-bodhisattva, narrada en muchos de sus relieves, tenía la intención de legitimar algún soberano o dinastía. Estos relieves ilustran textos Mahayana, especialmente el Gandawyuha (el relato de un peregrino en incansable búsqueda de la iluminación), y son una gigantesca exposición de la senda Mahayana hacia la salvación emprendida por el rey. Puede ser tomado como un 'yantra' o instrumento para promover la meditación y unión última con el Buda. 
   Las terrazas recuerdan los basamentos de otros complejos funerarios de Indonesia, indicando que Borobudur podría simbolizar el lugar de descanso eterno de un rey Sailendra, que se uniría tras su muerte con el Buda. Sin embargo, es improbable que Borobudur fuera el centro de algún culto real específico, ya que no queda ningún resto de instalación para ceremonias reales. Borobudur fue con seguridad un monumento en cierto sentido para todo el pueblo, un foco espiritual y un perpetuo recordatorio de las doctrinas de la religión budista. 
   La influencia de Borobudur se extendió por toda la isla de Java e incluso traspasó sus fronteras. Han sido hallados bronces en Borneo y Java con el mismo estilo que las esculturas de Borobudur y del Chandi Mendut. Y diversos edificios religiosos siguieron sus logros arquitectónicos y estilísticos, como los templos llamados Chandi Sewu, Chandi Sari, Chandi Plaosan (con el Chandi Kalasan como precedente) y, ya en el siglo X, el imponente templo hindú de Loro Jonggrang, que rivaliza con Borobudur en su magnificencia, todos ellos erigidos en el no lejano complejo de templos de Prambanan. Borobudur fue el último gran templo budista de Java, pues el culto hindú de Siva se impuso, convirtiéndose en religión oficial de la isla casi inmediatamente después de su construcción. 
   Con la caída del reino de Mataram hacia el 930 d C, la vida política y cultural se trasladó al Este de Java. El stupa de Borobudur cayó en desuso hacia el año 1000. Sufrió daños con las erupciones de los volcanes circundantes (ver en fotoAleph exposición 'Volcanes de Indonesia'), fue invadido por la vegetación selvática y permaneció en el abandono durante casi un milenio, hasta que fue redescubierto en el siglo XIX y restaurado por arqueólogos holandeses en 1907-11. 
 
   Hay una referencia a Borobudur en el siglo XVIII en una crónica javanesa, con el nombre de Babad Tanah Djawi. En otro manuscrito se afirma que hacia 1758 un príncipe de Yogyakarta visitó las mil estatuas de Borobudur. Todo lo cual prueba que el monumento no había sido completamente olvidado. Fue, sin embargo, bajo el breve periodo de dominación británica, con Sir Thomas Stamford Raffles como gobernador de las islas, cuando Borobudur fue despertado de su sueño de siglos. El insigne Raffles era admirador de la cultura y la historia del país, y estableció las bases para las investigaciones arqueológicas actuales. En 1815 encargó a H. C. Cornelius, un oficial del Royal Engineers, la puesta en marcha de las investigaciones. Las actividades continuaron hasta que en 1835 se pudo conocer, tras el talado de árboles, desbrozado de arbustos y excavación total del montículo, las dimensiones y estructura del monumento. 
   Un artista alemán, A. Shaefer, hizo los primeros daguerrotipos del lugar. Otro artista, F.C. Wilsen, recibió el encargo de dibujar todos los relieves, trabajo que llevó a cabo, con la ayuda de Schönberg Mulder, de 1849 a 1853. En 1873, el renombrado fotógrafo I. Van Kinsbergen, en el transcurso de sus trabajos fotográficos exhumó doscientos relieves enterrados. Pero mayor sorpresa fue el descubrimiento de la base oculta de la Esfera del Deseo por J.W. Ijzerman en 1885, al desmantelar parte del inmenso plinto. En 1890-91 esta base escondida fue totalmente destapada, fotografiada por Cephas con propósitos documentales, y vuelta a cubrir, implicando el vaciado y reinstalación de 13.000 m3 de piedra. 
   Tienen también un extraordinario valor artístico y documental las fotografías realizadas a finales del siglo XIX y principios del XX de Borobudur y de otros sitios, gentes y ceremonias de Indonesia, cuando todavía era colonia holandesa, por el fotógrafo Jean Demmeni, oficial del ejército holandés de las Indias Orientales, publicadas en diversos libros. 
   Más recientemente Borobudur ha sido objeto, a instancias del gobierno de Indonesia y bajo patrocinio de la Unesco, de una campaña de reconstrucción integral, coordinada por el profesor C. Voute, que ha durado varios años y que ha incluido el desmantelamiento completo, limpieza y tratamiento de todos los sillares, relieves y esculturas, acondicionamiento de sistemas de drenaje de aguas, y reconstrucción definitiva del monumento. La voluntad de contrarrestar la nefasta acción de agentes naturales como la húmeda climatología de esta zona del trópico, y de agentes químicos como las diversas enfermedades de la piedra que sufrían los sillares y les hacía ir disolviéndose en arena, o que deterioraban los relieves y esculturas hasta desdibujarse y perderse en la nada, había obligado a emprender esta proyecto internacional de salvamento de Borobudur. 
   Su reinauguración tuvo lugar el 23 de febrero de 1983.  

 

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FotoCD11

Borobudur
La huella de Buda en Java

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Fotografías: Eneko Pastor
Realizadas en Borobudur (isla de Java, Indonesia)
  
  

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