Islandia. La isla de hielo y fuego

44. Snaefell
"Estaba en la cima de uno de los dos picos del Sneffels, el del sur. Desde allí se dominaba la mayor parte de la isla. (...) Veía los valles profundos cruzarse en todas direcciones, convertirse los precipicios en pozos, los lagos en estanques y los ríos en arroyos. A mi derecha se sucedían sin fin los glaciares y se multiplicaban los picos, coronados muchos de ellos por ligeras humaredas. Las ondulaciones de estas montañas infinitas, a las que sus capas de nieve parecían revestir de espuma, me recordaban la superficie de un mar agitado. (...)
Me sumergí en el prodigioso éxtasis que infunden las altas cimas, sin sentir vértigo, pues empezaba a acostumbrarme a estas sublimes contemplaciones. Mis deslumbradas miradas se bañaban en la transparente irradiación de los rayos solares. Olvidé quién era, dónde estaba, para vivir la vida de los elfos y los silfos, imaginarios habitantes de la mitología escandinava."
(Jules Verne, Viaje al Centro de la Tierra)
© J. Carlos Beloqui